Advertencias: Ninguna
Nota de autor: Bueno, aquí os dejo el prólogo de lo que tengo previsto que sea un fic de unos veinte o treinta capítulos, en función de la acogida que vaya teniendo la historia!^^ Sin más que añadir… a leer! =)
EDIT 2014: Releyendo mi trabajo, he decidido editar esta historia con la intención de mejorarla! No añadiré nada nuevo al argumento, sólo retocaré algunas situaciones para mejorar el vocabulario y la gramática! Muchas gracias por seguir ahí :)
Prólogo: Dos semanas
Sawyer aún no sabía muy bien cuál había sido el motivo que le había impulsado a salir en mitad de la noche a buscarla. Sin embargo, para su fortuna, no tuvo que romperse demasiado la cabeza para dar con el paradero de la mujer, ya que habían sido varios los habitantes de Dharmaville que habían asegurado que Juliet estaba en el embarcadero, en el punto exacto donde solían atracar los submarinos que llegaban a la isla. Y efectivamente, así fue.
Se acercó hasta ella en silencio, únicamente dando a conocer su posición por el crujir de la madera bajo la suela de sus zapatos. Con el mismo sigilo, se sentó a su lado, observándola con detenimiento durante unos instantes, y antes de que pudiese darse cuenta de lo que estaba haciendo, se encontró a sí mismo suplicándole a Juliet que no se marchara en aquel submarino y que se quedará con él en la dichosa isla.
—Vamos, dame dos semanas—pidió, mostrándole la mejor de sus sonrisas—Sólo dos semanas.
Ella giró levemente la cabeza, clavando su profunda mirada azul en la suya con cierto toque de diversión, alzando levemente una ceja.
—Está bien—aceptó finalmente, tras soltar un suspiro casi imperceptible—dos semanas.
La sonrisa satisfecha de James se ensanchó un poco más, si es que eso era posible en ese momento, mientras que Juliet mantuvo su rostro tranquilo y sereno, aunque sus ojos parecían haberse iluminado con un brillo especial.
El silencio volvió a levantarse entre ellos mientras que ambos dirigían sus miradas hacia el océano, solo que al contrario de lo que había ocurrido con Kate o con Jack en el pasado, la ausencia de palabras no era sinónimo de incomodidad.
Juliet no podía dejar de preguntarse así misma la razón por la que había aceptado una propuesta tan estúpida, sobre todo después de los años que se había pasado tratando de escapar de Ben y de la isla. Aunque si ya había aguantado todo ese tiempo, no había razón para no esperar un poco más, ya que al fin y al cabo, ¿qué eran dos semanas comparadas con tres largos años? Además, y aunque le fastidiase reconocerlo, James tenía razón al decir que no tenían nada a lo que volver en el mundo real, o por lo menos no hasta dentro de treinta años.
— ¿Crees que lo consiguieron?—habló Juliet. Sawyer giró la cabeza, mirándola interrogante—Jack, Kate, Hurley… ¿crees que consiguieron escapar del carguero a tiempo?—especificó, sin mostrar ningún tipo de emoción en su voz mientras que apartaba la mirada del mar, centrándose en los ojos de su compañero.
Sawyer se limitó a encogerse de hombros mientras que sentía como un nudo se le formaba en la boca del estómago al pensar en el destino de sus compañeros, sintiendo la misma incertidumbre que parecía sentir Juliet. Lamentablemente para ambos, esa cuestión parecía haberse convertido en otra de las muchas preguntas que no tenían respuesta en aquella maldita isla.
—Vamos—dijo James, estirando la mano en su dirección—los demás nos están esperando, y supongo que estarás hambrienta.
Ella le miró durante unos segundos, reconsiderando por última vez la opción que había elegido. Después asintió suavemente con la cabeza y tomó su mano, levantándose del suelo y poniendo rumbo de vuelta a los Barracones.
Gracias a la intervención de Sawyer en el conflicto con los Hostiles, el grupo parecía haberse ganado momentáneamente la confianza de Horace, el líder de la Iniciativa Dharma en la isla, y este les había permitido quedarse durante dos semanas para poder encontrar a su "tripulación perdida" tras el supuesto naufragio que les había llevado hasta allí. Por el momento, nadie en Dharma había cuestionado que ese no fuera su verdadero origen.
Ante la imposibilidad de habilitar una casa en tan poco tiempo, les habían entregado unos sacos de dormir, unas cuantas mantas y les habían alojado en la sala de juegos de uso comunitario que había en los Barracones. Exactamente el mismo recinto que treinta años más tarde serviría como celda para Kate.
Sawyer abrió la puerta de la habitación, dejando que Juliet pasara antes que él. Las miradas inquisitivas de Jin, Miles y Daniel se clavaron inmediatamente sobre ellos, en busca de respuestas.
—Ella se queda—contestó James a la pregunta que nadie se había atrevido a formular en voz alta por temor a una respuesta negativa. Y es que, aunque aún no se llevaran del todo bien entre ellos o no tuvieran demasiada confianza al conocerse desde hacía tan poco tiempo, las circunstancias les habían obligado a volverse un equipo y a ninguno le hacía demasiada gracia perder a uno de sus miembros tan pronto… Incluso si ese miembro era la rubia de ojos azules que era capaz de helarles la sangre con solo una mirada.
— ¡Sabía que ibas a quedarte!—exclamó Miles de repente, dándole un codazo juguetón a Jin—Ya te dije que esta mujer me adora—añadió, levantando una ceja sugestivamente ante las miradas divertidas del resto de sus compañeros.
—Yo que tú no me haría ilusiones Miles…—contestó Juliet con su típico tono de voz tranquilo, cruzando los brazos por delante del pecho.
—Niega la realidad el tiempo que quieras, rubia, pero en el fondo sabes que lo que digo es verdad—continuó el asiático con sus provocaciones, aunque estas no parecían tener ningún tipo de efecto sobre el carácter tranquilo y sereno de Juliet. No ocurría lo mismo en el resto de sus compañeros, que no podían evitar soltar alguna risita disimulada. Incluso el semblante triste de Daniel se iluminó levemente ante la broma.
—Bueno, dejemos las conquistas para más tarde, Romeo—intervino Sawyer, tomando asiento sobre la mesa de billar mientras que se frotaba pesadamente la zona del estómago con la palma de la mano—Me muero de hambre… ¿no nos han dejado nada los dharma-científicos antes de abandonarnos aquí?
— ¿Jamón… o pollo?—habló Jin mientras que se acercaba a una mesa cercana, donde reposaban unos cuantos bocadillos envueltos en papel con el logotipo de la Iniciativa Dharma y tres o cuatro botellas de agua.
La cena tuvo un sabor agridulce. Todos estaban felices porque por primera vez en bastante tiempo iban a poder disfrutar de un techo bajo el que cobijarse, además de que los flashes por fin se habían detenido y habían logrado salvar sus vidas. Pero por otro lado, la muerte agónica de Charlotte aún se reproducía en sus mentes sin que pudieran evitarlo, y la incertidumbre por el destino que habían corrido tanto los que habían abandonado la isla como los que se habían quedado en ella hacía que un nudo se les formara en la boca del estómago.
Finalmente, desplegaron los sacos de dormir por el suelo y se repartieron las mantas. Cuando las luces se apagaron, tuvieron que pasar al menos un par de horas hasta que todos consiguieron conciliar el sueño adecuadamente. Demasiadas emociones en muy poco tiempo.
Continuará...
