Le gustaba la astronomía y mirar los planetas. En secreto, Kakyoin Noriaki, las había observado y estudiado, desde sus 10 años de edad. Kakyoin estaba feliz por el nombre que había elegido su grupo, para hacerse llamar. Lo eligieron aquel día junto a la fogata en medio del desierto, -la cuál armaban todas las noches-

— ―.. ¿Stardust Crusaders? Mnhnh, me gusta mucho ese nombre. Realmente, es cómo si dejásemos el rastro. ¿Y qué mejor que el rastro de un polvo de estrellas?— ― Alegó el pelirrojo de forma risueña, mientras acomodaba su cabeza en el regazo de Jotaro, en el cuál se había apoyado. Dejó escapar una leve risa, alzando su cabeza hacia el cielo.

— ―Sí que es buena idea, Noriaki. El viejo últimamente, está teniendo buenas ideas.—― Jotaro se ajustó la gorra, y la echó hacia abajo, para crubir su rostro. Un leve amago de risa, que acompañaba la del pelirrojo por parte del de pelo negro se hizo notable en medio de la "fiesta"

Todos callaron,hasta que Polnareff interrumpió el silencio cortante. Se acercó a Jotaro y Kakyoin, y empezó a darles codazos a ambos, haciendo que el pelirrojo se incorporase torpemente. ―¡Polnareff!― Lo regañó el pelirrojo, haciéndole callar cómo si de un niño se tratase. A lo que el francés respondió con un par de bromas de mal gusto, sobre la relación de los dos estudiantes.

La pequeña fiesta se alargó un par de horas más, hasta alcanzar altas horas de la madrugada, ya que al día siguiente, no tendrían que avanzar demasiado a través del desierto. Los que aún no se fueron a dormir, fueron Jotaro y Kakyoin ; amantes de la noche, y de las largas conversaciones sobre viejas historias, y datos curiosos.

―Jotaro, ¿te gustan las estrellas?― Mencionó Kakyoin, haciendo que Jotaro esbozase una mueca de confusión en el rostro. ―Es una pregunta enserio.―

―¿Las estrellas? Sí, son bastante bonitas. E .. intersantes. No es cómo si me fasinasen, pero sé basantes sobre ellas. Antes de que mi padre empezase a estar siempre de gira, solía contarme cosas de ellas.―

―Oh.. Creo que estamos en las mismas, aunque yo las investigaba por mi cuenta. Está bien, en ese caso, quiero una constelación para ambos.―

―¿Para ambos, Noriaki?― Dijo el Joestar, alzando sus cejas, con una expresión aún más marcada de entender poco.

―Para los dos. Que cuando la veamos, recordemos que estamos nosotros y nuestras hazañas grabadas en el cielo. Dí que sí.. ― Musitó emocionado e insistente el pelirrojo, cómo si aquello le hiciese una ilusión especial.

―Está bien, Noriaki. ¿Andrómeda?―

―Andrómeda, JoJo. Andrómeda es nuestra. ¿Y si lo sellamos con ..?― Kakyoin se quedó a medias. Jotaro ya lo había besado, y acogido en su regazo. El pelinegro se había quitado la gorra, y la hubo depositado. Se inclinó para presionar sus labios contra los del otro estudiante, que descansaba con la cabeza en sus piernas.