Los personajes son de Meyer. La historia es mía.


Esta historia ya fue subida hace un año y medio, cuando mi sintaxis y gramática no eran tan buenas XD. Después de un beteo consistente, E aquí la obra maestra de la Graci. La volveré a subir editada. Espero les guste :3


-I-


¿Realmente pensé que él era inteligente?

Ser valiente es ser el único que sabe que tienes miedo.


—Isabella Marie Swan, aquí, ahora— ordenó mi hermano desde el salón. Por más que intenté esconderme en mi habitación del regaño de Jasper, esta vez no me salvaba.

Descendí las escaleras lentamente contando cada escalón y cada mancha en mi zapato, simplemente no podía ver a los ojos a Jazz, él era demasiado bueno y yo siempre metía la pata.

—Dime hermanito— susurré con la voz más tierna y dulce que encontré dentro de mi garganta.

— ¿Me puedes explicar qué carajos hacías en casa de los Black a media noche y en sábado? —preguntó molesto con los ojos desorbitados.

—Solo fui a ver a Jake, sabes que aquí en Forks no hay nada que hacer y la conexión de internet estaba muy lenta así que me pasé por la reserva y me entretuve con él—respondí haciendo pucheros —lo importante es que me tienes aquí— sonreí.

— ¿Eso es lo importante? ¿Tenerte aquí a las 3 de la mañana y que la abuela tenga los nervios de punta por no saber dónde estabas? —preguntó de nuevo tomando asiento en el sofá del salón con el entrecejo fruncido.

Sin duda alguna esta sería una larga plática.

—Perdón, no volverá a ocurrir, además, le dije a mi abue que llegaría tarde— aseguré sentándome junto a él— no tenía de que preocuparse.

— ¿Le dijiste que te quedarías hasta las 3 de la mañana?

—No.

— ¿Cómo no quieres que se preocupe si no sabía dónde demonios estabas? —demonios, Jasper tenía talento para esto, ni siquiera estaré ahí cuando regañe a sus hijos.

—Jazz, lindo de mi corazón, prometo que no volverá a ocurrir, seré más cuidadosa—declaré para después depositar un sonoro beso en la mejilla de mi hermano.

Una sonrisa se dibujó en su rostro borrando todo signo de molestia de sus facciones.

Ser su hermana menor a veces tenía sus beneficios.

—De acuerdo, eso espero, ese tal Black te trae como loca ¿eh? — abrazó mi cuerpo y besó mi coronilla.

Me sonrojé violentamente para después agachar la cabeza asintiendo.

—Es demasiado lindo Jazz, me cuida mucho y hasta está pensando en cambiarse de la escuela de la reserva al instituto, solo por pasar más tiempo conmigo.

—Isabella Swan, no quiero sorpresas provenientes de ese muchacho, y nunca más en tu vida vuelvas a quedarte en esa casa hasta después de media noche—ordenó con la mirada seria.

—Si papá—bromeé.

—No me digas así— pidió molesto para después suspirar —ahora si… te toca lo difícil, la abuela.

—Ni lo digas, se puso como loca cuando le conté que salías con María.

— ¿Se lo dijiste? — inquirió sorprendido.

—Sip.

—Pero ¿Tú estás loca? ¿Quieres que me degolle? —Preguntó poniéndose de pie completamente asustado —Ahora entiendo porque me llamó tan molesta para buscarte, no estaba molesta solo contigo, también lo estaba conmigo.

—Jazz, cálmate, no pasa nada, sabes que aunque es un poco cascarrabias, la abuela Marie nos adora— lo tranquilicé devolviéndole el abrazo a mi hermano.

—Lo sé, princesa, lo sé, ahora es mi turno, voy a amansarla para ti— soltó una risita —ve a dormir, mañana tenemos que ir a… tú ya sabes a quién debemos visitar, descansa— depositó un beso en mi frente y subió rumbo a la habitación de mi abuela.

— ¡Buenas noches, Jazz! — exclamé.

—Buenas noches, Bells.

Sábado en la noche, mejor dicho, domingo en la madrugada y a unas horas de visitar un frío y hostil cementerio, a mi estómago se le ocurre que tiene antojo del Pie de queso del almuerzo.

Rebané una porción del postre favorito de mi abuela y lo serví en un plato de vidrio junto con algo de soda de manzana, necesitaba de urgencia dormir, esto de las "escapadas" para ver a Jake estaba matándome, las ojeras en mi cara estaban más que remarcadas.

Apenas terminé mi casi desayuno, subí a mi habitación a los brazos de Morfeo, no me tomé la molestia de cambiarme, para que hacerlo si dentro de un par de horas tendría que tomar una ducha y ponerme decente para visitar el lugar más desagradable del mundo y al que más querría ir en un simple día de descanso, "el cementerio."

El tono de Debussy "claro de luna" en mi celular me alertó de un mensaje de texto de mi prima Rosalie, genial, otra noche sin dormir.

Bells

Esto es una emergencia, no miento, es real, lee con atención, Royce King me invitó a salir, aaahh, si, lo sé, es de morirse, conéctate al msn ya!.

Xoxo

Rose

Encendí el ordenador lentamente, gracias a Dios no tardé ni 5 minutos, una portátil es algo genial cuando lo pides de regalo por tus 15, 16, 17 y próximos 18 años.

Apenas entre a mi cuenta, un mensaje instantáneo de mi adorada primita llegó.

Rosedivina18forever dice:

Bells, me muero, esperaba que lo hiciera esta noche, pero no de la manera en que lo hizo, fue tan dulce y tierno, casi me desmayó cuando me pidió que saliéramos.

Bella dice:

Hola bells como estas?...

Yo muy bien rose y tú?...

Rosedivina18forever dice:

Perdón primita, es solo que necesitaba decírtelo de urgencia, dime ¿qué hago?

Bella dice:

Rose, sabes mejor que yo que hacer en una cita, un vestido de matar, te llenas de perfume, beso al final de la noche…

Rosedivina18forever dice:

Aaaaaaaaaahhhhh! Dios quiera eso del beso, me muero si pasa

Bella dice:

¿Serías tan amable de decirme para qué demonios me estoy conectando al msn a esta hora?

Rosedivina18forever dice:

Sabía que estabas despierta, antes de contárselo a tu abuela me lo dijiste a mi ¿recuerdas? Siempre sé donde estas…. ¿como te fue con el lobito de la Push, mi querida caperucita?

Bella dice:

No pienso decírtelo ahora, necesito dormir, mañana es domingo y por si tú no lo recuerdas, debo ir al cementerio en exactamente 4 horas y media

Rosedivina18forever dice:

Perdón, metí la pata hasta el fondo…perdón

¿Almorzamos?

Bella dice:

No te preocupes…siempre pasa…si, mañana en Starbucks a eso de las 2

Si no llegas a tiempo me voy.

Que duermas bien

Primita

Xoxo

Rosedivina18forever dice:

Tu también…

Dormí gracias a Dios alrededor de 3 horas entre los gritos de mi abuela, los mensajes intermitentes de Rose pidiendo disculpas y mandando besos para todos, el terrible sonido del mi despertador favorito, Jasper, quien cortó mi precioso sueño con Jake.

—Arriba Bells, llegaremos tarde.

—Ahora bajo— espeté poniéndome en pie — ¿desayunaste?

—La abuela hizo pancakes, ella viene con nosotros— mi hermano torció el gesto —no tardes— cerró la puerta de un solo tirón.

Tomé un par de vaqueros tubo desgastados de mi armario y una camiseta completamente floja color gris conjuntamente con mis zapatillas converse negras, tomé la ducha más corta de mi vida -como todas las mañanas- y me mudé de ropa, el tiempo me alcanzó para amarrar mi cabello en una coleta.

Al llegar al comedor encontré un plato de pancakes humeantes, miel de maple y un vaso de chocolate caliente para el frío de mi adorada Forks, el clima casi nunca ayudaba en domingo.

—Gracias abue, se ve todo muy apetitoso.

—De nada, desearía que tu hermano fuera igual de agradecido que tu.

Jasper, quién estaba acomodado en el viejo y ladrillo sofá del salón torció el gesto por segunda vez en la mañana y tomó su chaqueta del perchero.

—Las espero en el auto, no tarden.

Cuando mi hermano azotó la puerta de un solo tirón un incómodo silencio lleno la habitación, donde tan solo se oía los cubiertos tronar contra el plato con tortitas.

—Abue, no debiste decir eso, mi hermano es una de las mejores personas que existen en el planeta Tierra, te quiere mucho y…

— Escúchame bien Isabella Swan, porque solo lo diré una vez, por el mismo hecho de que tu hermano es buena persona merece algo mejor que aquella muchacha cualquiera con la que está saliendo, la tal María solo va a representar problemas en su vida y en su futuro, él está a punto de graduarse del instituto y debe concentrarse en su carrera en la universidad y no en muchachas tontas, sin sentido y que solo quieren aprovecharse de él.

—Abue…

—No digas nada, en honor a tus padres concédeme la razón al menos por el día de hoy.

El camino al cementerio fue callado, Jazz no encendió la radio de su Volkswagen golf blanco y mi abuela no cruzó palabra con ninguno de los dos, intenté escuchar música de mi ipod pero fue inútil, Jasper estaba de un humor de perros y me mandó apagar el aparato utilizando la excusa "pareces un autista, no escuchas a nadie".

Al llegar frente a aquellas tumbas en mi cabeza resonaron sus palabras.

(6 años atrás)

Adiós papá, mamá, los quiero, cuídense mucholes dije, dándoles un fuerte abrazo a cada uno.

Princesa, ten cuidado ¿de acuerdo? cuida también de tu hermanomurmuró mamá besando mis cabellos.

Jasper, encárgate de aquel Jacob, no dejes que se acerqué a Bellsbromeó papá estrechando fuertemente en sus brazos a mi hermano.

Sí papá, te prometo que el niño ese no se le acercará másaseveró mi hermano con una sonrisa de esperanza en su rostro.

Ya, ya, van a perder el vuelo si siguen retrasándose de aquella formamurmuró mi abuela desde el umbral de la puerta.

Gracias por cuidarlos mamádijo papá abrazando por novena vez a su madre.

De nada, ahora por favor, váyanse o llegarán tarde al aeropuerto, después de todo solo se van por dos semanas ¿cierto?preguntó con una sonrisa en el rostro mi abuela.

Gracias de nuevo Marie, es bueno saber que podemos confiar en timurmuró mi madre tomando el bolso de mano.

Son mis nietos y los quiero, siempre los querré y cuidaré de ellosle respondió Marie.

Antes de montarse en la vieja pick-up de mi padre ambos sacaron la cabeza por la ventana derecha y con un gesto de su mano se despidieron finalmente.

— ¡No nos extrañen niños!exclamó mamá desde la ventana del copilotosiempre estaremos en su corazóncompletó mi padre desde el asiento del conductor.

Volvieron semanas después, como prometieron, pero envueltos en vendas y llenos de fracturas, además de una camioneta completamente acabada, y sus corazones débiles, a punto de dejar de latir.

El piloto perdió los estribos de la máquina y el avión terminó en el mar, completamente despedazado, mis padres fueron encontrados pero días después de su llegada a Forks murieron en el hospital a manos de doctores inútiles y sin medios, no quedamos desprotegidos, mi abuela quedó a nuestro cuidado como nuestra tutora, además del inmenso cariño de mis tíos Lilian, la hermana de mi madre y Andrew, su esposo , los padres de Rosalie, quienes obviamente quisieron en un inicio acogernos pero mi abuela se aferró a nosotros, tal vez como prueba de que el dolor que sufre por la muerte de su único hijo es tan fuerte como el amor que ella tiene por nosotros; desde que Jasper cumplió 13 venimos cada domingo a cambiar las flores de sus tumbas, a contarles como nos fue en la semana o como nos sentimos sin ellos.

"Charlie Swan descanse en paz, padre, amigo y compañero inolvidable."

"René Swan descanse en paz, madre, amiga y mujer incomparable. "

Mi abuela se echó a llorar a los pies de la tumba de su hijo y yo comencé con mi monólogo de siempre, a llorarle a mamá como la extrañaba, a contarle el vacío inmenso que me invadía cada vez que la buscaba y la llamaba en mis sueños, a decirle que los necesitaba más que nunca y que cada noche los recordaba como siempre en mi vida, mi hermano se limitó a quedarse de pie tras nosotros, aunque mi abuela consideraba una falta de respeto el gesto de Jasper, yo bien sabía que lo que mi hermano hacía era conversar con ellos en silencio, contándoles mentalmente su día, incluso llorando pero en silencio, así era Jasper, un alma de Dios como diría el cura del pueblo, pues por dentro se carcomía del dolor pero por fuera, tan solo sonreía y se soltaba a carcajadas de vez en cuando.

La visita fue corta, pero sustancial, ni más ni menos de lo que necesitábamos, lo suficiente como para desahogarnos pero no para deprimirnos, salimos del cementerio a eso de las 10 de la mañana según mi viejo móvil y Jasper condujo hasta nuestra casa, para aliviar la tensión que se percibía en el ambiente mi abuela decidió que, por un milagro de navidad, tenía cita con sus amigas para jugar al cricket, las damas y bingo, así que se quedó cerca del supermercado no sin antes prometerme una llamada para recogerla.

En camino a casa mi hermano y yo nos sorprendimos al encontrar un camión de mudanzas cruzar a la zona de Upper Forks, nadie importante se mudaba a este pueblo, aquí todas las familias se conocían lo suficiente como para saber quiénes eran honestos y quienes era de cuidado, y nadie con alguna opción hubiera decidido llegar a parar aquí, a este pueblo refundido en las lejanías de Washington.

Jasper me dejó en casa pues tenía una cita con María-esa chica ocupaba todo el tiempo de mi hermano-prometió venir para el almuerzo pero yo recordé mi cita con Rose, así que finalmente nos veríamos en casa a eso de las seis de la tarde para cenar y contarle a la abuela de mi problemita con cálculo, últimamente esa materia me estaba provocando muchos disgustos y Jazz aseveró que si tenía que pagarme un profesor para subir mis calificaciones lo haría, no importaba si tendría que coger turnos dobles en la cafetería donde trabajaba después de clases.

Económicamente hablando vivíamos de la pensión que el Estado nos otorgaba pues mi padre era policía, además de los ahorros de mis papás de toda una vida, los mini-trabajos de mi abue, ya que ella se quedaba en casa y de nuestros maxi-trabajos, Jasper trabajaba en una cafetería de Seattle y yo hacía de mesera en un restaurante de Port Ángeles los fines de semana y los jueves y viernes después del instituto, hoy tenía turno a eso de las 3 hasta las 6, siendo domingo casi no había clientela que atender y como éramos 5 meseros, de 3 en 3 horas nos dábamos abasto.

Me conecté al msn por inercia, mientras buscaba algo más decente que mi camiseta gris para mi cita con Rose, mi prima era una fan de esas terribles de las compras y de la moda y cada vez que me veía con algo sencillo insistía en comprarme ropa y eso no era algo que me agradara en lo absoluto.

Finalmente encontré un buso blanco de manga ¾ perfecto con los vaqueros que llevaba, me cambié y entonces recibí un instantáneo de mi primita acompañado de varios zumbidos.

Rosedivina18forever dice:

ISABELLA MARIE SWAN EN MI CASA AHORA…NO ME IMPORTA CUANTO QUIERAS A BLACK, MIS NUEVOS VECINOS ESTAN PARA COMÉRSELOS DE UN SOLO BOCADO, Y TOMA EN CUENTA QUE AMO A ROYCE KING…

Rose te ha enviado un zumbido.

Rose te ha enviado un zumbido.

Bella dice:

Rose la cita era hasta las 2, necesito arreglar un poco la casa, ¿te importa si llego a la hora pactada?...además era en Starbucks no en tu casa…

Rosedivina18forever dice:

TE QUIERO AQUÍ AHORA…YO MISMA TE AYUDO A LIMPIAR TU CASITA PERO VENTE YAAAA….

Y NO QUIERO EXCUSAS…TE NECESITO AHORA…

Bella dice:

De acuerdo…dame media hora y estoy ahí

Rosedivina18forever dice:

NOOOOOOOOOOOOOOOO….TE QUIERO AQUÍ AHORA…TIENES CINCO MINUTOS…CINCO MINUTOS SINO QUIERES QUE JASPER SE ENTERE DE QUE ANDAS BESUQUEANDOTE POR AHÍ CON BLACK…

Bella dice:

Déjate de amenazas…en 5 estoy en tu casa pero tendrás que pagar el taxi…

Rosedivina18forever dice:

YO LO PAGO PERO VEN YAAA…

Cerré la ventana y me desconecte, apagué la portátil, tomé mi morral con dinero para ir a la cafetería aunque estaba casi segura que mi tía no dejaría que comiéramos fuera y salí de casa no sin antes dejar una nota para Jasper y la abuela explicando mis motivos por si llegaba tarde-de supuesto no iba a pagar por un taxi que sacaba un ojo de la cara solo por llegar a Upper Forks, donde vivía mi adorada prima, así que llamé a mi Quileute favorito, esa sí era una buena excusa para verlo.

La llamada pito dos veces antes de que Jake contestara.

—Diga.

— ¿Qué estás haciendo lobito?

—Bella, Bella, pensando en ti, por supuesto.

Me sonrojé, gracias a Dios hablábamos a través del móvil.

— ¿Te puedes pasar por mi casa? Es que debo llegar a Upper Forks en 10 minutos y no tengo transporte.

— ¿Te parece si te recojo a la salida de tu calle, preciosa?

Otra vez el bendito rubor en mis mejillas.

—Sí, está bien, te espero, un beso.

—Mejor cuando nos veamos.

Lo esperé casi por dos minutos, no me dio tiempo ni de nombrarlo cuando su moto estuvo aparcada frente a mí y él caminando en mi dirección.

—Hola— murmuré cuando posó violentamente sus labios sobre los míos como si necesitará besarlos.

—Hola— musitó besando mi frente.

— ¿Nos vamos? — inquirí mientras entrelazaba nuestras manos.

— ¿No podemos quedarnos un rato más? —susurró mientras me estrechaba por la cintura.

—A menos que quieras morir en manos de una rubia con excelentes curvas como es mi prima, no— espeté divertida, pues la relación entre Jake y Rose no era de las mejores que digamos, el hecho de que él considerara que todas las rubias eran tontas no ayudaba en nada a que le cayera bien a mi primita.

—De acuerdo— espetó enfurruñado.

El camino en moto fue de lo más divertido, con Jake siempre me sentía protegida y nunca sentía el más mínimo miedo.

Apenas entramos a la zona donde vivían los Hale me bajé dos cuadras antes de la casa de mis tíos, a ellos no les agradaba verme subida en una moto con un muchacho de la reserva, consideraban eso muy incorrecto, si supieran las cosas que hace su adorada hijita.

— ¿Te marchas tan pronto? —inquirió, mientras me plantaba un sonoro beso en la mejilla y me abrazaba por la espalda.

—Debo hacerlo, pero si te sirve de consuelo, nada me gustaría más que quedarme a tu lado acurrucada— susurré en su oído.

—Podemos cumplir tus deseos— susurró cerca de mi cuello.

Me estremecí.

—No, no podemos, tengo que ir a casa de Rose, pero pásate por el restaurante a eso de las 6, hoy solo tengo turno hasta esa hora.

—Entonces, te veo ahí— murmuró entre mis labios mientras me besaba.

—Mjmjm— asentí.

—Adiós— me despedí mientras lo veía alejarse montado en su moto.

Llegué a casa de Rose en menos de 4 minutos, y si le sumábamos el tiempo en moto y la despedida, y el saludo, eran algo así como 15 minutos… la que me esperaba con mi primita.

Toqué el timbre con toda la delicadeza y elegancia posible que encontré dentro de mí.

Una mucama me atendió y me dirigió directamente a la habitación de mi primita, al parecer mi tío estaba cerrando un negocio en su buffet de abogados y mi tía estaba en reunión del club de lectura.

—Rose, aquí estoy— canté alargando la O.

— A la hora que llegas, eres completamente impuntual— aseveró mientras me propinaba un fuerte abrazo—Mira lo que encontré observando el horizonte— me dirigió a la ventana de su habitación y lo que vi me dejo absorta.

Eran tres muchachos acomodados en el patio de la que supuse sería su nueva casa, bueno, para ser sincera 2 chicos y 1 chica, la muchacha era de cabello oscuro, corto y con puntas que señalaban distintas direcciones, bajita y por lo que pude ver algo delgada pues bailaba alrededor de los otros 2 dando brinquitos y esbozando felicidad, los chicos, ellos si eran otra historia, el primero, al parecer el mayor, suponiendo que fuesen hermanos, era corpulento, forzudo y alto, tenía el cabello oscuro de la misma manera que la duendecilla pero el de él era completamente rizado, ojos verdes y piel nívea al igual que la chica y unos preciosos hoyuelos que salían a flote cada vez que sonreía —Es mío—murmuró Rose cuando vio que lo observaba, y el tercero, al parecer el intermedio si seguimos con mi estúpida suposición, era el más hermoso de los tres, piel nívea, ojos verdes y cabello cobrizo, no tan corpulento como el otro pero lo suficientemente musculoso como para que la camiseta blanca que llevaba remarcara a la perfección sus bien formados brazos y torso, era guapísimo, su alborotado cabello contrastaba perfectamente con su blanca piel, de repente la duendecilla miró hacia arriba y nos encontró a mí y a Rose observándolos, mi prima se quedó plantada en la ventana sonriéndole al mayor de los muchachos y aunque en realidad deseé cambiar de posición y esconderme tras el enorme ropero de mi prima me quedé como una tonta observando al muchacho de los cabellos cobrizos, quién al notar mis extrañas miradas me guiñó el ojo consiguiendo que me ruborizara.

Fue allí cuando volví a la realidad y me aparté de la ventana completamente atufada y tomé asiento en el cómodo sofá rosa de la habitación de mi prima.

—Rose, aléjate de la ventana, es mejor que bajemos a almorzar, apuesto que la mucama está impaciente por nosotras.

—Bells, se me acaba de ocurrir una idea fabulosa— murmuró divertida juntando las yemas de sus dedos y formando a la vez un triangulo con sus manos.

—Ni lo pienses Rose— le advertí completamente ruborizada, sus ideas nunca resultaban del todo "fantásticas".

— ¡Oh si! — exclamó Rose.

— ¡Oh no! — exclamé enfurruñada.

—Vamos a invitarlos a comer, apuesto todos los Cds que tengo de Muse a que no tienen nada de almuerzo preparado y, nosotras como buenas vecinas que somos, vamos a ser de lo más cortés posible y vamos a invitarlos a comer algo ligero y hacerles conocer el barrio—sentenció victoriosa.

—Ahí vamos— suspiré resignada.

Llegamos en menos de 3 minutos a la casa contigua y como mi primita es la más valiente entre las dos tocó el timbre.

Una hermosa mujer de alrededor de 40 años abrió el portal de aquella mansión y nos recibió con una inmensa sonrisa en el rostro, tenía el cabello color castaño oscuro y unos hermosos ojos verde esmeralda, entonces si estaba en lo cierto, son hermanos y ella es su madre, al igual que sus hijos tenia la piel nívea y delicada al tacto.

—Sean bienvenidos, Esme Cullen, apuesto a que ustedes son el par de muchachitas que Alice estaba esperando, pasen.

—Un gusto conocerla, Rosalie Hale, vivo en la casa contigua, será para mí un placer completo ser su vecina, para servirle— se presentó mi prima —Ella es mi prima, Isabella Swan.

—Un placer— saludé estrechando su mano.

—Pasen chicas, Alice esta en el patio trasero esperando por ustedes.

—Gracias— respondimos al mismo tiempo.

—Disculpe, ¿sería tan amable de decirnos donde queda el patio? — le preguntó Rosalie educadamente.

—Claro, síganme.

Llegamos a un hermoso y colorido jardín lleno de rosales y árboles frutales, en el centro del mismo se encontraba una delicada mesa de madera con cuatro sillas labradas en cedro, allí se encontraban los muchachos más agraciados de la ciudad sin contar con mi primita y mi adorado hermanito.

— ¡Hey! — Exclamó mi prima— Rosalie Hale, su nueva vecina, un gusto conocerlos— sonrió de aquella forma tan seductora que tan solo utilizaba cuando Royce estaba cerca.

De inmediato el más alto de los muchachos se puso de pie y tomó delicadamente la mano de mi prima para después besarla.

—Un verdadero placer preciosa, Emmett Cullen— se presentó con una sonrisa pícara en el rostro mostrando aquellos hoyuelos que lograron que mi prima hiperventilara internamente.

Saliendo de su ensimismamiento, mi prima optó por presentarme.

—Ella es mi prima…

—Isabella Swan— completé.

—Un placer conocerlas a ambas— aseveró la pequeña duendecilla al tiempo que se acercaba a nosotras y nos estrechaba fuertemente, ¿Cómo un bichito más pequeño que yo tiene tanta fuerza? —Soy Alice.

El hermoso muchacho por el cual me quedé absorta hace algunos minutos se puso de pie y se acercó con su mirada fija en mí y una sonrisa que logró que me derritiera por completo, y es que ni siquiera era una sonrisa completa, era a la mitad de sus perfectos y rosáceos labios, algo así como una sonrisa torcida.

—Edward Cullen— se presentó.

Tal vez fuese una imposibilidad frente a la ciencia pero me ruboricé completa de pies a cabeza cuál bombillo de navidad cuando sus labios rozaron mi mejilla, al tiempo que una oleada de sensaciones lograrán que me estremeciera cuando sin intención su brazo rozó con el mío, sentí la inmensa necesidad de devolverle el beso aún cuando era un completo extraño para mí y seguramente sería el típico galán mujeriego del instituto que salía con una y con otra y era el capitán del equipo de básquet.

—Bueno, chicos, nosotras… queríamos saber si deseaban almorzar en mi casa, suponíamos que estarían demasiado ocupados con todo lo de la mudanza como para preocuparse de la comida.

—Si— exclamó Emmett victorioso —nos encantaría…

—No— corrigió molesta y apenada la pequeña duendecilla —Como ustedes verán, hay mucho que hacer en casa y no podemos dejar a mamá sola, muchas gracias por el ofrecimiento pero lamentamos con el corazón tener que declinarlo— esta niña es demasiado cortés para mi gusto, hubiera bastado con un "tenemos mucho que hacer pero sería genial en otra ocasión" sin tanto alarde.

—Humm— Rose suspiró —Que lástima, nos habría encantado que nos acompañen pero si no se puede no hay problema, de todas formas los veré en el instituto ¿cierto?

—Si— aseveró la duendecilla —Nos encantaría que cenaran en casa alguno de estos días.

De pronto el móvil comenzó a vibrar y al revisarlo me di cuenta que era mi Jake.

—Me disculpan un momento— intenté sonar lo más educada posible —Jake, ¿Qué demonios ocurre?

—Preciosa salimos antes de tiempo de el taller y ya que estas libre quería saber si podemos pasarla juntos, di que sí.

—-No creo que a Rose le moleste que vengas a su casa, sus padres no están y así puedo pasar tiempo con ambos.

—No quiero incomodarlas, ¿Te parece si te busco después de almorzar en la misma esquina donde te deje hace un rato? Como en una hora ¿está bien?

—De acuerdo, pero intenta llegar puntual— miré mi reloj —son las 12:23, te quiero aquí a la 1:23 ni un minuto más, sino me marcho.

—Prometo estar allí a tiempo, un beso.

—Mejor cuando nos veamos.

Corté la llamada y cuando me giré para regresar a donde todos se encontraban me encontré a un asombrado Edward a mis espaldas.

— ¿Tienes novio? — inquirió ¿divertido?

—Algo así, la verdad mi relación con Jacob es un poco más informal.

—Amigos con derecho— sentenció.

—Algo así— repetí sin tapujos — ¿Donde están los demás?

—Alice decidió regalarles unas flores nativas de Phoenix, las trajimos para las primeras personas que fueran amables y acogedoras en esta ciudad y ustedes están dentro de la lista, y tu prima y mi hermano se están…conociendo mejor, por decirlo así.

Cuando retiré la vista de sus profundas orbes verdes y la fijé en Rosalie, la encontré platicando muy amenamente con Emmett con sus rostros muy cerca el uno del otro, puedo jurar que hasta yo sentía la tensión entre sus miradas.

—Creo que debemos marcharnos— aseveré confusa ¿no se supone que anda como loca por Royce?

— ¿Tan pronto? — preguntó nuevamente divertido, de pronto me dio la impresión de que era un chico listo, que sabía lo que quería.

—Si escuchaste la llamada sabes que tengo prisa— espeté caminando en dirección a mi prima —Rose, vámonos por favor tengo prisa.

—No me digas— rodó los ojos enfurruñada al tener que alejarse de Emmett —tu lobo llamó y te puso un límite de tiempo.

—En realidad ella puso el límite de tiempo —rió Edward a mis espaldas.

—Isabella Swan, no puedes utilizarme como un recurso para verte con Black, si no eres lo suficientemente valiente como para hablar con Jasper no voy a encubrir tus mentiras—murmuró mi prima al tiempo que se despedía de los hermanos Cullen después de recibir un par de orquídeas hermosas de las manos de Alice.

Mi almuerzo con Rose fue de lo más tranquilo, conversamos sobre todo de su cita con Royce King y de sus nuevos vecinos, los Cullen, al parecer mi primita adorada tenía un interés en particular por el mayor de los hermanos.

Finalmente llegó la hora y Jake me recogió a tiempo, llegamos a su casa a ver una película de acción, una típica, misión imposible con Tom Cruise, aunque la verdad no prestamos la menor atención a la trama, estábamos ocupados en otro tipo de asuntos mucho más interesantes.

Después de una larga sesión de besos, el tiempo se me escurrió entre los dedos, al ver el reloj de muñeca que siempre llevaba me di cuenta que era eso de las 3, iba a perder mi turno de media tarde y eso significaba 30 dólares menos de mi sueldo, como era un buen restaurante pagaban 10 dólares la hora y yo no estaba dispuesta a perder ese dinero.

—Jake ¿Me llevas al trabajo? — murmuré con la cabeza gacha y recostada sobre su pecho.

—Si princesa, pero déjame le escribo una nota a Billy, seguro ha de estar muy ocupado pescando con Harry, de todas formas lo más adecuado es avisarle que salgo contigo a Port Ángeles.

Depositó un beso en mi frente y salimos de su pequeña casita pero completamente acogedora hacia el bendito restaurante donde trabajaba, nuevamente el camino en moto fue de lo más divertido y es que el tiempo con Jake siempre era fantástico.

Cuando arribé al lugar, Erick el mesero de turno estaba completamente molesto por mi tardanza, me disculpé un millón de veces con él y lo único positivo que obtuve de él fue una mirada de soslayo, seguramente estaba harto de cubrirme, es que normalmente mis domingos eran rutinarios, visita al cementerio, arreglar la casa, almuerzo con los Hale, tiempo con Jake y finalmente trabajo en Port Ángeles, el único problema en mi perfectísima rutina es que no era para nada puntual, y Erick siempre pagaba los platos rotos de mi falta de comunicación pues no tardaba nada en llamar a explicar al administrador que llegaría tarde.

Esa tarde atendí a tres parejas, dos enamorados y un par de hermanas que charlaban animadamente sobre la boda de la mayor, finalmente mi turno terminó y estaba a punto de llamar a Jake para que me recogiera cuando el administrador, Mike Newton, me llamó por el interphone.

—Dígame— espeté furiosa, me tenía media hora esperando en su oficina y Jasper debía estar furioso conmigo.

—Señorita Swan, he vigilado mucho sus turnos y pienso proponerle algo nuevo con lo cual podría conseguir más dinero en menos turnos— murmuró con voz socarrona y sonrisa estúpida.

—No me interesan en lo más mínimo sus proposiciones, ¿Puedo irme? — inquirí molesta hasta el cansancio.

—De acuerdo, si lo prefiere así, tiene dos mesas más por atender— aseveró molesto con aires de victoria.

—Por si no lo ha notado, mi turno terminó hace ya media hora y debo irme, necesito— le proporcioné un énfasis especial a la palabra —llegar a mi casa.

—Por si no lo ha notado usted, el señor Yorkie cubrió su retraso de media hora y por tanto tendré que pagarle esas horas como un extra por su descuido, así que usted lo cubrirá con su trabajo.

— ¡No pienso quedarme aquí un minuto más! — exclamé rabiosa.

—Si se marcha va a perder el trabajo y no pienso volver a contratarla— aseveró mientras salía de la oficina.

Solté un grito ahogado.

Maldito seas Mike Newton, te vas a arrepentir de esto.

Intenté enviarle un mensaje de texto a Jazz para avisarle del estúpido castigo que me impuso ese idiota pero no tenía saldo suficiente por habérmelo gastado llamando a un convencional, para más detalles, la casa de Jacob.

Sin saldo y con un horrible uniforme de mesera lejos del Pie de queso de mi abuela y su chocolate caliente.

L a primera mesa era de un par de casados, vinieron a celebrar su onceavo aniversario y traté de comportarme lo más agradable posible a pesar de mi humor de perros, les serví el postre y el vino y no derramé una sola gota así que los señores terminaron felices y muy acaramelados, la segunda mesa era algo un poco más difícil.

¿Por qué?

Por culpa del chico de cabellos cobrizos sentado y completamente hermoso, es que con él cerca, nadie, absolutamente nadie podría concentrarse, el único problemita es que vino acompañado ¿de quién? De la zorra más patria de todo el instituto, Lauren Mallory, otra chica de Upper Forks, cabello rubio y corto, piel pálida, típicos ojos azules y un minivestido negro y completamente ajustado a su esbelta figura.

— ¿Qué les puedo servir? — pregunté con indiferencia desviando los ojos de la mesa por tres razones, número 1, para no perderme en los profundos y hermosos ojos verdes del bendito chico de cabellos cobrizos, número 2, para no ver como él se la comía con los ojos y número 3 para no ver como ella se lo comía con los ojos a él.

—Puedes traernos el menú del día y un Caubernet Sauvignon— aseveró Lauren con un estúpida sonrisa en los labios de "soy mejor que tu solo porque salgo con el imbécil más bonito de todo Forks", porque si algo había que aceptar era que, aparte de ser imbécil, era lindo, muy atractivo… listo, me desconcentré y ya estoy diciendo puras sandeces.

Serví la comida con completo desinterés y me retiré al salón de empleados donde firme la tarjeta completando mis 2 mesas adicionales en domingo, ay…tan solo pensarlo y ya me dio jaqueca.

En cuanto salí a la avenida principal de Port Ángeles me detuve en seco a contemplar mis opciones, no podía llamar a Jake para que pasara por mi pues no tenía saldo, Jasper no sabía de mi pero si de algo estaba segura es que me estaba buscando como loco en la Push y mi pobre lobo sin saber qué hacer, finalmente comenzó a llover y a lo único a lo que atiné a hacer fue tomar un taxi y gastar el dinero para el almuerzo con Rose que cargaba conmigo.

Cuando llegué a la parada completamente empapada observé algo que me provocó vomito al instante, Edward, se comía a besos, casi succionaba a Lauren, tal vez nadie se lo dijo, pero esa era de las que se besaba con todos y no era de lo más higiénico cruzar información con ella.

Tomé el primer taxi que apareció aun absorta y sorprendida ¿en realidad pensé que él era inteligente?, no, Edward no era listo, si lo hubiera sido sabría que ella no es lo más…decente que hay por aquí.