Mi primer MomoRyo... con eso lo digo todo.
Sueño
Ryoma, Ryoma, Ryoma. Eso era ya casi lo único que veía. Decenas, cientos, no, ¡Miles de Ryomas por todas partes! Y en todas las formas: con el uniforme del colegio, el uniforme del club de tenis, en traje de baño, en pijama, con orejitas y cola peluda, o también disfrazado de angelito o, por qué no, de diablillo. Lo veía por todas partes, a la izquierda y a la derecha, tanto arriba como abajo. Y le encantaba, le encantaba verlo, sus ojos, su cabello, su rostro tan hermoso para él...
-¿Momoshiro?
-¿Eh?
-Te ves bien contento… ¿Soñaste acaso algo bonito?
