Summary: Ellos tenían algo en común: estaban hartos de su pareja. Una fecha, una hora, y un vuelo que los unirá. ¿Volverán a encontrar el amor?

Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer, la grandiosa autora de la saga de Twilight. Por ende no me pertenecen.

Y allí estaba yo de nuevo, sentada, derrotada, sintiéndome como la cosa más espantosa del universo. Sin razón alguna, aparente, para mi sufrimiento, solo mi comportamiento masoquista, por esperar que alguien me quiera como yo quiero, por buscar la forma de que me quiera como yo a él, de que mi esposo me ame con la misma pasión de hace años. El matrimonio: un arma letal que destruyó mi vida… Aún recuerdo cuando días atrás su madre me hablo de un par de cosas que me hicieron sentir apoyada, o tal vez peor de lo que ya estaba.

Flashback

Mi dieta iba a la perfección, necesitaba adelgazar un par de medidas que le sobraban a mi cintura y que mejor manera que apoyada por la solidaridad femenina de mi linda suegra y mi condescendiente cuñada. Patty y Cate. Unas de las mejores personas que he conocido mi vida, vendrán hoy a cenar y les prepare comida sana para nuestra dieta, ellas esperan que él llegue, pero sé que no lo hará.

-Se me hace tarde, mejor empiezo con la cena- pensé.

Comencé preparando carne a la plancha, aliñada con vegetales licuados, finas hierbas y un poco de aceite, luego una ensalada de vegetales crudos, y de postre, una flan de vainilla con edulcorante. Deje todo preparado y me fui a cambiar para esperar a la adorable familia de mi esposo.

Estaba por comunicarles que quizás estemos esperando un bebé, debía hacerme la prueba de embarazo, pues estaba teniendo un retraso de cinco días. Maravilloso. Cada noche de esos cinco días pensaba en cómo ese bebé nos ayudaría a reencauzar nuestro matrimonio, como un rayo de esperanza, al mismo tiempo me sentía desalmada ¿cómo ser capaz de utilizar a una criatura inocente para tal fin? ¿y si no había amor?

Escuche el timbre, que me sacó de mi ensoñación, y salí rápidamente de nuestra cocina para abrir la puerta. Y ahí estaban… Patty, mi suegra, Cate, mi cuñada, David, su esposo y la dulzura de mi sobrina, la hija de Cate y David, Danielle.

"Bella, querida… ¿Cómo está todo? Ohh, huele divino. ¡Te luciste!" decía Patty mientras me daba un caluroso abrazo, y su mirada llena de cariño, un rostro tan parecido a Matt al igual que sus ojos, pero tan diferentes al tratarme… Los ojos de Matt ya no me miraban, huían de los míos, siempre tan furtivos.

Mientras yo los invitaba a pasar al living, cada uno se sentó en el comedor. Daniela y David se quedaron sentados esperando la cena, jugando con la cónsola de última generación que me había empeñado en regalarle a Matt con el fin de tenerlo un poco en casa, pero como todo, fue un acto fallido. Cate y Patty decidieron ayudarme, por supuesto, en contra de mi voluntad, y terminamos en un santiamén cenando y teniendo el momento cálido que solo se produce cuando estás entre personas que te aprecian.

"¡Esto sí esta exquisito Bella!, pásame la receta" dijo Cate, ayudando a su niña a cortar la carne, yo me ruborizaba y asentía. Patty estaba entretenida sirviendo las ensaladas, cuando, de nuevo, me perdí en mis pensamientos –Sera mejor que no diga nada, porque se preguntaran donde esta Matt y no quiero que por eso también él deje de hablarme-

"Bella, Bella, querida. ¿En que estabas pensando, no escuchaste nada de lo que te dije?" hablaba mi suegra, con una risa contenida y levantando los platos para llevarlos a la cocina.

"Lo siento Patty, es que estaba pensando en otra cosa" dije, todos me miraron con sonrisas cómplices, han de pensar que mi supuesta felicidad me tiene desbordante. Es que la tristeza está en el color de mis ojos.

"Bella será mejor que le sirvas a Matthew, creo que no tardará en llegar" Tan ilusa mi suegra, pensando que Matt aparecerá temprano, que cumplirá sus promesas. He llegado a pensar que ya no tolera mi sola presencia, que sigue esta farsa por obligación, hace tiempo que no me toca… Hace casi dos meses que estuvimos juntos y fue por una borrachera que agarró, sin mí. Con el alma en un hilo, colgando, estuve esperándolo esa noche que no llegaba y no respondía su celular. Ese día pensé que todo se solucionaría, me hizo el amor.

"Si Pat, tienes razón" Salí de una de mis, ahora constantes, ensoñaciones. ¡Qué mala era para mentir!, pude sacar una sonrisa falsa, me sentía tan mal por mentirles, aunque en el fondo seguía la esperanza de que Matt llegara hoy a cenar y no como hacia todos los días, donde solo llegaba a dormir y se ocupaba de su trabajo, en la bendita laptop que estaba a punto de tirar por la ventana.

Termine de servir lo que quedó de la cena y coloque los platos en el lavavajillas con la ayuda de Cate –Si tan solo fuese como hace unos años- pensé, si no despierto antes, embarro a Dani de salsa para la ensalada.

"Tía hoy estas más distraída que nunca" soltó la pequeña Daniela, siempre suspicaz, sin evitar una sonrisa. "Dani, ¿será porque creo que estoy embarazada?" lo solté casi murmurando, casi de forma automática, rogando que nadie se hubiese dado cuenta, pero como si Dios tratara de ponérmela más difícil, solo se escucharon los "¡AHHHHH!" de todos al unísono. Solo reí nerviosamente, de ser uno de esos muñequitos de animé, tendría una gotita de sudor en mi frente.

"Hija, ¡explícame, como es eso!" chilló una emocionada Patty "¿Seré abuela de nuevo?" dando saltitos como una adolescente, me recordó a mi mejor amiga en la universidad, ¡qué tiempos¡

"Bueno Patty, no estoy muy segura, tengo algunas semanas de retraso, normalmente soy muy puntual con estas cosas" dije sinceramente, e inconscientemente frotaba mi vientre con parsimonia. "Pero me haré la prueba, de hecho, estaba guardándola para la noche, cuando llegue Matt y estar juntos cuando la haga. Yo los tendré informados de todo. No me haré falsas ilusiones hasta no estar segura" Afirmé, era la verdad, pero rogaba con toda mi alma que fuese verdad, que mi vientre se convirtiera en cuna. No es que en lo que va de mi vida esto me quitara el sueño, pero es algo que se llega a anhelar, especialmente en esta soledad que tengo.

"Cariño, espero que sea así. Su hogar está esperando niños que retocen por ese jardín tan lindo que tienes, por esta sala tan preciosamente decorada, que rompa alguno de tus mobiliarios caros, algo que llene de vida. ¡Los niños son una bendición amada!" Patty me guiñó uno de sus ojos color ámbar y besó mi coronilla. "Te deseo mucha suerte y ojalá la cigüeña los esté visitando más temprano que tarde" me tomó de las manos y me abrazó. Me sentía tan bien estando con ellos, pero con su hijo, ahora era algo totalmente diferente.


"¡Eddie! ¿Por qué huyes de mí? ¡no te vayas cielo!… Yo te amo." decía una frustrada mujer, mientras caminaba azorada persiguiendo a su novio por toda la casa. Él iba recogiendo las prendas de ropa que tenía en el closet y las metía en su maleta.

"Si Tanya, me amas tanto que estaba en la cama con tu masajista" dijo el rubio con sarcasmo, mientras cerraba su maleta y caminaba en dirección a la puerta de salida.

Tanya se plantó frente a él y con voz suplicante le hablaba"Amor, las cosas no fueron como parecían, déjame explicarte, él estaba probando…" Fue interrumpida por Edward, con un grito que pareció más un gruñido que otra cosa.

"¡NO QUIERO SABER LAS COCHINADAS QUE HICISTE CON TU TÍTERE TANYA!" sacó de su bolsillo su celular y marcó para hacer una llamada "¿Si? Buenas noches señorita, ¿podría decirme qué vuelos hay disponibles para Washington, DC. esta noche? Sí, si entiendo. Podría apartarme un boleto para el de las 12 am… Ok, sí, muchas gracias, a nombre de Edward Cullen, sí, cancelaré, si, carguelo a mi cuenta para apartarlo, allá cancelo el monto total. muchísimas gracias señorita, buenas noches de nuevo" cerró la llamada con frustración y salió de la casa, no sin antes gritar un "Ni se te ocurra seguirme. Sea lo que sea que me digas, no volveré contigo, ni en mil años. Esta farsa se acabó"

Ella se quedó paralizada, pensando en qué había cambiado en Edward para tomar esa decisión. Ella jamás lo habría dejado, no tenía el valor para dejarlo completamente solo; siempre le había llamado la atención lo solitario que solía ser, pero prefería a otros amantes que le calentaran la piel, porque su alma ya estaba llena de un frío irremediable desde hace mucho tiempo. No lo siguió.

Edward le dio gracias al cielo por esto. -No sé que hubiese sido de mi pobre autocontrol con esa mujer- pensó. Tomó mi auto y se lo dejó a la compañía de renta de autos, como le dolía desprenderse de su adorado Volvo color plata, pero era peor abandonarlo en el aeropuerto. Con facilidad llegaría al aeropuerto a velocidad nada humana.


Luego de despedir a mi amable familia y de que Matt no llegara para la cena, decidí hacerme la prueba y salir de esta duda de una vez por toda. Entré al baño, temblando como gelatina abrí el cajón del lavabo, ahí estaba, mi salvación y mi condena –Dios mío sé que estoy usando un alma inocente, pero perdóname, algo debe devolverme a Matt, a la persona de la cual yo me enamoré y no la máquina de trabajar que se ha hecho ahora- Destapé el empaque y lo leí:

'La prueba de la gonadotropina coriónica humana (GCH) en orina se lleva a cabo mediante la aplicación de una gota de orina en una banda o tira química preparada, la cual arroja el resultado en uno o dos minutos, si sale azul es positivo, si sale color rojizo es negativo.

Las pruebas de embarazo en orina sólo serán positivas cuando la persona tenga suficiente GCH en la sangre. Si el embarazo apenas está comenzando y el nivel de GCH está por debajo de 25-50 mlU/ml, la prueba será negativa. Si la persona cree que está embarazada, debe repetir la prueba de embarazo en casa o en el consultorio médico.'

Solo una gota de orina, esperar.. Y esperar -45 segundos; 44; 43… 37; 36… Dios mío, ¿cuánto tiempo más?- pensé.

Cuando se cumplieron los dos minutos estaba temiendo ver la bandita que me diría si estaba o no en la dulce espera, tomé en mi manos la prueba y de una vez por todas la miré… Mi alma cayó al suelo cuando noté que daba como resultado negativo, no estaba embarazada –Qué puedo esperar un milagro? Matt ya ni me toca, sobrio, no me ve, se casó con su trabajo, con su amado banco. Yo trabajo, y no hay una vez en la que no esté en la casa, esperándolo, dispuesta. A veces no viene a dormir, no viene nunca a cenar, en mis 4 años de matrimonio, no he cenado con él, en nuestra mesa… Parece que el matrimonio lo hubiese echado a perder. Realmente ¿qué es el matrimonio para él?, ¿qué fue?… Sólo firmar un papel y ya. Realmente no entiendo- No, no quiero llorar no. Muy tarde querida, ya empezaste, solo déjalo y ya. Hay más peces en el mar. Obviamente no, ella tiene que luchar por su felicidad, con el hombre que ama. No huir de los problemas. Pero nota como llora por ese idiota, no querida no llores, él no merece más de tus lágrimas, tú sabes más que ella misma cuantas veces lo ha buscado y a él no le ha importado, o si?. No, no le ha importado. Y entonces así quieres que ella lo siga buscando, ¿para que la lastime más? La ignora y la ignora y la ignora. Por favor no hablen como si no esté aquí, me marea que mi conciencia se divida en dos.

Aquí la pregunta es ¿Lo amas como para seguir soportando sus malos tratos?. Sí, yo digo, pero, sólo depende de ti, son tus sentimientos Bella. Dale una oportunidad, y si la desperdicias, agarras un avión y te vas a la casa de tu padre, estoy segura que tu madre si estuviese viva, diría lo mismo. ¿O no? Exacto, eso es cierto. Solo una oportunidad… Y si la desaprovecha, Jacob es abogado, esos divorcios son fáciles de tramitar cuando ya se tiene más de dos años y no hay niños en el matrimonio…Por primera vez estamos de acuerdo en algo, esto debe ser una señal divina, tu conciencia va a la par. Muchas gracias, conciencias. De nada querida.

"OK, yo me estoy volviendo loca, gracias a mi conciencia" die pensando en voz alta, mientras tomaba mis cabello para tranquilizarme.- Tus conciencias, querida, tus, hablamos en plural- "Sí, sí… Mis conciencias, solo una oportunidad Matt, solo una, y nada mas" Lágrimas corrian por mi rostro en plena catarsis, mientras la puerta del baño se abría…

"¿Tú, qué haces… Qué demonios…?