Advertencia: Spoiler de la niñez de Charlotte y Ned.
Palabras: 300.
Beta: Piojito n0n
Nota: Adoro esta serie, en serio, lo juro (?).
Disfruten la lectura.
Un Tormentoso Don
El joven Ned se miró las manos, al parecer asustado y sin entender verdaderamente qué es lo que había sucedido. Intentó una y otra vez volver a realizar aquel milagro, tocando la frente de su madre con algo de desesperación. Pero ella seguía igual, inerte, sin moverse y completamente fría. Recordó por unos instantes lo que le había sucedido con el padre de su joven amada, pero negó con la cabeza. Aquello y esto no podía ser por su culpa. Él no había hecho nada malo.
Se levantó, mirando a su madre, comprendiendo que esa imagen nunca desaparecería de su mente. Pero tenía que olvidarlo, al menos por el momento. Ahora tenía que pensar que haría, tal vez lo mejor era ir a la casa de Charlotte; pero a pesar de que su mente pensaba eso su cuerpo parecía tener otra idea, porque no se movía.
Volvió a verse las manos, preguntándose porqué, de entre todas las personas, él había nacido con aquel extraño don. Quiso creer, en su mente infantil, que lo tenía para hacer el bien y darles segundas oportunidades a aquellos que hayan fallecido antes de tiempo, pero cuando fue a la casa de la chica a la que quería y la miró, recordando lo de su padre, se dio cuenta del mal que le causó indirectamente a la niña.
Se dejó abrazar, sin despegar sus ojos de los de ella. Quiso, en verdad, aceptar que aquello era un don divino, que podía ayudar a muchos. Pero en su corazón sólo sintió miedo. Temor al saber que podía lastimar a alguien querido con aquel tacto mágico, como ya lo había hecho.
En ese momento sólo deseaba una cosa y eso era que, si llegaba a enterarse Charlotte de lo sucedido, no lo odiara... no mucho, al menos.
Fin de la historia.
¿Reviews? :3
