Este fic participa en el reto "it's birthday Day" del foro El Mapa del Mortífago. Todo lo reconocible es de su excelencia J.K.R. El resto de desvaríos son solo míos.

Los aurores miraban la escena sin saber muy bien que hacer. Después de la impresionante (y aún muy difícil de creer) noticia de la derrota de VOLDEMORT a manos de un bebé de un año llamado Harry Potter, el ver a una de las más temidas y sanguinarias Mortifagas revolcarse por el suelo presa de una pataleta monumental no tenia precio.

-¿Crees que le va a durar mucho?

El auror más veterano miró de reojo a su compañero, un novato recién salido del horno de la Academia. Luego centró su atención en la histérica mujer, que en esos momentos se tiraba de los pelos mientras aullaba como una banshee.

-A saber. Bellatrix Lestrange está como una puñetera cabra. De momento ve dándole gracias a Merlín por haber conseguido bloquear su núcleo mágico. Ahora es igual de inofensiva que un gatito.

-¿Tú crees?

El auror novato señaló con el pulgar a la mortifaga. Bellatrix se habia colgado a la espalda de un auror cual mochila e intentaba morderle una oreja. Todo aderezado por una serie de insultos hacia el pequeño Potter y toda su noble parentela. Los aurores se sorprendieron ante lo extenso del vocabulario de la mujer.

-¿No se supone que fue educada como una dama? Porque esos insultos harían sonrojarse al marinero más curtido.

-De esa mujer me espero cualquier cosa. Perdió todos los tornillos y alguna que otra tuerca.

Y como para certificar la afirmación del auror, Bellatrix cambió de táctica. Había sido rodeada por cuatro aurores, que la miraban igual que un ratón mira a un gato grande y con muy malas pulgas. La mortifaga, viendo que los gritos, insultos y mordiscos no habían servido para nada, optó por hacer lo opuesto. En cuanto pusieron las esposas mágicas en sus muñecas, se dejó caer cómo un fardo. Dos aurores intentaron ponerla en pie para conducirla a la sala donde seria juzgada. Pero resultó igual que mover un saco de patatas. Bellatrix no movía ni un músculo. Se había convertido en cincuenta kilos de masa inmóvil cuyo único fin era joder a los aurores, que se debatían entre coserla a maldiciones o echarse a llorar. Con esfuerzo fueron arrastrando el cuerpo de la bruja, que iba haciendo pucheros mientras murmuraba el nombre de su finado señor y como fondo a sus rezongos, los poco amables comentarios de los aurores, que se iban acordando de todos los Black y Lestrange en términos no muy suaves.

-Creo que me voy a tomar un buen lingotazobde whisky de fuego, a ver si consigo quitarme de la cabeza este espectáculo tan... Bizarro.

-Te acompaño. Aunque, si lo piensas, ha sido divertido.

El auror veterano miró a su compañero como si a éste le fuese a salir un tercer ojo. El más joven soltó una carcajada.

-No me mires así. Tengo una niña pequeña y sus rabietas son épicas. Hasta ahora. Será divertido ver como intenta superar a la bruja más temida cuando le cuente lo que acabamos de ver.

El mayor se limitó a negar con la cabeza. Seguro que tendría que beberse más de media botella para poder olvidar. Y así, de paso, celebrar la caída de Voldemort.