¡Hola a todos!, hace algún tiempo me surgieron las ganas de escribir algo de South Park, mas específicamente de estos dos sexy's personajes, asi que, aprovechando que esta semana tenia tiempo libre me anime a hacerlo y, ¡He aquí el resultado!, espero que sea de su agrado.

Disclaimer: South park no me pertenece, ni mucho menos los personajes, (pero algun dia... (?), son propiedad de son de Trey y Matt…


Kenny muerde con fuerza su labio inferior, totalmente desconcertado por lo que Craig acaba de decirle, desvía la mirada hacia cualquier otro sitio de la habitación –aquella que, habían decidido compartir luego de tres años de iniciar su relación-, sin querer mirarle a los ojos, simplemente no se siente capaz de sostenerle la mirada, no quiere contemplar de primera mano la lastima con la que, seguramente le estaría observando el más alto. No quiere su compasión… No la quiere.

¿Acaso hice… hice algo mal? ―La voz se le quiebra sin querer y se maldice, no queriendo sonar más desesperado de lo que ya está, no queriendo verse más patético.

Craig le observa en silencio, -quizá buscando las palabras correctas para finalizar aquella situación tan deprimente en la que se encuentran- y él bufa inapetente, temiendo romperse a llorar en cualquier momento.

La garganta empieza a escocerle y se fuerza a toser un poco para disipar aquella sensación de ahogó que se le antoja desconocida, porque hace tiempo no la experimentaba tan sobrecogedora, tan real, tan desgarradora como ahora; aprieta los puños con fuerza, dándose coraje -que supone, ha perdido- para escuchar al de ojos ámbar, porque necesita saber la razón por la que Tucker ha decidió acabar las cosas entre los dos, necesita saber en qué momento dejo de quererle.

Porque si no lo escucha salir de esa boca malhablada e indiferente, no será capaz de animarse a aceptarlo.

No es eso― Responde al fin, con esa voz nasal que tanto había hecho suspirar al rubio por lo masculina y grave que era, esa voz que tanto le encantaba―

¿Entonces…? –Un sabor metálico se filtra en su boca, y nota entonces que su labio ha comenzado a sangrar por la presión que ejerció sobre el con anterioridad, pero no le presta atención, se limita a retirar el resto de aquel liquido rojizo con la manga de su parka naranja.

El pelinegro guarda silencio, incomodo, refugiando sus manos en los bolsillos de sus vaqueros, aun manteniendo esa pose despreocupada que lo caracteriza; Kenny le observa repentinamente temeroso, suponiendo –por aquella actitud inusual del otro- cuál era el motivo de su creciente malestar…

Un motivo con nombre y apellido.

Pestañea un par de veces, intentando despejar las lágrimas que, poco a poco se aglomeran sobre sus ojos azules, aun sin despegar la vista del más alto.

Y ruega con todo su ser estar equivocado, porque aunque la realidad no puede ser más evidente, quiere creer que aún pueden arreglarse las cosas y que no hay porqué precipitarse.

Hay alguien más ― admite, brevemente, como solo él mismo sabe, y McCormick siente como la habitación comienza a darle vueltas a la par que las piernas le flaquean cual gelatina, inclusive jura escuchar como su corazón se quiebra conforme asimila las palabras, en miles de pedacitos inesperadamente insignificantes; se tambalea tembloroso hacia atrás, desorientado, aferrándose con una mano a la repisa de madera donde descansa el televisor que compraron al cumplir el año juntos, tumbando en el proceso varios libros, peluches y un portarretratos con una foto de los dos, que generaron un ruido sordo y brusco al hacer contacto con el suelo, mientras que con la otra se agarra con fuerza el pecho, temiendo sufrir algún ataque cardiaco por lo mucho que le está doliendo.

Cuando se quiere dar cuenta, se encuentra sentado con la espalda recargada contra la pared, contemplando las palma de sus manos, que se encuentran algo más pálidas que hace unos minutos –e imagina, su rostro ha de estar mucho peor-. Craig da un par de pasos en su dirección, indeciso, y no es necesario levantar el rostro y mirarle para saber que ha de tener una mueca parecida a la de preocupación en aquel jodido y armonioso rostro del que es poseedor.

Ya veo― murmura en un hilo de voz que no sabe si el del chullo azul alcanzo a escuchar, realmente no le importa―Supongo que… no… no hay más que decir ―echó hacia atrás algunos mechones rubios que le cubrían la frente, en un intento de que su intención de restarle importancia al asunto fuera lo suficientemente convincente ― Eso es… todo lo que necesitaba saber.

Y es cierto, realmente no está con ganas de detalles, más adelante… quizá.

Lamento que las cosas terminaran de este modo ―admite Craig, no pudiendo evitar sentirse como una jodida mierda por lastimar de ese modo a la primera persona que le amo, que confió en él ciegamente y le entrego todo lo que, jamás, había dado a nadie; porque Tucker era consciente de que aquel rubio frente a él, había rehuido con espanto a cualquier tipo de relación amorosa, queriendo evitar a cualquier costo lo que él le estaba haciendo en ese momento, McCormick no quería salir lastimado.

No quería darlo todo por alguien que no le correspondería del mismo modo.

Y él lo supo desde el principio.

Recibió gustoso todo lo que Kenny le pudo ofrecer, y aun así, le pagaba de esa manera.

Tu mejor que nadie, sabes que uno no decide de quien enamorarse, Kenneth- Casi susurro, arrodillado frente a él, mientras retiraba con el dorso de su mano, las lágrimas que habían alcanzado a resbalar por las mejillas del menor. Y aunque su rostro no mostro lo contrario, se sintió morir al ver aquellos grandes –y usualmente expresivos- ojos color índigo, ensombrecidos en una tristeza, tal vez, mayor a la suya.

Y me lo dices ―respondió, con un amago de sonrisa que los hizo sentir peor a ambos― de haber podido elegir… me hubiera enamo… me hubiera fijado en una linda chica, despampanante y voluptuosa ―corrigió, soltando una carcajada forzada, y Craig no pudo evitar esbozar una sonrisa triste ante aquello― y no en un bastardo de hielo como tú…pinche cabrón.

Hubiera sido mejor –concordó, abrazando con delicadeza al rubio, que solamente se dejó hacer, puesto que no tenía fuerzas para alejarse o resistirse, ni mucho menos para patearle las bolas al pelinegro como merecía por ser tan hijo de puta con él, estaba demasiado cansado.

Lo sé –Sabiendo que sería quizá la última vez que estaría con Craig en un nivel de intimidad como ese, se permitió apoyar su cabeza en aquel torso marcado y fuerte, limitándose a sentir como aquellos fuertes brazos se ceñían en torno a él, en un gesto que quiso creer, protector.

En verdad te amé… Kenneth

Y Kenny se siente morir, bastante más destrozado por aquella última frase dicha por Craig; más lagrimas afloran de sus ojos, indetenibles, y aunque quiere Gritar de impotencia por aquella despiadada confesión que no hace más que dañarle, se ve incapaz de hacerlo, aun cuando su boca se abre y se cierra a una velocidad pasmosa, solo atina a emitir chillidos lacónicos y lastimeros, como un animal herido a muerte, agonizante.

Rodea con rapidez la espalda del pelinegro, sujetando con fuerza el buzo azul que lleva puesto en ese momento, hasta el punto en que sus nudillos se tornan aún más pálidos de lo que ya están y deja de sentir sus dedos; sabe que Craig lo dice para reafirmar su punto y no por otra cosa, pero no por eso le duele menos, ¡joder!.

Tranquilízate― le dice, sujetándole el rostro con ambas manos, limpiando el rastro que las lágrimas habían dejado por sus mejillas al caer; obligándole a mirarle, los ojos oscuros usualmente inexorables de Tucker están súbitamente intranquilos, y no sabe en qué momento comenzó a hiperventilar ― por favor, cálmate…

Se obliga a respirar pausadamente, como si aquel tacto en sus mejillas fuera lo único que necesita para serenarse, y maldice internamente lo influyente que resulta el otro en sus acciones, porque si, ya está más calmado.

¿En qué momento se volvió tan dependiente de él…?, ¿Cuándo cambio?, ¿Cuándo se volvió tan patético?

Ese no es él, así no es Kenneth McCormick. ¿Qué le sucedió?

Entonces… -hablo, una vez que estuvo seguro de que su propia voz no lo traicionaría- creo que, sería prudente que me vaya – apartó con todo el tacto del que fue capaz a Craig, poniéndose en pie aun tambaleante, necesita salir de ahí de inmediato, de lo contrario seguramente, enloquecerá.

No es necesario que… ―Craig se levantó con rapidez, siguiendo a Kenny hasta la sala de estar. Se interrumpió a si mismo cuando McCormick se detuvo, sosteniendo agotado la perilla de la puerta ya abierta, y contuvo el aliento cuando él se giró solo lo suficiente como para verle a la cara.

Si lo es ―contradice, llevando su mano libre al bolsillo de su chaqueta, aquello está tomando demasiado tiempo y quiere acabarlo de una jodida vez porque puede arrepentirse si no lo hace; ya lo ha perdido todo y no quiere arriesgarse a perder el poco orgullo que le queda también― Pasare la noche fuera ―informa, solo por no preocupar al más alto― en la casa de Kyle o de Stan… o la de Cartman, donde sea, da igual. ― Se encoge de hombros sin dejar de mirarlo y continua― De cualquier manera, yo… pasare un día de estos, por mis cosas. Hasta entonces conservare las llaves, espero no te incomode.

En absoluto ―responde aun sin moverse, ya no tiene sentido detenerlo y ambos lo saben, pero sigue siendo igualmente difícil.

Craig sabe que es lo mejor, de haber demorado un poco más, de no haberle dicho… Todo sería mucho peor, catastrófico, quizá.

Y no se sentía capaz de haberlo mantenido a su lado, totalmente inocente de lo que sucedía a sus espaldas.

Debía agradecer que –aun para su sorpresa- Kenny había reaccionado relativamente bien, contrario a lo que hubiera imaginado, porque, si se sinceraba, esperaba un montón de improperios dirigidos hacia su persona –a su madre, que nada tenía que ver en aquello- , su familia, y claro, muchos, muchos golpes, que por supuesto, él no hubiera tenido tenido el descaro de devolver. ¡Y bendita su suerte!, porque aunque no lo pareciera, Kenny no tendría problemas en ganarle en una pelea, a pesar de todo, podía ser bastante violento cuando se lo proponía.

¿Estarás bien? ―pregunta, sintiendo como el estómago se le retuerce ante la pregunta, ahora que le ve tan decidido a marcharse, siente que no quiere dejarle, y se siente estúpido porque está siendo ridículamente contradictorio, le quiere lejos para no lastimarlo y al mismo tiempo ansia que se quede a su lado para intentarlo una vez más, se da cuenta -con pánico-, que la seguridad de antes está comenzando a flaquear y en cualquier momento puede retractarse de todo solo para no perderle, fingir que nunca dijo nada, y estar como antes.

Ya no está seguro de querer dejarle ir.

Kenny le mira con reproche, y no hay que ser un genio para darse cuenta de lo que quiere decirle al verlo con tal intensidad: "Mucho mejor que aquí".

Adiós, Craig. –Cierra la puerta con rapidez después de aquello, no queriendo ver cómo reacciona el otro.

No quiere pensar en nada, solo se aleja de ahí con pasos vacilantes, mañana será un nuevo día y podrá atormentarse tanto como quiera, por el momento ha tenido suficiente.


No se si lo habrán notado, pero intente meterle algo de comedia por ahi, no se si habrá cumplido su propósito (?)

Espero que no me hayan Salido muy Ooc, me esforcé mucho para evitarlo xd y que haya sido de su agrado. (Tengan piedad, es mi primer Fic de este cartoon sexoso ._.)

Recibo criticas, comentarios, pastel de chocolate, lo que quieran darme. Y recuerden, no los morderé si me dejan review... .w.

Hasta la proxima :33