Ustedes nunca han tenido es sensación de que nada puede hacer que mí vida vaya a peor. Bueno ese mismo pensamiento que eh tenido por más de tres años.
Mí vida nunca ha sido una maravilla pero durante este tiempo, creo que se le podría denominar infierno.
He huido incontables veces de una mafia que me persigue, ¿Por que? Se preguntarán, bueno una deuda de ocho millones de yenes les parece suficiente para que estén tras mí cabeza…
Encima para empeorar las cosas gracias a ello he repetido tres veces, y para mejorar el asunto, nunca tuve ningún amigo cómo para desahogarme. Mí madre es la única que me cuida y apoya. No sé qué haría sin ella.
Pero bueno ahora está trabajando y yo solamente tengo que arreglarme las en desayunar, que dentro de unos minutos me tocará partir hacia mí nueva escuela.
Tengo que admitirlo soy afortunado, ya que en esa preparatoria es imposible que me atrapen, porque la inscripción asegura la seguridad de los alumnos.
Puede que aya entrado gracias a mí talento. Se que es genial, puedo adivinar el futuro con un treinta por ciento de probabilidad de acertar. Que te dije es asombroso, aunque otras personas no opinen lo mismo, y me tachén de inútil. Pero tengo la esperanza de que aquí, alguien pueda apreciar lo que puedo hacer.
Bueno dejando todo lo que te explique en estos minutos, será mejor que también te diga que estoy haciendo ahora mismo. Y eso es…
¡Estar tumbado en mí cama! Si aún no me levanto, no tengo remedio tío.
Bueno creo que me tengo que levantar - dije con un tono cansado no he dormido en toda la noche, por los nervios tío, ir a la preparatoria después de tanto tiempo se me hace extraño, y más asistir a una de tanto prestigio siento que me voy a querer medio corto, comparando me con los otros estudiantes.
Vamos Hiro un esfuerzo, puedes hacerlo tío - me volví a decir a mí mismo mientras me levantaba lentamente. - Bien Hiro ahora solo queda cambiarse he ir a la escuela - bueno eso es más fácil decirlo que hacerlo, me terminé de levantar de la cama, paso seguido me hacer que a mí armario, cogí lo primero que tenía a mano, aunque si te digo la verdad no es que tenga mucha ropa, en si tampoco voy a poder desayunar, por nuestros "pequeños" problemas financieros.
Bueno al acabar de cambiarme me miré en un espejo que tenía cerca, mí atuendo constituia por una camisa blanca, un pantalón gris, unas sandalias. Al menos hoy quería dar una buena primera impresión, después ya iría con mis ropas normales, que mucho más no cambiaban para mí pesar.
Miro el reloj con una mirada intranquila, eran apenas las 6:30. - creo que voy a partir ahora - tengo que tomar un autobús y el tren para llegar asi que esta es una buena hora para irme.
Me dirijo hacía la entrada, pero antes de salir le dedicó una última mirada a mí hogar, solamente suspiró y salgo de mí casa.
Dejando ya la puerta atrás me dirijo hacía la parada de autobús, mientras camino suelo intentar centrar mí visión en algo de mí alrededor, solo podía distinguir el mismo paisaje de todos los días, casas mal cuidadas, ni siquiera hay muchos árboles, pero tío que podía esperar, este es el sector más pobre de la ciudad. Y aunque quisiese cambiarlo no podría, ¿¡Por favor no puedo tener algo de suerte por una vez!? Ya no sé ni para que me esfuerzo, bueno al menos ya casi llego a mí primer destino…
Pero cuando llegó a la parada, solo basta que dirija un segundo mí mirada a la carretera para ver qué ya viene el autobús
Ummm - murmuró de manera sorprendida, suelo tener que esperar más de quince minutos para que llegue.
Restándole importancia aquel suceso, me digno a subirme en el, parece que no hay mucha gente en el, solo podía divisar a dos personas, una de ellas era un hombre que se distinguía por tener un aspecto no muy hermoso que digamos, más que eso era uno anciano, este estaba sentado justamente atrás del conductor, y la otra era una chica que para mí opinión tenia unas ropas muy raras, en serio parecía que había salido de una isla tropical tío, tenía una tez morena, dando esta misma contraste con su cabello rubio, te lo juro tío, esta chica es rara, no necesito ni hablarle para saberlo…
Bueno dejando eso de lado decidí irme hacia uno de los asientos del fondo, quería acomodar bien mis ideas, necesito estar tranquilo y actuar con naturalidad, pero algo interrumpe mí andadura.
Queee raro es tu cabello, ¿Como logras para que se quede así? - senti que la chica que había visto antes me dirigía la palabra, sus ojos azul profundo parecían dos botones, sentía que no tenían alma.
¿Llamas a mí peinado raro? Bueno no te falta razón tía, pero acaso has visto cómo vas vestida, en serio parece que saliste de una isla de Hawái - le dije en tono de broma, ella mostró un cambio en su rostro, parecía que estaba un poco extrañada, eso mismo me hizo sentir mucho más nervioso pues sus ojos seguían clavados en mí, ya sentía que comenzaba a sudar un poco, pero ese nerviosismo paro de repente cuando ella comenzó a hablar.
Es raro que alguien me responda, ¿acaso tú eres alguien raro también? - soltó con una sonrisa mientras no dejaba de clavar me la mirada, en serio tío que le pasa a esta chica - si es así supongo que podríamos llevarnos bien, ven hay un lugar libre al lado mio - ella se paro y me intentó guiar hacia el asiento, yo sinceramente preferí seguirle la corriente, en serio esos ojos no son normales tío, me están dando miedo.
Ya me había sentado, me dejó justamente el lugar junto a la ventana, pero antes de que lograr aislarme en las vistas ella volvió a hablarme.
Dime cómo te llamas, yo soy Angie, Angie Yonaga, voy a ir a la preparatoria Kibougamine - yo apenas había volteado a verla y si te digo que no me sorprendí te estaría mintiendo, ella iría a la misma preparatoria que yo, y ahora me entraba la curiosidad de preguntarle cuál era su talento, pero preferí presentarme primero, tío nunca dejes que una chica con los ojos como ella te miré fijamente mientras estás atrapado, vas a sentir como si te fueran a clavar un puñal en cualquier momento.
Me lla-lla-llamo Yasuhiro Hagakure y soy el estudiante vidente definitivo de la academia Kibougamine - dije con una sonrisa triunfal, ella parecía sorprendida, ella había llevado sus dos manos a sus cachetes.
¡¿En serio?! ¡Eso es genial! - decía ella, notaba que estaba bastante animada - ¡Parece que Dios a elegido nuestro encuentro, el decidió que nos encontraríamos en este autobús eso me alegra de sobremanera!
Y ¿Cuál es tu talento tía? - dije con tranquilidad, pero luego me di cuenta, esta chica si no me equivocó y por la forma en que lo dijo, debe ser, ¡religiosa! Y por su vestimenta su talento tiene que ser algo relacionado con Hawái o con alguna isla, así que creo que ella puede ser, la estudiante teóloga definitiva, y su cultura y dios favorito deriva de ese archipiélago.
A cierto que no te lo he dicho, yo soy la estudiante artista definitiva - dijo eso con una sonrisa que te juro tio que daba bendito miedo, y también mando mí razonamiento al demonio, ¿¡como puede ser ella la estudiante artista definitiva?! Si fuera bailarina lo entendería, pero esto. Ni se para qué trato de adivinar, parece que este viaje con ella va a ser sin duda largo.
Dentro de nada un capítulo de "¿Por que no te das cuenta?" Que en estos días no he estado escribiendo casi nada y me la pasé de vago…
