Disclaimer: No soy Jotaká, no soy Warner. Inherentemente Harry Potter no me pertenece. Lástima.

Este fic ha sido creado para el "Amigo Invisible de Verano 2017" del foro "La Madriguera".

El principal objetivo de este fic es darle un agradable momento y complacer a Lucy, ¡soy tu amiga invisible, linda! Espero te guste, mira que es mi primer Scorbus y el Drarry más largo que he escrito hasta los momentos (¿Nervios? ¿Se comen? Mis uñas, claro XD)


ENREDOS CON SABOR A AMOR

...

CAPÍTULO 01 | SCORPIUS Y ALBUS.


Sí, tú me enseñas un buen amor,

lo haces bien.

― Sugar – Maroon 5.

— ¿T-ú… oh, Merlín… cre-es que es bu-uena idea?

La pregunta de su novio pierde intensidad hasta terminar muerta en sus labios, sin embargo no abandona la mente del rubio, por más tentador que sea el cuerpo semidesnudo del otro arqueándose de esa forma tan ardiente el eco de la pregunta se mantiene en su cabeza. Lanzando un gruñido, en parte por la fricción que tanto necesitaba en esa parte de su cuerpo estaba siendo brindada y en parte porque sabe que la pregunta no se irá, se separa lo suficiente para ver a los ojos a Albus.

Estaban en un salón en desuso en el quinto piso, uno de sus sitios favoritos para cuando las ganas de poner sus manos sobre el otro eran demasiado para guardarlas hasta la noche, su compañero llevaba el cabello más despeinado que de costumbre y un poco húmedo, sus ojos verdes estaban brillantes y oscurecidos por el deseo, sus labios rojos e inflamados, su capa y jersey olvidados en alguna parte del aula, su camisa blanca completamente abierta, cayendo un poco por sus hombros, y sus pantalones desabrochados. Sí, definitivamente Albus lucía endemoniadamente sensual y el rubio sabía que él lucia igual de tentador para su acompañante, sin embargo ambos se observan en total seriedad. La pregunta que acababa de soltar el azabache no era algo de juego, llevaban meses discutiendo ese tema y al final siempre terminaban en un grandioso orgasmo con la seguridad de decírselos a sus padres o enfadados por unos pocos días.

Scorpius rogaba a Merlín que ocurriese lo primero, el bulto en sus pantalones estaban tan hinchado que ni una ducha congelada funcionaria. Respirando hondo trata de mantener su cabeza en el tema que asediaba a Albus, luego podría perderse en las sensaciones que sólo el azabache le arrancaba.

— ¿Hace que somos amigos? —pregunta y Albus lo observa confundido.

—Desde que iniciamos Hogwarts; hace seis años.

— ¿Hace cuánto que somos novios?

—Desde tercer año; hace tres años.

— ¿Me conoces? —Albus lo observa reticente y Scorpius lo observa impasible, iba a necesitar toda su astucia para poder terminar de convencer a su novio y el rubio sabía qué puntos tocar—. Responde.

—Lo hago.

— ¿Confías en mí?

—Por Morgana, Scorpius, esa pregunta en francamente estúpida.

—Solo responde.

—Lo hago—gruñe el azabache y luego le regala una media sonrisa—. Tanto que confío en que no me rompas el culo cada vez que lo hacemos.

El rubio desecha el comentario de su novio como si no lo hubiese hecho, probablemente Albus ya sabía a qué quería llegar y luchaba por desviar el tema. Y pensar que estuvo cerca de ser Gryffindor.

— ¿Alguna vez has pensado dejarme?

— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo se te ocurre algo así?! ¡Desconfiar de mí…

—No desconfío de ti, Albus Severus—el azabache deja de observarlo ofendido para tragar en grueso, sabía que el que dijese su nombre completo era una señal de cuán serias eran las cosas—, ¿pero alguna vez lo has hecho?

—No, claro que no, reverendo imbécil.

— ¿Alguna vez has pensado que te iba a dejar?

Albus jadea y la furia estalla en su mirada mientras se levanta y boquea como pez fuera del agua.

— ¡Así que todas estas idiotas preguntas eran para esto, ¿verdad?! ¡Planeas dejarme! ¡Eso es todo! ¡Pero qué idiota! Pero eso me gano por confiar en un estúpido Malfoy, todo lo que…

Scorpius se levanta de un salto y rodea con sus brazos la espalda de su novio, sabía que las palabras que estaba diciendo eran producto del dolor y el pánico, sin embargo pequeñas punzadas de dolor comenzaban a amenazar a su corazón y luego no quería, definitivamente, tener a Albus disculpándose con él por soltar palabras estúpidas.

—Nunca te dejaría, eso es más verdad que el olor de la amortentia de Rose, y sólo lo haría el día que tú me lo dijeras.

El azabache se voltea en los brazo de su novio y pronto verde y gris se encuentras.

—Nunca querré que me dejes.

Scorpius sonríe de medio lado y Albus se acerca y deja un casto beso en esos labios rosados.

—Entonces digámosle a nuestros padres, Al. Si estaremos juntos para siempre ¡tenemos que decírselo! Realmente no creo que pudiera esconderme en el armario cuando tengo ochenta años y tu padre llegue de improvisto—ambos chicos sueltan una carcajada y pronto sus frentes están unidas—. Te amo, Albus Severus Potter Weasley. Y si eso no es suficiente razón para hacer lo nuestro público entonces no sé qué lo será.

El azabache baja la mirada un segundo y cuando la vuelve a levantar sus ojos brillan decididos.

—También te amo, aunque a veces seas medio idiota—Scorpius empuja juguetonamente a su novio y Albus le regala una sonrisa gatuna antes de bajar su mano y atrapar la erección del rubio, que jadea—. Ahora terminemos con eso que con tanto gusto habíamos iniciado.

—S-sí. ¡Gran idea!

Albus ríe cortamente y se dedica a dejar un rastro de besos mojados por el pálido cuello de Scorpius mientras lo empuja hacia el sillón que antes estaban usando.

Y cuando rubio lanza un último grito de placer, con su semilla salpicándose en el pecho de Albus, y le regala esa sonrisa complacida y llena de amor el azabache no lo duda. Siempre querría ver esos ojos, cuando se durmiese y cuando se despertase.

Sí, ya era hora de decirles a sus padres.

Solo esperaba que el Señor Malfoy no lo golpease tan duro.