Antes del torneo de Majin Boo. Bulma y Vegeta viven juntos en Capsule Corp junto a su hijo Trunks, su vida es tranquila: Bulma trabaja y está con su familia, siempre que puede y Vegeta entrena y también está con su familia. Un día, sin embargo, Vegeta detecta dos kis poderosos en la tierra, lo que no se imagina es quien o quienes han llegado, ¿cambiará su vida tras ese descubrimiento o seguirá como siempre?

1. No puede ser.

Después de la derrota de célula, Vegeta decidió formalizar su relación con Bulma y consolidar su familia ya que Trunks necesitaba a sus padres, sobre todo a él, al superar su depresión después de la muerte de Goku y de sufrir una humillación por culpa de Son Gohanda y su padre.

Estaba entrenando en su cámara de gravedad cuando alguien llamó a la puerta, él siempre dejó claro que no querían que lo interrumpieran mientras se ejercitaba, pero nunca le hacían caso.

- ¡DEJARME ENTRENAR! NO ME MOLESTÉIS – gritó el príncipe, ignorando quién era la persona que llamaba a la puerta. Al cabo de 5 minutos, la persona seguía insistiendo así que decidió echar a quien estuviera llamando. Cuando abrió la puerta, no dijo nada.

- Lo siento papá, no quería molestarte, sólo quería saber si puedo entrenar contigo – dijo Trunks, de 6 años, estaba solo jugando en el salón cuando se aburrió y decidió ir junto a su padre, le gustaba estar con él, con su madre también, pero era diferente.

- Hmp… pasa, pero seguirás mi ritmo porque no pienso bajar de nivel, te lo advierto

- No te preocupes, soy muy fuerte – dijo el niño en posición de pelea. Por dentro, Vegeta se sentía dichoso y contento de que su hijo quisiera superarse a sí mismo, además, verlo en posición de combate le recordaba cuando entrenaba con su padre y en el fondo, estaba orgulloso de él.

- Muy bien, empecemos. – dijo el príncipe iniciando el entrenamiento con su hijo.

Bulma estaba en su laboratorio repasando unos logaritmos de un proyecto que llevaba con su padre en la empresa, todavía no era la presidenta, pero ejercía varias de sus funciones, lo prefería así para poder disfrutar de su familia y para poder pasar más tiempo con su marido como una pareja normal, aunque con Vegeta no hay nada normal.

- Bien, esto es igual a esto y me llevó… - estaba con el logaritmo cuando su padre entró en su laboratorio.

- Hola hija, ¿ya has terminado?

- Estoy en ello papá, pero me está costando un poquito. ¿Pasa algo?

- No hija, sólo venía a decirte que vayas a descansar y sigo yo, además tienes que atender a tu familia también – A Bulma no le hacía gracia que su padre se hiciera cargo de su trabajo, era su responsabilidad, pero también era cierto de que debía dedicar tiempo a su familia y eso era lo que iba a hacer.

Vegeta y Trunks continuaban entrenando, no habían cesado desde que el infante fue junto a su padre, en menos de un minuto, hubo otra interrupción y, como no podía ser de otra manera, el príncipe reaccionó mal como había sucedido anteriormente.

- ¿AHORA QUIÉN MOLESTA? – fue a abrir la puerta y debió comprobar quién llamaba porque no le iba a gustar la respuesta que iba a recibir.

- ¿Cómo has dicho Vegeta? Yo llamó cuando me dé la gana, para eso eres mi marido y yo, tu mujer, ¿lo has entendido? – esa actitud es una de las cosas que más le gusta a Vegeta de su mujer: el carácter que tiene, que era propio de un saiyan, iba a iniciar una serie de improperios debido a la respuesta de su mujer, pero se detuvo en seco ya que esa situación lo estaba excitando de una manera que él solo sabía cómo aliviarla pero no podía porque su hijo estaba dentro de la cámara de gravedad. – Vaya parece que te gusta que te desafíe y te conteste así, ¿no? – dijo ella de forma coqueta, acercándose a él y acariciando su pecho de forma sensual provocando que el príncipe emitiera un ligero gemido, era tan bajo que ni su hijo lo oiría.

- Bulma no podemos ahora…

- ¿Por qué? – dijo ella sensualmente en su oído. Eso habría bastado para que se entregaran a la pasión, pero, de nuevo, Vegeta detuvo a su esposa.

- Trunks está dentro, estábamos entrenando, dejémoslo para la noche

- Está bien, pero esta noche te vas a enterar príncipe saiyan – cuando él se dio la vuelta para volver a entrar, su mujer le cogió de una nalga, provocando que el príncipe se sonrojara fuertemente – así es como me gusta verte, cariño.

El tono de ella cambió cuando vio a su pequeño:

- Hola mi niño, veo que has entrenado con papá, ¿qué tal te fue? – preguntó ella entrando en la cámara y cogiendo a su hijo en brazos

- Muy bien, he progresado mucho, ¿podemos ir al parque ahora mamá? – preguntó, inocentemente, Trunks

- Sí, claro, ¿verdad que si Vegeta? – la mirada de ella era muy clara, estaba incitando a su marido a que su respuesta fuera positiva porque sino su niño se desilusionaría.

- Bueno… está bien, pero solo porque has hecho grandes progresos Trunks

- Gracias papá – el infante abrazó a su padre por la cintura

- Bueno hijo, ve a ducharte y a cambiarte – dijo ella

- Siiii, vamos al parque, vamos al parque… - tarareo por el camino el niño de la casa.

- Ya ves que con poco has hecho feliz a nuestro hijo

- Hmp

- Bueno, ¿nos cambiamos? – dijo ella cogiendo de la mano a Vegeta para que fueran a la habitación conyugal a cambiarse de ropa para su paseo.

En otra punta del planeta, una nave, un poco más pequeña que la de Goku cuando fue a Namek, aterrizó en el terreno, de ahí salieron dos figuras regias y fuertes, eran hombre y mujer.

- Aún nos quedan muchos planetas, pero en este no hemos buscado todavía

- Esperó que esté en éste porque estoy harto de buscar, llevamos décadas recorriendo todo el universo

- Relájate y no me pongas más nerviosa, buscaremos y si no está, seguiremos buscando, ¿entendido?

- Entendido

En la Ciudad del Oeste, la familia Brief estaban disfrutando del paseo, después de haber paseado por el parque, decidieron ir a tomar algo a una cafetería cercana, Vegeta echó pestes sobre esa idea, pero Bulma lo frenó enseguida diciendo que a Trunks le haría ilusión y además que le vendría bien descansar sino no se volvería más fuerte, para mala suerte del príncipe, ella tenía razón, pero nunca lo admitiría, además le gustaba disfrutar así de su vida con algo que nunca tuvo jamás: una familia.

Estaban en la terraza de la cafetería cuando, de repente, a Vegeta se le encendieron todas las alarmas porque notó la presencia de dos kis muy poderosos y que bajo ninguna circunstancia pensó que volvería a sentir en su vida, Bulma se preocupó porque hacia tiempo que su marido no estaba así de tenso.

- No puede ser… es imposible – dijo Vegeta con los ojos muy abiertos

- ¿Qué ocurre? – preguntó Bulma

- Coge al niño e iros a casa, no salgáis hasta que yo vaya junto a vosotros, ¿entendido? – Bulma quería saber que pasaba, pero sabía que, si su marido estaba en ese estado, no sería nada bueno así que decidió hacerle caso e irse a casa.

- Está bien, ten mucho cuidado

- Hmp… volveré enseguida. Vete ya – ordenó el príncipe

Salió volando a velocidad supersónica hacía la localización de los dos kis, si son quienes él pensaba, estaría en un problema muy grande.

"Que no sea lo que yo creo…" pensaba angustiado Vegeta.

Continuara…