"Una Oportunidad para Cambiar"
Un fanfiction de Ranma ½ por Pia-san.
Advertencia:
Esta historia es un Universo Alternativo, donde Ranma es un año mayor que Akane, y donde ellos no se conocen hasta que Ranma está en el último año de preparatoria. Me gustaría advertirles que he ignorado completamente las maldiciones de Jusenkyo, y que el tono de la historia no es el de comedia al que estamos acostumbrados de la serie de tv y el manga. No encontrarán demasiadas peleas ni cosas por el estilo. Este es un romance, algo melodramático a veces.
Esta es una traducción de una historia que estoy escribiendo originalmente en inglés desde 1998, más o menos. Aún esta inconclusa, pero enteramente planificada, y solo es cuestión de tiempo antes de que la termine. Mi ritmo es lento, porque disfruto mucho escribiendo esta historia, y no quiero apresurarla.
He estado echando una mirada al fandom actual de Ranma ½, y me quede impresionada de notar que hay un gran volumen de seguidores de habla hispana. Así que decidí traducir esta historia, a ver cómo le va. Espero sus comentarios!
Capítulo Uno: Sólo existo.
Ranma tenía los ánimos por el suelo. No solo estaba sumamente atrasado, sino que había tenido una noche horrible intentando estudiar y recalentar la materia para el examen de hoy. En verdad, no había conseguido estudiar demasiado, porque no le importaba mucho tener las mejores calificaciones que pudiera conseguir. Lo que más le preocupaba era la furia de su madre, cosa que quería evitar a toda costa. Pero esa era toda su motivación. No había ninguna manera que hubiera podido memorizar tanto en tan poco tiempo ni aunque quisiera. Por lo menos lo había intentado. Lo que lo tenía aún más molesto era que su espalda estaba adolorida por haberse quedado dormido sentado frente al escritorio. Todo el asunto parecía un esfuerzo desperdiciado.
Aún a estas tempranas horas de la mañana, Ranma ya podía asegurar haber tenido días mejores.
'Estúpido examen de química', Ranma pensaba, 'Si al menos me sirviera para algo… Como si tuviera algo que ver con artes marciales.'
Aunque no quería, siguió corriendo para llegar a la escuela a la hora, y enfrentar su destino a manos de un desagradable examen.
Afortunadamente, este año se graduaba de la preparatoria. Ranma ya tenía más que claro que quería continuar con el legado de su padre y enseñar artes marciales, así que su madre le había aconsejado ir a la Universidad y hacer un grado en Educación Física. Ranma sabía que esto tampoco requeriría grandes resultados escolares de su parte. Menos motivación aún para tratar de obtener buenas calificaciones.
'Sólo un mes más, y esto se acaba…'
Con esta idea en la mente, Ranma corrió las últimas dos cuadras hasta la entrada a Furinkan con un minuto de sobra. Casi todos los estudiantes alrededor suyo corrían hacia el edificio principal, apurados igual que él. Pero Ranma se detuvo un momento para observar la habitual confusión que ocurría a esta hora de la mañana. De cualquier modo, sabía que podía correr más rápido que cualquiera de ellos, y que llegaría a tiempo a su examen.
'Último año. Por fin…' Ranma pensó. Lo abordó una melancolía poco habitual en su persona mientras caminaba lentamente hacia las puertas del edificio principal, su bolso sobre el hombro y la otra mano en el bolsillo del pantalón.
Sin poner demasiada atención a sus pasos, y olvidando completamente que tendría que apurarse o nunca llegaría a tiempo, Ranma sonrió mientras se preguntaba si acaso extrañaría este lugar.
Una parte importante de su vida estaba finalizando, y sabía que no se haría más fácil de aquí en adelante. Sabía que le faltaba bastante que aprender, aún cuando su madre le insistía en que en ocasiones parecía mayor de sus dieciocho años. Según ella, Ranma tenía un sentido del honor poco habitual en gente de su edad, y que normalmente hacía lo correcto, cosa que demostraba algo de sabiduría. Ranma estaba seguro que no era sabiduría, sino que prefería vivir su vida de manera simple, sin demasiadas complicaciones. Además tenía el hábito de intentar nunca decepcionar a sus padres. Era en parte por eso que quería continuar con el legado Saotome. Este tipo de cosas Ranma las hacía sin pensarlas demasiado. Los estudios, en cambio… eso era completamente diferente.
Lo único que Ranma tenía claro es que los padres habitualmente creen que sus hijos son excepcionales.
Con estas vagancias mentales, Ranma no notó a dos chicas que lo observaban atentamente. Pero sí escuchó sus risitas nerviosas cuando pasó junto a ellas, e intentó ignorarlas como era su costumbre.
Momentos más tarde, entró a su salón.
OOOOO
Akane estaba sentada bajo un árbol en la compañía de su grupo habitual, matando algunos minutos antes de que partieran las clases. El día estaba cálido y soleado, y le parecía que valía la pena salir de casa un poco más temprano que de costumbre para disfrutar al aire libre antes de empezar el día. Akane no sabía por qué, pero se sentía extremadamente renovada.
"Oye, Akane, ¿vas a contarnos como va a ser?"
Sobresaltada, Akane respondió, "¿Cómo va a ser, qué?"
"El anuario. No lo has comentado, sabes, como tooodos los otros años—" dijo Sayuri.
"¡Hasta que nos sangran los oídos!" Yuka interrumpió, a la vez que ignoraba la gélida mirada que Akane le dedicó tras ese comentario.
"Mmm…" Akane murmuró, algo molesta. El anuario era una gran responsabilidad, y ser parte del comité era una tarea que se tomaba muy seriamente, aunque tenía que admitir que su amiga tenía razón. No estaba tan emocionada como lo había estado en años anteriores. En esta ocasión, Akane sólo se sentía estresada. "Va a ser igual que el año pasado…"
"Oh. Es sólo que escuche un rumor que este año iban a hacer algo distinto con los de cuarto año."
"¡Ah!"Akane sonrió, "Eso…"
"¿Eh?" Sayuri sonaba confundida.
"Eso no tiene nada que ver con el anuario. Algunos de los estudiantes de cuarto año propusieron celebrar su salida de preparatoria con actividades. Y los de tercero tenemos que organizarlo. Es como una fiesta de despedida… o semana de bienvenida, más o menos."
"¿Me estás diciendo que tenemos que hacer todo el trabajo?" dijo Yuka, decepcionada.
"Si," Akane asintió, "pero me imagino que será divertido. Podrían habernos dejado afuera del todo, ¿saben? Además, si todo resulta bien, voy a molestar al director hasta que esté de acuerdo en hacerlo una tradición."
"Ohhhh… ¡eso sí que sería increíble!" añadió Sayuri, justo antes que sonara la campana que les avisaba que quedaban cinco minutos antes del inicio de la jornada. Akane y sus amigas dejaron el asunto hasta ahí, y se dirigieron al salón apuradas.
Akane se sentó en su escritorio junto a la ventana. Se había convertido en hábito observar ausentemente la puerta principal, a ver cuánta gente llegaba tarde. Le llamó mucho la atención ver a un chico parado en la mitad del patio. No recordaba haberlo visto antes.
'Va a conseguir que lo castiguen si no se apura' su mente le comentó, mientras su atención volvía al profesor parado frente a la clase. El hombre llevaba hablando un buen rato.
"…así es que será una semana de actividades, donde toda la escuela podrá participar. Los de cuarto además sugirieron requerir… ah..." y se enfocó en leer un papel que tenía en la mano, "Ahem, venganza de alguno de sus compañeros de otros años, o al menos eso es lo que dice aquí." Levantó la cabeza para mirar a sus alumnos nuevamente. "Así que, aparte de un pequeño carnaval y un día de competiciones, este asunto va a incluir un…" y sus ojos bajaron a mirar el papel de nuevo, "Día de la Venganza."
"¿Un qué?"
"Un 'Día de la Venganza'. Los de cuarto año publicaran una 'lista negra' de alumnos que necesiten un 'trato especial'," el profesor continuó. Akane no podía decidir si el hombre estaba a favor de la idea o no. Había escuchado que algunos de los profesores se habían mostrado muy reticentes con esta parte de las actividades. Todo lo demás, el carnaval, los juegos, la feria… todos se habían mostrado bastante convencidos. Pero con el 'Día de la Venganza' había sido distinto. "Todos los estudiantes correrán el riesgo de ser mojados, enharinados, o bañados en vinagre o cosas por el estilo."
"Y eso, ¿está permitido?" alguien chilló desde el fondo del salón con indignación, mientras otros chiflaban anunciando su aprobación.
"Este año, así es," el profesor replicó, "Y si las cosas resultan bien, ustedes podrán hacer lo mismo el año que viene."
Un murmullo general lleno la clase.
Akane guardó silencio. Ya sabía bastante acerca de este asunto, después de todo. El anuario incluiría un artículo destacando las actividades de fin de año. Estaba segura que de algún modo terminaría siendo elegida para organizar parte del evento. Siempre la elegían para ese tipo de cosas, aunque ella no se ofreciera voluntariamente.
Ante la confusión general, Akane decidió que echar algo de luz en el asunto estaría bien. Levantó la mano.
"¿Señorita Tendo?"
"Bueno… todo este asunto… Se supone que ser divertido, como una pequeña guerra por un par de horas. ¡Nada serio! A mí me suena como que el 'Día de la Venganza' puede resultar muy bien…" y luego añadió sonriendo, "Además, ese día no habrá clases."
El murmullo que lleno la clase después de ese comentario fue bastante más alentador que el anterior. Quizá Akane tenía razón, y sería divertido estar jugando a las escondidas por un día, con el riesgo de quedar todo mojado de por medio. Después de todo, este verano estaba demostrando ser excesivamente caluroso.
"¡Muy bien! ¡Silencio, clase, que todavía no termino!" el profesor levanto la voz para tratar de hacerse oír. "Déjenme que lo explique mejor. La gente en la lista negra va a recibir un trato especial, pero esto no significa que no haya reglas para esto. Va a haber una lista de chicos, y otra de chicas. Sencillo, ¿no? Las chicas pueden extraer venganza de sus compañeras, y los chicos de sus compañeros. No queremos ningún problema con este asunto…"
Y otra vez murmullos, esta vez de decepción. "El director Kuno va a hacer el anuncio sobre el comité organizador durante la mañana."
Akane no estaba para nada sorprendida cuando escuchó al director anunciar su nombre, entre otros, por el sistema de alto parlante.
OOOOO
"¿Día de la Venganza?" Ranma preguntó, confundido.
"Si," Daisuke confirmó, "Les vamos a dar su merecido a todos."
"¡Ja! Esperen a que le ponga las manos encima a ese Gosenkugi," Hiroshi añadió con una mirada amenazadora.
Ranma continuó comiendo su almuerzo mientras sus amigos comentaban las noticias del día.
"¿Podemos perseguir a las chicas también?"
"Te aseguro que no." Ranma opinó, "Al director no le va a gustar, y lo va a prohibir. Ya sabes cómo es…"
"Que aburrido…" Hiroshi dijo, decepción evidente en su voz.
"Pero como sabes, ¡quizá consigamos hacer algo de daño en la confusión general!"
Ambos se sonrieron mostrando los dientes. Abruptamente, Hiroshi y Daisuke rompieron en risotadas.
"¿Y tú, Saotome?" Preguntó Daisuke.
"¿Yo qué?"
"¿A quién quieres anotar en la lista negra?"
"¿Para vengarme o para lo otro?" Ranma preguntó con una sonrisa maliciosa.
"Jejeje…" Hiroshi comenzó a reír nuevamente.
"Tú sabes a lo que me refiero…" dijo Daisuke.
"Ja. Si, sé a 'lo que te refieres'. En verdad no me importa. Ni siquiera lo había pensado…"
"¿Pero cómo? Eres lo peor, Ranma. Todos saben que en esta escuela las chicas andan a la siga tuya con eso de 'soltero codiciado'," dijo Daisuke afectando una pose dramática. "¿Y me vas a decir que no vas a aprovechar la oportunidad para perseguir a nadie?" Daisuke sonaba dolido, "Las señoritas van a estar decepcionadas."
"Si, a cualquier chica de Furinkan le gustaría estar en la lista negra si es que eres tú el que la incluye. Pero a ti no te importa. ¡Eres una ofensa para los hombres del mundo!" Hiroshi añadió con convicción.
"¡Oh, pero vamos! Las cosas no son así. Ya déjenme tranquilo… Además, ustedes nunca han conocido a ninguna de ellas. Y no es que yo a ellas les guste de verdad. Ellas sólo—" Ranma tuvo un momento de lucha interior para encontrar la manera de expresarse. "Sólo se andan con sus risitas, saben…" Ranma dijo.
"¿Queeé?"
"¿Queeé?"
Los otros dos chillaron incrédulos. Cualquiera que hubiera tratado hubiera podido encajar manzanas en sus bocas abiertas.
"No sé, es como si me tuvieran miedo o algo así. Y las pocas veces en que han pasado de las risitas," Ranma levanto los ojos al cielo, pensando, "si pasan de las risitas, terminan aburriéndose de mí. Creo. Como si les gustara que les haya prestado atención. Pero después de eso, no hay nada. No es que les guste en verdad…" Ranma intentó defenderse.
"Y eso, ¿qué importa?"
"Y eso, ¿qué importa?"
Un pelo más perturbados y se hubieran desmayado del shock.
"Es que… no tiene sentido! Es aburrido, ¿ya?"
Ranma estaba empezando a sentirse raro. Sus amigos había rápidamente descendido a sus personalidades admiradoras de chicas, que rara vez fallaban en incomodarlo. Sus voces también se hacían más fuertes a cada momento. Ranma ya podía sentir que estaban llamando la atención de otros alumnos, y que había varios pares de ojos poniendo atención a su conversación.
"Y eso, ¿qué importa?"
"Y eso, ¿qué importa?"
Ranma suspiró y enfocó su atención en su bento.
"Ohhhh, ¡Quisiera poder patear tu trasero en vez del de Gosenkugi!" Hiroshi agarró a Ranma por el cuello, y comenzó a lanzar una serie de puñetazos de mentira.
"Ah, ¿sí? ¡Va a ser tu nombre en la lista si no cortas esa idiotez!" Ranma luchó unos segundos hasta ser libre nuevamente. Su mirada se tornó asesina. "¡Y saben que puedo rajarlos, fácil!"
Los otros dos retrocedieron instantáneamente, y levantaron sus manos en señal de derrota.
"¡Está bien! ¡Como quieras!" Protestó Hiroshi, cruzando los brazos.
"Bien," dijo Ranma, relajándose un poco. "Gracias…"
"Sí, sí, da lo mismo…" Hiroshi respondió intentando fingir que no había estado asustado por un segundo. "Aunque aún quiero golpearte, sabes."
"Sí… con esa popularidad tuya, probablemente perderás la virginidad tanto antes que nosotros. Que mal me caes…" Daisuke dijo como quien comenta el tiempo.
"¡Oye!" protestó Hiroshi, "¡No me incluyas a mí en eso, ¿eh?"
Y así seguía el asunto, interminable.
Ranma suprimió un suspiro.
Ahora el tema probablemente cambiaría a su experiencia con mujeres, que sus amigos consideraban extensa. Si tan sólo supieran. Ranma no estaba a punto de aclararles nada, tampoco.
Y de vuelta a los golpes y puñetazos. Aunque fueran de mentira y sin intención de hacer daño.
'Esto se está poniendo viejo…' Ranma pensó con una pizca de amargura.
En general, la envidia de sus amigos le incomodaba. Claro que le gustaba cuando una que otra chica coqueteaba con él, muy bueno para su ego. Y aunque le doliera admitirlo, ese interés era algo que daba por hecho, y era como una pequeña bomba nuclear en su pecho cuando alguna en particular no le ponía la atención que él estaba esperando, cosa que le había ocurrido sólo una vez. Ranma era un tipo bastante confiado en su persona. Se felicitaba mentalmente por ésto con alguna frecuencia, porque hacía su vida bastante más fácil. Lo que sí lo molestaba bastante era el hecho de que ninguna de estas chicas que le prestaban su atención había tratado de conocerlo demasiado. Ranma tenía la sensación de que si se tomaran la molestia, no coquetearían tanto como lo hacían.
No es que tuviera gustos tan definidos o particulares. A Ranma le gustaba pensar que lo que verdaderamente quería en una chica era honestidad. O personalidad.
Bueno… ¡y que se viera bien, desde luego! Buenos pechos y un trasero firme no venían nada de mal tampoco. Todas esas cosas eran obvias. Prácticamente para todo el mundo, ¿no? Pero a veces, esas cosas tampoco eran tan relevantes. Casi todas las chicas con las que alguna vez había habido algo habían sido bastante preocupadas de su apariencia. En general, esto no era algo malo, pero lo que terminaba sucediendo es que estaban tan preocupadas de la opinión que él tenía de ellas, que nunca había podido pasar de esa capa, y conocerlas realmente. Esto que aparentemente era tan sencillo, lo había eludido desde el momento en que se había dado cuenta que le gustaban las chicas. Quizá era su propia culpa por andar siempre tras las más lindas, y ser tan confiado de su propia apariencia. Últimamente, se había estado sintiendo bastante… solo. Seguro, estaba claro que las chicas en la escuela le ponían bastante atención, pero ya no lo encontraba tan emocionante como hacía algunos años atrás, en esa época en que todo lo que se moviera llamaba la atención. Y si se movía, y además se veía bien… bueno. Además, Ranma había estado perdiendo interés en esta escena con sus amigos. Era muy familiar. Conocida. Pero ya no se sentía formando parte de ella. Tenía la impresión que entre él y ellos quedaban pocas cosas en común.
Quizá sencillamente necesitaba cambiar de ritmo. Salir de la escuela ayudaría. El problema era que en todas partes veía a la misma gente. En éste lugar, él era un personaje más, y todo el mundo, incluso él mismo, esperaban un cierto comportamiento de su parte. ¡Qué difícil comportarse o reaccionar de otras formas en estas circunstancias! La misma gente, los mismos lugares. Quizá yendo a la universidad todo esto cambiaría, al menos por un tiempo, y podría conocer gente con intereses similares. ¡Chicas, también! No es que estuviera desesperado. Tampoco se estaba quejando, de verdad. Pero sería… agradable.
Sintió de pronto una picazón en la nuca. Su entrenamiento le había enseñado a poner atención a estas pequeñas sensaciones, y no tomarlas por sentado. Ranma era bastante bueno interpretando sus instintos. Sabía de seguro que alguien lo estaba mirando con detenimiento. Volvió la cabeza, lentamente, buscando. Y claro, ahí estaban, un par de ojos observándolo atentamente…
OOOOO
"¡Pero, Akane! Yuka tiene razón. Si estás ayudando a organizar, puedes emparejarnos con gente interesante."
Akane no respondió. Ni siquiera estaba escuchando. Su mente había estado vagando hacía rato.
Seguramente estaría muy ocupada hasta que el carnaval terminara, pero esto no la preocupaba. Había bastante gente involucrada en la organización, y alguno de los alumnos de cuarto año se había ofrecido a ayudar después de todo. Akane habitualmente terminaba encargada de los comités para los que era elegida, pero como en esta ocasión sus compañeros mayores formaban parte del conjunto, probablemente serían ellos los elegidos como líderes.
A Akane le molestaba que siempre fuera elegida la responsable para este tipo de cosas, pero tenía que admitir que probablemente era su propia culpa. Se tornaba impaciente cuando la gente a cargo no ponía atención a su trabajo, aún cuando la tarea a mano fuera dificultosa. Llámelo ego, pero a ella le parecía que podía hacerlo mejor, o más rápido, o sugerir al menos como hacerlo con menos problemas de por medio. Akane sabía que era bastante estúpido de su parte actuar como si el resto de los mortales no pudieran llevar una tarea igual que ella, pero era algo que no podía evitar. Era una falta en su persona que a veces la hacía odiarse a sí misma. Sólo un poco. Sólo a veces. Pero ahí estaba. No le gustaba.
De vuelta en el presente, Akane intento deshacerse de sus malas vibras. Necesitaba en vez estar pensando en juegos y competencias y stands para el carnaval. La primera reunión se llevaría a cabo justo después de clases, y quería llegar con alguna idea. Organizar y luego armar todo tomaría tiempo, del que en verdad no disponían, y esfuerzo. Ya veía venir las horas extras. Sí, Akane estaba agradecida de que seguramente serían los alumnos de cuarto año del comité los que estarían encargados de organizar al resto de los integrantes.
Los de cuarto año… ¿Cómo se sentiría no volver más a la escuela? Una parte de esta idea le resultaba perturbadora, pero no podía definir porqué. Nada que hacer. El próximo año, ella misma estaría en cuarto, lista para cursar su último año de preparatoria, y sabría definitivamente qué se sentiría.
Sus ojos se pasearon por su entorno, y la gente repartida en distintas partes del patio. Reconocía a varios de los alumnos mayores. Observó a algunas de las chicas conversando y riendo. Le parecían que eran mujeres ya. Adultas, aún a pesar de los uniformes. Por alguna razón, era muy difícil para Akane verse a sí misma como una mujer. Desde pequeña había observado a las chicas mayores que ella, caminando a la escuela. Siempre se había preguntado como hacían para verse tan… crecidas. Y ahora que ella misma era mayor que muchas de esas chicas, aún le parecía estar muy lejos de verse como ellas.
En cambio los tipos… esos eran otra cosa.
'Especialmente esos dos…' Akane pensó cuando su mirada cayó sobre dos chicos riendo a expensas de… lo callado que estaba un tercero. Parecía que su atención estaba en otro planeta. Akane puso algo más de atención. Había algo que no le hacía sentido. Como si los dos primeros se vieran aún más infantiles sentado junto al tipo de la camisa roja—
'¿Camisa roja?' Su atención estaba ahora completamente enfocada en el grupo de chicos. Wow, éste no vestía uniforme. En vez de eso, llevaba una vestimenta que parecía china, y una trenza en vez del corte tipo que el director gustaba de exigir. 'Éste es el chico que estaba atrasado esta mañana…' su mente le recordó. Akane pensó que era verdaderamente extraño que no lo hubiera visto antes, considerando lo mucho que sobresalía. ¿Quizás era un estudiante de visita? Había además otra cosa que lo hacía destacar.
'Ohhh… que guapo.'
Akane se fijó en que comía lentamente, y que esto lo hacía parecer más distante, como si hubiera estado tan ocupado pensando, que no era realmente consciente de lo que su cuerpo estaba haciendo.
Intercambio algunas palabras con los otros dos, que le respondieron a gritos. Después dijo algo más, y gritos de nuevo. Si Akane no hubiera estado tan ocupada observándolo, probablemente hubiera podido entender exactamente lo que estaban hablando, pero no le importaba realmente. Estaba muerta de curiosidad.
El cuadro no era habitual.
Uno de los otros chicos comenzó a golpearlo. La cara del agresor estaba deforme por la cantidad de palabras que salían de su boca. El tercer chico no podía parar de reír, al punto que tuvo que apoyar su torso en la mesa en frente suyo, para no caer de la banca donde estaba sentado. Su cara estaba roja. Akane podía sólo adivinar de qué estarían hablando, pero por algunas palabras que se escuchaban más o menos claras hasta donde ella se encontraba, sabía que estaban hablando de chicas. No creía que fueran comentarios agradables tampoco. Algunos tipos no podían sacar la cabeza del alcantarillado. Algunos incluso empeoraban con el tiempo.
Akane se sintió extrañamente aliviada de ver que el chico de camisa roja aparentemente no compartía el jolgorio de sus acompañantes. En vez, se limitaba a responder con frases cortas de vez en cuando y a encogerse de hombros. Más que nada, parecía no estar muy contento con la situación. Akane inclinó un poco la cabeza. Se veía realmente…
"…fuera de lugar." Akane murmuró, dándole voz a sus pensamientos.
En el segundo siguiente, antes de que ninguna de sus amigas pudieran preguntarle qué era lo que acababa de decir, el chico de camisa roja volvió la cabeza, y sus ojos azules (¡azules!) encontraron los de ella. Akane sintió un tirón en el estomago, pero no pudo correr su propia mirada. Sintió de pronto unas locas ganas de hablar con él, de preguntarle qué lo tenía tan distraído…
"¡Oye, Akane! ¿Estás escuchando?"
Akane saltó un poco.
"¿Ah? Oh… perdón…" susurró, y sin ninguna vergüenza ni pensamiento sobre lo extraño que podía resultar, cosa bastante poco característica en su persona, volvió su atención al chico de camisa roja, que seguía observándola.
Yuka y Sayuri se miraron durante un segundo, desconcertadas, y siguieron la mirada de Akane, intentando averiguar qué era lo que había captado la atención de su amiga de manera tan efectiva. ¡Pues, claro! Akane estaba mirando a un tipo bien parecido que estaba sentado a unos veinte metros de donde ellas se encontraban. Y él la estaba mirando a ella. Amabas chicas soltaron unas risitas.
"¡Oh, Akane! ¡Qué tal está esto!" Yuka le dio a Akane con el codo, distrayéndola.
"Si, y él se ve bastante interesado también" sonrió Sayuri.
Akane se encontró sin poder pronunciar palabra. Sus pensamientos, normalmente tan ordenados, flotaban desparramados por su cabeza, así que en vez de responder, miró al suelo y se sonrojó, sus dedos jugando distraídamente con un mechón de su largo cabello negro.
"No tenía idea que sintieras algo por Saotome."
"¿Quién?" preguntó Akane, recuperándose.
"Ranma Saotome, el guapo ese al que le estás echando el ojo." Yuka aclaró.
Akane levantó la vista de nuevo. Él ya no la estaba mirando.
'Ranma Saotome' pensó, las risas de sus amigas de fondo.
"Ya me parecía ya que era hora que te fijaras en alguien" dijo Sayuri.
"¿Sabes si está comprometido?" Yuka preguntó.
"Creo que no."
"Que extraño, sabes… considerando que es tan popular."
"Ah, sí. He escuchado que sólo ha salido en una o dos citas…"
Yuka y Sayuri continuaron hablando de Ranma mientras Akane intentaba retomar algún nivel de normalidad, sin mucho éxito.
TBC.
Notas de la autora:
Hola! Gracias por leer. Si alguien entre la audiencia proviene de Chile, entonces se darán cuenta de que he tomado parte de mi inspiración de eventos habituales en preparatorias en ese país. O que al menos eran habituales. Ya salí de la escuela hace más de diez años, así que quizás las cosas hayan cambiado.
Quizá el tono de esta historia no sea de gusto de lectores más maduros, o de aquellos muy apegados al canon de Ranma ½. Por favor, consideren que era una adolescente cuando comencé a escribir esta historia! Me gustaría decir que algo he mejorado con el tiempo (espero!), así que quisiera pedirles que no desechen esta historia todavía, y esperen una próxima actualización.
Llevo viviendo en Inglaterra un par de años. Mi español a veces es raro. Agradecería que me lo hicieran notar, o si tienen cualquier otro comentario respecto a lo que leyeron, son siempre bienvenidos! Habitualmente hago revisiones después de leer comentarios de lectores, que a veces pueden ser muy constructivos, y ayudan a que la historia mejore.
Eso es todo. Gracias de nuevo por leer.
Hasta la próxima!
