Un bello día de primavera. El frío invierno ha quedado atrás y ahora el sol recupera su trono en el cielo.

Debajo las flores brotan llenando de color y aromas el ambiente.

En la escuela secundaria Canterlot, un nuevo día de clases está por comenzar, poco a poco los jóvenes estudiantes van llegando dispuestos a dar sus clases.

Pocos y ninguno da nota de una chica parada frente a la estatua de la escuela.

Esta chica observa hacia el corcel símbolo de la escuela.

¿?: … la escuela Canterlot. … es mi tercera escuela este año… me pregunto si…

Su voz es solo un susurro para sí misma, y luego se gira para ingresar en la escuela.

Mientras dentro del edificio, en la oficina de la directora de la escuela, vemos a esta misma, Celestia, sentada en su escritorio, su rostro es calmo, pero se nota una ligera tensión en su cuerpo.

Abre los ojos solo un poco, y los lleva hasta un documento asentado a un lado. Separado de tantos otros en el escritorio, su mirada fija en lo escrito en la parte superior.

"Solicitud de Transferencia"

Esas palabras le dan un ligero escalofrío por alguna razón. Y su mente regresa en el tiempo hasta hace una semana.


La solicitud de transferencia es dejada en su escritorio con cierta prisa, pero de manera ordenada. Celestia la toma, y la mira, se permite a sí misma releer lo escrito en la hoja un par de veces, e incluso luego necesita de un momento en silencio para pensar.

Tras varios minutos que se sintieron demasiado largos, lleva su vista hacia su hermana menor, y colega sub directora de la escuela, Luna.

Celestia: … es una broma…?

Luna alza una ceja pero su rostro se mantiene tan serio como es costumbre en ella.

Luna: Llevamos más de 30 años de conocernos. Recuerdas alguna vez que yo haya hecho una broma?

Su voz es tan seria como siempre, y Celestia intenta decir algo, pero su voz se atora en su garganta.

Ninguna de las hermanas vuelve a hablar. Celestia está aún sorprendida y pensativa, Luna por su parte, aunque se mantiene calma no parece segura que decir.

Finalmente es la menor quien rompe ese incómodo silencio.

Luna: en cualquier caso, ya confirmé sus documentos, y su registro académico, no hay razón para negar la solicitud. … no una formal.

La hermana mayor apoya un brazo en el escritorio y se toca la frente con sus dedos, parece dolerle la cabeza de pronto.

Luna: … claro que tampoco estamos obligadas a aceptarla. Quieres que llame y diga que-

Celestia: no.

Interrumpe secamente la directora y se endereza en su asiento.

Celestia: no podemos rechazar a una estudiante solo por emociones personales.

Luna: esto es, un poco más complicado que eso.

Celestia decide no hablar más, y simplemente toma un sello en tinta verde, presionando este sobre la solicitud. Luna no habla ni hace nada ante esa acción. Ese sello y una firma completan los espacios en el documento.

Celestia: listo.

Luna: … estás segura de esto?

Celestia: honestamente Luna, desde hace tiempo no estoy segura de nada.

La sub directora no responde, solo toma la hoja y se da la vuelta para retirarse. Ya en la puerta, se gira levemente y da una última palabra.

Luna: un nuevo capítulo en nuestra escuela va a empezar. Mejor nos preparamos.

Con eso, la mujer "oscura" se retira. Su hermana solo queda en silencio con sus pensamientos. Viéndose sola se deja caer en su asiento.

Celestia: … ya estoy lista para que acabe…


Ese recuerdo tan firme y vivo en su cabeza la hace casi estremecerse. Se obliga a dejar su cuerpo inmóvil, negándose a mostrar algún temblor.

Celestia: habré hecho lo correcto…?

Se pregunta internamente, por supuesto, nadie puede darle una respuesta.

Pasan un par de minutos en silencio, la mujer aún preparándose para lo que viene. Y es entonces, que se oye un toque a la puerta.

Celestia se permite un segundo para calmar su respiración, enderezar su espalda y hombros, y mantener un gesto sereno y maduro en su rostro. Luego de eso, habla.

Celestia: adelante.

Pasa un segundo, luego otro, y entonces se ve el picaporte moverse, la puerta se abre, ni rápido ni lento, solo se abre, y alguien ingresa.

Celestia siente sus hombros tensarse, pero se obliga a bajarlos y no mostrarse nerviosa. Se aclara la garganta para que su voz no le falle, y da una sonrisa amable y tranquila.

Celestia: buenos días, bienvenida a la Secundaria Canterlot. Soy la directora Celestia.


Suena la campana que da inicio a las clases del día.

Los estudiantes toman cada quien sus lugares. Entre ellos, está el reconocible quinteto, apodado, las "rainbooms".

Las cinco amigas no suelen compartir todas una misma clase al mismo tiempo, por lo que es un día singular para todas.

Hay un par de conversaciones y saludos más entre todos los alumnos, hasta que se ve al maestro ingresar al salón.

Maestro: buen día estudiantes. Se que todos están ansiosos por empezar la clase.

El tono del maestro tiene un ligero toque de sarcasmo bromista, cosa que suelta unas pequeñas risitas de algunos estudiantes.

Maestro: sin embargo tendrán que calmar sus ansias, ya que tengo un anuncio. El día de hoy se nos unirá una nueva estudiante a la escuela.

La noticia gana las respuestas esperadas. Hay sorpresa, algo de confusión, pero mucho interés, y en algunos, hasta emoción. La joven de esponjoso cabello rosado tiene mucho de esto último.

Los murmullos y preguntas entre los jóvenes no se hacen esperar, y el maestro solo los deja ser por un momento antes de retomar su rol de autoridad del aula.

Maestro: muy bien muy bien, basta de tanto murmullo. Esta joven llegó a nuestra escuela desde el Colegio de Trottingham. Confío en que todos aquí le den una cordial bienvenida y la hagan sentir bien en nuestra escuela.

Todos los jóvenes sonríen, su interés por la nueva estudiante aún presente y parece aumentar.

Maestro: bien no le demos más vueltas al asunto, demos la bienvenida a nuestra nueva compañera. Por favor pasa.

Habla hacia la puerta, esta se abre, y una figura se adentra en el salón.

Al principio todo son sonrisas de interés, pero pronto estas caen, dejando en su lugar miradas de intriga, y cierta sorpresa.

Las cinco amigas, abren sus ojos llenas de conmoción, incapaces de creer lo que están viendo.

Esta chica recién llegada, camina con calma, hasta ponerse frente a todos.

Lleva zapatillas oscuras con un símbolo adornando, un pequeño sol blanco y dorado, sus piernas cubiertas hasta medio muslo por una falda naranja, adornada con ese mismo dibujo y otro similar, un sol de color rojo y amarillo, en sus brazos lleva unos libros escolares, y viste una blusa de suave morado con rayas purpureas, un pequeño lazo color crema en su cuello.

Su cabellera, roja y amarilla fluye con calma mientras camina. Detrás de un par de gruesas gafas negras, sus ojos de color turquesa muestran un brillo animado, pero tranquilo, igual que su sonrisa.

Todos los jóvenes del salón están pasmados, sorprendidos, algunos, casi atontados. Nuestro quinteto reconocido son quienes más se sorprenden.

Todas las miradas están sobre esa chica, quien solo sonríe y espera un momento antes de finalmente hablar, siempre manteniendo una sonrisa.

¿?: Hola, buenos días a todos. Mi nombre es Sunset Shimmer, es un placer conocerlos.


NOTA:

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La imagen no es mía, créditos al artista