N.A.: La historia se ambienta en Konoha.
Las situaciones se ubican en una línea temporal alterna de la historia original. Por lo cual la aparición de algunas personas se adelanta o atrasa dependiendo del contexto. Lo mismo sucede con los acontecimientos que ocurren en Naruto y Naruto Shippuden.
Advertencia: Incluye, en ocasiones, lenguaje obsceno. Da su aparición un personaje original (OC). Muerte de algunos miembros de la historia.
Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Kishimoto Masashi, al igual que el mundo de los ninjas donde se desarrolla.
1.- Esos días que no volverán. (Prólogo)
Un chico de cabello castaño, hurguetea en las antiguas cajas del sótano de su casa.
Estaba buscando, las viejas fotografías, que su abuelo con tanto cariño, había guardado. Las necesitaba para un trabajo de la escuela.
Movió, torpemente, unas tablas que estaban estorbándole el camino, después de una lluvia de polvo y telarañas, se encontró con la caja que estaba buscando; "Recuerdos de Konoha", se leía con una descuidada escritura.
Estaba, casi, seguro que ese cartel lo había escrito su abuelo. La letra era muy semejante al del anciano.
El muchacho, entusiasmado, abrió la caja y se encontró con una gruesa carpeta. Cuando la estaba sacando de su lugar, cayó un papel amarillento y arrugado por los años.
El chico la cogió y se da cuenta, que es una carta.
Curioso, comienzó a leerla.
"Querido Konohamaru:
Es muy probable que cuando leas esta carta yo me encuentre en una misión.
Me siento muy mal por no poder irte a visitar al hospital como había prometido, pero, los diversos ataques y misiones, me han tenido fuera de Konoha más de lo que pensé. Apenas tuve tiempo para escribirte esta carta, aprovechando que Kakashi-sensei tomaba un descanso y con ayuda de los dibujos de Sai pude enviartela.
Antes tenia mucha más inspiración para escribirte, pero, debido a todo lo que ha sucedido la inspiración se me ha ido.
Me encuentro bien, si eso quieres saber, porque a una persona como yo es difícil que la maten de una forma repentina, jajajaja…
Ya, debo despedirme.
Cuídate mucho.
¡Ah! mándale saludos a Moegi y a Udon.
Con cariño de tu amiga, Cris Mitsu."
-¿Cris Mitsu?- susurró apenas el muchacho.
La letra era muy prolija y limpia.
El nombre de la muchacha le era familiar, pero, su apellido no le sonaba para nada.
Luego, recordó la razón por la que estaba buscando en esa caja y dejó la hoja de lado.
Después de revisar la carpeta y encontrar las fotografías que necesitaba. Agarró, nuevamente, la carta y subió las escaleras para ir a la cocina.
Cuando el chico llegó a la cocina, se encontró con su abuelo sentado en la vieja silla de mimbre que tanto le gustaba, mirando a través de la ventana.
-Abuelo- interrumpió de repente.
-¿Qué pasa, Tenshi?- preguntó a su alterado nieto.
El muchacho fue, casi, corriendo donde el anciano- Abuelo, tienes muchas cosas en el sótano…- se detuvo a tomar aire.
-Claro, pero, ¿Encontraste las fotos que estabas buscando?
-Sí- dijo sonriendo- ¡Ah! Encontré esto- Tenshi extendió la mano y le mostró un papel.
-¿Qué es eso?
-Una carta, abuelo.
-¿Una carta?
-Sí, y va dirigida a ti- le volvió a sonreír- de una tal Cris Mitsu.
El anciano tomó la carta y la leyó, rápidamente.
Su cara cambió de aspecto, apenas terminó de leerla.
-¡Qué tiempos!- dijo repentinamente el anciano.
-¿Quién es ella?
-Es una gran kunoichi y muy bella persona.
-¿Eh?- el muchacho miró con cara de sarcasmo a su abuelo- Con lo que me dice, yo creo que alguna vez tuvó un romance con esa persona.
-No- el anciano se enrojeció y luego tosió- No niego que fue mi primer amor, pero, era algo platónico. Para mi después, fue más como una hermana.
Tenshi sonrió con cierta malicia –Abuelo, pero dime como era ella. Descríbemela.
-Parece que te ha interesado.
Tenshi seguía sonriéndole.
-A todo esto, no entiendo porque tu mamá no te ha mandado a la academia ninja. Hable con ella y no quiere ceder- miró al techo con la mirada perdida.
-A ella no le gustan los ninjas- dijo Tenshi poniendo una mueca de disconformidad -Por eso optó a que yo asistiera a la escuela normal. Pero, volviendo a nuestro tema, abuelo, dime como era ella.
-De acuerdo- Konohamaru sonrió- Solía llevar el cabello largo y suelto, lo tenia de color castaño claro. Sus ojos eran azules- el anciano se detuvo y trató de recordar más detalles de ella.
-¿Y?
-Calma, que la memoria me está fallando- siguió pensando -¡Ah!- mostró una cara de extrema alegría- Tenía una piel bronceada que resaltaba mucho con sus ojos –se rascó el mentón, miró al techo y acotó- También era delgada.
-Como la describes, no es raro que te haya gustado.
-Cabe destacar, que ella era mayor- dijo Konohamaru con cierta insinuación.
El nieto abrió los ojos de par en par, bastante sorprendido.
-¿O sea, que te gustaba una vieja?
-No precisamente- se rascó la mejilla con la mirada perdida- Yo tenía ocho años cuando la conocí y ella tenía doce.
-¡Wow! Abuelo, nunca termino de sorprenderme. Pero, ¿Ella era más bella que mi abuela?
-Tenshi, tu abuela tiene una belleza distinta a Cris. Cada persona es diferente. Yo no te puedo decir que era más o menos bella que Moegi. No sería correcto.
El muchacho justo iba a volver a preguntar, pero, aparece su abuela; Quien bajó, cautelosamente, las escaleras hacía la cocina.
-Tenshi, deberías acostarte ya- dijo la anciana, con un tono bastante golpeado- Recuerda que mañana debes madrugar.
-Abuela- dijo reclamando el niño- Eres peor que mi mamá.
-No reclames tanto, cuando tengas mayoría de edad haz lo que quieras, pero, mientras seas un mocoso y estés viviendo bajo nuestro techo, debes respetar las reglas.
-De acuerdo- respondió entre dientes Tenshi.
La anciana observó, sonriendo, como su nieto se iba a su dormitorio.
Desvió su mirada hacia su esposo y en la mesa frente de él, observó, lo que parecía ser una carta. Cogió el papel y, sin ni siquiera leerlo, se dio cuenta de quien era.
-¿Aun conservas esta carta, Konohamaru?
-Sí, Moegi. Es un lindo recuerdo de mi niñez.
-Que gracioso se escucha eso. Se nota que estamos viejos ya.
Konohamaru rió y fue seguido por su esposa.
-Viejo, creo que nosotros también deberíamos irnos a dormir. Ya no estamos en edad para madrugarnos.
-De acuerdo, ya subiré. Me quedare un rato acá abajo.
-Bueno, pero no te quedes dormido acá. Recuerda tu espalda, viejo.
-No te preocupes tanto, mi espalda está bien- volvió a reír.
Moegi subió y Konohamaru se acercó, lentamente, a la ventana. Miró a través del vidrio hacia la montaña de los Hokages.
-Al final mi sueño de sucederlo no se cumplió- dijo, casi susurrando, mientras miraba un rostro en particular de los siete Hokages que estaban tallados en la montaña. De pronto, ya no estaban los siete rostros, sino que habían cinco.
Se rascó los ojos y la imagen volvió a la normalidad- Vaya, si me estoy poniendo viejo ya -volvió a mirar la montaña antes de cerrar las cortinas- Son esos tiempos, esos buenos tiempos, que ya no volverán.
La paz en Konoha había permanecido por muchos años. Tanto, que la mayoría de las misiones que se cumplían solo eran de rango D y en, menor porción, de rango C. Pero, para que ese grado de paz existiera tuvieron que pasar muchas cosas. Cosas desagradables, dolorosas, difíciles y, por sobretodo, sangrientas.
Continuará.
Nota aparte: En los próximos capitulos se explicara la razón de tan peculiar nombre de mi personaje.
- Este fic está dedicado con cariño para mi hermana LadyxDarkness.
Editado el 19 de abril del 2008.-
