Aclaraciones: ni Naruto ni sus personajes me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, pero la historia es 100% mía y no permito su préstamo ni ninguna clase de adaptación.
Cuando las letras estén así serán los pensamientos de los personajes.
Si están así es para resaltar.
Si está "así" son llamadas telefónicas.
Bueno creo que eso es lo más importante, disfruten el capi n.n
Atrapado entre mujeres
El aviso, el inicio de un cambio…
Era un día como cualquier otro; el sol brillaba, los pájaros cantaban, el césped relucía por el rocío, pero todo eso le era indiferente a Sasuke Uchiha. Un adolescente de carácter muy frío y serio. Hijo de Fugaku Uchiha, un hombre que controlaba una de las más grandes y poderosas empresas del mundo. También hijo de Mikoto Uchiha, una madre con título de chef profesional. Y por último, su hermano mayor, Itachi Uchiha, que ahora estaba estudiando economía en la universidad.
Sin duda él venía de una buena familia, aunque a él solo le interesaba una cosa en particular. Tener una vida normal, pero había un pequeño problema… ¡QUÉ NO PODÍA!
Y hay tres simples razones por las cuales no puede tener una vida común:
1ero: Sus calificaciones siempre eran las más altas, las mejores de toda la escuela. Logrando únicamente llamar más la atención.
2do: Las chicas lo persiguen como si fuera una estrella de cine o un cantante famoso, ¿pero cómo culparlo? Hay algo que no se puede negar, y es que Sasuke era muy guapo. Con esos ojos tan negros como la noche, esos rebeldes cabellos negros con reflejos azules, esa piel tan blanca y pálida, pero sin exagerar, su hermoso cuerpo y esa seductora, hermosa y seria voz que tenía.
3ero: Por el simple hecho de ser un Uchiha todas las personas importantes lo conocían, a veces tenía que ayudar en la empresa de su padre.
Solo con tener estos tres problemas nadie te trata como a un ser humano.
Así era la vida, o por lo menos la de él, ya estaba acostumbrado.
En ese día tan perfecto Sasuke estaba alistándose para ir a la escuela, se puso su uniforme escolar que consistía en una camisa blanca de manga corta y abotonada, los pantalones negros y la corbata del mismo color que el pantalón.
Bajó a desayunar, pero como siempre solo estaban su madre y su hermano en la mesa. Su padre siempre salía temprano a trabajar sin despedirse de nadie.
-Buenos días –saludó con tono aburrido.
-Buenos días hijo.
-… -(Itachi)
-Itachi saluda a tu hermano –le reprendió Mikoto.
-No importa mamá, tengo prisa. Me llevaré una barra de cereal y una manzana para desayunar, adiós.
-Está bien hijo…-Mikoto no pudo evitar sentirse triste, era insoportable ver a su familia tan desunida. Desde que Sasuke empezó a ayudar a su padre en los negocios y este a exigirle tanta perfección en sus notas jamás volvió a ser el mismo, en otras palabras, dejó de ser alegre cuando obligaciones que no eran de él se le pusieron sobre sus hombros. Eso le recordaba…- Por cierto, después de clase tu padre quiere que vayas a su oficina para hablar de algo de suma importancia Sasuke-kun.
-Bien estaré allí –dijo sin darle mucha importancia, como si fuera cosa de todos los días.
-Que te vaya bien.
-Suerte Sasuke…le necesitarás –murmuró esto último Itachi tratando de contener una carcajada.
Él sabía de sobra el motivo por el cual su hermano le decía eso. Suspiró con cansancio -otra vez lo mismo-, abrió lentamente la puerta trasera de su casa, asomó un poco la cabeza para ver a su alrededor-todo parece tranquilo y despajado-. Agarró con fuerza su mochila y salió sin hacer un solo ruido de su casa, siguió caminando hasta llegar a una esquina, revisó de nuevo su entorno-vacío-. No se dejó confiar, sabía que eso no duraría para siempre, caminó con más prisa pero sin llamar la atención de las pocas personas que pasaban por ahí.
Cuando solo faltaban unos pocos pasos para llegar al instituto tuvo el error de suspirar con alivio al creer que había llegado ileso a su destino, porque cinco segundos después se sintió que la tierra temblaba, se escucharon gritos y la gente salía corriendo incluyéndolo a él, eso solo significaba una cosa…
-Fans.
Y efectivamente, eran las locas fans de Sasuke, con camisas que decían I LOVE YOU SASUKE-KUN, también había carteles que decían WE LOVE YOU o cosas así, y todas con corazones en los ojos.
Sasuke corrió todo el trayecto que le quedaba para llegar, hasta que por fin las puertas del instituto lo salvaron, las cerró para luego correr a su salón de clase con la respiración entrecortada.
Todos los compañeros que ya habían llegado se le quedaron viendo como si estuviera loco.
-Vaya Uchiha debe ser horrible que las mujeres te persigan –comentó uno de ellos con evidente sarcasmo, fingiendo estar preocupado por él.
-Cállate –dijo- me encantaría verte en mi situación, pero claro como ninguna chica se fija en ti debe costarte mucho, ¿verdad?
Eso los dejó mudos a todos, eso demostraba que con un Uchiha se debía tener respeto, uno de los pocos beneficios de tener ese apellido.
Se dirigió hacia su asiento para relajarse un poco después de la carrera que tuvo, miró por la ventana fijándose cómo el director hacía que sus fans se calmaran y se fueran a sus respectivas aulas y hogares.
-Un día duro, ¿verdad teme?
Ese de ahí era Naruto Uzumaki, el único verdadero amigo de Sasuke. Un chico rubio con piel levemente bronceada, gracioso con ojos tan celestes como el cielo y siempre con una sonrisa en su rostro.
-Sí, pero ya estoy acostumbrado, dobe.
(Así se tratan estos dos U¬¬)
-Vamos amigo, no pueden hacerte eso toda la vida.
-Lo hacen desde primaria Naruto, pero bueno –se encogió de hombros restándole importancia-qué más da.
-Oye ya sé qué te animará –dijo de repente con una sonrisa más grande que la anterior- ¡comer ramen después de clase!
-No puedo –dijo firme y serio, contraste de su amigo.
-¿Por qué? –preguntó desapareciendo todo rastro de felicidad, sabía que algo no andaba del todo bien.
-Mi padre quiere hablar conmigo.
-Oh…entiendo.
Naruto era despistado y torpe, sin embargo sabía que el padre de Sasuke era un tema muy serio, ya que él nunca estaba satisfecho con lo que hacía su hijo. Cualquier error, así sea el más insignificante, lo regañaba y/o lo castigaba.
Naruto se sentó a su lado con una expresión triste, no solo por su amigo, sino también porque le tocaría comer ramen solo.
Sasuke se dio cuenta de eso.
-Será el viernes, ¿te parece? –aunque él era frío con la mayoría de personas no podía evitar ser "algo" amable con su amigo.
De inmediato el rubio sonrió para después asentir con la cabeza.
Mientras esperaban a que las clases empezaran Naruto decidió echarse una siesta y Sasuke evocó el pasado, más específicamente, cuando él conoció a su amigo rubio.
Fue a los 6 años, los padres de ambos trabajan en la misma empresa, Mikoto le enseñaba repostería a la madre de Naruto, en una de esas clases, Sasuke acompañó a su madre y Naruto a la suya. Ellos ahí se conocieron y a los 8 años se encontraron de nuevo pero ya como compañeros de clase.
Al entrar el maestro empezó el típico día de clases, todo iba normal hasta que llegó la hora de salida.
Un profesor grapaba los resultados de los últimos exámenes, a la vez que ponía quiénes habían quedado con los mejores resultados.
Todos los estudiantes se acercaron para ver las calificaciones, algunos suspiraban de alivio por haber pasado por las puras, otros se ponían prácticamente a llorar, obviamente por no tener el resultado que querían y solo unos cuantos saltaban de alegría por sus excelentes notas. Sasuke se acercó y como siempre tuvo las notas que superaron las demás, quedando inevitablemente en primer lugar.
-Hablando en serio teme... ¡¿Cómo le haces para siempre aprobar? Mira mis resultados, mamá va a matarme.
-Eso no lo dudo. Y déjame recordarte que a diferencia tuya yo sí estudio como se debe, dobe.
-¡No me llames dobe! Ya verás, algún día yo estaré entre los mejores cincuenta estudiantes y tú me tendrás mucha envidia.
-Sueña Naruto.
El rubio iba a seguir reclamando, pero un grito lo interrumpió.
-¡UCHIHA! –gritó alguien.
-Ay no, otra vez no –dijeron al mismo tiempo sabiendo de quién procedía ese grito.
Entre la multitud de personas que aún veían sus calificaciones apareció Rock Lee, un muchacho bastante extraño que siempre desafiaba a Sasuke, tenía ojos enormes, un corte de cabello estilo hongo y cejas muy pobladas.
-Escúchame Uchiha, te juro que esta es la última vez que me vences, la próxima te venceré.
-Como digas –se dio la vuelta indiferente ante la ''amenaza'' de Rock Lee, con las manos en los bolsillos salió de la escuela junto con Naruto.
-Ese tipo necesita un pasatiempo…o un psicólogo.
Sasuke sonrió, por primera vez Naruto tenía razón. Lo acompañó a la parada de autobús, pero se toparon con una elegante limosina negra.
El vidrio de la ventana del copilote descendió para dejar ver a un anciano vestido con traje negro y corbata verde. Era el chofer de Sasuke.
-Joven Uchiha, su padre me pidió recogerlo.
-Está bien Watari, nos vemos Naruto.
-Nos vemos.
Subió al vehículo sentándose en el puesto del copiloto.
-Joven, no es profesional que le permita sentarse junto a mí, soy su chofer.
-¿Y?, eres como de la familia, no me importa estar junto a ti ¿O te molesta?
-Claro que no, de hecho es un placer que me considere parte de la familia Uchiha.
-Hmp, me alegra.
Otro buen amigo de Sasuke aparte de Naruto, Watari era un hombre de 80 años, no era calvo, poseía un cabello canoso y un bigote del mismo color, siempre estaba alegre y disponible. Desde que Sasuke nació él lo ha ayudado en varias ocasiones cuando sus padres estaban muy ocupados, también le contaba historias para dormirse. Lo llevaba a parques, a bosques o a un lago que solo ellos conocían, a veces juagaba con él, pero al cumplir los 15 años, Sasuke empezó a pasar menos tiempo con Watari porque su padre consideró que él ya era un adulto que debía responsabilizarse y hacer las tareas de la empresa.
-Joven Uchiha…sé que no debo pedirle favores o cosas de ese estilo, pero en serio me gustaría mucho…
Él entendió su petición y no pudo más que alegrarse de la idea.
-Me encantaría volver a nuestro lago, mañana tengo tiempo.
-Gracias joven –Watari sonrió.
-A ti.
-Hay otra cosa que quiero pedirle, es algo un poco más personal.
El pelinegro lo miró alzando una ceja.
-¿Qué es?
-Verá… está cerca de cumplir los 18 años, así que pensé que ya estamos tarde sobre una conversación en especial.
-¿Cuál?
-Las mujeres.
Bufó mostrando su total fastidio hacia ese tema.
-Eso lo sé de sobra, todas me persiguen, todas están locas y solo me quieren por mi aspecto. En otras palabras todas son unas superficiales.
-No piense así joven, verá que algún día encontrará a esa chica tan especial y no podrá vivir sin ella. Lo que me lleva a pedirle ese favor tan especial –el Uchiha siguió viéndolo esperando a que prosiguiera-Quiero que cuando encuentre a esa joven, le proponga matrimonio en nuestro lago.
-¿Qué dices?
-Lo que escuchó, por favor prométamelo, me haría sentir muy feliz.
Sasuke suspiró.
-Está bien, pero tal vez nunca pase.
-Verá que sí.
Estaba por protestar, pero ya habían llegado, era momento de bajar y entrar a las oficinas de la empres, las cuales estaban en un enorme edificio blanco con un montón de enormes ventanas.
En la recepción lo recibieron como siempre, con un ''Buenas tardes joven'' o algo por el estilo, con formalismos y respeto. Una secretaria lo condujo a la oficina de su padre, algo innecesario ya que él se sabía el camino de memoria, al entrar la secretaria se despidió con una reverencia y se fue.
-Me alegra que vinieras justo a tiempo Sasuke.
-¿Tenía otra opción? –pensó con sarcasmo.
-De seguro te preguntarás por qué te llamé –Sasuke solo permaneció en silencio esperando a que continuara para acabar con esto de una vez- mira, tus calificaciones han superado las expectativas de muchas personas, de una en especial. La directora de un internado quiere que seas parte de él, ella y yo creemos que ese lugar será un reto para ti y que puedes…descubrir algunas cosas –esto último lo dijo con una sonrisa divertida que extrañó a Sasuke, pero prefirió no darle importancia.
-¿Cuándo me transfiero?
-La próxima semana, así tendrás tiempo de despedirte y arreglar tus cosas.
-Está bien –la verdad es que quería negarse, pero nunca se le puede decir no a Fugaku Uchiha -¿qué internado es?
-Eso lo descubrirás al llegar.
Simplemente se encogió de hombros y se fue, para qué preguntar si al final iba a estudiar ahí. Watari lo llevó a su casa, la cena estaba lista pero estaba muy cansado como para comer, quiso llamar a Naruto y decirle lo de la transferencia, pero prefirió él mismo primero procesar la información y tratar de dormir.
Se metió en la ducha para relajarse y al mismo tiempo reflexionar un poco. Estaría 24 horas rodeado de estudiantes y maestros, solo vería a su familia en las vacaciones. Si iba a una escuela mixta las chicas lo molestarían, si era solo para hombres habría más posibilidades de ser un chico normal.
La segunda opción sonaba tentadora, pero si se lo ponía a pensar mejor, si iba a un lugar donde solo habría hombres podría ganarse varios enemigos como en su escuela actual, él simplemente sacaría buenas notas y seguramente habría chicos como Lee que lo desafiaran.
-¿Qué no puedo ser normal en algún sitio? –murmuró para sí mismo.
La respuesta para él era obvia…no.
Al salir del baño se cambió de ropa para dormir, una camisa blanca con mangas celestes un pantalón del mismo color de las mangas.
Cerró las cortinas, se cubrió con las sábanas y al fin se pudo dormir.
Sin saber que faltaba poco para que su vida cambiase por completo.
