¡Hola! Traigo un proyecto sugerido por mi beta (XD) para ganar inspiración, que consiste en escribir una frase o mini-drabble en base a una palabra escogida al azar del diccionario. Siendo sincera, la idea la sacamos de "Frases Tokka" de la autora de éste mismo fandom Miyiku (Tiene unas historias muy buenas, 100% recomendadas) así que quise probar qué tal les parecía. Por supuesto, aunque me encanta el Tokka, me quedo en ésta ocasión con el Toko.

Recuerden que son palabras escogidas al azar, por lo que muchas de ellas tienen significados desconocidos para ustedes. Si existe alguna duda, busquen en un diccionario (bueno no) pueden preguntarme.

FRASES TOKO ❤

Milamores.- La flor se deshacía entre sus dedos pequeños, muriendo ante la sonrisa traviesa de la más joven que, sin dejar aun de maltratar los diminutos pétalos rosas, se volteó hacia él apenas hubo escuchado sus pasos acercarse por el prado florido.

Zuko rió, y la flor acabó en el piso, las manos ahora buscando un objetivo mucho más cálido que los pétalos marchitos.

Cosmovisión.- La tierra podía aplastar, el aire empujar, el agua mojar y el fuego quemar. Era de lo más sencillo para Toph. No había que poder ver para entenderlo. Entonces, ¿Por qué su fogosidad seguía dándole la lata con el tonto bailecito del dragón y el fuego control?

Embravecer.- Zuko estaba comiendo muy tranquilo. Demasiado tranquilo. Junto a él, Aang lo observaba extrañado. Fue entonces cuando el grito tronó desde algún lugar de la montaña y una roca –que vayan a saber los espíritus de dónde salió- voló por sobre sus cabezas, casi aplastando al príncipe de la nación del fuego en el proceso. Hubo otro grito, aun más fuerte que el primero, y Aang sólo pudo suspirar, volviendo a mirar a su amigo. "¿Cuántas veces más pretendes robar su comida?"

"Es divertido verla furiosa"

Embolatar.- Llevaban ya unos diez minutos en ello, con las cálidas manos metidas entre su cabello y los mechones ásperos golpeando su rostro. La chica ciega gruñó, sintiendo cómo el otro volvía a hacer exactamente el mismo movimiento de hace 4 minutos. "Flamitas, ¿Es mi idea, o estás tardando a propósito". Sin dar una respuesta, el príncipe continúo con su labor de trenzar el oscuro cabello de la niña con aroma a flores.

Farruco.- Perdió la cuenta de los soldados que habían caído ya, y no le fue sencillo tampoco contar los que volvían a levantarse, dispuestos a enfrentarla. Ella hizo un movimiento con sus manos, sin darle importancia a la cantidad, y él no pudo más que admirar en silencio su batalla.

Friso.- "Huele como tú"

"Siéntete libre de conocer cada centímetro de ella, porque será también tuya desde hoy." Toph le sonrió, dándose luego a la tarea de acariciar con la yema de sus dedos la parte inferior de la pared, familiarizándose con la que sería la habitación matrimonial.

Expedición.- Gruñó, maldijo un poco y se quejó otro tanto durante el ascenso hasta que los familiares brazos la cargaron. Y entonces rió. Rió mucho, porque detestaba caminar en terrenos cuyo suelo estaba formado casi en su totalidad por espinas, pero le encantaba que su amigo con olor a azufre la cargara.

Hollín.- "¿Estuviste con Zuko?"Toph negó a la pregunta de su amiga/madre, pero las oscuras manchas en su piel pálida la delataban.

Copete.- Su peinado la hacía ver linda, sí, aunque él la prefería mucho más con el cabello suelto, especialmente si se encontraba esparcido por su cama. Pero Toph decía que así le fastidiaba al hacer tierra control, ¿Y quién era Zuko para llevarle la contraria a la bandida ciega?

Contera.- "¿No crees que hace mucho ruido?"

"Es lo lógico si es un bebé aún"

"Deberías probar a amordazarla." Negando ante lo dicho, besó la frente de la pequeña criaturita, agradeciendo una vez más por su existencia, y por lo mucho que había ayudado ésta a su relación con la maestra metal. Un hijo puede unir mucho a dos personas.

Choza.- Era una casa pequeña, demasiado pequeña, y fría como el hielo mismo. Pero pequeña y fría era como le gustaban las cosas, y las mujeres. Además, tenía algo bueno. En un lugar pequeño y frío, la mejor forma de hacer entrar en calor a su ciega novia era… el calor corporal.

Morral.- Sokka seguía diciendo esto y aquello de lo bien que combinaría aquel bolso con su ropa, o de las muchas cosas que podría poner en él. Aang asentía emocionado a cada una de sus palabras, y Katara le repetía que entonces lo comprara. Mientras que, medio apartados, medio fingiendo no conocer al raro trío, el príncipe de la nación del fuego y la maestra ciega aguardaban. "¿Te importa lo que está ocurriendo"

"¡Qué va! Ni siquiera puedo ver el dichoso bolso. "

"Entonces vamos por algo de comer."

Brebaje.- Olía extraño, y sabía horrible. Pero era la única cosa que Toph sabía preparar capaz de curar la gripe del otro. Algo es algo, ¿No? Y si no le gustaba, ¿Para qué la dejaban entonces a ella cuidándolo?

Aunar.- Aang necesitaba un maestro que le enseñara fuego control, y Zuko parecía sinceramente dispuesto a ello. Si tan solo todos no estuvieran tan absurdamente cegados por el rencor. Y luego la ciega era ella. Pero Toph iba a lograr que el príncipe flamitas se les uniera, así tuviera que echar el templo completo abajo esa noche. Zuko estaba arrepentido, era honesto en eso, y la maestra tierra confiaría en él. Le haría saber que confiaba en él. Todos sabemos qué ocurrió luego.

Desistir.- Lo había intentado todo, había hecho de todo, pero era inútil. Toph seguiría sin verlo –por muy redundante que esto sea- mientras iba de un lado a otro colgada del brazo del guerrero de la tribu agua. Se rendía. Al parecer, no llegaría el día en que Toph Beifong se fijara en Zuko de otra forma que no fuera la amistad.

Aticismo.- Existían muchas formas para describir esos ojos verdes que lo miraban sin ver en realidad. Hermosos, preciosos, divinos, magníficos, espléndidos, radiantes, capaz de dejarle sin aire. Pero era Toph, y con ella no tenías más opción que ser sencillo. "Lindos. Tienes unos ojos muy lindos…" Y Zuko sería capaz de murmurar un millón de sinónimos más para la sonrisa que siguió luego.

Meandro.- Su cuerpo era perfecto, y no había para él goce más grande que delinear con la yema de sus dedos hasta la más oculta curva femenina, gozando de las risitas que ella profería ante sus caricias, viéndolo luego con sus ojos ciegos.

Graznido.- El pájaro había aparecido de pronto en el cielo, y ella no había sido capaz de sentirlo antes. No fue hasta que la maldita ave abrió el pico, que Toph reconoció su presencia. Pero había sido demasiado tarde, y ahora tenía que inventarse una buena excusa de porqué había brincado de repente hacia la espalda del maestro fuego.

Juncia.- Los ancianos del consejo volvieron a mirarlo cuando la muchacha apoyó sus pies sobre la mesa de piedra, importándole poco lo que ocurría a su alrededor. Ellos parecían suplicar con la mirada, sin saber que Toph era la única plaga de la que Zuko jamás sería capaz de deshacerse.

Desvincular.- La maestra ciega estaba gritando algo en su dirección, más no hizo ni el ademán de voltear hacia ella, silbando bajito una melodía en un intento por parecer desapercibido. Ellos podían ser todo lo amigos que quisieran, pero no iba a ser arrastrado con ella al ser descubierta en sus travesuras.

Lego.- "No lo entiendo, ¿Por qué no puedo ganarle a mi tío?" Encogiendo los hombros, la más joven se llevó un poco más de comida a la boca, eructando y volviendo a masticar "¡Debes ayudarme!"

"¿Yo?" Preguntó señalándose a sí misma de modo exagerado "¡Por favor Zuko! No tengo la menor idea de cómo se juega el Pai Sho."

Pregón.- Parpadeó una, dos, tres veces. Volteó a ver a sus amigos, y parpadeó una vez más. Su boca se abrió, se cerró, y hubo otro parpadeó. Volvió a ver entonces hacia la maestra metal. "¿Qué dijiste?"

"¡Que estoy embarazada!" Gritó por enésima vez una muy frustrada Toph.

Regicida.- Los guardias del palacio estaban rodeándola, mientras Katara y Sokka no dejaban de regañarla a voz de grito por su acción. ¿Acaso no entendían que había sido un accidente? Toph no había planeado que la fuente de piedra cayera justo junto al cuerpo de un durmiente Zuko, no intentaba matarle, por favor, ¿Cómo iba ella a calcular la trayectoria de algo que se encontraba en el aire?

Remozar.- "Estás… estás bellísima"Ella se sonrojó por su comentario, y él no pudo dejar de observar embobado lo bien que lucía en ese vestido. Lo bella que Katara la había dejado. Más hermosa de lo habitual.

Résped.- "Idiota flameante, te estoy hablando" Zuko la ignoró una vez más, y ella chasqueó los labios, lanzando piedritas en su dirección. "Oye grandísimo tarado gruñón, que te hablo. ¡Llamitas malhumoradas!"Suspirando con cansancio, dejó de alimentar las llamas de la fogata para verla. Los ojos verdes brillaban pálidos bajo la luz de la luna, y estaban volteados en su dirección.

"Mi nombre es Zuko" Una sonrisa burlona curvó los labios rosas

"Ya lo sé, idiota flameante."