Prefacio
No podía pensar, no podía moverse y no podía gritar por más que quisiese. Todos la miraban a la espera de su reacción y con semblantes de pena e incertidumbre que poco le importaban en ese momento. Solo pudo estrechar entre sus brazos el cuerpo inerte de una de las personas más importantes en toda su vida.
Todo era su culpa, debió haber escuchado a Nahuel cuando le dijo que tenía que tomar parte en esto, que ella no podía esconderse para siempre detrás de sus seres queridos, que ella también tendría que pelear en algún momento…
Dedico una última mirada y un último sollozo al amor de su vida antes de alzar la mirada hacia el monstruo que estaba a unos cuantos metros de ella. Sintió como los colmillos afloraban al tiempo que sus labios se retraían y un gruñido más que animal escapaba de su garganta.
Oyó a su padre decir su nombre pero era tarde, ya se hallaba corriendo hacia el asesino que tenia en frente con una sola idea en mente… "vas a pagar lo que le has hecho".
