Prologo

Discrimiler: Los personajes no son míos, son de Stephanie Meyer.

Ya no se, pensé que separándome de el todo iba a cambiar, pensé que quizás, con la distancia por fin lograría superarlo, por fin lograría pensar en alguien más, enamorarme como lo hice de el, esperar a que esta persona me haga caso, poder ilusionarme sin que reciba una patada en la cara por esto.

Pero me equivoque, se ha vuelto esto mucho peor, mi pensamiento aún lo persigue, mis ojos aún lo buscan, y mi corazón sigue buscando su aceptación, sin embargo, mi mente lucha contra todo esto, se queja de lo tonta y tarada que puedo llegar a hacer, con solo pronunciar su nombre, y hace un berrinche cada vez que mi corazón palpita cuando mi mirada se cruza con la suya.

Él es un idiota, hecho y derecho, o quizás no lo sea, solo es que no me quiere, haciéndolo por esta razón tan insoportable para mis ojos, no entiendo, no entiendo porque pasan y pasan los años y no lo he podido eliminar de mis sistema, teniendo, o al menos, hablando con hombres que sus trato conmigo es mil veces mejor que el de este, su belleza es más similar a la de los dioses, pero yo no siento esas sensación cuando los veo con su novia besándose, no siento la sangre hervirme, o el miedo de lanzarme a la novia de él si la veo durante demasiado tiempo ¿No entiendo porque me pasa esto con él?

Y es algo que quiero cambiar, algo que me urge cambiar, porque por el no voy a desperdiciar mi vida, es más, le demostrare al hijo de puta lo bien que puedo vivir sin él.

Me detengo, me paralizó, otra vez me doy cuenta, que mis acciones giran en torno a lo que quiero que piense, a lo que quiero que sienta, eso es lo que está mal en mí, mi vida gira en torno a él, me desespero, no se cómo solucionar esto, el tiempo no ha ayudado, agravado, en tal caso, sin embargo, para alguien como yo, que ha convertido a un perfecto imbécil en su centro, no es fácil desprenderse de esto, esto es una costumbre, un mal hábito.

Gruño, si gruño tal cual animal por desesperación, él no te quiere, no te hace caso, el siguió su vida, cantaleándote como su molesta compañera de secundaria que estaba enamorada de él, el me ve como un tapete, un tapete que se cree capaz e pisar y manchar de tierra sin que nadie le diga anda, cierto, si era así, pero ya no, esto ya no se va a volver a repetir, él no me volverá a humillar, no lo hará, ya me canse, lo olvidare.

Me enamorare de alguien más, alguien que sea lo contrario a él, un caballero, y si no encontró alguien así, ni modo, me tendré que quedar en este mundo solo, ya que, mejor sola que mal acompañada.

Y mi mente vuelve a tocar el mismo punto, el no es nada, no es nadie,, solo un chico con cabello castaño bonito y sedoso, solamente, ¿Cómo osa tratarme así? ¿Cómo se atreve a señalarme con un dedo y susurrarle, aunque mejor quedaría gritarle a su novia, que esa niña de ahí le lamería las bolas si eso es lo que él quería?, y la pregunta del año, ¿Cómo es que después de eso lo sigo queriendo?

¿Alguien tiene el número de un psiquiatra?

Espero que les haya gustado.