"La aventura de vivir comienza con la osadía de soñar"

Anónimo.

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—Te lo estoy diciendo Goten.—dijo el primogénito de Vegeta a su amigo, quién lo veían indeciso.—Con esta máquina podemos viajar al futuro y ayudar a mi papá y el señor Goku.—explico nuevamente con apuro, atento a sus alrededores.

El pequeño Goten de nueve años miro a su amigo con indecisión, si bien quería ir ayudar a su papá a vencer aquel villano, no estaba seguro de que su presencia y la Trunks fuera realmente necesaria.

—No lo sé Trunks —murmuro rascándose la cabeza.

El primogénito de Vegeta lo miro irritado, a la vez que buscaba una buena razón para hacer que su amigo se le uniera en aquella aventura, después de todo nunca era lo mismo sin Goten ahí.

Con desesperó miro la máquina que había visto a su madre reparar durante los últimos días, para después ver a su amigo que lo miraba indeciso. Y entonces su cerebro dio al fin con una buena razón con la cual Goten no se negaría a ir con él.

—¡Bueno, ya está!.—dijo con un suspiro, haciendo que su amigo lo mirará con atención.—Iré yo solo, después de todo solo te estaba invitando para que luego no digas que soy un mal amigo… Diviértete estudiando.—murmuro como quién no quiere la cosa dándose la vuelta, pero sin dejar de mirar de reojo a su amigo, quién al escuchar lo que dijo palideció y abrió sus ojos de par en par.

—¡Espera!.—grito Goten y haciendo que el primogénito de Vegeta sonriera victorioso.

—¿Qué?.—fingió desinterés e inocencia Trunks, aunque por dentro una sonrisa de oreja a oreja adornaba su rostro, al ver como su amigo había caído redondito en su trampa.

Riendo nerviosamente Goten se acercó hasta su amigo, palmeándole la espalda y haciendo que este lo viera con fingido desinterés.

—Creo que después de todo si te acompañaré.—rio con sus ojos cerrados.—Después de todo que tan buen amigo puedo ser si te dejo ir solo en esta aventura je je je.—rio moviendo su cola en varias direcciones.

Los ojos azules del pequeño Brief resplandecieron a la vez que la sonrisa que había estado ocultando se pintaba en sus labios.

—¡Andando!.—apuro a su amigo empezando a correr hacia la máquina a unos metros alejada de ellos.

Goten no dudó en seguir a su amigo, y sonriendo levito velozmente tras de él. Con la emoción de una nueva aventura y la promesa de ver o tener una muy buena pelea.

Una vez frente a la máquina del tiempo, ambos compartieron una sonrisa emocionada y sin perder más tiempo ingresaron a la máquina.

Goten observó curioso y sorprendido el pequeño espacio que además de un único asiento no poseía nada más que infinidad de botones brillantes.

—¿Sabes usar esta cosa?.—pregunto curioso observando todo.

Trunks lo observó de reojo antes de encogerse de hombros.—No puede ser tan difícil.—resto importancia Brief, con un encogimiento de hombros, antes de empezar a tocar botones al azar, hasta finalmente dar con el que encendía la máquina.

—Vez, te lo dije, súper fácil.—sonrió Trunks observando a Goten a su lado.

—Oye Trunks.—llamo Son a su amigo.—¿Qué no es esa tu mamá?.—pregunto señalando hacia afuera a una desesperada Bulma que les hacía señales con la mano para que detuvieran la máquina.

El pequeño Brief, asintió con una sonrisa nerviosa antes de regresar su mirada al tablero de botones.

—Estaré en problemas cuando regrese.—susurro sintiendo un sudor frío resbalar por su columna, mientras tocando botones para ajustar el tiempo al que querían viajar.

Goten junto a él río divertido.—¡Si! ¡Estarás en muchos problemas!.—se burló, haciendo que Trunks lo mirará irritado.

—¡Ambos lo estaremos animal!.—le recordó Trunks, más el menor de los Son negó.

—Tu eres el que está robando la máquina, yo solo te estoy acompañando.—explico con la sonrisa traviesa heredada de su padre.

—¡Bajen de ahí!.—gritaba Bulma desesperada corriendo hacia la máquina que levitaba levemente, observando cómo los pequeños la ignoraban.

—¡Trunks! ¡Goten!.—grito la mujer.—¡Bajen de ahí! ¡La máquina aún no está totalmente reparada!.—volvió a gritar pero fue demasiado tarde, tanto la máquina como los menores desaparecieron en un zumbido.

—¡No…!.—susurro tapando con sus manos su boca, palideciendo mientras miraba al cielo azulado.

—¡Nooooo!.—grito con horror un menor de al menos nueve años mirando con desesperación y terror como su madre era devorada viva.

Y con la rabia, el dolor y la desesperación golpeó la nuca del hombre que los había rescatado de tener el mismos destino que su progenitora.

—¡Eren! ¡Pero que estás…!

—¡Un poco más y hubiéramos podido salvar a nuestra madre!.—grito con rabia entremezclada con su llanto, golpeando con sus piernas al hombre rubio.—¿¡Crees que puedes hacer lo que te de la gana!?.—grito golpeando con fuerza el rostro del rubio y ocasionando que cayera de este.

Con su cuerpo doliendo se levantó nuevamente resintiendo esa acción, pero antes de este pudiera decir algo Hannes se le adelantó y con lágrimas corriendo por sus ojos lo encaró.

—No has podido salvar a tu madre por qué no eres lo suficientemente fuerte.—explico con lágrimas resbalando por su rostro, cual pálido como una hoja de papel.—Y en cuanto a mí…¡No he podido enfrentarme al titán… SIMPLEMENTE PORQUE NO HE TENIDO EL CORAJE!.—gritó destrozado haciendo que Eren lo observase sorprendido y en shock.

—Perdóname.—susurro cogiéndolo de la mano mientras lágrimas resbalaban del rostro de ambos.

—Perdóname.—susurro nuevamente antes de recoger con su otra mano a Mikasa que solo había presenciado la escena congelada.

—O-oye Trunks ¿Q-Que sucede?.—pregunto Goten nervioso, al ver como de repente una luz roja había iluminado la pequeña cabina de la nave a la vez que está empezaba a moverse de manera brusca.

El pequeño Brief miro nervioso a su amigo mientras negaba igual de asustado que él.

—¡N-no lo sé! ¡Se supone que mamá ya la había reparado!.—se excuso asustado agarrándose del panel cuando la máquina se empezó a sacudir aún más fuerte tumbando a Goten al suelo.

De repente y para el horror de ambos una alarma empezó a sonar haciendo que ambos se vieran asustados.

—¿¡Qué es eso!?.—grito Goten desde el suelo pero antes de que siquiera su amigo pudiera contestar una luz blanca los cegó a ambos.—¡Esto es tu culpa!.—grito aterrorizado el hijo menor de Goku cegado por la luz blanca.