Disclameir: Axis Power Hetalia ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de Hidekaz Himaruya y sus repectivos colaboradores.


Una tarde que como siempre Gilbert iba a molestar a casa de Roderich, Elizabeth decidió ir a ayudar al austriaco cuando se detuvo frente a la puerta tras oír lo que decía la ex- nación y que hizo salir su lado yaoista.

-Eh vamos señorito solo será una vez- decía Gilbert rogando a roderich.

-Te he dicho que no y punto-le respondía con su característico tono serio y fastidiado.

-Solo será una vez ¿que te cuesta?- seguía rogando Gilbert insistentemente.

-No sabrás como hacerlo-le dijo aun mas fastidiado.

-Si se Francis, me enseño la otra vez- le decía en un tono malcriado.

Hungría decidió ponerse cómoda ante la discusión que tenían los dos al otro lado de la puerta (con suerte habría acción ese día entre Gilbert y Roderich) pensaba ilusionada.

-Vamos se cómo hacerlo e practicado mucho en la casa de Francis- seguía pidiendo Gilbert ya perdiendo la paciencia.

-Dije que no- seguía diciendo Austria- así que será mejor que desistas.

-Sabes que no necesito tu permiso-dijo caminando por la habitación.

-No te acerques!- dijo Roderich en un grito

-El grandioso yo lo hará y terminaras pidiendo más-decía acercándose al lugar en donde se encontraba Austria.

-Espera detente!-seguía gritando Roderich.

De repente se escucharon las teclas del piano sin un orden especifico (Sobre el piano) pensó al oír el ruido.

-Te lo dije- se oyó decir de Roderich que parecía más fastidiado que de costumbre.

-Espera y veras el grandioso yo te deleitara con una melodía-decía con arrogancia tocando aun el piano.

-Deja lo desafinaras- gritaba Austria dándole empujones a Gilbert para que se quitara, Elizabeth al darse cuenta de lo que en verdad pasaba entro a la habitación deprimida por el hecho de haber malinterpretado la situación. Se acerco a Gilbert y le dio un sartenazo que lo dejo en el piso y sobando su frente ante el tremendo dolor de cabeza.

-¿Que te pasa?- decía mientras se levantaba Gilbert aun aturdido.

Nada- fue lo único que dijo Hungría saliendo de la habitación con un aura oscura rodeándola.