Touya observó su reflejo en el espejo mientras se acomodaba la corbata. Había tenido una semana complicada. Su trabajo le había consumido toda la semana sin dejarle libertad alguna. Lo que menos quería era ir a una boda pero no veía forma viable de escapar del compromiso. Le apetecía muchísimo más pasar el día holgazaneando en ropa deportiva y en la noche salir en alguna conquista nocturna.

Se colocó el saco pensando que al menos podría ver a su familia. Los extrañaba más de lo que quería admitir; la rutina que demandaba el trabajo y el estudio los había distanciado en el tiempo. Su padre pasaba prácticamente todo el día en la facultad o en la casa de su prometida: Sonomi. Cierto, Touya se había olvidado por un segundo de quién era la boda.

Sonomi, la mejor amiga y prima de su madre ya fallecida, odiaba profundamente a su padre. Durante años, toda la familia de su madre había odiado a Fujitaka Kinomoto por la simple razón de que era un simple y pobre profesor. Nadeishko había optado por su esposo y se quedó a su lado hasta su muerte. A pesar de no querer admitirlo, Sonomi sabía que Fujitaka era un buen hombre y que había querido mucho a Nadeishko. Y en algún momento que nadie pareció notar, esa admisión se transformó en respeto y cariño, para llegar al dulce amor.

El día que anunciaron sus nupcias, Touya se sintió conmovido. Al fin su padre volvería a tener una compañera en la vida para formar una familia. Sakura, su hermana menor, también se sentía alegre por esta unión. No sólo pasaría a vivir en una casa de millonarios sino que viviría con su mejor amiga Tomoyo.

¿Hace cuánto que no veía a Tomoyo? Deberían ser cuatro o cinco años desde que había visto a su ahijada por última vez. Solía olvidarse de que tenía una ahijada ya que lo comprometieron a ser su padrino cuando Tomoyo cumplió los diez años y tenía alrededor de veinticinco. Pero no había un vínculo demasiado arraigado. Ambos eran muy correctos como para tratarse con demasiada libertad, pero le agradaba mucho y agradecía su amistad con Sakura.

Con las llaves en la mano, cerró la puerta del apartamento y descendió por el elevador. Luego de una última chequeada a su traje, (mas una mirada de aprobación por parte de su vecina del quinto piso), salió del ascensor para subir a su coche y conducir hacia la mansión Daudouji bajo la música de Muse.

II

Hacía un buen tiempo que Touya no iba a la mansión y se había olvidado de lo grande y elegante que era. Con sus jardines amplios, coloridos y arreglados. Y su majestuosa casa con sus partes modernas y antiguas haciendo juego mutuamente. Había que admitir que la casa tenía estilo y elegancia.

Comenzaba con un gran hall completamente vacío y una amplia escalera que llevaba al segundo piso. Había unas pinturas dispersas de Van Gogh, Picasso y Dalí colgadas en la pared. Si se pasaba por al lado de la escalera, se encontraba un pasillo donde estaba la puerta que llevaba a un pasillo que daba a la cocina. Debajo de la escalera había otra habitación que era un cine. Y del otro lado de la escalera estaba el despacho y biblioteca de Sonomi. En la planta alta de la casa consistía principalmente de habitaciones amplias y luminosas. Se preguntó cual sería la nueva habitación de Sakura y si ya habrían mudado las cosas de la vieja casa. Se hizo una nota mental para preguntar luego.

Estaba distraído en sus pensamientos cuando una de las empleadas se acercó a él para decirle que la acompañara al patio de la casa donde se desarrollaría la boda. Al acercarse al mismo, no pudo evitar sentirse abrumado por lo que veía. Todo el jardín estaba florecido por los árboles de cerezo. El color rosado de la flor de Sakura estaba por todas partes. Era claro que la habían elegido en honor a su madre ya que era su preferida y era la razón por la cual su hermana se llamaba así.

- ¡Touya!- dijo alguien a sus espaldas.

Una animada Sakura venía corriendo hacia su dirección. En otro tiempo, hubiera tenido miedo de que se cayera ya que era bastante torpe, pero ahora parecía lograr el equilibrio. Llevaba un vestido color crema con bordados en la misma tela. Dejaba todo el torso y espalda cubierto pero no tenía mangas y la falda era amplia llegando a las rodillas.

- Monstruo- gruñó él, intentando parecer un poco menos entusiasta de lo que en realidad estaba.

- ¿Qué tal me veo?- dijo, dando una vuelta con alegría.

- Meh. Supongo que Tomoyo hizo un buen trabajo.

Años atrás, Sakura hubiese golpeado a su hermano pero a esta altura ya se había acostumbrado a la acidez típica de su hermano.

- ¿Y donde está papá?- preguntó, observando a su alrededor. Habían alrededor de doscientas personas, de las cuales Touya desconocía-. ¿Y quienes son estas personas?

- Hay de todo. Algunos son colegas y clientes de Sonomi, otros son amigos,y también está toda la familia de ella y de mamá.

- ¿El abuelo?- preguntó.

- Sí, todos. Y quieren verte. Vernos. Están muy felices por todo esto. Al parecer se dieron cuenta de lo idiotas que fueron con respecto a papá.

- Ya iba siendo hora- dijo, mientras agarraba una copa de champagne de una de los mozos que pasaba por allí y bebía un trago para preguntar algo un tanto desagradable-. ¿Y donde esta…el coso?.

- ¿El coso?- repitió Sakura, divertida-. Si te refieres a mi novio, fue al baño. Es más, ahí viene. ¡Shaoran!.

Si había algo que a Touya le molestaba de sobremanera era ese mocoso. No podía evitar ser el mismo que quince años atrás, al ver esa cosa rosada y durmiente, prometió cuidarla y protegerla. Y se lo había tomado muy en serio. Puso el grito en el cielo cuando conoció a ese mocoso y sabía del momento en que lo vio que el sería un problema. Se sentía molesto de que aún siguiera junto a Sakura, de que estuviese creciendo y de que fuese inteligente y educado. Se dieron un seco apretón de manos.

- Con respecto a tu otra pregunta, papá está en el despacho de Sonomi. Sugiero que vayas ahora ya que eres el padrino de la boda.

Se le había olvidado por completo que tenía que hacer esa payasada. Pero todo fuese por su padre. Volvió a entrar a la casa pero antes hizo una parada al baño. Para su desgracia, los baños de la planta baja estaban ocupados así que subió y se metió en el primer dormitorio que vio vacío.

Luego de hacer lo suyo, se dispuso a salir. Pero se detuvo cuando vio que alguien estaba dentro de la habitación. Por alguna razón, se quedó inmóvil, dejando la puerta entreabierta para observar. Una chica estaba de espaldas a él, observándose al espejo mientras comenzaba a sacarse la ropa.

Cuando solo le quedaba la ropa interior, puso sus piernas sobre la cama y comenzó a deslizar su media por una pierna y luego por otra hasta que llegó a la cintura. Touya no pudo evitar sentir un cosquilleo al ver algo que le parecía muy sensual

Agarró el vestido que estaba colgado en el placard y se lo colocó lentamente para que no se rompiese. Le quedaba espectacular. La chica se dio una última mirada en el espejo y salió corriendo por la puerta.

III

Touya esperó unos minutos y cuando no escuchó los pasos de la joven, salió del baño para encaminarse al despacho pensando en que tal vez esa joven sería la victima de esa noche.

Su padre se encontraba sentado tranquilamente en el sofá, observando un poco de televisión.

- ¿Realmente estás mirando tele? Si tú nunca miras la tele…

- Necesito distenderme un poco. Hay muchos nervios en la casa.

- Me imagino – le dijo Touya, sentándose a su lado.

- Tomoyo está enloqueciendo a todos con los preparativos. A Sonomi no le ha quedado otra que consentir todos los arreglos.- dijo, exasperado-. Por cierto, eso que está sobre la mesa es para ti- señalo hacia una pequeña mesa que había allí.

Touya dirigió su mirada hacia un ramillete color rosado.

- Así que se ha acordado de las flores de mamá.

- Sí. Creo que es un gesto muy lindo de su parte.

Tocaron la puerta para anunciar una que ya era hora. Ambos hombres se pusieron de pie y se acomodaron mutuamente los últimos detalles frente al espejo. Fujitaka no había cambiado mucho excepto por las típicas canas de la edad. Pero su buen humor y actitud en la vida reflejaba su bienestar físico.

En cuanto a Touya, era un hombre alto y fuerte. Siempre se mantenía en buena forma y con la mente en funcionamiento, haciendo que siempre estuviese en movimiento. Con la edad, sus sentidos se habían vuelto más perceptivos y certeros. Si bien siempre fue maduro, con el correr de los años se había vuelto objetivo y metódico con lo que a las metas de su vida se trataba. Había logrado recibirse con honores de la universidad y comenzado a trabajar en una de las tantas empresas de Sonomi. Pero obtuvo su merecido ascenso a partir de mucho esfuerzo y compromiso con su trabajo.

- Bueno, padre. Vamos a casarte.

Ambos salieron hacia el patio y por instrucciones de la coordinadora de la boda, caminaron hacia el altar por el pasillo que se formaba en el medio de las sillas. Touya pudo vislumbrar mejor como estaba arreglado todo. La boda sería en el exterior y solo estaba decorada por las flores Sakura. La sillas estaban acomodadas en varias filas y todas estaban dirigidas hacia el altar. Una melodía dulce sonó desde algún lugar que Touya no pudo reconocer, dando la llegada de la novia. Pero primero caminaron las damas de honor.

Primero apareció Sakura quien parecía bastante nerviosa. Y atrás una chica de cabello largo y negro con una flor en unos de los costados. A Touya le costó reconocerla pero ya la había visto antes: era Tomoyo. Y la chica que había visto semidesnuda. Volvió a sentir ese cosquilleo debajo del vientre y no podía creer que esa era su ahijada y futura hermanastra. Llegó hasta el altar y se colocó a un lado del mismo. Touya se quedó observándola fijamente por unos minutos. Y ella pareció notarlo ya que le dedicó una mirada curiosa.

Como era de esperar, el vestido que lucia la novia no era nada sencillo. Era ajustado al cuerpo hasta la cintura y luego la falda se volvía amplia. Era cerrado en la parte delantera y la espalda quedaba a la vista por la transparencia de la tela. Tomoyo se había lucido con el diseño.

El servicio no duró más de veinte minutos y luego del típico beso, Fujitaka y Sonomi eran marido y mujer. Luego de la algarabía que celebraba el enlace, comenzó el banquete. Tanto los novios como los hijos estaban sentados en una mesa larga, delante de la pista de baile. Touya observó del otro lado de la mesa como Tomoyo estaba en la pista de baile, dándole instrucciones al equipo de video y fotografía. Con lo maniática que Tomoyo era para el tema de videos y fotos, Touya no dudaba de que se hiciera cargo de que todo estuviese perfecto. Cuando terminó de hablar, chequeo rápidamente todos los detalles de la fiesta y luego se acercó a donde estaba él.

- Tanto tiempo, padrino- le dijo ella, con una sonrisa que lo derritió un poco. Imposible reconocerla, pensó, ya que sus rasgos habían cambiado mucho. Ya no tenía la inocencia dulce que la caracterizaba. Era mucho más vivaz de lo que Touya la recordaba. Se sentó a su lado y con ojos acusadores, dijo:- Te has olvidado por completo de mi existencia.

- He estado un tanto ocupado- se disculpó Touya.

- Lo sé, lo sé. Se que eres mi padrino por compromiso, por eso no te recrimino nada. Pero podrías habernos visitado antes. Mamá y tu padre están juntos hace dos años.

- Es cierto. No tengo excusa para eso- dijo, mientras tomaba un trago de vino.

- ¿Y qué te parece?- le preguntó, hablando de la fiesta-. He puesto todo mi empeño en la organización.

- De lujo. Se nota tu mano en todo esto.

- Entonces me quedo contenta. Ahora, como organizadora, debo pedirte una mano. Sabes que a mi me gusta cantar y pensé en dedicarle una canción a estos dos. Pero necesito de tu ayuda en el piano. La melodía ya que la conoces- lo dijo sonriendo con los ojos.

- ¿Ah, sí?

- Aja. Es más, debo pedirte que vengas a la casa conmigo para practicarla. ¿Te animas?

- Bueno…- dudó Touya-. Me hubiera sentido más cómodo si me hubieses avisado antes.

- Oh, vamos. Ni que fuese algo súper elaborado. Ven- le dijo, mientras le sujetaba la mano y lo tiraba para que se pusiese de pie.

IV

Caminaron juntos hacia la casa hasta llegar al living donde estaba el piano de cola. Levantó la tapa que cubría las teclas y comenzó a tocar la melodía. Touya se apoyó en el piano, con un brazo sobre el piano y las piernas cruzadas. Claro que recordaba esa melodía: era la melodía que su madre le había enseñado de niño y que, hasta el día de hoy, la podía tocar con los ojos cerrados.

- ¿Cómo sabias de esta melodía?- inquirió Touya.

- Mamá me la enseñó desde muy pequeña. Era la favorita de tu mamá y se que tu también la sabes tocar.

- Así es- asintió Touya-. Pero no sabía que tenía una letra.

- No la tiene. Yo la compuse para esta ocasión.

Touya la miró sorprendida.

- Se que es una canción que ha todos les gusta. Y me pareció que sería un lindo gesto para mamá y tu padre- explicó, mientras se ponía de pie y daba paso a que sentase.

Inmediatamente, los dedos de Touya recorrieron las teclas para interpretar la melodía. Pronto la voz de Tomoyo la acompañó; era tan sedosa y armónica como la recordaba. La letra era muy poderosa y tierna e ideal para la ocasión. Hablaba de cosas como el compromiso, la pasión y el amor. Cuando se terminó, ambos se miraron sonriendo complacidamente.

- ¿Y qué te parece?- le preguntó Tomoyo.

- Te has lucido- le dijo él con voz débil.

- Eso espero- le replicó ella sonriente.

Cuando volvió a interpretar la melodía, se sintió sumamente conmovido. Estar haciendo algo así de especial junto con Tomoyo lo emocionaba más de lo que él creía. Sintió como esa bella joven solo le cantaba a él, de una manera tierna y sensual a la vez.

Todo en esa chica lo llamaba. Su cabello, su cuerpo, su mirada, su sonrisa, su voz. ¿Como podía ser que se pusiese así si el ni siquiera se acordaba de ella? Respiró con dificultad mientras todos aplaudían luego de que la canción culminase. Tenía que alejarse de esa pequeña morocha.

Para su alivio, la fiesta estaba llena de bellas jóvenes sin compromiso y no demoró en encontrar alguna victima para pasar el resto de la fiesta y noche.

Buenas, buenas. Acá les dejo esta historia que se me ocurrió entre estos dos y creo que va a estar muy interesante tanto leerla como escribirla.

Espero que la quieran seguir y tengan la paciencia y la MENTE ABIERTA que se necesita para disfrutar.

Dos cosas que quería decir:

- Por alguna razón, Fanfic me odia y no me sube los capítulos como yo los edito, así que pido disculpas por el desorden (no deseados) de los textos.

- Siempre tengo una "banda sonora" dedicada a mis fics. Así que en todos los capítulos, voy a mencionar un tema que haya escuchado mientras escribo. Por ahí, ustedes también desean ir recopilando estos temas y escucharlos mientras leen.

Esta vez se trata de un tema llamado "White Demon" de The killers. Se los recomiendo ya que es muy bueno.

Nos leemos pronto,

Aknuk