Sentí una lengua cálida paseándose por mis ojos cerrados, sonreí al saber de quién era
—Entei—suspiré mientras abría mis ojos encontrándome con los carmines de Entei
—Hola cachorra...— me sonrió
Le devolví la sonrisa sintiéndome feliz. Hacia apenas un mes que habíamos hablado con mis padres y que habíamos emprendido nuestro viaje por el mundo, ahora mismo estábamos descansando en una cueva y planeábamos seguir hoy con nuestro viaje.
Nos levantamos y salimos de la cueva encontrándonos con un bello clima nublado y un poco fresco, estaba por venir el otoño.
Entei y yo caminamos un poco más hasta llegar a un pequeño riachuelo donde tomamos agua y comimos Magikarps, después continuamos caminando hasta llegar a nuestro destino, un hermoso bosque donde solo se respiraban paz y tranquilidad.
—Este será un buen lugar para vivir— dijo Entei mientras me lamía la mejilla juguetón
—Ya lo creo— le respondí mientras seguíamos caminando hasta internarnos en el bosque
Era un lugar muy agradable a simple vista, los pequeños pokemons que habitaban ahí miraban a Entei con respeto y hacían una pequeña reverencia a lo cual Entei respondía que no era necesario. Todos me miraban expectantes y por si mismos dedujeron que yo era la hembra de Entei por lo que aunque sin que se los pidiéramos nos guiaron hasta una cueva grande, Entei y yo les agradecimos para después entrar en la cueva, era muy espaciosa y muy acogedora
—Iré por ramas para hacer la fogata— dijo Entei mientras salía de la cueva despidiéndose de mi con un pequeño beso, lo vi salir y me recosté con cuidado en el suelo, miré mi estómago con una sonrisa, estaba preñada pero aun no le había dado la noticia a Entei, estaba esperando el momento adecuado para decírsela antes de que el pudiera notar mi estómago abultado—Regresé— dijo Entei entrando en la cueva mientras empezaba a hacer la fogata, cuando esta estuvo lista Entei con una ligera llamarada la encendió, justo a tiempo ya que la noche había empezado a caer. Entei se recostó a mi lado manteniéndome caliente entre la pared de la cueva y su cuerpo—Descansa— dijo mientras me daba un beso en la frente
—Buenas noches— le dije pero para mi "atrevimiento" lo besé directo en los labios y luego giré mi cara para que Entei no viera mi sonrojo, escuché como Entei se reía de buena gana para después pasar su brazo encima de mi
—Me encanta cuando me robas besos— dijo mientras se acercaba más a mi y lamía mi oreja— siempre te sonrojas— declaró para darme una lamida en el cuello haciendo despertar mis deseos de tenerlo más cerca de mi, pero cuando le iba a debatir Entei comenzó a ronronear haciéndome relajar, tramposo,fue mi último pensamiento antes de caer profundamente dormida en nuestro nuevo hogar.
Cuando desperté volví a sentir esa misma lengua traviesa de siempre pero esta vez cuando abrí los ojos Entei estaba totalmente despierto y me lamía la mejilla muy insistentemente
—Ven cachorra te mostraré algo— dijo emocionado, parecía muy feliz por lo que trataba de mostrarme así que con cuidado me levanté y seguí a Entei fuera de la cueva. Me sorprendí de ver que aun estaba oscuro—Ven— Entei me guió por el bosque hasta llegar a una pequeña meseta—Vamos a ver el amanecer—
Mi corazón se contrajo de amor y por un instante quise llorar de la alegría pero guardé mis lágrimas y me recosté en el suelo mientras Entei se colocaba a un lado mío, me recargué en él y juntos vimos como el amanecer llenaba de vida a todo el bosque y sus alrededores con su cálida luz. Cuando por fin el sol hizo acto de presencia Entei y yo nos levantamos y caminamos hasta un río por donde nadaban muchos Magikarps.
