"Yo no creo en el amor a primera vista.
Yo creo en la reencarnación, en el reconocimiento, en el "A ti te he visto en otra vida…"
—Letras Secretas—
.
.
.
Nunca en su vida había sido creedora de la reencarnación, volver a vivir después de morir. No, simplemente aquello no tenía sentido al menos hasta ese día hace unos diez años atrás en donde había logrado recordar con exactitud toda su vida pasada, donde había logrado recordarlo a él.
"No te vallas, tú no te puedes ir"
Su corazón dolía de solo recordar sus ojos negros llenos de dolor y angustia. Esa noche había despertado en medio de lágrimas con su rostro pálido y cuerpo tembloroso.
"Te prohíbo que mueras, ¡me escuchaste! No me puedes dejar aquí ¡No me puedes dejar solo!"
Los recuerdos habían empezado a regresar en sueños, que en un principio su mente infantil no había logrado comprender.
"No te mueras por favor"
Los recuerdos de aquella noche en donde lo dejó aún estaban nítidos en su memoria, las lágrimas de él, su propio dolor, todo absolutamente todo aún estaba en su mente.
"Regresaré, te encontraré… Te amo."
Y antes de finalmente morir vio como el terminaba de romperse en frente de ella, como aferraba su cuerpo inerte con desesperación, besando su pálido rostro pidiéndole regresar.
"Te odio"
Le había susurrado él y ella solo había sonreído porque sabía que el mentía, sabia la verdad tras aquellas palabras y sintiéndose culpable de ser la originaria nuevamente de su dolor, de ser la responsable de su soledad, porque pese a saber que no podría ser capaz de cumplirlo ella le había prometido no dejarlo solo.
Pero ahora todo sería diferente porque le habían dado la oportunidad de regresar, le habían dado la dicha de recordarlo y esta vez haría las cosas bien, esta vez ya no poseía un cuerpo enfermo con un tiempo de vida limitado, esta vez se aseguraría de cumplir su promesa.
Desde hace diez años lo había buscado y no fue hasta hace un año atrás que lo encontró y cuando sus ojos perlados lo vieron su corazón dolió, porque en aquellos ojos tan negros que una vez la miraron con amor ya no había nada, porque aquellos ojos se volvieron vacíos, la soledad en él se podía apreciar desde varios kilómetros y dolió porque sabía que era la culpable de que esa mirada estuviera tan vacía, la culpable de que su cuerpo se haya convertido en un simple cascarón… ella lo había destruido.
Lo observó ese día vestía un traje azul oscuro con una corbata rojo vino y pese al atractivo que poseía sus ojos jamás se centraron en eso si no en la soledad que lo perseguía. Esa soledad que ella siempre quiso alejar de él y que irónicamente lo único que hizo fue acercarla aún más.
Eran tan difícil verlo tan cerca de ella y no poder tocarlo, no poder hablarle, decirle que lo amaba, era difícil porque esta vez la enfermedad no era el problema, está vez había una barrera un tanto más complicada.
—Hinata, presta atención.
—H-Hai U-Uchiha-Sensei.
Esta vez la barrera que los separaba era la edad y las reglas de una relación prohibida entre alumno-maestro. Pero están bien porque lo había encontrado y ahora ya no tenía ningún límite de tiempo, ahora podía crear nuevos recuerdos con él.
Estaba bien.
Porque sin importar que barrera los separase ella se encargaría de destruirla y aún así volviera a morir volvería a reencarnar y a encontrarlo otra vez, porque ese era su destino…. Estar juntos.
Te encontré Sasuke-kun.
