Summary: Quinientos años han pasado ya desde que el tercer impacto devasto el planeta, por lo que un ahora Dios Shinji Ikari se encuentra vagando por la inmensidad de aquel vacio mundo, a la espera de poder encontrar un nuevo significado para su existencia. Tabitha es una chica solitaria, devastada por los fantasmas de su pasado, a la espera de un heroe que la ayude a salir de su dolor... ¿Que destino les deparará cuando gracias a un ritual de invocación sus caminos se crucen?
Aclaración: La serie Shin Seiki Evangelion y la serie Zero no Tsukaima no me pertenecen, ambas son propiedad de sus respectivos autores. El fin de este fanfic no es el de lucrar de ninguna manera con los personajes o el guión de tales historias, sino el de expresar una idea como fan.
Primer viento: Cruce de caminos.
El chico alzo su mirada hacia el cielo, apreciando el brillo resplandeciente que otorgaba esa platinada luna llena. ¿Cuántas veces la luna se había llenado ya desde que despertó en esa playa?
"Unas 30000 mil veces quizá."
Se escucho su voz sin sentimientos romper aquel inmenso silencio. No había nada en ese lugar que hiciera el menor sonido a parte del ocasional viento helado que de pronto parecía recordar tenía que soplar alrededor del mundo, moviendo las hojas de los árboles y de vez en cuando algún objeto que no era lo suficientemente pesado para quedarse en el suelo. Hacía mucho tiempo que el castaño había abandonado la esperanza de encontrar algún animal o insecto, ya ni siquiera mencionar personas en alguna parte de ese inmenso planeta. El tercer impacto había arrasado con toda la vida del mundo, dejando como únicos sobrevivientes de tal catástrofe a él y a su ex compañera piloto Eva, Asuka.
"Asuka…"
Murmuro el chico mientras cerraba los ojos, sintiendo la suave brisa recorrer su cuerpo y perdiéndose por unos segundos en las lejanas memorias. Ellos habían escapado del infierno que fue la guerra contra los Apóstoles solo para darse cuenta que habían llegado a un lugar peor. La chica ya había sufrido bastante durante su vida, demasiado, por lo que Shinji quiso terminar con su dolor y ahorcarla en aquella lejana playa, sin embargo, al sentir la suave caricia que la chica le regalaba, perdió todo el valor para hacerlo. Es así que ambos vagaron unos meses por el mundo, a penas hablando de nada, buscando inútilmente algún otro sobreviviente de aquel holocausto, pero nada pudieron hallar. Durante ese tiempo Shinji descubrió que se le habían concedido habilidades mas allá de cualquier capacidad humana. Si lo que recordaba por las pláticas con su madre y consigo mismo durante el tiempo que estuvo dentro del Eva 01 en el tercer impacto era verdad, había sido elegido por ella y por Ayanami como el nuevo Dios de este mundo, dándole el poder para decidir qué sería de él a partir de ahora. Miro a su alrededor, notando las aguas teñidas de un color rojo sangre y la infinita tierra blanca, era obvio que no lo había hecho nada bien, se dijo con remordimiento. Peor aún, esas nuevas habilidades que Shinji empezaba a descubrir parecieron alejar más y más a Asuka, a pesar de que el castaño trataba de usarlas para ayudar a ambos a sobrevivir.
La pelirrroja fue cayendo cada vez más en una depresión que el castaño luchaba por desvanecer, pero de nuevo todo fue en vano y un día Asuka simplemente desapareció. El chico la encontró dos días después, ahorcada desde el ventilador en un cuarto de hospital.
"Igual que su madre."
Los recuerdos que obtuvo al absorber a Tabris sin duda eran muy perturbadores, sin embargo, le resultaron también una gran fuente de sabiduría que poco a poco fue descubriendo. Tabris parecía tener un gran interés en los Lilim y en la manera en que usaban el fruto del conocimiento, además de que parecía ser el más sensible de todos los Apóstoles después de Lilith (Si los comparaba con las sensaciones que Adam y Zeruel le brindaban); es así que el humanizado Apóstol había hurgado en la memoria de cientos de personas, recorriendo los pasillos de sus corazones y revelando sus secretos ocultos. Pero él no había sido el único. Adam, Lilith e incluso Zeruel poseían recuerdos de las personas con las que de alguna manera u otra estuvieron en contacto. Misato, Asuka, Rei, Fuyutsuki, Kaji, los ancianos de Selee, incluso su propio padre Gendou y muchos más; había millones de sentimientos y recuerdos que se habían liberado en su mente poco a poco desde que despertó en aquella playa hacía ya quinientos años, por lo que el castaño comprendía en su totalidad el por qué había ocurrido todo lo que ocurrió, y aunque tenía que admitir que desde un punto de vista psicológico todo tenía sentido…
"Todos fuimos unos idiotas…"
Se dijo con una mueca amarga, si hubieran confiado un poco más los unos en los otros, si hubieran sido un poco más valientes para abrir sus corazones y hacer las cosas diferentes, ahora el mundo no estaría así. La humanidad seguiría poblando la tierra y él no tendría que ser el Dios de este mundo sin vida, con un infinito poder que sin embargo no le servía para nada y con la maldición de vagar por ese mundo durante toda la eternidad.
El chico negó con la cabeza, esto era su culpa después de todo, cometió tantos pecados que su castigo sería eterno. Nunca creyó en el infierno o el purgatorio, pero ahora se daba una clara idea de cuan aterradores eran. Sus pies retomaron su marcha, avanzando sin rumbo a través de ese mundo en ruinas. Si este era su castigo, lo enfrentaría con aplomo al menos.
Quizá de esa manera, algún día, el perdón le sería otorgado finalmente…
Tabitha apresuro su paso para lograr llegar a tiempo, había recibido un mensaje de último momento directamente desde la capital de Gallia a través de una gárgola. La princesa Isabella le exigía reportar esa misma noche sobre qué clase de familiar había obtenido y enviar un informe detallado de los familiares obtenidos por el resto de los alumnos. La peliceleste no era tonta, de hecho ella era una de las magas más inteligentes que cualquiera podría conocer; es así que ella entendía muy bien el motivo de su estadía en la academia de magia de Tristain. Aunque oficialmente el rey Joseph y la princesa Isabella le habían dicho que la enviaban para mantener 'alejada su deshonrosa presencia de la vista del reino', la chica sabía que en realidad lo que Joseph quería era un espía dentro de Tristain. Tener una persona que reuniera información sobre los futuros herederos de las más grandes y nobles familias del reino vecino era, sin duda, algo muy ventajoso. A pesar de que a Tabitha le desagradaba la idea de tener que ayudar a ese bastardo de Joseph, por ahora no podía hacer nada más que seguir las ordenes.
Todo por el bienestar de su madre…
Es así que su rostro se mantuvo inexpresivo, como siempre había sido desde aquel fatídico día, su cara nunca revelando ni el más mínimo indicio de cuáles eran los pensamientos que cruzaban su mente. La chica llego justo a tiempo para escuchar una serie de risas sonar desde los labios de todos sus compañeros de curso, cosa que despertó su curiosidad ligeramente, aunque no lo demostró.
"¡Ah, Tabitha!"
La alegre voz de Kirche se escucho mientras la pelirroja se acercaba a su amiga, parecía tener problemas para respirar mientras sujetaba su estomago y limpiaba un par de lagrimas de la esquina de sus ojos.
"Louise la Zero… ¡Louise la Zero jajaja!"
Deduciendo que su amiga sería incapaz de contener su risa lo suficiente para explicarse, Tabitha dirigió su mirada hacía el centro del patio donde estaban reunidos, aunque ya tenía una idea de lo que había sucedido. Louise Francoise Le Blanc de la Valliere estaba sentada en medio del patio, su cabello ligeramente desarreglado y su vestimenta parecía tener hollín. La chica tenía una casi nula habilidad mágica, ya que lo único que conseguía crear con sus hechizos eran explosiones. Aunque la peliceleste había sido testigo de algunas de las más fuertes explosiones de la chica y consideraba que un poder así podría ser bastante útil, también estaba el hecho de que, sin una amplia variedad de hechizos para respaldarla, la chica no sería capaz de llegar muy lejos en este mundo regido por la magia. Tabitha supuso que la chica había fallado su intento para convocar algún familiar, terminando en una gran explosión en su lugar, si la extensión del pasto medio quemado sugería algo por sí mismo.
La pelirrosa se levanto mientras trataba de acomodar su desordenado cabello para después pedirle al profesor Colbert otra oportunidad de realizar el hechizo.
"Al parecer solo falta usted y la señorita Tabitha por invocar a su familiar, así que aún nos queda tiempo para otro intento, solo dese prisa por favor."
Concedió el mago mientras retrocedía varios pasos, si esa acción era para darle espacio a la chica o para protegerse de otra posible explosión es algo que los alumnos se dieron el lujo de especular. Louise termino de arreglar su cabello y cerró los ojos mientras susurraba unas palabras que para Tabitha eran demasiado extensas para ser el usual cantico de invocación que les había sido enseñado en la academia. La peliceleste hizo un silencioso e imperceptible movimiento de su báculo, invocando el viento para que aquellas palabras llegaran a sus oídos.
"A mi fiel sirviente que existe en algún confín del universo. Al sagrado, hermoso y más poderoso familiar. Te lo suplico desde el fondo de mi corazón por medio de este cantico, responde a mi llamado."
Repitió una y otra vez la pelirrosa mientras agitaba su varita suavemente hacía los lados para finalmente elevarla al mismo tiempo que alzaba su voz y terminaba de nueva cuenta su rezo. Durante un par de segundos no ocurrió nada pero de pronto una fuerte explosión se suscitó en el lugar, quizá mucho más fuerte que la anterior, generando una densa capa de humo negro y expulsando una oleada de viento hacía todos lados. Tabitha cubrió su cuerpo con un escudo de viento a manera de protección, dejando la ola pasar alrededor de ella y Kirche, la cual se había colocado rápidamente detrás de la menor para resguardarse. Algunos gritillos '¡Kyaaa!' provenientes de las chicas fueron escuchados, posiblemente porque la fuerte onda expansiva levanto sus faldas, junto a los comentarios despectivos de varios de los chicos.
"¡Ella solo creo otra explosión!"
"¡Era de esperarse!"
"¡Ella es Louise la Zero después de todo!"
Louise pareció sonrojarse por su aparente fallo, pero Tabitha solo entrecerró ligeramente sus ojos, el viento le decía que había un ser vivo justo al centro de donde había surgido la explosión, aunque no parecía ser alguna criatura mágica, si no algo con forma humana, cosa que la confundía bastante ¿Qué había invocado 'Louise la Zero'?
Poco a poco el humo se fue disipando, dejando ver la silueta de lo que aparentaba ser un humano en extraños ropajes acostado en el suelo. El silencio se apodero del claro mientras todos observaban asombrados al chico. Louise se acerco rápidamente a él y le pregunto por su nombre, el joven parecía confuso mientras observaba a Louise de arriba a abajo para después mirar a su alrededor, seguramente tratando de ubicarse en este extraño lugar. Tabitha no sabía del todo cómo funcionaba el hechizo de invocación, pero no era tan ingenua como para creer que los familiares estaban en algún lugar haciendo fila esperando a ser invocados, es así que supuso que la confusión de este sujeto por haber sido transportado de repente era comprensible.
El chico parecía llamarse Hiragasaito, un nombre curioso en verdad, pero lo más sorprendente era el hecho de que sin duda algún era un ser humano, cosa que nunca antes había sido presenciado hasta donde ella sabía.
"Louise, ¿qué intentas hacer? invocando a un plebeyo con el ritual de invocación."
Preguntó alguien y la mayoría de los presentes comenzaron a reír.
"Yo… ¡Yo sólo he cometido un pequeño error!"
"¿A qué error te refieres? Nada fuera de lo común ha pasado."
"¡Por supuesto! ¡No en vano eres Louise la Zero!"
Gritó otro y con eso todos volvieron a reír a carcajadas. Louise enrojeció bastante por esto así que llamo al profesor Colbert, pidiéndole le permitiera realizar el ritual de nueva cuenta, sin embargo, el mago de fuego se negó rotundamente. El ritual de invocación de primavera era un rito sagrado en toda Halkeginia, era imposible realizarlo de nueva cuenta si el familiar había acudido al llamado. La pelirrosa palideció mientras su rostro se mostraba derrotado ante la idea de que ya no había marcha atrás y tendría que aceptar como familiar a ese plebeyo. Louise se volvió a acercar al chico y, reuniendo todo su valor, se preparo para finalizar el ritual de invocación, sellando el pacto con un suave beso en los labios, justo como indicaban las tradiciones del continente.
El pelinegro parecía sorprendido por el sorpresivo beso que había recibido mientras Louise y una usuaria del agua, Montmonrency, se insultaban usando sus apodos; pero después el rostro del chico se contorsionó en dolor mientras las runas del familiar se inscribían en el dorso de su mano izquierda.
"¡Aahhh! ¡¿Qué rayos me están haciendo?!"
Grito mientras sujetaba fuertemente su mano y apretaba sus dientes, tratando de contener su dolor, sin embargo, pareció ser que esta clase de sensaciones eran demasiadas para un ser humano común por que el chico cayó de rodillas, jadeando cuando las runas terminaron de grabarse, para después derrumbarse en el suelo, al parecer inconsciente. Louise y el profesor Colbert se acercaron rápidamente con rostros preocupados, pero después de cerciorarse de que el chico estaría bien y de que el maestro copiara las Runas inscritas en la mano del chico el profesor se reincorporo.
"Muy bien señorita Tabitha, es su turno de realizar el Ritual de Invocación."
La peliceleste asintió mientras se acercaba al centro del claro, el profesor Colbert auxilio a Louise para mover al chico y recostarlo contra un árbol cercano. La pelirrosa parecía sentirse totalmente avergonzada de tener que arrastrar a su inconsciente familiar plebeyo que ni siquiera fue capaz de soportar la inscripción de sus Runas. El que el resto de los estudiantes estuvieran burlándose de ella no ayudaba en nada al predicamento de la chica Valliere.
Tabitha se coloco a una buena distancia del resto de sus compañeros, asegurándose de que así sus palabras no serían escuchadas por nadie más. No es que temiera equivocarse y hacer el ridículo, simplemente ella era así de reservada por costumbre. Levanto su báculo hacia el cielo, dispuesta a decir las palabras que formaban el cantico tradicional de invocación, pero entonces se detuvo. ¿Qué pasaría si ella utilizaba un cantico diferente, tal y como Louise lo había hecho? ¿También obtendría un plebeyo como familiar? ¿O el resultado sería diferente? Aunque la chica no mostrara emociones, se mentiría a ella misma si dijera que no era curiosa por naturaleza; le gustaba investigar y descubrir cosas que otros no eran capaces de descubrir, y le daba un orgullo secreto cuando sus investigaciones resultaban exitosas. Era cierto también que su curiosidad la había puesto en más de un aprieto en el pasado, pero de alguna manera u otra había logrado salir avante de cada situación…
"Tabithaaaa ¿Qué sucede?"
La voz de su amiga Kirche la saco de sus pensamientos así que la peliceleste solo sacudió suavemente su cabeza y volvió a alzar su báculo al cielo mientras respiraba profundamente para concentrar su poder mágico; un suave viento formándose alrededor de ella como un remolino que meneo el pasto y las hojas de los arboles cercanos.
"A mi fiel sirviente, el héroe que existe en alguna parte del universo…"
Comenzó su cantico y sintió su propia energía concentrarse en la punta de su báculo.
"Al sagrado, hermoso y más poderoso familiar. Aquel que ha enfrentado los terrores de la muerte y ha salido victorioso…"
No pudo evitar pesar en aquel personaje de su libro preferido, el Héroe de Ivaldí. Ese héroe de fantasía había sido su inspiración durante mucho tiempo ya que ella creía que ambos eran similares. Ambos luchaban solos sus batallas, nunca rindiéndose, ya que rendirse significaría la muerte. Sin un aliado a su lado, atravesando incluso la peor oscuridad con paso firme, ya que así lo habían decidido.
"Te lo suplico desde el fondo de mi corazón por medio de este cantico, responde a mi llamado."
Tabitha deseó desde lo más profundo de su corazón que, si una persona así existiese en algún rincón del universo, escuchara su rezo y viniera en su apoyo; que la ayudara a librar las batallas que aún le faltaban por librar, aunque eso significara su muerte; todo con tal de que su persona más importante, aquella por la que había aceptado todo el dolor y el sufrimiento que el mundo le pudiera arrojar siguiera con vida y algún día sanara su enfermedad. La chica sabía que era un sueño tonto, que tener esperanzas en un ser desconocido era totalmente ridículo e ilógico, pero la parte de su corazón que aún creía en los sueños, la que aún era una niña que necesitaba de los demás le decía que pusiera toda su fe en ese deseo, que Dios la escucharía y se lo haría realidad.
El viento fue aumentando en intensidad a medida que la chica repetía aquellas palabras una y otra vez, provocando que los presentes cubrieran sus ojos por temor a que la tierra y el polvo entraran en ellos, entonces, justo a varios metros sobre la peliceleste un enorme circulo de hechizos color morado apareció repentinamente a decenas de metros en el cielo. El circulo emitía pequeños relámpagos color verde que viajaban desde el borde hacía el centro.
"Vaya…"
Comento Kirche impresionada mientras observaba atentamente el círculo en el cielo. La pelirroja sabía que su amiga era una maga muy poderosa, así que no dudaba sería capaz de invocar algo espectacular. Los demás presentes miraban de igual manera totalmente asombrados, en espera de lo que aparecería desde aquel extraño circulo de hechizos. Pronto, el círculo pareció abrirse en su centro exacto, dejando ver lo que parecía ser una capa de cristal que emitía destellos verdes y morados de manera intermitente. El cristal se extendió hasta abarcar casi la totalidad del círculo de hechizos, dejando ver que su interior era completamente oscuro, como si la luz no fuera capaz de llegar a él a pesar de que era medio día y el sol brillaba con fuerza en el cielo despejado.
"¡Kyuuuuu!"
"¡Aaaah!"
De pronto, desde aquel inmenso cristal surgieron dos siluetas, una enorme de color azul y otra pequeña de color negro y blanco. Ambas atravesaron el cristal como si estuviera hecho de agua y cayeron rápidamente rumbo al suelo, directamente hacía donde estaba la pequeña chica de cabello celeste.
- Tiempo antes -
Shinji se detuvo de golpe al sentir aquella extraña energía detrás de sí, por lo que se giro a ver de qué se trataba. Con cierta sorpresa descubrió lo que parecía ser un ovalo flotante hecho de alguna energía que no sabría definir. No era algo que estuviera hecho por el hombre pero tampoco parecía ser producto del fruto de la vida y, sin embargo, a la vez parecía ser resultado del producto de la vida, cosa que en verdad lo confundía.
"¿Qué es esto?"
Se pregunto mientras se acercaba, observando aquel ovalo con suma curiosidad. Aún con toda la sabiduría que había adquirido gracias a los Apóstoles que había asimilado era incapaz de definir qué era lo que ocasionaba este suceso. No detectaba ninguna clase de peligro ni energía dañina, así que se aventuro a estirar su mano para tratar de tocarlo.
"¿¡Qué demo-?!"
N siquiera tuvo tiempo de terminar su frase cuando de la nada fue absorbido por aquel extraño ovalo en lo que parecía ser un espacio infinito. ¿Mar de Dirac? No, eso era algo completamente diferente, aún así Shinji no estaba dispuesto a dejarse llevar a donde fuera que esa cosa planeaba llevarlo, así que liberando su campo AT destruyo las paredes que formaba la 'realidad' de ese espacio. Una gran explosión se suscito y el chico se vio lanzado ferozmente hacía un lado. Sintió caer durante varios segundos, su campo AT evitando cualquier daño pero aun así se sintió un poco desconcertado hasta que logro recuperarse del todo. Manipulando de nueva cuenta su campo AT, Shinji detuvo su caída y permaneció levitando durante unos segundos, sus ojos abriéndose como platos al observar a su alrededor y ver que estaba sobre un enorme bosque verde, las copas de los arboles siendo tan densas que impedían ver lo que había debajo de ellas.
"¿Qué es esto?"
Un viento frío soplaba en esa zona mientras una capa de neblina se expandía hacía todos lados. Shinji había vagado por el mundo durante quinientos años, recorriendo casi la totalidad del mismo, sin embargo, ese lugar no se le hacía familiar. Sus ojos vagaron por entre las copas de los arboles, sintiendo presencias que nunca creyó sería capaz de sentir alguna vez. Era la presencia de vida, no de los arboles ni las plantas que acostumbraba sentir de vez en cuando, si no de vida inteligente. El chico era capaz de sentir cientos de presencias por todo el lugar, algunas grandes y otras pequeñas, pero sin duda eran seres vivos ya que se movían en patrones demasiado aleatorios para ser artificiales.
Por un momento se sintió sobrecargado por la emoción al descubrir esto ¿Sería posible que la vida comenzara a resurgir en el planeta después de todo ese tiempo? Sin embargo, sus esperanzas fueron derrumbadas por una voz en su cabeza que le decía pensara con lógica su situación. Para empezar era imposible que no hubiera sido capaz de detectar antes una concentración así de grande de seres vivos, no con la habilidad de Zeruel para sentir la energía; además de que había algo extraño en estos seres vivos. Aunque sentía la presencia del Fruto de la Vida en ellos, también sentía que su esencia era diferente a la que los Apóstoles conocían. Eran formas de vida extrañas, pero similares a la vez.
"¿En dónde estoy?"
Se pregunto mientras cruzaba sus brazos y miraba al cielo, era obvio deducir que aquel extraño ovalo de energía lo había transportado hasta este sitio, la pregunta aquí era ¿Por qué? Quizá no debió usar su campo AT para interferir el proceso de traslado, de esa forma hubiera llegado a su verdadero destino y quizá sabría que ocurrió en verdad. El castaño entrecerró sus ojos al observar que a miles de kilómetros sobre él había la silueta de lo que parecían ser dos planetas enanos, uno que emitía un brillo rojo y otro rosado, quizá por la atmosfera de ambos planetas.
Definitivamente este ya no era su mundo.
"Feeh…"
Suspiro pesadamente, preguntándose por que su vida tendía a ser tan caótica. Negó con la cabeza, no tenía caso quedarse allí lamentando su situación, lo mejor sería encontrar la forma de regresar a su hogar. En esos pensamientos estaba cuando lo sintió. Otra vez aquella extraña energía aparecía, pero esta vez la presencia estaba a varios miles de kilómetros desde su posición actual, justo en la cima de una montaña cercana, por lo que el chico se dirigió hacia esa zona rápidamente. Cuatro alas tan grandes como él mismo aparecieron en su espalda, formando una especie de 'equis' tras de él; su color dorado parecía arder tan intensamente como el acero fundido. Levitar era una habilidad que había perfeccionado a lo largo del tiempo, por otro lado, usar su campo AT para volar a altas velocidades era algo totalmente diferente, por lo cual requería mucha más energía para lograrlo, es así que sus alas de luz surgían como reflejo del poder que tal acción requería.
El castaño cruzo la enorme distancia en menos de cinco segundos, el viento helado apenas sintiéndose como una brisa fresca gracias a su campo AT, logrando llegar a la cima nevada sin problemas. Escaneo el lugar con su mirada y localizo aquel extraño portal que lo había tratado de transportar, solo que ahora mostraba un color celeste congelado en lugar del verde esmeralda anterior.
"¿Kyu?"
Frente al portal había lo que parecía ser un reptil gigante de color azul con un par de enormes alas membranosas surgiendo de su espalda.
"¿Un… dragón?"
Se pregunto el chico totalmente asombrado, había visto de todo durante la guerra contra los Apóstoles y durante el tercer impacto. Cosas grotescas y bizarras encabezaban la lista, pero jamás en su vida se imagino llegar a ver lo que sin duda era un dragón azul en la cima de una montaña helada observando de manera curiosa un ovalo de energía flotante. Negó con la cabeza saliendo de su asombro para después bajar tierra y acercarse al portal.
Irukukuu estaba en verdad confundida, acababa de regresar a su cueva después de haber cazado algo para desayunar cuando un extraño ovalo apareció en medio de su patio de juegos, siendo sostenido por nada, simplemente flotando en el aire. Se acerco cautelosamente a él, preguntándose que sería ese raro ovalo que parecía emitir magia antigua y poderosa, pero que extrañamente no se sentía como una amenaza.
"¿Kyu?"
Dejo escapar mientras ladeaba su cabeza con curiosidad ¿Debería acercarse más o lo mejor sería alejarse y dejarlo allí? Tales dudas fueron interrumpidas cuando escucho el sonido de la nieve siendo aplastada por lo que parecían ser pasos así que se giro a ver de qué se trataba.
"¡¿Kyu?!"
Irukukuu se sorprendió bastante al ver a un joven humano caminar tranquilamente en ese lugar con condiciones tan extremas, sin siquiera llevar un abrigo o algo que lo protegiera del frío; sin embargo, pronto se coloco en guardia ya que era muy probable que esta persona fuera un mago. Su difunta madre le había advertido hace mucho tiempo que se alejara de los humanos, en especial de aquellos que eran capaces de usar la magia, ya que ellos podían ser muy peligrosos; es así que se preparo para cualquier posible ataque que este ser pudiera lanzarle.
"Hola."
Saludo el chico con una pequeña sonrisa mientras colocaba sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, cosa que confundió bastante a la joven dragón.
"¿De casualidad sabes que es este extraño portal?"
Pregunto de manera casual mientras miraba el ovalo de la misma manera en la que alguien miraría un árbol, Irukukuu observo al chico sin saber que hacer pero después negó con la cabeza.
"Ya veo…"
El castaño se acerco de nueva cuenta al portal, deteniéndose a un par de centímetros del mismo, sintiendo su energía fluir de manera constante. Ahora que lo examinaba de cerca, la energía de este portal era similar a la anterior, pero a la vez distinta. Quizá lo que sea que creó este portal era diferente a lo que lo trajo aquí por primera vez.
"Parece ser un portal que te transporta a algún otro lugar, tengo curiosidad por saber a donde lleva…"
Shinji se giro a mirar al dragón por última vez, no todos los días se presenciaba a una criatura de leyenda en carne y hueso, pero tenía que encontrar la manera de volver a casa y esa parecía ser su única pista a seguir.
"Entonces hasta luego."
Se despidió, preparándose para entrar al portal y descubrir que era lo que estaba sucediendo, sin embargo, pronto sintió como algo pesado se colocaba sobre él, empujándolo hacía el portal.
"¡Espera, Kyu!"
Creyó escuchar antes de volver a sentir esa sensación de total vacio a su alrededor junto a una absoluta oscuridad. El chico trato de controlar su caída pero lo que fuera que lo había empujado al portal parecía tratar de aferrarse a él, golpeándolo en el proceso. Si fuera un humano normal estaba seguro de que eso dolería bastante. Ese caótico viaje duro alrededor de cinco segundos hasta que sintió de nuevo el brillo de la luz envolverlo junto a la sensación del espacio y el tiempo transcurrir con normalidad. Fue entonces que se dio cuenta de que volvía a caer rápidamente hacía el suelo.
"¡Aaah!"
Su exclamación de sorpresa fue opacada por un fuerte '¡Kyuuu!' que reconoció pertenecía al dragón de hacía unos segundos, era obvio que ambos habían atravesado el portal. Shinji no tuvo tiempo de controlar su caída por lo que aterrizo en el suelo de manera torpe, cayendo sobre sus rodillas y apenas logrando amortiguar el golpe con sus antebrazos. Ni siquiera tuvo tiempo de procesar que ya había aterrizado cuando sus instintos le gritaron que se moviera, por lo que haciéndoles caso salto a un lado, esquivando por muy poco al enorme dragón que cayó justo donde él había estado hacía un instante. Shinji cayo sentado en el suelo, mirando con ojos abiertos al enorme reptil que se lamentaba en el suelo, quizá adolorido por la caída, sin embargo, su asombro desapareció al sentir la presencia de decenas de seres vivos cerca de él, por lo que miro a su alrededor para saber de qué se trataba. Su corazón dio un salto al ver que estas presencias pertenecían a lo que sin duda eran seres humanos, los cuales lo miraban con el asombro pintado en sus rostros.
"Son… personas…"
Se dijo sin creerlo del todo, había pasado tanto tiempo desde que había visto algún humano que no pudo evitar sentir las lagrimas acumularse en sus ojos. No estaba solo, había más personas en el universo por lo que no tenía por qué seguir soportando aquella terrible soledad.
"¿Estás bien?"
Una suave voz lo saco de su momento de alegría por lo que dirigió su mirada hacía donde esta provenía. Sintió su aliento paralizarse y una sensación helada recorrer su cuerpo al ver frente a él a una pequeña chica de cabello celeste y rostro inexpresivo mirarlo de la misma manera en que alguien miraría una mancha en la pared. Los cabellos de su nuca se erizaron mientras el chico trataba de retroceder en el suelo, sus ojos mostrándose tan aterrados como durante aquellos infernales días de batallas.
"¿¡Ayanami?!"
Casi grito el chico el castaño, su voz llena de temor y desesperación, cosa que confundió a todos los presentes, sin embargo, Tabitha no cambio la expresión de su rostro. Por su parte el chico estaba comenzando a hiperventilar. ¿Qué demonios hacía Rei Ayanami en ese lugar? Ella estaba muerta, Shinji estaba seguro. Después de rechazar la instrumentalización de la humanidad, el cuerpo de Lilith fue destruido y asimilado por el Eva 01, liberando así el alma de Rei/Lilith y enviándola a la bóveda de Guf, donde podría ser capaz de renacer algún día como una humana común y corriente, o al menos ese era el deseo de Shinji. ¿Quizá estaba allí como recordatorio de su pecado? ¿Cómo una advertencia de que no intentara escapar de su castigo eterno?
No… Rei Ayanami nunca haría eso… Aunque lo había descubierto demasiado tarde, el castaño estaba seguro de que Rei llego a amarlo, incluso dio su vida por él en más de una ocasión. Esa chica inocente que lo amo desde el fondo de su corazón no podría ser quien le deseara un mal así de grande. Pensar de nuevo en aquella misteriosa chica de ojos carmesí logro relajarlo lo suficiente para examinar de mejor manera a esta chica. Aunque el color de cabello y la expresión vacía de sus rostros eran similares, había muchas diferencias entre ambas personas. Esta chica no tenía aquellos enigmáticos ojos carmesí que parecían explorar tu alma con una sola mirada, en su lugar había unos negros grisáceos que se mostraban decepcionados de la vida, además de que usaba lentes. La estatura era diferente también, el chico cálculo que si se ponía de pie, quizá le llegaría un poco más debajo de su propio cuello. En definitiva, esta chica no era Rei Ayanami, simplemente se había dejado llevar por la confusión del momento, sobreponiendo la silueta de su amiga con la de esta pequeña chica.
"¿Estás bien?"
Volvió a repetir la chica después de unos segundos de silencio por lo que Shinji respiro profundamente para recuperar la calma y después le sonrió suavemente.
"Estoy bien, lamento lo anterior."
Respondió para luego levantarse, como sospechaba, la chica solo asintió para después encaminarse hacia el dragón azul, el cual miraba a su alrededor de manera confundida para después centrar su atención en la pequeña humana que se acercaba.
"¿Kyu?"
Irukukuu ladeo su cabeza confundida, era la segunda humana que veía en el día que no demostraba temor al verla.
"¿Estás bien?"
Pregunto por tercera vez la peliceleste mientras observaba a esa enorme criatura a los ojos, por lo que Irukukuu solo asintió para después dirigir su mirada alrededor, notando que había un montón de humanos más alrededor, todos ellos portando extrañas varitas en sus manos, cosa que empezó a preocuparla ¿Qué pasaría si todos ellos la atacaban? ¿Sería capaz de defenderse de tantos magos a la vez?
"Tranquila."
Como si fuera capaz de sentir su temor, la peliceleste comenzó a acariciar uno de sus costados de manera suave, pasando sus manos delicadamente por las escamas de Irukukuu.
"Kyuuu…"
La joven dragón no pudo evitar relajarse ante la caricia, la chica había encontrado un punto sensible así que se dejo hacer, apegándose un poco más a ella para que la chica aumentara la caricia.
"Esto es increíble señorita Tabitha, ha logrado invocar un dragón de viento."
El profesor Colbert se acerco maravillado, observando de arriba a abajo al majestuoso dragón que se dejaba mimar por la chica como si fuera un pequeño gatito, Tabitha se giro a verlo y después dirigió su mirada al chico que también había caído del cielo.
"Ah, y también a este joven de aquí. Me pregunto que habrá sucedido hoy, siendo que dos estudiantes fueron capaces de invocar seres humanos…"
La voz del maestro se torno pensativa al final, como si en su mente tratara de descifrar el enigma que había sido puesto ante sus ojos, pero después negó con la cabeza.
"Por favor, proceda a terminar el ritual Señorita."
"¿Ambos?"
Colbert pareció pensarlo durante unos segundos y después asintió.
"Así es, aunque hoy están pasando cosas demasiado inusuales, ambos seres surgieron de su círculo de invocación, acudiendo al llamado de su cantico. Es así que ambos tienen que volverse sus familiares."
Tabitha solo asintió sin decir más, sinceramente esto era un desarrollo que nunca se hubiera imaginado, pero supuso que no estaba tan mal. Había obtenido un dragón de viento, algo muy acorde a su elemento, además de ser un aliado muy poderoso. Por otro lado, aquel chico podría ser…
No, lo mejor no sería hacerse demasiadas esperanzas con él hasta que descubriera que tan útil podría serle en verdad. La peliceleste se acerco primero al dragón, colocando su báculo hacia el frente y moviéndola en un patrón conocido por todos los magos allí presentes, el dragón agacho su cabeza hasta quedar a la altura de la chica, sus ojos siguiendo de manea curiosa el movimiento de aquel báculo blanco.
"Mi nombre es Charlotte Heléne d' Orléans, pentagrama de los cinco poderes elementales, bendice esta humilde existencia y hazla mi familiar."
Repitió en voz suave una y otra vez sin dejar de mover su vara para después tocar suavemente la frente del dragón con él y colocar sus labios en lo que sería la boca del mismo. Ese contacto duro unos segundos para después retroceder unos pasos. Irukukuu se mostro sorprendida por esta acción a la vez que confundida, pero pronto sintió como su cuerpo empezaba a calentarse mientras un leve dolor se presentaba en su hombro derecho, era como aquella vez que intento tocar el fuego de una fogata que encontró en las faldas de la montaña. Quemaba, pero no era tan doloroso como para que la obligara a apartar la mano del fuego. Levanto su pata mientras rascaba su hombro, tratando de apartar la molesta sensación hasta que finalmente esta termino.
"¿Kyu?"
La dragón ladeo su cabeza confundida, por alguna extraña razón había obtenido recuerdos que no sabía que tenía. Así que este era un ritual de invocación y ahora ella era la familiar de esta pequeña chica, algo así como su compañera de toda la vida.
"¡Kyu!"
Dejo escapar ese sonido de manera alegre mientras se acercaba a su nueva compañera y frotar su cabeza contra el cuerpo de ella, Irukukuu nunca había tenido una compañera, desde que murió su madre siempre había tenido que valerse por su cuenta así que ahora se sentía muy feliz ya que no volveria a estar sola. Tabitha levanto su mano y acaricio la cabeza del dragón, era capaz de sentir como el enlace con su familiar se formaba y crecía poco a poco, diciéndole que, para comenzar, el dragón no era un 'él', si no una 'ella', además de que estaba muy feliz de ser su familiar, cosa que internamente la aliviaba. Alejar a un ser vivo de su familia, aún si este fuera un dragón, no era un pensamiento agradable para la peliceleste.
"Espera."
Le dijo a su ahora familiar para después avanzar hasta el chico que había observado todo en silencio, con sus manos en sus bolsillos y una mirada tranquila en el rostro. Tabitha se sentía confundida por ello, ya que esperaba entrara en pánico igual que el familiar de Louise, sin embargo no dejo que sus dudas la detuvieran, ya tendría tiempo para pensar a fondo después de terminar el ritual.
Es así que la peliceleste se detuvo frente al chico, mirándolo sin expresión unos instantes para después levantar su báculo y repetir las mismas palabras que antes.
"Mi nombre es Charlotte Heléne d' Orléans, pentagrama de los cinco poderes elementales, bendice esta humilde existencia y hazla mi familiar."
Por su parte Shinji se sentía curioso por todo lo que se desarrollaba frente a él, al parecer esta era una especie de ceremonia para traer criaturas de otras partes y unirlas a estas personas mediante el fruto de la vida. Era un vinculo totalmente diferente al que se formaría con la instrumentalización de la humanidad y sin embargo tenían un propósito parecido, el de formar un enlace entre las almas. Aunque este enlace parecía darse a un nivel mucho más inferior, el chico se pregunto si debería permitir que este ritual continuara. La individualidad de cada ser vivo debía ser respetada, de lo contrario, su 'yo' podría ser dañado severamente, incluso destruido en absoluto. Miro a su alrededor, sintiendo los distintos vínculos que había entre las criaturas y los humanos, ninguno parecía generar problemas; aunque el enlace estaba presente, el 'yo' de cada individuo permanecía inalterado. No pudo evitar maravillarse por esto, lograr ese tipo de sincronización entre las almas era algo sumamente complicado de realizar.
'Supongo que puedo examinar este enlace por mí mismo.'
Se dijo mientras volvía a mirar a la chica frente a él, sonriéndole suavemente, esto podría resultar interesante después de todo. Tabitha termino su cantico y procedió a sellar el pacto, besando al chico suavemente en los labios. La chica trato de no pensar en nada, luchando por no sonrojarse al ver los orbes oscuros del chico al que besaba. Su mirada era algo que nunca antes había presenciado, sus ojos parecían ser tan serenos, llenos de una calidez que solo recordaba haber visto en su madre antes de que tomara aquel maldito veneno. El cuerpo de la peliceleste comenzó a sentirse débil de pronto, sus parpados sintiéndose tan pesados que le costaba mantenerlos abiertos. Termino el beso mientras su cuerpo comenzaba a deslizarse hacia el suelo, pero fue detenido por el castaño antes de tocar tierra, acunándola delicadamente contra su pecho. Lo último que la chica pudo escuchar fueron los suaves latidos de un corazón.
Fin del capítulo 01.
Ending: Fly me to the moon (Shin Seiki Evangelion ending versión).
