"Para una mente bien preparada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura".
- Albus Dumbledore
Un rubio de ojos grises, leyó la frase y contempló por un momento la silla vacía del cuadro que colgaba junto con cientos a su alrededor.
Después de la guerra, Hogwarts había sido reconstruido. El mundo mágico había llorado a los caídos y se habían levantado estatuas en su honor. Los Malfoy habían sido rechazados, ni buenos ni malos, había sentenciado el ministro. Como condena, se les impuso una multa que los dejó sólo con la propiedad Malfoy y una denigrante pensión. Lucius viviría sin varita por cinco años y el resto de su familia, mantendrían su varita con la condición de que una vez al mes, sería controlada por el ministerio. A los ojos de los demás, habían perdido el respeto y la admiración, traidores susurraban a sus espaldas.
— Sr. Malfoy —. La nueva directora de Hogwarts, entró a su despacho llamando la atención del joven de ropas negras.— Veo que aún no viste el uniforme.
La mirada de él, se ensombreció. Observó a su directora sin decir ninguna palabra. Había aprendido dado a su nueva situación, a callar lo que antes con la seguridad de su ex fortuna, habría dicho sin dudar.
Caminando a su escritorio, Minerva lo miró detenidamente, en sus ojos grises se demostraba lo poco que el muchacho había dormido a pesar de los meses que habían pasado desde la guerra.
—El ministro me pidió que leas y firmes, esto— señaló el pergamino y lo invitó a sentarse.
No teniendo otra opción, el joven se dejó caer en la silla, leyendo, una mueca de desagrado fue apareciendo.
Era humillante.
— No pude negarme a la petición del ministro. Lamento…
Sin levantar la vista del pergamino, negó para sí mismo no creyendo su situación. Un Malfoy condenado a llevar un estúpido brazalete de inspección. Viéndose humillado y sin opción, garabateó su firma, al instante, una banda de cuero marrón apareció en su muñeca izquierda con el símbolo del ministerio, grabado a fuego.
— ¿Desea algo más? — preguntó levantándose bruscamente.
—No. Puede retirarse a sus clases.
Asintió y se dirigió a la puerta, a la mitad de su camino, la voz de su directora lo detuvo.
— Sr. Malfoy, espero que antes de ir a clases, vista su uniforme.
Sin girarse, afirmo una vez más y antes de salir, dirigió una fugaz mirada al cuadro. Su viejo director, quien murió cayendo de la torre de Astronomía y aunque él, no apuntó con su varita, seguía compartiendo la misma culpa que su padrino.
Albus Dumbledore, lo despidió con una sonrisa.
Cuando la puerta se cerró, Albus contempló a su amiga que leía el pergamino. Observó como lo enrolló y lo desapareció con un chasquido de dedos.
—Creí que lo prepararías para las visitas que tendremos en el castillo.
Minerva, negó.
—El muchacho no está listo.
—Querida, Minerva. Nunca lo estará, ni él ni los otros alumnos.
#LEER: Si, no estás soñando, he vuelto a este maravilloso mundo. Esta vez, con un fic Dramione. Os pido, por favor, que me den un minuto o dos de su tiempo. Voy a actualizar seguido, igual, si lees uno de mis otros fics, los voy a editar y volveré a subirlos. Si te gusto el fic, deja un review, créeme es lo que me motiva más, eso y mi obsesión por leer más Dramione (risas).
Deje fanfiction hace años, me concentré en mi libro y me fue bien, debería estar terminando un libro y empezando otro, pero sin explicación, empecé a imaginar un fic Dramione, por más que intente negarme a escribir, la historia surgió y se apoderó de mí..
Si alguien por aquí, os interesa leer mi libro, quizá en el próximo escriba la sinopsis al final del capítulo.
Dulces sueños, pequeñ s.
-Hope.
