Humano Dragón
Disclaimer: Los Personajes, Ambientación y demás contenidos de HTTYD no son de mi autoría, yo solo los utilizo para entretenimiento propio y de quienes lean; todo el contenido es de la autoría de Cressilda Cowell. La trama presentada a continuación —de mi creación—no persigue ningún fin lucrativo.
Título: Humano Dragón
Pareja Principal: [ Toothless | Hiccup ]
Pareja Secundaria: Indefinidas momentáneamente.
Aclaraciones:
Narrador
"Diálogos humanos"
—Dragones—
Pensamiento de los personajes
[…] Aclaraciones de la autora
Género: Romance | Aventura | Drama
Ranting: T+
Advertencias: Slash. Relación amorosa entre humano/Dragón. Dragón!Toothless. MovieToothless | MovieHiccup.
Summary Completo: Sin importar las circunstancias, sin importar los cambios, Toothless y Hiccup están destinados a estar juntos. No importa en qué momento de sus vidas, si de jóvenes o de niños. Si de adultos o bebes.
Aquella noche, Couldjumper no se llevó a Valka, se llevó a Hiccup. No estaba dispuesto a aceptar a que el pequeño niño se convirtiera en uno más de ellos, sin poder contenerse, simplemente se lo había llevado antes de siquiera darse cuenta.
Ahora, la historia ya no será como antes, pero el destino es curioso, tramposo y travieso. Los destinos se entrelazan, se mezclan y se mantiene unidos a pesar de las circunstancias. A pesar de los cambios.
[—]
"Y te escogeré, una y otra vez.
Y te buscare, sin importar cuánto me lleve.
Y te encontrare, solo para verte sonreír una vez más."
[—]
"¡Dragones!"
Fue el grito de guerra. El inicio de la devastación y el dolor, de las pérdidas y agonía. Era la señal —perpetua, tan conocida como asumida— para el inicio de su propia destrucción. El fuego, y los gritos rompieron la calma de aquella noche sin luna; el vital líquido carmesí tiño las prendas y los caminos que tanto transitaban. Cuerpos cayendo en un campo de batalla que no discernía entre especies, entre criaturas.
La batalla entre vikingos y dragones. Una guerra milenaria. Batallas que han marcado a humanos y dragones, sus culturas y creencias influenciadas por una contienda de la que no conocen inicio. Y de la que no conocerán final.
"¡A las catapultas!"
"¡Fuego!"
"¡Corran!"
Gritos y más gritos. Rugidos de guerra, de dolor y agonía. El fuego alzándose en la oscuridad de la noche, iluminando el cielo de rojo, naranja; el manto de dolor que se extendió por el pueblo, entre las criaturas vivientes, sin contemplación. Por unos instantes, tan efímeros como insignificantes, por su mente pasaron los tiempos en que aquello no era así. En aquellos cuentos milenarios donde los hombres y dragones no vivían en guerra, en donde las diferencias no eran motivos suficientes para los ataques.
Pero esos no eran más que cuentos ya perdidos en el tiempo.
"¡No! Solo lo empeoran" desde su posición privilegiada, oculto en la negrura de la noche, vislumbro la frágil figura de una humana. Más delgada y frágil que los otros, sin armas, sin intenciones de ataque. Corriendo por el pueblo, deteniendo a su propia gente de matar a los suyos ¿Con que propósito?
¿Por qué aquella humana parecía desear proteger a quienes atacaba su pueblo? Porque sería insensato negar que ellos no provocaban el destrozo, el fuego y gritos de los humanos que corrían en un intento de detener las llamaradas, pero también tenía en cuenta que aquellas criaturas mataban a los suyos.
No dio vueltas al asunto, no tenía tiempo y no podía desperdiciarlo. Extendiendo sus alas —imponentes, majestuosas— se lanzó a la batalla como sus compañeros. Un rugido por vociferado desde su garganta, rompiendo con el silencio de la noche, avanzando con rapidez entre los suyos, entre los humanos. Buscaba sus presas, las ofrendas que debía entregar para sobrevivir.
Ironía que lo que obtenía, no lo saborearía.
Esquivo los ataques, golpes y artefactos que se le lanzaban en son de detenerlo, de atraparlo o matarlo. Atacando a quienes le atacaban, creando escudos de fuego para evitar combates innecesarios. Tenía un objetivo —la lucha no era parte de este—, solo debía obtener uno de los alimentos humanos y podría irse. La orden de retirada seria dada en el instante que se recaudara lo suficiente.
"¡Cuidado!"
Los gritos humanos continuaban, cada vez más fuertes, cada vez más intensos, mezclados con aquellas exclamaciones de batalla, tan profundas, tan extensas. Todos en aquel lugar luchaban por su vida, por su supervivencia; no había nada que reprochar, que reclamar. Solo luchar, solo sobrevivir.
No había diferencia. Y al mismo tiempo, la había.
Sobrevoló, impulsándose en una de las casas a consumidas por el fuego, buscando entre los escombros algo que pudiera ser llevado. Algo que aún no fuera consumido por el fuego —aunque esto parecía ser difícil—, esquivando a los humanos, los ataques e ignorando los gritos que tan confusos parecían entre las marañas de fuego y rugidos.
Hasta que finalmente la vio. Una de las casas aun en condiciones aceptables, lejos de todo el fuego y destrucción, el perfecto lugar para iniciar la búsqueda. No tenía tiempo —y sabiendo que tendría que retirarse cuando la señal fuera dada— se aventuró al lugar como última alternativa.
Con un simple ataque de fuego el techo de la vivienda humana cedió a su paso, permitiéndole ingresar al lugar que había estado en penumbras, pero no fueron comestibles lo que le esperaba en el interior —al menos no uno que estuviera dispuesto a entregar—. Un suave jadeo, tan delicado como bajo, fue lo que llamo su atención, guiándolo —atrayéndolo— irremediablemente a su encuentro. Una pequeña cría humana, tan frágil y delicada, envuelta en mantas de pieles livianas, parecía tan absorto en una realidad ajena a la de los demás.
Por unos instantes, se permitió observarlo con detenimiento. Olvidándose de sus deberes, del tiempo que se la agotaba, de los gritos de su exterior. Se perdió en los grandes posos verdes que le observaban con curiosidad —perpetua, atrayente, única—, que no era más que una pregunta no formulada por su aparición, para ser fácilmente reemplazada por la más risueña de las risas. Musical, encantadora, simplemente sublime. ¿Cómo una criatura como esta, podía volverse el asesino de su especie?
No, ese niño no podía ser un asesino. Una criatura tan pequeña —frágil— no podía ser un humano más. Podía notar, con solo ver sus ojos, que era especial.
Era diferente.
Sin pensarlo demasiado, acerco su rostro —con una perpetua mueca de serenidad en él— para alcanzar la mano estirada del infante, quien con una sonrisa se movía en su lugar para alcanzarle ¿Por qué no permitírselo?
"¡Hiccup!" el grito llego a él como una alarma, el recuerdo de su realidad, de su entorno. Volviendo su rostro con más violencia de la que pudo controlar, dañando —sin proponérselo— al infante con una de sus garras, provocando su llanto. Pero no fue eso lo que capto su atención.
Fue la mujer que —con arma en manos— lo observaba desde la entrada de la vivienda, sin moverse, atenta. Como si lo que observara fuera más allá de su entendimiento. Y la reconoció.
Era la humana que detenía a los suyos para protegerlos.
Se alzó en su lugar, urgiéndose para mostrar su poderío, acercándose a la humana con la curiosidad tiendo sus orbes ámbar. Aunque —antes de siquiera lograr dar un paso— un arma fue arrojada en su dirección con la intención de advertir, de prepararlo para la lucha.
"Valka ¡aléjate!" soltando un gruñido, observo al imponente hombre que se introducía al lugar por el mismo lugar por el que él había hecho su entrada.
Una pelea sin sentido se estaba por desatar. Era obvio que el hombre estaba listo para atacar, para enfrentarlo y matarlo. Sin embargo, no estaba entre sus intereses tal situación.
Soltando un rugido, extendiendo sus majestuosas alas para mostrar su fuerza, su grandeza. Para distraerlo. En el instante que el hombre centro su atención en la mujer, esquivando el ataque que le había propiciado, él alzo vuelo. Él tomo la cuna del infante que sollozaba.
Él se alejó del lugar cuando la alarma fue dada, cuando la retirada su propicia, levándose al infante con él.
"¡Hiccup!" el último grito llego a sus oídos, más no volvió la mirada, más concentrado en la seguridad del niño entre sus garras.
—¿Qué demonios eh hecho?—
[—]
Bien, no eh podido contenerme. Simplemente me ha sido imposible.
Para las maravillosas personas del grupo de Facebook "Caldo de Toothcup para el Alma", que comparte el amor por esta singular pareja, les dedico esta delirante idea que mi cabeza se ha empeñado en desarrollar.
No estoy segura de estar conforme con esta pequeña introducción, pero me ha gustado. Aunque sigo sin estar segura de captar la verdadera esencia de Cloud, en fin, supongo que mejorare más adelante —primera vez con personajes de HTTYD—
Espero les haya gustado, porque creo que esto se desarrollara a su debido tiempo.
Ya no molesto más, así que me voy a seguir escribiendo.
¡Reginae fuera!
