Advertencias: Lemon, Yaoi BL, Mpreg.

Una luz en el cielo del norte tan bella que antiguamente servía de guía para muchos marineros de las aguas heladas que buscaban regresar a casa, miles de colores se enmarcaban brillando tan intenso que cuando un corazón se ha roto no hay forma de evitar llorar ante sublime estética nocturna. Si bien para Yuri Plisetsky cada que veía en cielo la aurora boreal le recordaba las de sonrisas que le extendía.

-Son las cosas así idiota-murmuro suspirando.

-Papa-le llamo una pequeña de 8 años cuyos cabellos rubios casi blancos caían sobre sus hombros y esos zafiros azules verdosos, que tallaba tan intensamente al despertarse, el pequeño movimiento de las olas del mar que golpeaban el acantilado parecía ser música.

-¿Victoria que haces despierta? ¿Y tu hermana?-le pregunto

-Sigue dormida, papa pero ¿Qué haces despierto tú?-la niña se acomodó entre sus piernas abrazándose con la misma manta de su padre.

-Solo veía la aurora boreal-contesto este.

-¡Hahaha!, eres un romántico.

-¿Ah? No digas eso, bueno supongo que sí-cambiando de fruncir el ceño a sonreírle a su hija.

-Mejor hay que dormir tienes que llevarnos a la pista de hielo mañana, no lo olvides-le sonrió ella para luego darle un beso en la mejilla.

-Sí, no lo olvidare-suspiro su padre, acompañándola a su habitación para ver a su otra hija, Oyuki idéntica a Victoria pero con el cabello corto, después de todo eran noches mis bellas princesas-susurro al oído de Victoria.

-Buenas noches papa-sonrió la niña que se acorruco de nuevo en la cama.

Al día siguiente salió con sus hijas a la pista de hielo que estaba en centro, pues ellas practicaban el deporte que tanto amaban, subieron al auto y justo cuando lo iba a encender sonó su móvil.

Llamada

- ¡Privet Yurio!-

- ¡Víctor por favor no me llamas así!, soy Yuri-contesto el rubio alejándose la bocina pues Víctor ruidoso como siempre.

-¿Es el tío?-animada la niña de cabello corto salto sobre su hermana que le tocaba el asiento delantero.

-¡Oyuki no te subas sobre mí!-se quejó su hermana- ¡Papa baja a Oyuki, pesa!-Victoria con una vena saltada.

-Tío Víctor-le grito en la bocina.

-¡Hola hermosas!-saludo el hombre.

-Oyuki por favor siéntate-le regaño su padre.

-Está bien-la niña volvió al asiento trasero con un puchero, el mayor bajo del auto para hablar con su el sin interrupciones.

-Yuri dime ¿Cómo esta Alaska? ¿No regresaras a Rusia?

-Sitka es donde crecieron las niñas, ellas viven felices aquí, no creo que deba irme.

-¿Eso o tienes miedo de verte de nuevo con el?-comento el mayor.

-N creo que le importe tanto, después de todo solo era un niño para él.

-Yurio.

-Basta me tengo que ir, las niñas van a sus prácticas de hockey.

-¿Acaso a ninguna le gusto el patinaje?-

-No.

-Yurio, espera-tratando de hablar más al respecto.

-Adiós Víctor-se despidió el rubio.

Condujo por la cuidad mirando todos establecimientos en Sitka una ciudad muy hermosa y tranquila, recordó cuando llego y todo le parecía tan lejano, miro a sus hijas y sonrió ellas igual.

-Papa ¿Vendrá para navidad el tío Víctor?

-No lo sé Oyuki.

-¿Compraremos un árbol?-levanto la mano Victoria.

-Tal vez si se portan bien con su abuelo, está en el hospital porque se lastimo cuidándolas-les regaño.

-¡Hehehe! Es que el abuelo quiso hacer una pirueta con Oyuki-sonrió Victoria, fue cuando su hermana le dio un golpe-¡No me pegues!-se quejó pero fue cuando vio el rostro de su papa que comenzó a lucir triste.

-Papa lo siento, yo-la niña tratando de quitarle esa cara.

-Descuida, sé que te gusta el patinaje artístico Oyuki y no me molestaría que quisieras practicarlo.

-No papa, está bien de todos modos soy muy-ella bajo la vista.

-¿Qué?

-Los otros niños del equipo le dicen "Peggy" por su peso, aunque los golpeo por eso-sonrío chocando los puños Victoria.

-¡Eso dicen! ¡Hablare con su entrenador! ¡Ahora mismo les daré una lección!-Yurio molesto, Oyuki sonrío al ver a su hermana y papa con esa aura malvada, se parecían tanto pero ella nunca encajo con su carácter por lo que siempre se cuestionaba ¿Por qué era tan diferente?

-¡Si les aplastaremos!-Victoria levanto el puño.

-Papa olvídalo, no quiero ser una molestia, mejor me convertiré en la mejor portera-Oyuki tomo su casco colocándoselo para ocultar su rostro, Yurio lo sabía ella era quien más se parecía a su padre.

El domo de entrenamiento tenía dos pistas una era pública y la otra para el entrenamiento del equipo local de hockey.

-¡Bien Vicky, Yuki!-alentó su entrenador pues ambas eran muy buenas en el deporte, los otros niños estaban impactadas con el par de gemelas, Victoria era muy ruda así que con sus movimientos bruscos lograba que todos le temieran, de hecho todos la conocían como la "Demonio de hielo", es por eso que siempre dudaban al molestar a Oyuki, quien era tímida. Desde las gradas con una taza de chocolate caliente Yurio veía a sus hijas con una sonrisa, eran su luz. Al terminar la practica todos se fueron a los vestidores pues entrarían a practicar los mayores, Yurio miro al pista publica vacía por el momento así que de pronto le dieron ganas de usarla para deslizarse un poco, tomo sus patines y subió al hielo, no era nuevo lo hacía de vez en cuando en el pequeño lago trasero de su casa, pero lo que comenzó con solo patinar de un lado a otro termino con un salto doble y aterrizaje perfecto, dos piruetas y un baile extendiendo sus manos, los jugadores de la otra pista se quedaron boca abierta con sus movimientos.

-Oyuki mira es papa-señalo la niña acercándose a la pista, Victoria sonrí hermoso.

-Si, como una luz brillante-Oyuki emocionada se recargo en la barrera, su padre hacia un salchow doble perfecto.

-Es un gran patinador-su entrenador apareció tras ellas.

-El tío Víctor dice que competía pero ya no-comento Victoria.

-¿Competía?-el mayor saco su móvil.

Yurio se olvidó por un momento de sí mismo para disfrutar del viento en la cara y respirando ese aire frio aspiro hondo para hacer otro salto recordando su rostro y esa sonrisa.

Flash Back…

La medalla colgaba de su cuello, Yuuri había ganado el oro en su categoría en los juegos olímpicos en los que Víctor le había guiado hasta ese momento culminante de su carrera, pero para Yurio aun cuando había obtenido la plata no se sentía triste ya que su actuación sublime consiguió emocionar al público al borde de las lágrimas eso incluyendo a su abuelo, además de que Víctor y Yuuri le animaron siempre, a pesar de lo molesto que eran y más su rival no podía odiarlos pues su vida había sido marcada por ambos. Justo al momento de las fotografías, el periodista les hizo una seña para que se juntasen, claro Yurio resoplo, cuando sintió una mano cálida tomar la suya.

-Vamos Yurio-le sonrío Yuuri.

-No me toques-se quejó el menor, pero sin importarle nada le abrazo pegándolo a su cuerpo embozando una enorme sonrisa que de alguna manera también hizo a Yurio sonreír, además de sentir como su pecho daba un leve salto pues al voltear con Yuuri pudo sentir su aliento y notar sus labios brillantes por el bálsamo aun así se ruborizo un poco sin entender el porqué.

Tras las entrevistas todos los participantes se reunieron para la ceremonia de clausura ya que el evento de patinaje artístico había sido de los últimos en resolverse, una gran banda de música tocaría tras los fuegos artificiales, los atletas se divertirían hasta tarde con el concierto de Fall Out Boys quien se encargaba del evento tras la clausura, la música sonaba y bailaban emocionados.

-Yuri, iremos a beber a un lugar ¿Quieres ir?-le dijo Mila.

-Aun no tengo edad para ello.

-¡Hahaha! Es cierto seria desconsiderado invitarte-sonrío su compañera del conjunto ruso, el rubio frunció el ceño y se acercó a ella.

-Odio que me traten como niño, iré además no es como que vaya a beber-dijo pues pronto cumpliría los 18 años.

Mientras salían del concierto se toparon con el conjunto japonés, entre ellos estaba Yuuri y además con él, Phichit del conjunto de Tailandia.

-Yurio-saludo el mayor pero el rubio le ignoro para tomar el brazo de su compañera.

-Mejor vámonos-le dijo.

Phichit se le quedo mirando a su amigo pero este solo se dio la vuelta.

-¿A dónde vas?-le pregunto.

-De regreso al hotel, estoy cansado además no quiero que Víctor me hable al rato para que vaya a recogerlo pues se fue a beber con los otros entrenadores.

-¿Vas a seguir así? Yo digo que vayamos a beber algo.

-Phichit-kun no estoy de humor.

-Claro que si lo estas, ganaste la medalla de oro amigo, vamos-halándolo a la salida.

Fueron a un antro conocido de hecho había muchos atletas de varias nacionalidades ahí, tanto como público en general se convirtió en otra gran fiesta, en la cual se topó por supuesto con Yurio.

-¿Yurio que haces aquí? Eres menor de edad-extrañado el mayor.

-¡Cállate! No es como si ellos lo supieran-señalo con el pulgar a los encargados del antro.

-Aun así.

-¡Tsk! No actúes como mi madre-seguía reclamando cuando le empujaron para dar a los brazos de Yuri.

-¿Estás bien?-preocupado le ayudo.

-¡Deja de tratarme como un niño!

-No puedo evitar preocuparme, me importas.

-Eso no-Yurio levanto la vista, sus miradas se cruzaron de pronto, podía sentirse raro en especial cuando la mano del mayor estaba fija en su cintura, la ira lo lleno-¡Déjame en paz katsudon!-le grito justo en el cambio de música por lo que se escuchó muy bien alrededor, Yuri se retiro.

-Lo siento, pero jamás te he visto como un niño Yurio-bajo la mirada y se fue tratando de no ver a nadie más Yurio chasqueo la lengua para irse molesto, algunos de sus compañeros trataron de animarlo.

-Oye, no fue tan malo, eh-pero este decidió sentarse por fin en una mesa de donde tomo una vaso sin pensar y se lo bebió completo el cual contenía vodka curiosamente le gusto así que tomo de otro vaso por lo que cuando llegaron sus acompañantes estos se percataron que ya estaba algo ebrio.

-No Yuri.

-¡Hey! ¿Por qué se tardaron idiotas?-les cuestiono con los pies sobre la mesa, por lo que se vieron entre sí para llevarlo al hotel, tras jugar un piedra, papel y tijeras perdió el competidor de snowboard.

Al otro lado del lugar Phichit veía a su amigo cabizbajo.

-Oye sabes que es algo, bueno impulsivo-tratando de animarlo.

-Está bien, lo sé-Yuuri bebió de su cerveza para seguir con la otra.

-Te preocupas demasiado-comento Phichit.

-Sabes la verdad es quería decirle sobre mi retiro.

-Sigues con eso, Víctor dijo que-su amigo suspiro.

-Se lo que dijo Víctor pero no creo poder seguir con esta presión, por eso pensé que debería saberlo de mi después de todo me considera su rival.

-Te entiendo, creo que si pondría el grito en el cielo-sonrío débilmente su amigo.

. . .

Ya casi llegando a la madrugada Yurio se encontraba algo mal así que lo acompañaron al hotel, en el cual cada piso pertenecía a diferente país.

-Yuri pesas mucho-le dijo su compañero que lo llevaba a cuestas, pero el chico de 18 años con la bebida encima reia como loco.

-¡Hahahahaha! Quiero ir a comer un katsudon-decía halándole las orejas.

-No sé qué es eso, vamos a subir al elevador ¿Entiendes? Debo bajarte.

-Eres un idiota ¿Cómo que no sabes lo que es un katsudon? Es delicioso-Yurio se balanceo cayendo de la espalda de este.

-Yuuri-el joven trato de ayudarlo pero tras ellos apareció el competidor japonés que al verlo se sorprendió.

-Pero ¿Qué paso?-se acercó para ayudarlo.

-Bueno se tomó unas copas de vodka por error, lo llevare a su habitación, pero-el joven rascando su nuca le miro.

-¿Pero?-

-Yuuri señor, es que quede de verme con mi novia en su hotel, usted digo ¿Podría llevarlo?-le revelo dejándole al rubio en los brazos.

-¿Eh?

-Gracias usted es una gran persona, tome este es su llave-dándole una tarjeta, tan pronto se la dio desapareció dejándolo con el "Russian Punk"

-No puede ser-el pobre tratando de poner de pie a Yurio.

-Oye Katsudon, quiero hablar contigo-el rubio le empujo hasta la pared del elevador que acaba de abrir, Yuuri podía sentir su aliento respirarle sobre su rostro, en tres años Yurio se había hecho más alto así que eran ya de la misma altura.

-Yurio mejor mañana, vamos te llevare a tu habitación estas ebrio y yo la verdad me tome algunas cervezas de más y si Víctor se entera yo-le contesto tratando de sujetar sus brazos para separarse de él, pero el rubio le abrazo-¡Yurio!

-Deja de hacer esto, odio que lo hagas.

-¿Hacer que?-pregunto Yuuri.

-Siempre dejándome a un lado, no soy nada para ti.

-Yurio, me importas por esa misma razón, porque somos rivales y por-cerro la boca y desvió la mirada sonrojándose.

-¿Por qué? Dime.

-Vamos a tu habitación si, Debes dormir.

-No ¿Dime por qué?-el rubio coloco su rodilla entre sus ó susurrándole al oído, pero sin respuesta, solo obtuvo una mirada directa de sus ojos marrones los cuales sin pensar de alguna manera le hicieron desviar la vista hasta sus labios, aquellos labios que siempre lucían brillantes, tal vez por el bálsamo quien sabe pero recorto la distancia tomándolos, Yuuri se quedó impactado e inmóvil, el rubio paso las manos tras su cuello abrazándolo fuerte, claro su beso era torpe y hasta cierto punto brusco, al separarse sintiendo aun su aliento entre cortado porque su corazón latía tan fuerte que le faltaba el aire.

-Yurio ¿Por qué hiciste eso?-el mayor cubriéndose la boca.

-Dime, quiero que me digas lo ibas a decir-alzo la voz el menor.

-Esto se pasó-Yuuri trato de separarse del menor, pero había un ligero problema pues ese acto tuvo una ligera consecuencia y Yurio la sintió.

-Yuri tu ¿Estas duro?

-¡Basta! No es cierto-apenado el mayor se dio la vuelta dándole la espalda

-¡Hahaha! Eres un precoz ¿O algo así?-carcajeándose al punto de dolerte el estómago mientras se sostenía de pared.

-Te lo dije, estoy un poco ebrio esto puede llegar a pasar.

-Anciano, si te excitas con el beso de un jovencito me pregunto qué harás si hago algo más-el rubio se volvió a acercar a él respirando en su oído.

-Detente-Yuuri se estremeció tratando de alejarse pero Yurio le seguía con una sonrisa malvada.

-Esto es divertido-el menor se retiró la chaqueta dejando ver su delgada figura, Yuuri al verlo trago saliva.

-No hagas eso, estas ebrio-el mayor trataba de evitarlo deseando que el elevador se detuviera.

-Y que, esto me divierte, te haré sufrir un poco más, tendrás que decirme lo que quiero o será peor-el rubio tiro la chaqueta y recorto la distancia entre ambos, coloco su dedo bajo el mentón del .

-En este estado no-replico Yuuri.

-Bueno, sigues así-el menor se retiró la playera dejando ver su piel blanca y menudo cuerpo, tomo la mano del mayor y la coloco en su pecho, viendo cómo se retorció un poco era obvio que eso había afectado un poco más a Yuuri, así que ya molestando por el juego de Yurio lo tomo de los brazos para pegarlo contra el muro del elevador.

-¡Me voy a retirar!-le revelo al fin, sus palabras dejaron al menor anonadado.

-¿Qué? No puedes aun no te venzo-le reclamo.

-Por eso quería hablar contigo más tranquilo, maldición Yurio siempre con tu voluntad-le dijo con un semblante un poco molesto, le solto alejándose a su piso colocando la llave del menor en su bolsillo quieres matarme hazlo mañana, no me siento bien para esto ahora-una vez fuera del elevador y las puertas cerrándose Yurio veía su espalda irse recordando esos momentos en las competencias en los que se vieron, aquella vez que se convivieron en Japón cuando Víctor decidía a cual entrenar, ese día se había hecho la promesa de no dejarse vencer por él y ahora le decía que se retiraba, una desesperación nació en su pecho así que coloco la mano entre las puertas para detener el elevador corriendo tras el justo a la entrada de su habitación.

-Espera ¡No puedes! ¡No puedes dejarme así!-le abrazo por detrás.

-Yurio-se sorprendió Yuuri, la calidez de su cuerpo y esa lagrimas que el menor derramaba sin saber, se giró viendo ese bello rostro tras esos cabellos rubios, toco su tan bello-le sonrí no ver en persona tu actuación-le dijo, el corazón de Yurio parecía detenerse con sus palabras así que volvió a besarlo, ese beso rompió con toda su cordura aunado a esas copas, sin pensarlo ya estaban en la habitación del mayor sobre la cama, Yuuri deslizaba su mano por esa tersa piel que no parecía de un joven que llegaba a su mayoría de edad, él tenía 26 años y parecería un crimen pero los besos embriagantes alimentaban ese bello pecado.

-Yuuri ¡Ngh!-el menor estremeciéndose cuando el otro lo toco.

-Yurio no puedo detenerme, eres tan-el azabache besado su pecho, mientras tanto el rubio pasaba las manos por su cabello halándolos un poco.

-No lo hagas, se siente tan bien-le suplico, pues había tomado su miembro y resbalaba su mano por el incitándolo, sus mejillas estaban tornándose rojas y respiraba agitado, abriendo más las piernas, se acercó al cuello del mayor y le mordió, Yuuri se quejó un poco y tras venirse en su mano Yurio se colocó sobre él, ambos estaban ya completamente desnudos, habiendo dejado toda la ropa en el hace sentir bien también-le dijo tocándolo deslizando sus manos por su torso, el azabache trago saliva al ver ese cuerpo y la confianza que el menor mostraba, tomo su miembro masturbándolo como él lo había hecho antes, poco a poco aumentaba la velocidad con la que lo hacía, sintiendo como más se endurecía.

-Espera Yurio-una leve mueca de dolor pues deseaba algo más.

-Un poco más-susurro el rubio, acercándose para besarlo, eso era todo ambos siguieron con esas caricias que encendieron más sus cuerpos, tras admirar el cuerpo de Yurio se levantó para pasar la lengua sobre sus rosados pezones que le hizo estremecer, tocando su cintura hasta su parte trasera donde introdujo uno de sus dedos cerca de su entrada, en realidad no sabía cómo se hacía pero sentía que no podía ponerlo dentro así como así por más que necesitaba hacerlo, cuando lo sintió Yurio se quejó un poco, mas no se apartó siguiendo con su labor, una vez que llego a cierto punto el menor dio un grito ahogado pues se cubrió con la mano su boca y derramando una lagrima que rodó por su mejilla.

-Yurio, esto-sus miradas se cruzaron lucia tan tierno y para Yurio el otro igual parecía que no quisiera lastimarlo.

-Hazlo, por favor-suplico el menor apretando sus hombros, tras unos segundos lo hizo poco a poco introdujo su miembro, los dos parecían disfrutar pero al mismo tiempo mostraban un rostro de culpabilidad por lo que hacían aun así no se detuvieron, una vez lo penetro Yurio se movió sobre el mayor para sentirlo, solo que Yuri no lo soporto así que invirtió las posiciones colocándose sobre el rubio para embestirlo lentamente, a pesar de todo no quería lastimarlo más así que esa noche ambos se tomaron su tiempo.

En la mañana siguiente los fuertes golpes de la puerta hicieron estragos.

-¡Vamos bello durmiente es hora de empacar!-la voz de Víctor fuerte y clara despertándolos de golpe, el peli blanco paso de largo por la puerta para toparse con esa escena.

-¡Víctor!-le llamo Yuuri con un terrible dolor de cabeza-Me siento mal, creo que bebí un poco de más anoche.

-Yuuri-le llamo el mayor.

-Sabes tuve un sueño raro.

-Yuuri-Víctor insistió tratando de señalar tras él.

-Es que creo que más que un sueño parecía tan real como.

-¡Yuuri!-alzo la voz.

-¿Qué? ¡Déjenme dormir!-grito el rubio despertándose de golpe, Yuuri y Yurio se vieron entre sí, ambos estaban desnudos en la misma cama y con ciertas lesiones en su piel, Víctor sonrío soltando un silbido.

-Veo que ese sueño pudo ser muy real Yuuri.

-No puede ser ¡Tú y yo!-al unísono ambos gritaron, Víctor se cubrió los oídos, Yurio se trató de levantar de la cama pero su cadera dolía un poco.

-No puede ser, no puede ser ¡Voy a asesinarte!

-Espera, yo no sé qué paso.

-Sí que lo sabes ¡Maldito katsudon!-el rubio tomo su zapato para querer golpearlo con el pero no pudo cayo de nuevo en la cama.

-¡Calma aquí ambos!-Víctor les llamo la atención, sea lo que sea que haya pasado será mejor que esto lo arreglen después, en 20 minutos todos los atletas de este hotel tomaran sus aviones a casa, no tienen tiempo que perder y tu Yurio debes volver a tu habitación o te creara problemas.

-¡Maldición!-el rubio se quejó para tomar su ropa del suelo y envuelto en la manta salió de la habitación dejándolos solos, Yuuri cayó en la cama hundiendo su cabeza en la almohada.

-Víctor ¿Qué hice?-

-Es prácticamente legal.

-¡Claro que no!

-Tranquilo es un adolescente se le pasara pronto además ni siquiera lo recuerdan ¿Cierto?-le cuestiono, Yuuri levanto la vista y le miro a los ojos

-¿Cómo puedes estar tan tranquilo?

-¡Hahaha! Es que me paso un vez, pero no diré detalles, vámonos-contesto sonriente dirigiéndose a la puerta, se dio la espero hayan usado protección-le dijo guiñándole el ojo, Yuuri se quedó completamente azul del susto.

La ciudad de Hasetsu en pleno invierno la nieve caía por todos lados, incluso los trenes habían parado su viaje después del último que llego a las 5:15 p.m. pues la nevada se agravaba, Yuuri veía por la ventana de su departamento el cual había comprado después de ganar su primer Grand Prix, a su lado tenia a Kiko su perro de un año de edad que Víctor le regalo, de alguna manera suspiraba remembrando esa noche de hacía dos semanas, donde sus recuerdos no eran completos pero ciertas sensaciones no se iban.

-Kiko ¿Es posible que haya solo sido un sueño?-le pregunto y el animal ladro moviendo su su rostro no lo olvidare esa mañana, me odiaba mucho, lo sé, fue horrible lo que hice, ¡Maldición!-este restregando su cara en el cojín, cuando sonó el timbre de la raro, no espero a nadie, Víctor me mando una postal desde Hawai-se levantó de un salto para ir a ver por la rejilla y quedo impactado porque era Yurio-Kiko, es Yurio, es Yurio ¿Qué hago?-asustado trato de no hacer ruido pero el perro comenzó a ladrar.

-¡Abre la maldita puerta que sé que estás ahí Cerdito! Le hable a Yuko-le grito pateando la puerta, Yuuri no tuvo otra salida más que abrirla, cuando estaban frente a frente el rubio paso de largo con su maleta.

-Hola ¡Hehehe!-trato de saludarlo el mayor.

-¡Tsk! Tengo sed hice un largo viaje así que sírveme algo.

-Yurio, espera, no entiendo.

-¡Tengo sed!-insistió el chico que lo ignoro para ir a su cocina colocando una tetera en la estufa a calentar agua-¿Así tratas a los invitados?

-No, pero tú te invitaste solo ¡Ya como sea! ¿Qué haces aquí?-Yuuri sin saber qué hacer con su presencia.

-Vine para aclarar algo-contesto el menor sentándose en el sofá siendo Kiko quien subió sobre , basta tu-tratando de quitarlo de encima.

-¿Qué cosa?-pregunto el mayor ya más calmado respirando hondo.

-Lo que paso en los juegos olímpicos, tu y yo, ya sabes-le dijo señalándolo, Yuuri se puso rojo por completo, de cierta forma él se preguntaba lo mismo-¿Hicimos esas cosas?

-Decirlo "cosas" esta demás y si, lo hicimos pero me siento mal por ello-el mayor tumbándose en el sofá, pero ante el silencio volteo con Yurio quien lucía derrotado ante espera o quise decir eso.

-Yuuri, quiero tener sexo contigo-le solicito como si nada.

-¿Eh?

-Quiero comprobar algo-el rubio se acercó a el.

-¡No! Para nada-Yuuri se levantó del sofá alejándose de el.

-¿Por qué?

-Lo que paso esa noche fue un error, no debí hacerlo eres menor que yo y los dos estábamos ebrios.

-¿Me odias?

-Claro que no, solo que alguien debe hacer ese tipo de cosas con la persona que ama, Yurio tú debes pensarlo también.

-¿Y si te amo a ti?-le pregunto, el azabache se quedó más que congelado ante sus palabras, Yurio se acercó a él tomando su mano, pero la tetera comenzó a chillar, lo soltó para irse a servirse un té, Yuuri no sabía que pensar ante ello, sin embargo Yurio se quedó esa noche durmiendo en la habitación de huéspedes.

El mayor se recostó mirando el techo de su cuarto pensando en las palabras de Yurio, jamás pensó que diría tal cosa, sin embargo no sabía si tomarlas como reales o solo un capricho del menor. Al día siguiente se levantó temprano para correr un poco y más que nada para ir a patinar pues era ahí donde sacaba sus pensamientos los cuales solo estaban enfocados desde hacía dos semanas en Yurio.