Prólogo
1916, Texas
Cinco bajas en dos días eran demasiadas para cualquier ejército y el de María no era una excepción. Aún no lograba acostumbrarme a las emociones de los demás y como éstas se volvían mías cuando eran demasiado intensas. Creo que por eso cinco bajas en el ejército de neófitos me habían afectado, ya que era yo el que tenía que matar a quienes no hacían bien su trabajo y sus emociones no eran del todo agradables.
-¿Cuántas bajas hay?-me preguntó María durante la noche.
-cinco - murmuré mirando hacia donde el ejército entrenaba- y me atrevo a decir que pronto habrán más.
-¿Por qué lo dices?- comencé a notar que estaba algo molesta y que me miraba con algo de desdén- ¿Ha pasado algo que yo no sepa?
-Es solo que la gran mayoría está a punto de cumplir un año de ser convertidos y como ya sabes después de aquel periodo de tiempo los neófitos pierden fuerza.
-Entonces hay que convertir a más personas...- parecía que estuviese pensando en voz alta, ya que luego me miró y comenzó a hablarme-. Podrías ir tú a buscar más miembros para el ejército, sólo hay que tener un buen instinto para encontrar a alguien que sirva.
-María-suspiré después de unos segundos-, yo no puedo... no he cazado en días y bien sabes que no puedo controlarme. En cuanto muerda a algún humano comenzaré a querer más de su sangre y lo terminaré matando.
-Entonces si tienes sed ve a cazar, no es bueno abstenerse durante tanto tiempo.
Esa era una excusa para que la dejara sola. No quería estar conmigo ni tenerme cerca, de hecho sus emociones comenzaban a ser bastante despectivas y su forma de mirarme era un poco hostil. Sé que tal vez ella no lo demuestra abiertamente, pero creo que me quiere...quizás no es un amor dulce y es algo incierto, pero es el único tipo de amor que conozco y María es la única que me ha demostrado afecto desde que me convirtió en un vampiro. Si no me quisiera, me habría matado hace muchos años...
Nos escondemos en una bodega abandonada cerca del puerto. Es un lugar oscuro, amplio y con un montón de cajas. No tiene mucha luz, ya que las ventanas son pequeñas y la luz del sol entra muchas veces por oberturas y rincones entre las paredes.
Decido abandonar la bodega para caminar rápidamente hacia el pequeño bosque que hay cerca de la ciudad. Esta vez evito los caminos en las que puedan estar las personas; tengo sed, pero no quiero matar a nadie al menos por ahora...
Los árboles del bosque son bastante pequeños y a lo lejos pude ver el humo de una pequeña fogata. La persona que estaba acampando ahí no estaba lejos, podía escuchar los latidos de su corazón y el olor dulce de su sangre. Mi garganta comenzó a quemar de inmediato, suplicándome por aquel delicioso néctar que podría calmar mi sed.
Pensé que tal vez matar a un humano en el bosque no era tan mala idea, ya que podría enterrar sus restos o quemarlos en la fogata. Me acerqué sigilosamente para ver a mi próxima víctima.
Junto a la fogata había una chica abrazando sus rodillas, llevaba una camisa de dormir de color blanco bastante ligera y no debía tener más de quince años. Tenía el cabello negro corto y rebelde, sus ojos eran negros con la mirada perdida y en una de sus manos llevaba una pulsera como la que entregan en los hospitales a quienes están internados.
Siento pena por ella ; porque está en el lugar y el momento incorrecto. Se supone que alguien de quince años no debería morir, pero con algo de vergüenza debo reconocer que he matado a personas más pequeñas. Está mal, pero a veces la sed es tan intensa que no puedo evitar convertirme en un monstruo...
bueno este fic es una coautoría entre mi hermana gemela Sofía y yo( Andrea) Lo hemos redactado y editado juntas y nunca había peleado tanto con alguien al redactar xddd
Espero que les guste y mil gracias por leer n.n
