Disclaimers:Los personajes utilizados en esta historia le corresponden a Rumiko, gran sensei que nos brindo la oportunidad de conocer a Inuyasha y así enamorarnos de él; si fueran míos creo que no me limitaría a escribir de ellos, lo mostraría en pantalla.

¡Gracias y disfruten!

Trampa.

By: Fesabi

Una simple trampa es capaz de destruir la felicidad de dos personas, convirtiendo sus vidas en un infierno.

Envidia, rencor, desprecio y avaricia son algunas de las cosas que motivan a un hombre hacer lo que hizo, el destruir un matrimonio, simplemente por que su medio hermano no podía ser feliz con una mujer que él deseaba para si mismo.

Ella siempre ha amado a su esposo, solo que esté nunca confió en su palabra prefirió hacerle caso a las imágenes que fueron producto de una trampa, una trampa que destruyo su matrimonio.

Todo su amor se ha convertido en odio, un odio inmenso que destruirá a su esposa, por una traición que nunca llegara a perdonar.

Es cierto que las imágenes dicen más que mil palabras, pero a veces debes de ser consiente que las trampas pueden existir, nunca hay excepción…

Capitulo I.- Desagradable Sorpresa.

-¿Te sientes bien?.- pregunta la voz femenina a un lado suyo.

-Si, es solo que pateo.- se lo comenta al posar sus manos en su vientre abultado.

-Creo que nos dice que desea estar descansando un poco.- se lo hace saber aquella mujer de ojos castaños.

-Sango…- lo murmura amenazantemente la propia pelinegra, al ver a su amiga reír.

-Yo no soy Kagome, es esa preciosura que se queja por que estés todo el día de aquí aya en la librería, deberías de descansar por eso me tienes a mi.- se lo dice simplemente al tomar unos libros y acomodarlo en el librero mas cercano.

-Pero ayudar no me complica en nada, el doctor menciono que debo de hacer ejercicio, así que ¿Cuál es el problema?.- se lo termina preguntarle al recordarle las palabras del doctor antes.

-¡Eres mas terca que una mula!.- lo exclama exasperada la propia Sango.

-¿Y tu que amiga?.- se lo pregunta de forma burlona.

-Bien, pero llegando a casa yo seré la que haga de comer, ¿esta claro?.- se lo dice y termina preguntando aunque lo suyo fue una orden y no espera recibir un no como respuesta.

-Si mamá.- lo murmura entre dientes Kagome.

-Muy bien jovencita, entonces descanse un rato y después me sigue ayudando.- se lo ice Sango al darse la vuelta y atender al cliente que acaba de entrar a su pequeña tienda.

Cierra sus ojos al suspirar y seguir acariciando su vientre de seis meses de gestación donde su bebé crece sano y fuerte según lo que el doctor le ha dicho, sonríe al pensar que dentro de tres meses mas tendrá aquel pedacito de cielo entre sus brazos, aunque le hubiera encantado que esos momentos fueran compartidos con el padre de su bebé, aquel hombre el cual sigue amando aunque le destrozo el corazón.

¡Debí de haberlo imaginado, eres igual que todas!... me das tanta lastima… pero aquí se acaba tu juego, ¡te quiero fuera de mi casa, de mi vida!.

Aprieta fuertemente sus ojos, sin que las lágrimas de nuevo broten por ellos, el recodar no le hace nada bien; y pensar que ese mismo día se había dado cuenta que se encontraba embarazada, había ido a la oficina de Inuyasha para darle la sorpresa y ella fue la que se llevo la sorpresa.

-¡¿Cuánto tiempo planeabas ocúltame esto!.- fue lo primero que grita aquel hombre de ojos dorados.

-¿Ocultarte?.- pregunta y murmura, ¿Cómo se había enterado?.

-¡Si!, ¿Por cuánto tiempo querías verme la cara de idiota?.- pregunta furioso Inuyasha, al acercarse hacia aquella mujer.

-Pero yo…-

-¡Eres una zorra!.- lo grita al darle una bofetada, dejando una marca en aquella piel blanca.

No es capaz de decir nada, solo sus ojos comienzan a derramar lagrimas mientras sus manos aprietan la zona de aquel golpe.

-¿Ahora vienen las lagrimas no?.- pregunta cínicamente Inuyasha, al ver a aquella mujer que una vez le profeso amor eterno a él, y termino en la cama de otro.

-Tu… tu…- murmura Kagome viendo a su marido, nunca antes le había pegado, ni siquiera cuando lo había puesto tan furioso, pero en eso momentos no era su Inuyasha, el Inuyasha con el que ella se caso hace unos meses.

-¿El acostarte con mi hermano ha sido suficiente para ti?.- se lo pregunta fríamente al lanzarle las fotos que tiene en su otro mano.

-¿Acostarme con Hoyo?...- lo murmura Kagome al tomar una de las fotos del suelo.

¡Kami!...

-¡Debí de haberlo imaginado, eres igual que todas!... me das tanta lastima… pero aquí se acaba tu juego, ¡te quiero fuera de mi casa, de mi vida!.- lo termina gritando Inuyasha al tomar a Kagome del brazo lastimando y lanzarla afuera de su despacho.

Tranquiliza su respiración ya había derramado muchas lagrimas por aquel hombre, ahora tiene un motivo por el cual vivir, su bebé…

Inuyasha la había echado a su lado cuando ni siquiera le dio tiempo de defenderse, la acuso de algo que no cometió, no podía ser ella la de las fotos, donde estaba en la cama con Hoyo, ella nunca ha traicionado a Inuyasha, él ha sido su primer y único amor, el cual le entrego todo.

Sango fue su apoyo en todo momento, la recibió en su casa al tener aquella discusión maldiciendo a Inuyasha por el golpe que le dio y queriendo ir a "aclararle" unas cuantas cosas, pero ella se negó rotundamente.

Inuyasha la hecho de su vida, le mando todas sus pertenencias a la casa de Sango, sin querer hablar con ella, simplemente le hablo Totosai, el abogado de la familia anunciándole que el señor Taisho se quiere divorciar de ella.

Trato de hablar con Inuyasha los días siguientes pero este se negaba hablar con ella.

Lo siento mi niña, pero no quiere que tu nombre se pronuncie en esta casa, se que eres inocente, esa discordia que tiene como hermano se que tiene algo que ver en esto, Hoyo siempre le ha tenido envidia a Inuyasha, y estas fueron las consecuencias.

Fueron las ultimas palabras que escucho de Kaede, por que al paso de lo días Inuyasha cambio las líneas telefónicas, al igual que las cerraduras de la casa, dejándola a ella en la calle.

-¿En que piensas?.- pregunta una voz masculina al sacarla de sus pensamientos, obligándola abrir sus ojos, observando un par de ojos dorados, haciéndola sonreír.

-Sesshomaru…- lo murmura Kagome embozando una sonrisa.

-Mi querida esposa, me obligo a venir a ver a mi cuñada preferida.- se lo dice aquel hombre sonriendo.

-¡Mentiroso!.- lo acusa la voz de la mujer atrás de aquel hombre gigantesco.

Ríe ante aquella linda escena, cuando conoció a Sesshomaru, ella tenía dieciocho, era tan serio, le lleva cinco años a diferencia que Inuyasha le lleva dos; Sesshomaru antes de conocer a Rin fue tan distante y frió que se la pasaba trabajando y estudiando, pero cuando conoció a su mejor amiga ambos se enamoraron profundamente y de ahí nació un nuevo Sesshomaru Taisho; por lo menos cambio con la familia y de eso esta tan agradecida.

-¡Ven Rin quiero enseñarte algo!.- se lo menciona Sango al llevarse un momento a Rin, siendo consiente que Sesshomaru desea hablar a solas con Kagome.

-¿Pensabas en mi hermano verdad?.- pregunta aquel hombre al tomar asiento a un lado de su cuñada, que asiente un si- ven acá mi cuñada favorita.- se lo murmura suavemente al abrazarla, sin hacerle daño a su sobrino.

-Soy la única…- murmura Kagome al enterrar su rostro en el pecho de aquel hombre, recibiendo el consuelo.

Sonríe débilmente al escuchar a Kagome, su única cuñada y la que desea, nunca ha apreciado a aquel "hermano" que su padre tuvo con otra, su medio hermano Hoyo y nunca llegara apreciarlo al enterarse lo que le hizo al matrimonio de su hermano, lo intento con él suyo, pero a diferencia de su hermano Inuyasha, el supo valorar lo que tiene con Rin.

Algún día Inuyasha se arrepentirá de lo que hizo, y no tendrá perdón, siendo demasiado tarde para arreglar las cosas.

-¿Te ha venido a molestar Hoyo?.- pregunta al seguir abrazando su cuñada, sintiendo que se pone ago tensa.

-¿Ha venido verdad?.- pregunta al separar a su cuñada y vera a los ojos.

Asiente un si sin darle la respuesta con un sonido de su garganta

-Ese desgraciado…- lo comienza a murmurar Sesshomaru.

-Pero se fue cuando Sango le lanzo un florero a la cabeza.- se lo informa con una sonrisa recordándole el episodio, había ido a la tienda desde que Inuyasha se separo de ella, dándole regalos que ella termino por devolvérselos, rechazando cada uno de las proposiciones que le daba, pero aun así insistía, hasta que el mismo Sesshomaru tomo cartas en el asunto.

Te habrá creído el estupido de mi hermano todas las mentiras que le has dicho, yo soy diferente, tu nunca serás mi hermano, solo eres un bastardo que mi padre tuvo con una mujer, tus juegos no sirven conmigo.

Esas fueron las palabras que le había dicho Sesshomaru a su medio hermano una tarde que fue a la librería a buscar a Kagome, haciendo retroceder a Hoyo hasta desparecer del lugar.

-No te acerques nunca mas a él, es una amenaza, siempre nos ha envidiado a Inuyasha y a mi, trato de destruir mi matrimonio solo que no lo logro, pero el tuyo si pudo hacerlo.- se lo recuerda, como una vez Rin se lo contó.

El muy rata entro una vez a nuestra casa, e intento atacarme, solo que por fortuna Sesshomaru acaba de llegar, y le rompió esa dulce cara, pero lo peor fue cuando esa rata aseguro que yo me le había ofrecido.

Casi la misma situación que ella tuvo con Inuyasha.

-Solo que la única diferencia es que Inuyasha la hecho de la casa sin explicarle nada y ella sin ser capaz de explicar, simplemente la hecho de su lado.

-Mañana vendré con Rin, para llevarte con el doctor, tenemos que cuidarte de esta pequeña criatura.- se lo comenta Sesshomaru al tratar de cambiar el tema.

-Pero…-

-Sango también nos acompañara, mañana es domingo y no abren la librería, así que podemos ir toda la familia, yo deseo saber que va hacer, pero ustedes mujeres no quieren, ¿no ven como sufro?.- termina preguntando con una sonrisa, fingiendo su agonía

-Prefiero que sea sorpresa.- se lo comenta al devolverle una sonrisa.

-¡Feh!, mujeres… me hacen gastar doble.- murmura al acariciar aquel lugar donde crece su sobrinito.

Ese baka de su hermano, ¿hasta cuando se dará cuenta de la trampa?.

-.-

-¿No crees cariño, que podrías enseñarle la grabación a tu hermano?.- se lo pregunta Rin y sugiere a su vez.

-No Rin, Kagome no lo desea y no puedo hacerlo contra sus deseos.- se lo responde al abrazar a la mujer que le cambio la vida.

-Ese baka de Inuyasha, ¿Por qué no se da cuenta de las cosas?.- lo murmura Rin preguntando algo que ya sabe como respuesta, por que es un tonto.

Lo que le quedaba claro fueron las palabras que tiene en la grabación que escucha una y otra vez en su oficina cuando esta solo, las palabras que grabo de Hoyo cuando este no se dio cuenta y nunca sabrá de ello.

Tú niño rico, nunca sabrás los que se siente que seas señalado como un bastardo, el bastardo de el gran Inu-Tashio, mientras que sus dos hijos legítimos disfrutan de un gran apellido y el reconocimiento de toda la sociedad…te odio a ti e Inuyasha, aun mas a Inuyasha, el me robó a la mujer que yo amo, Kagome era mía, yo la vi primero, pero ese desgraciado la tomo, me la robo; nunca me arrepentiré lo que hice, introducirme al departamento de mi hermano mayor cuando este estaba trabajando en el estudio a altas horas de la noche, dejando a su dulce Kagome plenamente dormida en la cama, la dejo agotada para mi, ni siquiera se dio cuenta Kagome que yo estaba encima de ella sacándomele fotos ambos desnudos, nunca la toque y es lo mejor de todo, destruí su matrimonio sin tocar a la mujer de mi hermano, es un gran logro del cual me enorgullezco.

¡Maldito Hoyo!...

-.-

Kagome… Kagome… Kagome Higurashi…

Iba hace suya, no importaba que estuvo con Inuyasha, de esa forma la quiere, de esa forma la sigue deseando, la quiere para él y ese bebé puede ser suyo, no importa que sea de su hermano lo querrá como suyo…

-Perdón, nunca me fijo por donde camino, es una mala costumbre.- se disculpa aquella mujer de tan solo dieciocho años de edad.

-No te preocupes.- ayudándole recoger su libro.

-Mi nombre es Kagome, un placer en conocerte, aunque las circunstancias no seas las normales.- se presenta con una sonrisa y ríe por lo último, al estirar su mano.

-Hoyo Taisho…- se presenta al estrechar la mano femenina.

-Un placer, y espero que seamos buenos amigos.- termina diciendo Kagome al sonreír.

Desde esa primera vez se quedo enamorado de esa mujer, pero por desgracia se cruzo con su hermano Inuyasha, ese maldito Inuyasha.

-.-

-Debería de escuchar a Sango…- murmura entre diente al maldecir entre cada palabra, recogiendo los libros del suelo.

El tan solo sonríe al ver a la mujer en el piso tomando cada uno de los libros y como estos se resbalan de sus manos, causándole risa.

-¡Maldición!.- sigue maldiciendo al darse por derrotada y quedarse sentada a un lado del mostrador.

-Veo que necesita de ayuda.- lo dice al ver como la mujer levanta la vista, asombrándose de aquella belleza e inocencia.

-Yo…yo…- balbucea al sonrojarse.

-Permítame…- lo susurra al inclinarse junto con ella y empezar a recoger los pocos libros a su alrededor, al depositarlos a un lado, en el asiento de la silla.

-Gracias…- lo agradece la pelinegra al tomar la mano que le ofrece aquel hombre y ponerse de pie.

-Mi nombre es Inuyasha Taisho y ¿el tuyo?.- pregunta tontamente sin dejar de soltar la mano que tiene entre la suya.

-Kag… Kagome Hi-Higurashi.- balbucea torpemente al seguir sonrojada, sin apartar la vista de aquellos ojos.

La primera vez que conoció a Kagome, había ido a esa librería a buscar un libro de su carrera, al estar en el último semestre le habían encargado uno a última hora, pasando en su coche por esa librería por simple casualidad, encontrándose con él amor de su vida en ella, solo que ella lo traiciono a la larga.

Se sirve de nuevo en aquel vaso de güisqui bebiendo del liquido tratando de olvidar a aquella mujer, que destrozo su vida y su corazón, dejándola vacía.

Te amo Inuyasha, me enamore de ti la primera vez que te vi y siempre te amare…

-¡Mentira!.- grita al levantarse y aventar contra la pared aquel vaso que tenía en su mano rompiéndose en mil pedazos.

Maldita Kagome… maldita mujer, él creyó en ella, ¿Por qué?, ¿Por qué lo había traicionado?...

El teléfono comienza a sonar llamando su atención, tambaleándose al llegar a el y contestarlo.

-¿Bueno?.- pregunta con aquella voz de un borracho.

-¿Otra vez bebiendo hermano?.- pregunta un hombre con voz burlona al otro lado de la línea.

-¿Que quieres Sesshomaru?.- pregunta al desparramarse en el sillón sin importarle su apariencia.

-Prometí que no iba a intervenir y abrirte los ojos, pero me tienes arto, Kagome cada vez se deprime mas y no voy a permitir que su salud sufra cuando el imbecil de mi hermano solo cae de estupidez en estupidez, si todavía quieres a tu mujer el día de tu primer aniversario de bodas ven a mi oficina que tengo algo que mostrarte.- concluye Sesshomaru al cortar la conversación, tenía que decirlo, había ido al medico con Kagome, pero sabía que ella extrañaba a Inuyasha y deseaba que él compartiera esos preciados momentos con él.

Cuando Rin tuviera a un bebé de ambos, él no cambiaría los momentos y experiencias que tendrá Rin con el bebé, lo entiende ahora que Rin le ha dado la noticia, entiende el sentimiento tan dulce que sepas que has creado algo maravilloso y es tuyo y de la mujer amada, que dentro de poco podrás cargarlo y poder llenarlo de amor, esa oportunidad se merece su hermano aunque él mismo hubiera cortado su relación cuando fue a golpearlo al enterarse que golpeo a su cuñada.

-.-

Se escucha la campana que anuncia un cliente.

-¡Yo voy!.- lo grita la voz de una mujer que reconoce.

Se queda de pie en ese lugar, cerrando sus ojos al tratar de calmarse, antes de irse con Sesshomaru tendría que pasar a terminar todo, que Kagome firme los papeles para que ambos estén legalmente divorciados.

-¿En que puedo….-

Abre sus ojos al escuchar como la frase que queda cortada, observando la figura que tiene enfrente, abriendo sus ojos enormemente al llevarse aquella sorpresa.

Kagome inconscientemente se lleva las manos a su vientre como si lo protegiera y retrocede dos pasos.

-Inu…Inu…Inuyasha…- balbucea al ver a aquel hombre de pie en la tienda.

Por su parte no es capaz de decir nada, sus ojos dorados no dejar de ver a su esposa, esta… esta… embarazada…

-Pero… pero… ¿Cómo?.- balbucea torpemente Inuyasha al terminar de hacer esa pregunta, ocasionando un sonrojo en aquel rostro.

-No voy contestar eso, tu bien sabes como fue.- se lo responde al verlo, es la primera vez desde aquellos seis meses y medio.

-¿De quien es?.- pregunta Inuyasha al fijar su mirada en el vientre de su esposa, para después verla a los ojos.

¿Por qué es tan cruel con ella?...

-¿No vas a contestarme por que es de ese idiota verdad?.- se lo pregunta furioso Inuyasha al acercarse hacia Kagome la cual retrocede.

No responde nada, no tiene fuerzas para afrontar las acusaciones de Inuyasha, que él piense lo que quiera, total no va a cambiar nada de lo que ella diga.

-Eres una…-

-¡Largo de mi librería!.- se escucha aquel grito de furia de una mujer.

-Sango…- murmura Kagome al ver a su amiga avanzar hacia Inuyasha.

-No te metas.- responde fríamente Inuyasha.

-Me meteré por que ya has hecho demasiado daño, y para que sepas pedazo de animal, ese niño que esta esperando mi amiga es tuyo, pero como no vas a creer es mejor que nunca te conozca.- se lo informa furiosa Sango al estar de pie enfrente de Inuyasha.

-Eso es una…-

-Si te atreves a decir que es una mentira, llamare a la policía para que te saquen del lugar.- lo advierte la misma Sango.

-¡Feh!, solo vine a que firme los papeles del divorcio.- anuncia Inuyasha al ver como repentinamente Kagome se pone algo pálida.

-¡Perfecto!, así podrá librarse de un animal como tu.- lo dice Sango al tomar los papeles, sacando una pluma de su bolsillo.

No piensa responder ninguna de las palabras de Sango, ya tiene suficiente con su hermano y primo, para que ahora esa mujer este dándole lata.

-En un momento los traigo.- menciona Sango al caminar con Kagome, viéndola por ultima vez, con aquel conjunto de pre-mamá color rosa.

-.-

-Tienes que firmar Kagome.- se lo dice dulcemente Sango al ponerle los papeles en el escritorio.

-Pero…-

-Yo se lo que sientes, ¿crees que Inuyasha va a escucharte?, es la primera vez que lo vez desde que te hecho de su lado, ¿acaso crees que quiere tus explicaciones?.- termina preguntando, al saber que sus palabras causan dolor a su prima pero es la verdad.

-Lo se… pero duele…- lo murmura al empezar a llorar.

-Tranquila cariño, tranquila… tranquila… estoy aquí contigo…- lo susurra Sango al abrazar a su prima y comenzar a consolarla, ese idiota de Inuyasha ¿Por qué no ve las cosas reales?.

-.-

Ir a ver a Kagome de nuevo se ha llevado una desagradable sorpresa, el verla embarazada, pero si es ¿suyo?...

-Si tenemos una niña podemos ponerle ¿Cómo mi madre?.- se lo pregunta al tenerla entre sus brazos.

-Me encantaría, y si es un niño me gustaría llamarlo… Sekai…- termina confesando con una sonrisa al besar el pecho desnudo de su esposo.

-Sigue así pequeña y créeme no dormirás esta noche.- lo dice con una sonrisa sensual al ver el brillo de deseo de su mujer.

-Eso es lo que deseo.- lo susurra al dejar que su esposo tome sus labios.

Y había cumplido su promesa, tanto que no había ido a trabajar el día siguiente al quedarse profundamente dormido con esa mujer en sus brazos, ya muy entrada en la mañana se levantaron solo para alimentarse y después volver a disfrutar de un baño juntos.

¡Arg!, simplemente recordarlo sufre una pesadilla.

Entra con el coche al estacionamiento de la empresa, su hermano trabaja con los ejecutivos al igual que él, una empresa que heredaron de su padre al fallecer. Le deja las llaves al hombre que se encarga de guardar su coche, viendo aquel automóvil un BMW de color azul.

-Yo prefiero un carro menos costoso.- se lo dice al ver el automóvil que Inuyasha llevo a verla.

-Pero es el que yo quiero.- responde divertido al abrazar a su esposa por la espalda.

-¿Me enseñaras a conducir en ese?.- pregunta al girarse entre sus brazos.

-Para que lo estrelles, no gracias.- lo dice de forma burlona.

-¿Entonces cuando aprenderé?.- pregunta con reproche.

Lanza una carcajada y se inclinar a besar los labios de su mujer, dando aquel espectáculo en el lugar.

¡Maldita sea!... esos seis meses que pasaron justos de casados sería difícil de borrar y los otros cuatro años de noviazgo mucho menos.

-Nos casaremos cuando acabes los estudios.- se lo promete al besar sus labios debajo de aquel gran árbol.

-¡Mou!, yo no quiero esperar mucho.- lo reprocha entre sus labios.

-Tontita, solo son menos de dos años.- se lo recuerda.

-Pero es mucho tiempo.- sigue con aquel reproche.

¡Demonios!...

Toma el ascensor para apretando el botón del piso de su hermano, esperando a que este lo lleve hasta el y se abren las puertas anunciando su llegada.

-Te estábamos esperando.- lo anuncia la voz de Sesshomaru al ver a su hermano atravesar la puerta.

-¡¿Que hace ese idiota aquí?.- pregunta y grita furioso Inuyasha.

-A confesar, y mas te vale tomar asiento.- se lo hace saber y termina sugiriendo Sesshomaru con aquel aire de superioridad, ante sus dos hermanos menores.

Tanto como Hoyo e Inuyasha reencuentran frente a frente, el ojidorado vestido de traje, mientras que su medio hermano de ropa casual.

-No quiero alargar esta detestable reunión familiar, pero hay puntos que discutiremos, o mas bien discutirán ustedes, solo estoy aquí para que no aya una muerte.- se los haga saber el propio Sesshomaru, al sentarse en su escritorio.

Continuaraaaa!...

¡Konichiwa chicas!, aquí me tienen con una nueva historia, que se me ocurrió y no podía sacarla de la cabeza, solo constara de cinco capítulos, pero espero que les agrade!...

Espero sus opiniones…

¡mil gracias por apoyarme!

¡les deseo un Feliz Año Nuevo!.

Se despide

Fesabi.