Disclaimer: Ni Ichigo ni Rukia son míos, son de Tite Kubo, yo solo invente la historia.
Este es un reto para el foro StopRain (marca registrada xD)
Rukiah: Espero que te guste.
Este fic esta basado en la canción Muñeca de Trapo de La Oreja de Van Gogh, asi que si lo desean puede escucharla de fondo. :)
La tormenta retumbaba en sus oídos...
La lluvia golpeaba con fuerza su piel…
El corazón le latía a mil por hora…
Las lágrimas amenazaban por salir de sus ojos…
Sus piernas se movían lo más rápido que su cuerpo le permitía…
-¡Rukia!- escucho el grito de él detrás de ella. Mierda, debía apretar el paso.
-¡Rukia, espérame!
Ella agito la cabeza, intentando bloquear la voz del que la seguía.
No, ella no se detendría, no después de lo que ella había visto.
¿Por qué corría? ¿Por qué lloraba? ¿Por qué no se detenía? Ni ella misma lo sabía. No tenía ningún motivo para sentirse así.
Él no era nada suyo, ella no debía huirle, tampoco debería estar llorando…
Pero una cosa era la razón, y la otra el corazón. Y su corazón dolido y débil le decía que huyera, por que el amor que queria entregar, seria rechazado...
Muñeca de Trapo
Salto una cerca de madera con agilidad, intentando ponerle obstáculos al muchacho que le seguía.
-¡Rukia!- volvió a llamarla en un grito, pero ya se escuchaba lejano.
Ella no podía responderle. Por el simple hecho, de que ella no tenía voz.
Había perdido su voz cuando aún era una niña, por la misma extraña enfermedad que sufría su hermana mayor. Pero cuando lo conoció a él, todo su mundo cambio.
Deseo poder sacar su voz, poder decir su nombre, poder responder a sus preguntas sin la necesidad de escribir en un papel. Deseaba poder devolver las palabras hermosas que él le regalaba todos los días… deseaba poder gritar a los cuatro vientos que lo amaba como a nadie.
Pero se arrepentía…
¿Para qué? Si el ya tenía a alguien que era varias veces mejor que ella ¿Para qué? Si el ya tenía a alguien que lo amaba y tenía una bellísima voz con la cual decirlo por el resto de su vida ¿Para qué? Si justo cuando ella estuvo dispuesta a entregarle su corazón, lo consiguió besando a esa chica que era mil veces mejor que ella.
Porque esa chica era alta, y ella baja.
Porque era voluptuosa, ella plana.
Porque era delicada y alegre, ella ruda y seria
Porque su cabello era largo y claro, el de ella corto y obscuro.
Porque vestía de manera coqueta, con vestidos, faldas y blusas, ella con pantalones y sudaderas simples.
Porque era bonita y ella fea…
Porque esa chica, Inoue Orihime tenía voz, una voz melodiosa, dulce y cálida…
Pero ella, Kuchiki Rukia… era afónica… ella solo podía escuchar y observar aquel mundo cruel en donde había nacido.
"Tu escuchas, jamás hablas… eso está bien, ya que por la boca muere el pez, por las palabras, el mundo es como es, un lugar triste y cruel, pero si todas las personas fueran como tú, seguramente el mundo sería perfecto… Tu eres perfecta, Rukia."
Eso le decía su hermana Hisana, antes de que ella muriera por aquella misma enfermedad, que en su caso afecto a su corazón. Y en parte su hermana tenía razón. Pero en un mundo donde la palabra era la base de todo, la persona que no hablara, era como la ciega. Un bicho raro, un marginado.
Escuchar y jamás hablar… aquello no era un don… era una perdición.
-¡Rukia!- escucho un grito cercano, debía esconderse, no podía verle al rostro. Entonces consiguió un árbol enorme. Un árbol de cerezos en flor. Subió con agilidad a el, ese era su talento.
-¡Rukia! ¡Rukia! ¡¿Dónde estás?- subió justo a tiempo antes de que su único mejor amigo, su compañero de escuela, y su primer amor apareciera bajo el árbol. Agradeció tener un cuerpo menudo para poder esconderse entre los pétalos de cerezo y las ramas.
Observo con las lagrimas cayendo de sus ojos como el muchacho miraba a su alrededor, buscándola desesperado. Se detuvo por solo unos segundos observando hacia la copa del árbol, pero cuando ella pensó ser descubierta, el pelinaranja llevo su vista hacia el frente, empezando a correr otra vez.
Ella se dejo suspirar aliviada, mas las lagrimas siguieron corriendo.
El ver a una de sus amigas besando a su mejor amigo, al cual ese mismo día se había decidido a conquistar, fue como una patada en el estomago y una herida en el corazón…
Mas no le tenía rabia ni a Orihime ni a Ichigo… se tenía rabia a sí misma.
Por haber pensado que podía llegarle al corazón a ese muchacho, el chico mas apuesto y codiciado de toda la escuela, que tenia a todas las chicas del colegio detrás de él. Y ella era la rara del colegio, la que se sentaba en la esquina más obscura del aula, la que no tenía amigos, a la que le robaban el almuerzo y el dinero…
Hasta que él la hizo su amiga…
Ichigo tenía fama de galán mujeriego y buscapleitos, como aquellos chicos de las películas, solo que él era de carne y hueso… pero por dentro tenía un corazón, uno hecho de oro solido, ya que aunque al principio ellos se llevaron mal, cuando él supo de su discapacidad, se volvió el mejor amigo que ella jamás había tenido. Era su guardián personal, su entrenador, su fastidio ambulante, su traductor, el único que la entendía sin necesidad de las palabras…
Y ella, aunque al principio no confió en el, poco a poco se permitió abrirse a él, mostrarle que aunque por fuera ella parecía rara, por dentro era como todas las chicas.
Pero al encontrarle besándose con Orihime, entendió que él jamás tendría ojos para ella. Una incompleta.
Varios rayos cayeron, haciendo que sus oídos retumbaran. Ella cubrió sus tímpanos con las manos, soltando un jadeo. Dejando que los sollozos embargaran su cuerpo.
Lo que ella daría por poder hablar, le vendería su alma al mismísimo diablo, ardería en el infierno mil veces, por ver el rostro de Ichigo cuando ella le mostrara su voz. Sabía que aunque intentara llegarle al corazón a ese chico, el jamás se enamoraría de ella, por que teniendo a hermosas mujeres bajo sus pies, una chica como ella solo podría ser una amiga.
Eran simples reglas, no hablas, nadie te escuchara, nadie te tomara en cuenta. Por mucho corazón que haya dentro de ti, si eres una simple muñeca con la boca pintada, nadie te escuchara.
Lentamente bajo del árbol, empezando a caminar tambaleándose bajo la lluvia que pinchaba su piel bajo la pequeña falda y la camisa casi transparente.
Ese mismo día, antes de encontrarse con Ichigo y Orihime, su hermano Byakuya le había contado que si no hacían una peligrosa intervención médica, esa misma enfermedad que le hacia la vida imposible, dentro de muy pocos dias acabaría por completo su vida… literalmente…
-…ejh…- susurro, con la vista fija en el suelo -…nnn… I…- tenía que decirlo, debía hacerlo aunque fuera una sola vez, ya no le importaba nada…
-"Una sola vez… ya no importa si me quieres… así sea lo último que haga… ya no me queda mucho tiempo…"
-…I…- susurro entre las lagrimas, sabiendo que él no le escucharía…
-… Is…
-…sh…
-…ch…
-…Ich…
-… Ichi…
-…go…
-…Ichi…go…
-… Ichigo…
Después de muchísimos años… después tantas palabras que ella no había podido decir, tantas cosas horribles que había escuchado, tantos secretos que había ocultado…
Tantas veces que había deseado decir lo que iba a decir en este momento
-Te amo… - susurro dejándose caer de rodillas sobre un charco en el suelo. -…Te amo… Ichigo…-
"Dentro de unos días se hará la operación, así que por favor, Rukia, no quiero que te emociones demasiado, ni que hagas demasiado esfuerzo físico… la enfermedad llego a tu corazón, estas muy débil… así que será mejor que te despidas de tus amigos, pero ten cuidado."
Eso le dijo su hermano… pero ya no lograba recordarlo, de pronto todo se había vuelto borroso y frio, ya no lograba soportar el peso de su cuerpo y un fuerte dolor en su pecho que fulmino su cuerpo con rapidez la hizo gritar con fuerza antes de que su columna dejara de sopórtala, cayendo lentamente hacia adelante, chocando contra el agua y el suelo.
Valla… los doctores se habían equivocado… no le quedaba pocos días… sino pocas horas… bueno… al menos había podido decir el nombre del dueño de su corazón en contra de su enfermedad…
Tan solo logro pensar en la imagen de Ichigo, aunque no supo si fue su imaginación o si realmente paso…
Pero logro escuchar la voz de su amado llamándola a gritos antes de que todo se volviera negro…
"Sayonara… Ichigo… Te amo…"
Bueno, he aquí un reto cumplido.
Se supone que esto no iba a ser un oneshot, sino un longfic, pero ya que me habían retado para hacer un Ichiruki dramático, así que me decidí a adaptar la historia en mi mente y salió esto.
Ahora, tienen la opción de elegir, dejar el final así, o que suba un epilogo triste o feliz.
¿Un final triste o uno feliz?
Ustedes tiene el final de este fic en sus manos!
Rukiah, espero que te guste ¿suficientemente dramático para ti? xD
Entonces espero que les guste
Sayonara!
