Perversos deseos
Capítulo 1: Una hora de sexo quema… ¿Cuántas calorías?
(Shaoran)
No recuerdo en que parte de alguna parte había leído algo como esto: La vida es corta, ten una aventura.
Había arrancado la cruz y la había estampado contra el suelo. Después le habían entrado ganas de orinar, y lo hizo sobre la virgen, pero como estaba borracho se salpicó también los pies. Tal vez estaba siendo castigado por esa blasfemia. Pero no, tenía la sensación de que había algo más. Ahora bien, no conseguía recordar qué. Había bebido mucho.
Ahí me encontraba yo, leyendo aquel libro de terror romántico llamado Cuernos, no había mucho por salvo ver la ventana y verificar que en efecto ya no me encontraba en Hong Kong, justo después de bajar del avión cuando nos trajeron a Tokio y vi el auto negro supe que esa sería mi última vez que tendría aquel toque de calor en mis poros y es que Japón es un lugar terriblemente frio y sin nada importante que ver.
Todo es café, oscuro y lúgubre o lo era a mi parecer, gente caminando con abrigos mientras bebían café o hablaban por teléfono, niños jugando con sudaderas de diversos colores mientras sus madres estaban observándolos desde lejos, en Hong Kong no había esa necesidad, los niños no tenían que ser cuidados constantemente, ahí habita el calor y, bueno no todos eran buenas personas pero tampoco todas eran malas, personas que te saludaban sin siquiera conocerte.
Ya me temía lo peor cuando mi madre recibió la llamada de alguien y le dijo que todo estaba bien como para poder trabajar en Tomoeda, cosa que al principio me agrado, posteriormente dijo "vamos", no me dejo despedirme de mis amigos y por supuesto de mi novia a quien después de cuatro años de no poder decidirme entre decirle o no si quería ser mi novia me duro el gusto tan sólo un par de semanas.
Apenas había conseguido tocarle un seno y nada más sobre la tela de su blusa.
Sonreí mientras cerraba el libro delgado, apenas leyendo el segundo capítulo y aunque la lectura me estuviera entreteniendo ya estaba bastante distraído con los árboles y el pavimento, ver a los alumnos que salían de las escuelas con sus caros uniformes y bueno, por supuesto ver como estaban serios, no habían ni siquiera bromas entre ellos.
Tampoco para decir que soy la sonrisa andante, por supuesto que no, soy más bien una persona seria en lo que cabe pero eso no quiere decir que no me gustaba salir y divertirme, de hecho lo hacía bastante pero no lo suficiente como para llegar ebrio a casa o probar alguna sustancia alucinógena y mucho menos hablar de sexo.
Como dije, apenas estaba en pro de ello.
Suspire como por tercera vez en toda mi vida cuando vi que mi hermana estaba viendo en su computadora las fotografías de todas sus amigas, llevaba aun el ramo de peonias sobre sus piernas y la carta de despedida que todo su grupo había firmado.
No había llorado pero continuamente iba al baño, seguramente ahí era cuando sus lágrimas recorrían su rostro.
—Les encantara Tomoeda.
Comenzó a decir nuestra madre mientras continuaba manejando el auto.
—Sonomi me ha dicho que no hay mejores suburbios que los de por aquí, estoy tan emocionada por empezar nuestra nueva vida aqu…
—Aquí no vamos a hacer ninguna vida— me atreví a decir sin siquiera mirarla por el espejo retrovisor pero supe que con su silencio ya me estaría haciendo alguna mueca de disgusto y por supuesto me miraba a través del espejo, encogí mis hombros al sentir su mirada pero trate de que aquello no me afectara.
—Él tiene razón— dijo mi hermana quien tampoco miró a nuestra madre —, en Hong Kong…
— ¡En Hong Kong no tenemos nada, este será nuestro nuevo hogar!
Gritó nuestra madre deteniendo el auto que por supuesto derrapó sobre el pavimento levantando un poco de polvo o tal vez humo de las llantas.
Entonces los dos nos atrevimos a mirarla.
Se giró para mirarnos a los dos, sus ojos rojos delataban que la tristeza aún permanecía en su alma.
A todos nos dolía por supuesto.
—Fue un accidente y me prometí que no dejaría que les pasara lo mismo a ustedes— dijo suspirando y cerrando los ojos al mismo tiempo —, sus hermanas fueron…
—Sí madre— habló Shiefa —, un accidente… pero no para cambiar de vida y pretender que no existen.
Cuatro hermanas Fanren, Feimen, Fuutie y Shiefa. No sé cómo le hizo mi madre para tener a cinco hijos cuando por supuesto su sexualidad no es heterosexual, creo que le gustaba la idea de poder tener a quien cuidar.
Mis tres hermanas mayores quien por un accidente en un autobús escolar fallecieron como todos sus compañeros, algo sobre que había una curva cerrada y giraron sobre un acantilado, muerte instantánea; el medico nos aseguró que ellas no habían sentido nada, absolutamente nada sólo habían cerrado sus ojos, como si fueran un sueño forzado y ya.
Simplemente de un día para otro ellas se esfumaron y no voy a decir que no me dolió la perdida pero tampoco éramos muy cercanos, sólo dolió, mucho, y ya.
—Sonomi ha dicho que podemos quedarnos en su casa mientras encontramos una para nosotros.
Sonomi Daidouji, mujer que al igual que mi madre tuvo su vida heterosexual para procrear me parece que a una hija. Se conocieron en un concierto hace diecisiete años, hubo la famosa química y luego puf se enamoraron.
Debo aclarar que mis hermanas, todos nos llevábamos un años o al menos Shiefa y yo ya nos llevamos un año. Nuestro padre biológico Xiaolang Li fue el mejor amigo de nuestra madre; tan amigos que le dijo que por supuesto le daría los hijos que le pidiera. Hasta la fecha después de que yo nací ellos dejaron de frecuentarse para seguir procreando me parece que porque en ese tiempo mi madre ya tenía o estaba teniendo una relación con Sonomi.
Puedo decir que el que mi madre sea lesbiana no me afecta en lo absoluto y a mis hermanas tampoco, a ninguno nos vio afectado en cuanto a nuestras preferencias, sólo Fanren que desató el gusto por una chica, no pudimos conocerla.
En fin, cuando mi madre dejo de mirarnos y llorar se giró para seguir manejando y continuar con el trayecto a uno de los mejores suburbios de Tomoeda, la mansión Daidouji o al parecer así se llamaba porque el que fue marido de Sonomi después de su muerte le heredo absolutamente todo.
Creo que es más rica que el mismo Dios.
— ¡Ho por Dios es enorme!
Exclamó Shiefa inclinándose hasta casi el asiento del copiloto para poder admirar la mansión y sí, no lo niego, es bonita pero no más bonita que la que teníamos en Hong Kong y las ventanas de cristal que por supuesto aquí no tienen.
—Sabía que les encantaría — dijo Ieran —, cuando me envió fotografías yo también me emocione.
Algo me dice que ya no buscaremos esa casa.
Al bajar del auto la mujer y su hija ya estaban ahí paradas y otras mujeres vestidas de negro con gafas oscuras.
—Ahora entiendo su gusto por las mujeres, tal vez tiene su harén con el servicio secreto de lesbianas— susurre a Shiefa quien casi escupe el agua que estaba bebiendo justo en ese instante.
—Puede que hasta usen látigos y ese tipo de cosas— comentó en cuanto Sonomi abrazó a su hija y luego la tomó de la mano para que bajara a saludarnos.
Su hija, bueno, una belleza y sería un idiota si no lo admitiera. Ojos tan azules como el mar, cabello tan negro que le caía en cascada de manera ondulada y su piel blanca como la leche que…
Meiling es más bonita; pensé al sacudir la cabeza.
Lejos sí, pero seguiré fiel.
— ¡Ieran!
Gritó Sonomi abrazando a nuestra madre mientras le daba un gran beso en los labios, los tres nos giramos para no ver.
Es incomodo ver eso, no, no lo digo por su sexualidad sino porque son nuestras madres.
—Estoy tan feliz de que estén aquí— dijo la mujer de cabello corto rojo castaño y ojos como fuego —, ellos deben ser tus hijos— dijo ahora depositando dos besos a Shiefa en sus mejillas y luego acercarse a mí sin que me diera cuenta al instante.
—Se parecen tanto a Xiaolang— dijo examinándonos de lejos —, más Shaoran, estas tan guapo.
Me sonroje.
—Gracias— dije sonriéndole lo más que pude que casi es nada.
—Mi querida Ieran— dijo con voz dolida —, me duele la partida de ellas— la abrazó dejando que sus lágrimas llenaran su rostro, sorprendentemente mi madre no lo hizo, eso sí que sería aún más incómodo.
—Mi querida niña— dijo nuestra madre besando nuevamente a Sonomi ahora en la frente —, hablaremos de eso más tarde — suspiro —. Ella debe ser Tomoyo.
La tal Tomoyo se acercó primero para besar a mi madre y darle un fuerte abrazo, creo que porque sabía la muerte de mis hermanas.
—Es un placer conocerte al fin— dijo haciendo un tipo de reverencia —, mi madre me ha hablado tanto de ti y de tus hijos que ya no aguantaba los días para poder tenerte con nosotras.
—Que linda eres— Ieran la volvió a abrazar —, tu madre me ha dicho que eres el primo a la mejor estudiante y por supuesto que la más popular de tu escuela.
—Tonterías que dice para hacerme interesante— dijo Tomoyo moviendo la mano como si estuviera espantando moscas.
Las tres rieron menos Shiefa y yo quienes nos sentíamos incomodos ante la situación.
—Vengan— dijo ahora Sonomi haciendo un ademan con su mano, inmediatamente bajaron unos hombres vestidos de blanco con chaleco negro, la servidumbre seguramente, abrieron el auto y comenzaron a bajar las maletas —, les enseñare sus habitaciones; me tarde mucho tiempo en decorarlas, Ieran me dijo todo lo que les gustaba y sus colores favoritos.
¿Ieran?
¿Habitaciones decoradas?
Esto me huele a que esto no es temporal sino permanente.
— ¿Temporal?— pregunte mirando a Ieran disimuladamente —, creí que no era permanente— dije entre dientes.
—Shaoran dale una oportunidad ella ha…
—Lo hiciste a escondidas— continúe diciendo mientras Sonomi hablaba con mi hermana y su hija al mismo tiempo —, lo prometiste, no voy a vivir con otra mujer y su hija por capricho tuyo…
—… y esta es tu habitación Shaoran.
Además de molestarme eso me molestaba que me nombrara por mi nombre de pila, lo odiaba sólo mis hermanas me llamaban Shaoran nadie más podía hacerlo.
—Decorada en verde, tus grupos favoritos y te compre unos cuantos libros, la consola la puedes ocupar si tú quieres sé de buena fuente que te gustan las matemáticas y la historia.
Abrí los ojos como platos, al ver la habitación, en efecto era verde pero no toda verde por supuesto, las sabanas de la cama eran blancas con franjas verdes a las orillas. Todo estaba perfecto incluso el closet más grande que el que tenía en Hong Kong, me encantaba pero… no iban a comprarme con regalos.
—Gracias— logre decir.
—Vayamos a la habitación de Shiefa— dijo ahora hablando conforme —, nos tardamos más tiempo con la tuya, sabemos que eres la niña que…
Y cerraron la puerta.
Seguramente se había percatado que no estaba de humo como para seguirlas y tener un tour por la casa, ya lo haría yo más tarde, seguramente tendría mucho, mucho tiempo para hacerlo después me iría a la universidad.
Cerré las ventanas que dejaban que entrara el frio viento del lugar haciendo que la habitación se tornara cada vez más como un especie de congelador y aunque no estamos en otoño ni por supuesto en diciembre ya me habían dicho que el lugar era frio todo el tiempo aun cuando estaba el sol en su punto.
El estéreo estaba a mi lado con, por supuesto una mesita donde estaban todos mis nuevos discos para escuchar mi música preferida y en efecto estaban todos: Nirvana, One Republic, Coldplay, Smashing Pumkins entre otros.
— ¿Te gusta o fingiste que te gustaba?
Preguntó una voz totalmente desconocida para mí, ni mi hermana ni mi madre ni Sonomi sino su preciosa hija de ojos azules.
No dije nada sólo la mire, no había ninguna necesidad.
—Estoy igual que tú — dijo sentándose al filo de mi ahora, nueva cama —, es como… vivir en un reality show, algo incómodo.
Seguí sin hablar puesto que ella estaba diciendo todo aquello que pensaba y en realidad me molestaba.
—Sé que tu hermana repetirá la preparatoria con nosotros, es una lástima lo de tus hermanas.
—Ella estaba enferma— dije sin pensarlo tratando de justificar a mi hermana y sus estúpidas dietas que la llevaron al hospital.
—Lo sé— dijo ahora haciéndose un poco para atrás, como tratando de recostarse en la cama, algo así como en las películas cuando tratan de seducirte.
Ella tenía todo el equipo.
Y entonces comencé a ponerme un poco más celoso de lo normal, mi cuerpo se tensó y no de frio y mi respiración, bueno, se volvió un poco loca pero trate de controlarme.
—Aquí te vas a divertir— dijo moviendo su cabello para dejarme ver un poco de su pálido cuello —, aquí es más liberal…
— ¿Ha sí?
Pregunte caminando para recoger mi maleta y ponerla en otro sitio, cualquiera, algo que me tuviera ocupado para no seguirla viendo.
No me había percatado de su vestido entallado azul y las zapatillas blancas con diseños en estampado de hello kitty.
Se veía tan sexi en un lugar tan frio, aunque ella ha de estar acostumbrada.
—Mañana será la fiesta de bienvenida en la preparatoria…
—Aun no estoy seguro de sí quiero entrar a una preparatoria para niños…
—Aquí todos son iguales— dijo levantándose de la cama rápidamente —, y me parece que ya estas inscrito al igual que tu hermana.
Sonreí, ya me había puesto nervioso. Siempre he tenido problemas para hablar con las chicas, de ahí que me tardara tanto tiempo en besar a Meiling y pedirle que fuera mi novia como toda una semana, ella lo preguntó y yo dije que sí.
—Vamos, conocerás a todos— dijo mordiéndose su labio inferior —, será divertido.
—Seguramente— conseguí decir igual mordiéndome mi labio inferior.
¡Dios estaba cayendo en su juego seductor!
Nunca me había sentido así con alguien a quien recién conozco poco y nada.
—Mañana a las diez, vendrán por mí y estas invitado, espero tu hermana pueda también acompañarnos.
— ¿Las diez no es muy tarde para ustedes?
Tomoyo frunció el entrecejo yo creo que tratando de no burlarse de mi pregunta.
—No— dijo negando al mismo tiempo —, será divertido.
Sonreí otra vez.
—Tal vez— dije tratándome de hacer un poco el difícil —, pero no conozco a nadie.
— ¿Y?— inquirió encogiendo los hombros —, aquí tenemos una forma diferente de conocer a la gente, te lo aseguro, no tendrás ningún problema.
—Ok— dije caminando ahora en dirección a la cama para poner la maleta encima y comenzar a desempacar.
Ella únicamente se acercó a la puerta así que no valía la pena voltear a verla partir.
—Y también espero que no seas un hermano celoso— dijo antes de cerrar la puerta.
¿Celoso?
No tendría por qué serlo cada quien hace lo que quiere.
Negué al mismo tiempo que me di cuenta de la flojera que representaba poner toda mi ropa de manera organizada y el libro Cuernos apenas acababa de empezar.
Es mejor leer al diablo que verlo en este mundo sin interés alguno, nada, nada puede ser peor que estar aquí.
(Sakura)
Tomoyo había asegurado que nos veríamos a las nueve de la noche en el parque pingüino antes de ir a la casa de Eriol pero su llamada de que la novia de su madre había llegado ayer mismo hizo que mis planes cambiaran abruptamente, seguramente no iría a la fiesta de bienvenida y aunque estuviera con el resto de mis amigas no sería lo mismo sin ella.
Al igual que el primer día de clases, seguramente se ocuparía de enseñarles todo el instituto a los hijos de la señora Ieran, quien refirió que se llamaba así.
Abrí el closet para tratar de ver qué podría ponerme esta noche, un vestido, unos jeans, una falda o short. Todo con tal de impactar el primer día después de las vacaciones para ver a mis compañeros.
Sobre todo a Eriol quien lleva gustándome más de medio año, aunque por supuesto todos sabemos que él locamente suspira por Tomoyo y es que quien no, con las locuras que nos contaba de sus vacaciones al igual que mi amiga Rika.
Rika era la clase de chica que gustaba a todos los hombres maduros y a los de nuestra edad aun sabiendo que jamás tendrían nada con ella, siempre después del verano regresa con alguna carta perfumada o fotografías con dedicatoria. Ella hace que los chicos piensen que pueden tenerla y no tocarla.
Chiharu, mi otra amiga, quien por supuesto a pesar de tener a su novio y ser completamente fiel hasta un punto de decirnos que está en el plan señorita monogamia sabíamos que Yamasaki no lo era y menos siendo amigo de Eriol.
Claro está que recientemente, y por ser un secreto a voces y el dicho de que el amor es ciego Chiharu se ha acostado con tres chicos, por supuesto regresa llorando a nuestros hombros por ser infiel.
Naoko quien todas creíamos que jamás podría tener un novio salió con la sorpresita de que se acuesta con el bibliotecario de la escuela cuando ya todos se han ido, también corre el rumor de que una vez se acostó con Eriol, pero eso a nadie le consta.
Y por último Tomoyo, la chica que todas queremos ser y la que los chicos quieren tener. Y es que si la perfección tuviera nombre se llamaría exclusivamente Tomoyo Daidouji quien siempre viste de lo mejor y por supuesto es hermosa. Tenemos con ella todo tipo de chicos y diferente aventuras; desde el muchacho Francés que no usaba ropa interior y con quien lo hizo en un baño del avión hasta el inglés con el que hizo el amor en un museo detrás de una escultura.
Hasta el momento no he tenido una aventura o al menos una pequeño anécdota digna de contar salvo cuando en una ocasión Eriol me besó estando ebrio y al parecer me confundió Tomoyo dado que llevábamos el mismo visto en una fiesta.
Jamás pude contarlo, creo que Tomoyo también siente algo por él, lo único que pude hacer con eso fue archivarlo en mi diario.
Ring… ring… ring…
Comenzó a sonar mi celular pero lo deje que siguiera sonando, estaba demasiado ocupada en verificar qué ropa tenía que ponerme y si era la adecuada, a mis diecisiete años y siendo mi último momento en la preparatoria sino dejaba mi legado como las demás mínimo dejaría de ser la niña buena que se atreverá a conocer el mundo como todas ellas.
Tomé mi celular para verificar la hora pero Tomoyo ya me había dejado un mensaje de voz.
—Sakura, Eriol pasara por mí y los hijos de la novia de mi madre, nos veremos en su casa o ¿quieres que vaya por ti antes?, te quiero bye.
Marque pero al igual que yo ella tenía su celular ocupado así que igual era bueno dejar el mismo mensaje.
—Hola Tomoyo, ham, de hecho ya estoy lista y pienso ir con Rika, nos vemos en casa de Eriol, yo también te quiero.
Y dicho y hecho cerré el celular para continuar con mi trayecto ahora que tenía puesta mi ropa. Un vestido entallado color azul marino y unas zapatillas que, que aunque muera en el intento y no pueda bailar más de dos piezas seguidas no serán removidas.
Uff.
Será una noche loca.
Tengo que volver a archivar eso en mi diario.
Al salir de la casa y por supuesto alcanzar a Rika en su auto vimos que no eran más que las diez y media de la noche, ya por supuesto todos estaría ahí con la música a todo volumen, bebiendo un poco de alcohol para animar la noche y probablemente usar la piscina y el jacuzzi de Eriol para tal vez tener a más de una pareja para disfrutar.
Siempre me he negado a entrar con los chicos, tal vez esta vez acceda.
— ¿Qué te parece mi atuendo?
Pregunta Rika haciendo una pose en su forma literal, provocadora.
—Sexi— digo apenas tratando de dar en el clavo con la palabra.
Pero yo no diría sexi sino un tanto vulgar. Su necesidad de siempre competir con Tomoyo se había vuelto un tormento; su vestido casi trasparente dejando ver su brasier de lentejuelas aunque les gustara a todos los chicos creo que para mí dejaba un poco su dignidad o al menos la poca que le quedaba atrás.
La canción de paparazzi de lady gaga hacia que todos bailaran de manera muy, muy juntas y algunas chicas se agachaban como si estuvieran buscando su lente de contacto en el suelo mientras movían la cadera y los chicos las sujetaban de la cintura.
Siempre he querido bailar así pero la pena me gana.
—Ahí esta Tomoyo — dijo Rika señalando en dirección a la puerta de entrada de la parte trasera de la casa de Eriol.
Claro que ahí estaba Tomoyo con unos pantalones negros ajustados y una blusita de manga larga con gran escote en el busto dejando al mismo tiempo que se mostrara su ombligo. Chiharu estaba a su lado igual que Naoko quien estaba bebiendo de un vaso de color rosa de plástico.
A veces cuando esta ebria es un poco graciosa, a todos les gusta.
Yamasaki y Eriol estaban hablando con un chico que jamás había visto al igual que Tomoyo quien tenía de la mano a una chica bonita que se parecía mucho al chico con el que Eriol estaba platicando.
—Mira nada más— exclamó Rika en voz baja —, esta guapísimo— dijo tomando mi mano para encaminarme hasta donde estaba nuestra amiga.
Claro que estaba guapo y seguramente si no es que ya estaba ocupado sería tomado por ellas dos.
Claro, con una fuerte lucha.
—Me parece que es el hijo de la novia de Sonomi— dije tratando de recordar que en efecto Tomoyo me había dicho ayer en la noche que los llevaría a la fiesta —. Ella es su hija Shiefa y el otro es Shaoran.
Vaya, recordé los nombres.
—Lobo— dijo Rika seguramente en la pronunciación perfecta al significado del nombre de él —, espero que tenga de salvaje como su nombre.
Me sonroje, por supuesto, si el chico ya estaba estrenado sería pasado a manos de Rika, ella también tiene la fama de querer encamarse con cualquier chico nuevo que llegue al instituto.
Tenía un dicho muy famoso y nadie se atrevía a criticarla: Sólo hay dos clases de chicos, los que pasan por mí y los que faltan por pasar.
—Sakura— me nombró Tomoyo jalando mi mano para acercarme hasta la chica nueva —, te quiero presentar a Shiefa Li, es la hermana de Shaoran.
La chica sonrió tímidamente y creo que yo también.
— ¿Y dónde está el susodicho?— preguntó Rika buscando a Eriol y Yamasaki quienes ya no estaban cerca.
—Se fueron al mini bar de la casa— contestó Chiharu pasando un brazo por los hombros de Tomoyo, creo que ella ya estaba en la casa desde antes que todos nosotros y ya estaba ebria.
Suspiró.
—Es lindo tu hermano Shiefa— continuó hablando nuestra amiga, creo que ya estaba un poco ebria debido a la simpleza y familiarísimo como el que le hablo a la chica nueva —, por fin lo dije.
—Tienes novio amiga— dijo Tomoyo dando unas palmaditas a la mano de Chiharu quien no se atrevía o tal vez ya no podía soltar a Tomoyo.
— ¡Ya no más!— gritó histérica —, lo volví a hacer… — dijo poniendo su cabeza en el hombro —, me acosté con él, no pude evitarlo y creo que ya lo sabe, él lo sabe y quiere que…
Agache la mirada en señal de estar completamente avergonzada y también por la cara de sorpresa que había puesto la tal Shiefa, como que quería reírse pero no era el momento oportuno.
—Lo siento— me disculpe —, un poco de problemas de grupo.
Ella sonrió.
—Lo he notado— comentó inclinando los hombros dándome señal de restarle importancia a la situación que estaba aconteciendo —, pero da igual; es igual en Hong Kong, lo único diferente por supuesto es el clima.
Sonreí.
—Me doy cuenta, pero estamos en época de calor, al menos siempre el primer día de clases podemos estar en patio y buscar sombra por los rayos del sol.
Shiefa me sonrió, creo que se encontraba un poco más a gusto conmigo que con las demás y realmente no la culpo a veces todas se pasaban de sinceras en sus comentarios en cuanto a chicos se trataban, yo, que ya las conocía a veces me ponía un tanto nerviosa por las situaciones que relataban o en las que se veían involucradas.
—Sí, pero mi hermano dudo mucho que soporte el clima; se muere de frio por eso entró a la casa con… — señaló en dirección al interior haciendo un gesto al mismo tiempo que movía su dedo índice tratando de recordar el nombre de mis amigos.
—Eriol y Yamasaki— ayude un poco también viendo en dirección al interior.
No se veía mucho con las luces apagadas.
—Entonces por lo visto han tenido un buen recibimiento— dije sonando alegre.
Asintió.
—La verdad es que sí, recién apenas llegamos ayer. Tomoyo muy amablemente nos ha llevado a dar un recorrido esta mañana por el instituto, es incluso más grande que en el que iba en Hong Kong, y el uniforme es lindo también. Allá no usábamos.
Aclaró con un tono más en confianza, bueno por lo mientras, no tardaba nada en ser influenciada por el aire de Tomoeda, todos caemos algún día… es tan seductor que nos negamos a rechazarlo.
—Realmente espero que te la pases muy bien, es el último año, nos ha tocado lo mejor.
—Sí— dijo aún más sonriente —, pero no estoy segura de que mañana pueda si quiera recordar un poco de lo que Tomoyo dijo; nos ha dicho que todos beben esta noche y la verdad me he visto influenciada por el chico inglés han preparado una buena bebida.
Reí estrepitosamente.
—Cuando yo probé por primera vez la famosa posición de Eriol ni siquiera pude recordar mi nombre, no recuerdo que hice esa noche… sólo sé que mis amigas me cuidaron— relate haciendo reír a Shiefa y yo también riendo que, en ese momento aunque no fue nada gracioso yo creo que el tiempo ha hecho que al menos se vuelva un buena anécdota.
Al menos una digna de contar para no ser una persona tan aburrida.
—Me ha preguntado que cuantos pasos.
Abrí los ojos como platos.
— ¿Cuántos le dijiste?
—Le dije que tal vez tres.
Vi rápidamente su vaso que estaba lleno todavía, aun no probaba gran trago como para caer ebria.
—Bueno— repuse tranquilamente —, te aseguro que cuando lo termines esas son las calles que podrás caminar.
Ella sonrió nuevamente tratando de dar otro sorbo a su bebida, como si de verdad estuviera en busca de ponerse ebria, tal vez, había dejado a su novio y estaba triste o quien sabe, quería vivir la experiencia de Tomoeda.
Con eso de que a nosotros los chicos nos gusta dar la nota, tal vez le llama la atención.
— ¡Escúchenme!
Gritó Eriol parándose en la mesa de las bebidas teniendo en su mano una botella de vodka, le acompañaban el chico nuevo quien llevaba puesta un abrigo negro y Yamasaki quien tenía un vaso color azul de plástico con la bebida a medio terminar.
Todos le pusieron atención, después de todo es el anfitrión de la fiesta.
—Oh dios— dijo Tomoyo poniendo su mano en la frente —, va hacer de las suyas otra vez.
—Dejémosle— siguió Rika —, sus ideas siempre son interesantes.
— ¡Quien no se meta a la piscina se va de la fiesta ahora mismo, vamos chicas las queremos ver húmedas!
Dicho esto saltó a la piscina con todo y la botella, Yamasaki quiso seguirlo pero vi lejanamente que trató de invitar al chico a seguirlos pero él se negó tomando el vaso de Yamasaki para beberlo por completo.
Creo que ya lo habían dejado que se embriagara para no sentir el frio.
Se quitó el abrigo, arrojó el vaso y brinco a la alberca al igual que Eriol; y claro, todos los imitaron.
—Vaya con el pequeño Shaoran— me dijo Tomoyo bebiendo de su vaso, seguramente tenía whisky, a ella le gustaba mucho —; su primer fiesta y esta desatado.
Asentí.
—Él y su hermana parecieran que tenían ganas de embriagarse.
Tomoyo rio de una manera nada discreta.
—Claro que tenían ganas de olvidar todo— corroboró —; vinieron a la fuerza y me parece que Shaoran dejo a su novia y ella— señaló ahora a Shiefa quien parecía muy divertida con las experiencias de Rika puesto que ella, Naoko y Chiharu no dejaban de carcajear.
—Tiene una pequeña aventura con alguien mayor y creo que esa persona la ha seguido hasta Tomoeda.
Abrí los ojos como platos, vaya que los chicos se acoplarían a la perfección al lugar.
—Venga, vayamos a la fiesta mojada— diciendo esto último con tono sarcástico —, puede que esta noche Eriol y yo tengamos un encuentro, ha pasado algo en el verano que tengo que contarte a detalle.
Claro, sabía que ellos dos ya estaban en planes de relación y más vale que se me quitara de la mente la idea de poder decirle a Eriol que me gustaba.
Al menos hasta saber cómo fue la situación entre él y mi amiga.
(Shaoran)
Buenos días Tomoeda, este fue el éxito viejo PIMP del ya famoso grupo 50 cent, a quien no le gustó esta gran canción y disfrutada en las fiestas hasta la fecha y hablando de fiestas tal parece que hubo una enorme en la casa de algún joven de la preparatoria Seijo; esos chicos siempre nos dan nota en sociales… esperamos que la resaca del sábado en la noche no continúe en lunes y por cierto: feliz inicio de clase chicos las vacaciones se han acabado ha salido el sol y no querrá irse…
Apague la alarma de la radio, sabía que querer despertar con un poco de música iba a ser un problema para mi jaqueca desde la famosa fiesta en la que sorprendentemente me vi envuelto y bien recibido sobre todo por esos dos chicos, el tal Eriol quien vivía en Inglaterra y al igual que yo dejo muchas cosas importantes entre ellas su primera novia y su primera relación sexual a los quince años.
No tenía más que dos años aquí y parecía divertirse.
También estaba Yamasaki el chico que tenía una novia de nombre no recuerdo y que al parecer no le gustaba la monogamia sino más bien el poli amor o algo así me refirió.
Me levante como pude entrando al baño que tenía en la recamara, me bañe casi con los ojos cerrados para al salir ponerme el uniforme que la verdad no me quedaba nada mal, de hecho, hasta me gustaba, me hacía ver como niño mimado eso no lo niego pero la verdad no me sentaba nada mal.
Seguramente si fuera vestido así en Hong Kong mis amigos me jactarían de presumido lo cual por supuesto no pasara.
Puedo resumir que la mañana aburrida y con el desayuno de cinco personas no estuvo del todo mal, Sonomi y Ieran parecían contentas de lo sucedido en la fiesta o al menos lo disimulo muy bien mi madre puesto que jamás me había visto ebrio.
—Buena suerte en su primer día de clases— señaló Sonomi dando un sorbo a su café.
Asentimos los tres y creo que luego nadie dijo nada o al menos no lo suficientemente importante o de relevancia como para que les prestara atención.
Cuando salimos ya estaba la limo de Tomoyo esperándonos y admito que la idea me gusto bastante.
En Hong Kong no había la necesidad de usarlas, todos éramos casuales y la verdad las calles eran pequeñas.
Al llegar al instituto no me había percatado de que realmente todo había cambiado, puede que la fiesta alocada fuera una sensación para mí y mi hermana pero esto era todo lo que yo jamás espere. Chicas bien… no sé, aunque fueran vestidas de la misma manera no parecían de preparatoria y bueno los hombres parecían como si la fiesta fuera como la luna llena a un lobo y con eso se transformaran porque ahora parecían todo lo opuesto.
¿Impactado?; tal vez un poco.
El salón de clases era exactamente el mismo que los tres, salón dos del tercer grado. Todos ya estaban ahí adentro platicando, sentados en las mesas acomodando sus pies en las sillas.
Yo no tenía ni idea de dónde sentarme o si el lugar me lo asignarían.
¿Y si me sentaba en el lugar de otro?
Eso me pondría en vergüenza.
— ¡Shiefa, ven te apartamos un asiento!
Le llamó una chica de colitas, creo que la novia de Yamasaki.
Inmediatamente sujete a mi hermana de su antebrazo para detenerla.
—No me dejes— ordene o suplique entre dientes —¸ no quiero estar solo.
Y es que el tal Eriol y Yamasaki aún no llegaban, puede que hasta estaban en otro grupo de los cinco que había.
—Búscate un lugar— dijo Shiefa tratando de soltarse de mi agarre pero yo soy más fuerte.
—Hey— sentí un golpe suave en mi espalda —, ven, siéntate con nosotros.
Gracias al cielo era Eriol.
Y es que eso de los primeros días de clases en nuevos salones no me gusta mucho, me cuesta mucho adaptarme y es que aún sigo aferrado a la idea de Hong Kong.
—Siéntate aquí— indicó a su lado cerca de la ventana, frente a mí estaba una chica de cabello corto color café claro casi con destellos rubios en su cabello con el sol pegando directamente a nosotros, parecía muy animada con Tomoyo.
Creo, su mejor amiga de la que tanto estuvo hablando el fin de semana.
— ¿Qué tal la fiesta?
Llegó Yamasaki sentándose en la mesa de Eriol, al parecer él se sentaba al lado de su novia en los lugares de en medio.
—Bastante efectiva— dijo Eriol orgulloso —, conseguí lo que quería pero Shaoran se negó.
Mire en dirección a la ventana mostrando un poco mi molestia. No era que no quisiera sino que simplemente tengo novia y de verdad la respeto por mucho que ellos digan lo contrario.
—No me negué — recalque —, dije que tenía novia y que eso no lo quería.
Eriol frunció el ceño y me miró con sus ojos azules que centellaban, parecía que había encontrado algo en mí que el resto no veía.
— ¿Eres virgen?
Me sonroje.
Maldito.
— ¡No jodas!— exclamó Yamasaki levantándose de golpe —, aquí ese concepto ya no se maneja y menos para ellas— señalo en dirección al resto del salón con su cabeza.
—No me importa— dije entre diente —, además eso estaba por terminar.
Mentí, sí, pero jamás pensé que el ser virgen señalara motivo como para avergonzarme.
—Estaba— repitió Eriol —, yo creo que eso debe cambiar hermano.
Hice una mueca la verdad aquello no me importa.
—Esperar a que venga su novia refiere mucho tiempo perdido.
Dijo ahora Yamasaki.
—Puede que Rika esté disponible, incluso Tomoyo.
—Creí que tú y ella tenían algo— dije tratando de que mi tema fuera dejado en el olvido y por supuesto no recordado.
—Yo también lo creí hasta que me entere que tuvo algo que ver con un chico en Francia— dijo haciendo un gesto enojado y tal vez de dolor —, pero no nos desviemos del tema.
Yamasaki asintió al momento de que yo rodeé los ojos.
—No voy a hacerlo con una chica que no conozca — dije claramente.
—Claro y estoy de acuerdo contigo— dijo Yamasaki.
—Pero te podemos presentar a muchas, muchas chicas.
—Además refieres que quieres ir al gimnasio después de clases, puedes hacerlo con la ayuda de alguien más.
—Claro— dije tratando de no prestarles atención —, seguro siempre y cuando conozca a alguien que me guste.
—Espera— interrumpió Yamasaki —, a lo que Eriol se refiere es que: una hora de sexo quema ciento ochenta calorías o al menos eso escuche.
—Y qué mejor que…
—Sí claro, a menos hasta que yo acepte…
— ¿Me prestas un lápiz?
Me preguntó la chica que estaba sentada frente a mí, ojos verdes, labios color cereza y bueno, no al grado de Meiling, incluso al grado de Tomoyo pero, estaba bonita.
Me sonroje o al menos eso sentí e instintivamente le entregue el lápiz sin dejar de mirarla.
—Gracias— dijo tomando el maldito lápiz para volverse a girar y continuar con lo suyo.
—Ella, se llama Sakura— dijo Eriol cerca de mi oreja izquierda procurando que nadie escuchara —, y a diferencia de las demás ella es una chica muy seria y sí está disponible.
Sonreí. Supuse que haría algo así y eso que lo conozco de dos días para acá.
—Te he dicho que tengo novia— rectifique volviendo a mi sitio.
—Y yo te he escuchado— dijo alejándose en cuanto Yamasaki regresó a su lugar para sentarse con su novia quien inmediatamente se sentó en sus piernas para besarlo.
Suspire.
—Pero no te vas a quedar sin salir o sin conocer a nadie sólo por eso— dijo haciéndose sonar de lo más obvio y puede que para la edad que tenemos tenga razón pero de verdad quiero a Meiling.
—Yo nunca he dicho eso.
—Con palabras no— dijo serio —, pero vamos; eres nuevo y gustas a muchas chicas de aquí— dijo señalando a una chica de enfrente de cabello rubio —. Esta mañana me ha preguntado si tienes novia.
Le sonreí, no encontraba motivo para no hacerlo.
—Y es todo un año hasta que la vuelvas a ver, ella no creo que te espere todo el tiempo hasta la universidad. Así no son las mujeres.
Agache la mirada.
Tanto tiempo para querer que fuera novia para que me encontrara con esto.
—Sé que te acabo de conocer— dijo sin mirarme —, pero me agradas hombre y, pase por lo mismo que tu así que decide; es una experiencia más para tu último año en la preparatoria. Así de simple, puedes:
Enamorar a una chica.
Tener sexo con quien quieras.
Divertirte en todas las fiestas.
O las tres anteriores.
No estamos para frenarnos sino para avanzar, tú decides si disfrutas y te adaptas a tu nuevo estilo de vida o sigue estancado en Hong Kong, de igual manera no vas a regresar.
Cierto. Claro, y maldita sea… tiene razón.
Y ni la rubia ni la chica de enfrente están nada mal para conocer.
Little Strawberry Chan.
Hola! Bueno siendo mi primer fic creo que me siento un poco nerviosa pero emocionada, llevo con este proyecto mucho tiempo y tengo varios capítulos preparados pero el comentario y critica definitiva es de ustedes a las cuales les pido un REVIEW para saber si esta historia está preparada para seguir dando luz o no.
Gracias y hasta la próxima.
