Disclaimer: Todo lo que reconozcan no me pertenece, es propiedad de J.K. Rowling y de Warner Bross. Yo solo tomo prestados a sus personajes y sus escenarios para divertirme un rato.
Aviso: Este fic ha sido creado para el "Amigo Casi Invisible 2018" del foro " Hogwarts a través de los años". Y es un regalo para mi querida amiga Rebe Marauder, espero que lo disfrutes linda, te lo doy con mucho cariño.
¡Dolor!
Dejo que las balas vuelen,
¡Déjalas caer!
-Believer, Imagine Dragons-
Capítulo 1
Miró el líquido ambarino que sostengo con mi mano dentro de aquella copa. ¿Desde cuándo esto se había vuelto rutina? Me pregunto, mientras doy otro largo trago de aquel whisky de fuego. La sensación simplemente es gloriosa, saboreo el amargo y fuerte sabor del licor en mi garganta y dejo el vaso con fuerza en la mesita de centro de la sala de estar.
Mi vida era una reverenda mierda. Llevaba poco más de dos años casado con Ginny Weasley, aquella mujer que me hizo perder el juicio desde pequeño, pero que ahora se había convertido, ─no─ nos habíamos convertido en una verdadera pesadilla mutuamente.
Para ser sincero, la situación que vivía con mi esposa, me afectaba, pero no por ella o por mí, sino por ellos nuestros pequeños hijos, Teddy Lupin y James Sirius Potter. Ambos eran demasiado inocentes y pueriles para entender que simplemente el amor entre sus padres ya no existía, que estaba congelado desde hace mucho tiempo y que aquel fuego que nos consumía de jóvenes no volvería a arder con la misma fuerza que antaño.
Me levanto con dificultad de aquel sillón y camino lentamente, sintiendo los efectos del abuso de alcohol corriendo por mis venas infectando mi sangre con su veneno. Sin embargo, lo prefería a sentir el frio glaciar al entrar a nuestra habitación donde mi esposa dormía ignorante e indiferente a lo que me aqueja.
Mi mano gira levemente el picaporte de la puerta de la recamara y a hurtadillas, la observo dormir, su rostro parecido a una estatua de mármol, se encuentra relajado y en paz. Luce tan distinta a cuando esta despierta y aquellas pequeñas arrugas en su frente y ojos se forman como signo de fastidio hacia mí y según ella "mi complejo de héroe trágico".
No puedo culparla completamente, es más incluso he llegado a comprenderla. No es fácil lidiar conmigo, pero realmente no es mi culpa.
Después del final de la segunda guerra, toda la sociedad mágica buscaba quien los cuidara de posibles ataques de fugitivos sedientos de venganza y, al parecer todos decidieron confiar en mí, el niño que vivió para matar al mago tenebroso. Sobre mis hombros cayo el peso de la confianza de miles de magos; descuide nuestro amor, elegí a otros antes que a ella. Y, simplemente, ahora que me encontraba en una mejor situación para quererla, Ginny ya no lo hacía, su corazón estaba marchito y yo había sido el culpable de eso. No podía odiarla por no amarme, ¿Cómo iba ella a amarme, si yo mismo no lo hacía?
Cierro la puerta con el mismo sigilo que la abrí y, entro a la recamara de mis hijos, los veo dormir en sus camitas, tan apacibles, tan relajados y preciosos. Por verlos dormir siempre así, yo sacrificaría mil veces mi matrimonio, ellos eran lo más importante en mi vida y por ellos también es que había decidido acabar con todos aquellos que los pudieran lastimar en un futuro, ese era mi destino, mi condena.
Bueno este fue el primer capítulo de lo que planeo obsequiarte, así que no desesperes, pues al parecer esto tomara su tiempo.
Te mando besos y abrazos, Ane.
