---LUMINOSIDAD---
Por: Andy Galadrim
CAPITULO UNO: "ENCUENTRO EN EL DESIERTO"
Maldijo de nuevo y siguió caminando con dificultad debido a la caliente arena, tras limpiarse el sudor de la frente y de los ojos tratando que su visión mejorara levantó el traste que llevaba en la cintura y acercó la boquilla a sus labios pero profirió un gruñido cuando no cayó ni una gota de agua.
- perfecto…el día sigue mejorando…-murmuró para si e inconscientemente llevó su mano al bolsillo derecho de su camisa y apretó el pequeño objeto que receloso guardaba ahí.
Avanzó unos metros mas con el paso cada vez mas lento hasta que deteniéndose un momento para buscar alguna protección momentánea contra el intenso sol se fijó en una gran roca, pero lo que llamó su atención no fue la tentadora sombra que ésta producía sino la presencia de alguien sentado con tranquilidad en medio de la piedra. Se acercó sin pensarlo para poder distinguir mejor a la figura.
- vaya, eres muchísimo mejor que la alucinación pasada- mencionó llamando la atención del chico.
- ¿por qué piensas que soy una alucinación?- el otro sonrió y lo miró mejor, un delgado chico de 16 años aproximadamente con la piel blanca como porcelana a pesar del intenso sol y que irradiaba cierto brillo antinatural, con los ojos azul ártico y el cabello rojo fuego que se agitaba levemente con el quemante aire al igual que su ropa que era blanca y holgada.
- ¿por qué será?- dijo y se dejó caer con alivio en la sombra. Cerró los ojos y sacando un pañuelo se secó el sudor de la cara para abanicarse después con su ropa.
- ¿quieres agua?- preguntó el chico asomando el rostro desde arriba de la piedra.
- creí que ya habías desaparecido, no puedo creer que siga teniendo energías para esto…- escuchó el ligero sonido de pasos y al abrir los ojos se encontró con el chico frente a él mirándolo de manera curiosa.
- ¿sí señor alucinación? Sí fueras real no dudaría en lanzarme sobre ti pero…-
- ¡no soy una alucinación!- lo interrumpió molesto y terminando de caminar la distancia que los separaba le dio un golpe en la frente con la palma de la mano.
- ¡oye!- se sobó la frente y miró como el pelirrojo se sentó frente a él dónde la sombra no llegaba y después le extendió una botella casi llena con agua.
- he enloquecido por fin…- y agarrando lo que le ofrecían no dudó en beber más de la mitad del delicioso liquido.
- ¡¡ah!!¡¡que delicia!!- devolvió la botella- me llamo Bryan Kusnetzov- se presentó seguidamente.
- yo 12-
-¿he?- el ojiazul agitó la cabeza pensándolo mejor.
- Yuriy Ivanov-
- ¿y que hace un chico como tú aquí en un bello desierto como este?-
- huir-
- ¡¡qué coincidencia yo también!!, oye, porqué no te acercas, te achicharrarás- dijo palmoteando la arena a su lado.
- así estoy bien-
- eres muy extraño…y pareces ruso como yo- dijo analizador.
- no, solo soy un simple experimento- dijo el Yuriy como si recitara frente a un maestro una lección que se sabe de memoria.
- de acuerdo esto ya se puso raro…- el otro bajó el rostro.
- ¡¡pero el calor hace que uno diga cosas raras así que no te preocupes!!- le dijo restándole importancia al asunto con un movimiento de su mano.
- pero basta de descansos tengo mucho que caminar y si no me apresuro me agarrará la noche y me moriré de frío- respiró hondamente y se levantó sacudiendo su pantalón.
- ¡adiós Yuriy!- se despidió y se fue alejando poco a poco pero al avanzar unos metros la curiosidad pudo más con él así que miró a sus espaldas y como sospechaba el chico continuaba en la misma posición observándolo con sumo detalle.
- demonios…- regresó lo andado y una vez frente a Yuriy extendió su mano.
- vamos, seas o no seas una alucinación no te dejaré aquí- el otro lo pensó unos segundos hasta que aceptó la mano aún extendida y se levantó.
- ya te dije que no soy una alucinación-
- sí, sí, como sea…-
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- ya está anocheciendo…-
- y ya te terminaste toda el agua- dijo agitando el traste vacío.
- ¡obviamente! Lo extraño es que tú no tengas sed con este enorme calor-
- tendremos que acampar, no es mucho pero tengo una cobija y tal vez pueda encender una fogata- comentó y Yuriy miró su reloj.
- ¿tienes una lámpara?- preguntó y Bryan asintió señalando un lugar que le pareció adecuado para detenerse.
Cuando llegaron abrió la mochila que cargaba y después de rebuscar en ella por un rato sacó una linterna de 30 centímetros y se la dio al pelirrojo que un poco ansioso la encendió y se alumbró con ella. Bryan lo miró extrañado pero no le dijo nada en pago del agua que se había tomado.
Las horas comenzaron a pasar y Bryan se había quedado dormido rápidamente presa del enorme cansancio pero solo habían pasado algunas horas cuando el frío comenzó a despertarlo, entreabrió los ojos y enfocó a su sentándose de golpe cuando vio a Yuriy observar extasiado un rubí de 10 centímetros.
- ¡¡¿¿cómo me la quitaste sin que me de cuenta??!!- preguntó arrebatándosela y regresándola a su bolsillo derecho.
- ¡nunca había visto algo tan bello!¿qué es?- preguntó ignorando la pregunta del ojiverde alumbrándose de nuevo con la linterna.
- es un rubí sangre de paloma, es muy valioso así que ¡no vuelvas a tocarlo!- le gritó molesto.
- de acuerdo, lo siento- acomodó la linterna de tal forma que podía seguir alumbrándose y se talló su pie. Bryan lo observó y fue cuando se dio cuenta de que el otro no llevaba zapatos.
- déjame ver- pidió.
- no es nada- dijo sin mirarlo pero Bryan se inclinó para ver mejor.
- ¡idiota, ¿por que no me dijiste nada?!- dijo al ver las ampollas y la piel enrojecida.
- qué más da, soy una alucinación ¿lo recuerdas?-
- ¡no vas a…!- calló de golpe cuando el sonido de un helicóptero acercándose le llegó a los oídos.
- ¡demonios!- se levantó y le echó arena a la pequeña fogata que había encendido.
- ¡¡Yuriy apaga la linterna!!¿Yuriy?- divisó al pelirrojo de pie, con la luz alumbrando su rostro y mirando al cielo con expresión concentrada.
- ¡¡IDIOTA, QUÍTATE DE AHÍ!!- le gritó corriendo hacia él preocupándose cuando las luces des helicóptero se acercaron a ellos.
- creo que es Kai…- escuchó que dijo antes de que tomara su brazo y lo obligara a correr tras él pero tras recordar las heridas del menor se detuvo solo el tiempo necesario para levantarlo en brazos y correr fuera del alcance de las luces.
El peso extra, la arena y el cansancio hicieron que su velocidad desminuyera a cada paso y para su mala suerte una luz los alcanzó y segundos después una lluvia de balas se disparó en su contra. Jadeó cansado y aceptando que no viviría para ver el amanecer del siguiente día miró por última vez al chico que cargaba y vio como éste miraba fijamente al helicóptero.
De pronto las luces se apagaron y aunque los disparos se siguieron escuchando Bryan se apartó del camino y se dio la vuelta para ver como el helicóptero tras volar un poco descontrolado unos momentos se alejó del lugar perdiéndose en la lejanía.
- ¡¡qué suerte!!¡eso estuvo cerca!- dijo para después mirar a Yuriy, éste con la expresión somnolienta le devolvió la mirada al mayor y Bryan pudo haber jurado que la brillante luz que antes rodeaba al ojiazul había disminuido.
Le llevó varios minutos encontrar el lugar en donde había dejado sus cosas ya que el cielo no estaba despejado y la luz de la luna alumbraba tan solo por momentos, sin embargo Yuriy no había soltado la linterna y con su ayuda logró dar con el sitio que buscaba. No pudo volver a conciliar el sueño a diferencia de Yuriy quien durmió profundamente.
Miró de reojo al hermoso chico y sin poder evitarlo posó su mano en la suave mejilla comprobando lo que ya antes había sentido cuando había dormido junto al chico la primera vez. Su cuerpo no estaba ni frío ni caliente sino que desprendía una calidez que no parecía ser afectada por el tipo de clima que los rodeaba además su piel conservaba su pálido tono a pesar del ardiente sol de la mañana.
- definitivamente me volví loco- murmuró y suspirando desvió su mirada hacia el cielo.
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- ¡por fin salimos de este infierno!- dijo vislumbrando una población cercana.
Momentos después ya avanzaba entre escasas personas (por la hora) pero las constantes miradas hacia su compañero lo pusieron incómodo y lo obligaron a detenerse en cuanto vio a una niña. Se acercó lo suficiente para que ella lo escuchara pero no pudiera distinguir bien su rostro que estaba escondido tras su cobija que se había colocado a modo de capucha.
- ¿puedes verlo?-
- ¿al chico brillante?- preguntó la chiquilla estirando la mano para tocar al pelirrojo pero la fiera mirada de Bryan hizo que desistiera y tan solo continuara observando con curiosidad al chico que era transportado en la espalda del mayor.
- te dije que no era una…-
- si, ya lo sé, solo tenía la esperanza de que así fuera…lo primero será encontrar un lugar para comer-
- ¡hay un buen restaurante aquí cerca!- indicó la niña- tan solo de la vuelta a la izquierda en esa tienda-
- gracias- le dijo Yuriy sonriéndole y Bryan sin poner objeciones se dirigió al lugar indicado.
No era el mejor lugar del mundo pero vendían comida y había mesas y sillas que parecían muy cómodas así que Bryan bajó a Yuriy y después de ordenar sacó un celular de su pantalón.
- ¡Spenc!...............por supuesto que lo tengo ¿con quién crees que hablas?...............mañana a las 9 en…- levantó el menú- el dingo glotón……………¡¡no llegues tarde!! – colgó.
- ¿hablabas del rubí?-
- escucha pequeño, no tengo nada contra ti pero debes olvidar por completo que me conociste, comeremos, te compraré unos zapatos y nos dividiremos ¿de acuerdo?- molesto, Yuriy frunció el ceño y levantándose se marchó sin decir nada.
- ¡me hubieras dejado en el desierto!- dijo de pronto sin voltear a verlo.
- ¿qué…?¡¡Yuriy!!-lo llamó comenzando a caminar tras él pero se detuvo dándose cuenta de lo que hacía así que se sentó de nuevo.
- no es mi problema…-
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- le dije a ese idiota que no llegara tarde…-farfulló mirando su reloj y tamborileando los dedos sobre la mesa. En ese momento tres hombres de alta estatura y complexión musculosa entraron al lugar y lo inspeccionaron cuidadosamente con la mirada. Bryan bajó un poco el rostro para que no lo reconocieran y discretamente acercó la mano al arma que escondía.
- ¿ha visto a este chico? – le preguntaron mostrándole una foto rajada con el rostro del pelirrojo.
-…-
-¿lo ha visto?- preguntó de nuevo el sujeto pero se alejó cuando uno de sus compañeros lo llamó señalando a un hombre que hablaba con su tercer acompañante. De pronto recordó algo que el chico le había dicho.
- ¿y que hace un chico como tú aquí en un bello desierto como este?-
- huir-
- solo soy un simple experimento…-
- no es mi problema…- se repitió lo mismo que el día anterior para convencerse.
- Bryan, lamento llegar tarde es solo que...¿Bryan?- miró al fornido rubio que estaba sentado frente a él.
- sí…-
- bien, ya está todo preparado, el avión te estará esperando a las 2 en el aeropuerto, tu dinero ya está depositado así que ya puedes dármela- dijo entusiasmado extendiendo la mano. Bufó y sacó el rubí envuelto en un pañuelo. Spencer le echó un pequeño vistazo para comprobar el objeto y cuando lo hizo sonrió ampliamente.
- ¡¡siempre es un placer hacer negocios contigo!!, ahora, ¿comeremos antes de que te vayas?- pero Bryan ya se había puesto de pie.
- prueba la carne por mi…- dijo y salió corriendo en búsqueda del chico pelirrojo. A lo lejos los hombres vestidos de chaqueta negra avanzaban entre la gente buscando impasibles en todos los rincones. Corrió tras ellos, pero no tenía ni la más mínima idea de donde estaría Yuriy así que los siguió.
Las horas pasaron pero a los hombres no parecía importarles eso, ni siquiera tenían problemas al irrumpir en casas y comercios cuando creían encontrar a su objetivo. De un momento a otro todos siguieron el llamado del más alto de ellos y entraron a lo que parecía ser un edificio abandonado.
- ¡¡oye tú gorila!!- llamó al que se había quedado rezagado para hacer una llamada y al mismo tiempo buscó a su alrededor algo útil.
- ¿qué quieres?-
- ah…- miró a sus lados y suspiró derrotado.- ni modos…-y tomando impulso saltó para patear la parte más delicada del sujeto frente a él.
- no puede ser…- mencionó cuando el otro no se inmutó ni un poco. El hombre sonrió y Bryan lo imitó.
- lo harás divertido ¿he?- y tras decir eso tronó sus dedos y su cuello.
El tipo parecía divertirse al detener todos los golpes y patadas que Bryan le mandaba sin preocuparse en lanzar su propio ataque en ningún momento.
- ¡lo tenemos!- escucharon en la voz de alguien que bajaba las escaleras.
- fue divertido pero ya es hora de terminar- dijo Bryan sonriendo más ampliamente y en un rápido movimiento tomó al hombre del brazo y lo lanzó al suelo con fuerza para después golpear su nuca con el codo. Se permitió lanzar una diabólica risa de éxito antes de sacar la pistola y apuntar hacia las escaleras.
- ¿llamaste a…?-
- suéltenlo- ordenó con una sonrisa y una expresión por demás asesina.
Los hombres se miraron entre ellos y luego al hombre que estaba en el suelo. Yuriy miró con asombro a su salvador y cerró los ojos levemente cuando sus captores sostuvieron su brazo con más fuerza.
- ¿lo tengo que repetir de nuevo?- preguntó y uno de los tipos acercó la mano a su chaqueta pero antes de que llegara profirió un quejido y se inclinó pues una bala había traspasado su pierna pero no soltó a Yuriy.
- ¿también quieres una? ¡¡SUÉLTENLO!!- gritó y aflojaron su agarre, Yuriy les sonrió burlón y caminó hacia Bryan- bien…- dijo éste antes de dispararle al otro sujeto en la pierna.
- precaución- dijo y tomando al chico de la mano retrocedió hasta salir del edificio.
- se rompió tu linterna- mencionó mientras corrían y Bryan se rió.
- oye, no disminuyas la velocidad- reclamó jalándole el brazo con mas insistencia.
- Bryan…- murmuró el otro- me inyectaron al…- perdió el conocimiento sin terminar la frase.
- ya te gustó que te cargue ¿no?-
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo Holas!!! Nuevo fic jojojo y eso no quiere decir que vaya a dejar los demás eh!! Tómenlo como una de esas historias extras que a veces traen los mangas…y ya está terminado así que la actualización depende de sus hermosos reviews!!!
Se cuidan y nos vemos!!!!!