HETALIA AXIS POWERS NO ME PERTENECE
Secándose el sudor de la frente, Ucrania entró en la casa. Dejó a un lado de la puerta la horca y se desplomó en el sofá soltando un largo suspiro cansado. Después, cerró los ojos, agotada, y no movió más ni un músculo.
- ¿Señorita Ucrania?
Letonia se asomó desde la cocina. Había oído cómo se abría la puerta y a esas horas sólo podía tratarse de Ucrania. Ella siempre se levantaba muy temprano para ocuparse del campo. A veces, Lituania la ayudaba, pero, aún así, ella se llevaba la parte más dura del trabajo. Desde luego, parecía estar totalmente exhausta.
Ucrania no le respondió. O se había quedado dormida o no le había oído.
- ¿Señorita?
Letonia se acercó lentamente a ella. Una vez que estuvo a su lado, se quedó quieto como una estatua y se dedicó a observarla en silencio.
No entendía cómo podía trabajar tan duro, hasta el límite de sus fuerzas, todos los días. Él la estuvo observando desde que llegó a la casa y siempre pensó que no habría sido capaz de aguantar todo ese trabajo si hubiera estado en su lugar. Sólo con las tareas del hogar ya estaba agotado.
¿Y Rusia y Bielorrusia? ¿Por qué no la ayudaban? ¿Esa era la forma de agradecerles que les criara como a hijos propios?
Letonia suspiró. Ella siempre se comportaba de un modo reservado y, aunque era cordial con los bálticos y ese sentimiento era recíproco, todo su cariño se lo dedicaba a sus hermanos. Todos sabían que los amaba...Y a él le devoraban los celos.
Jamás había sido querido, sólo codiciado como un esclavo. Pequeño y débil, pero un esclavo, al fin y al cabo. ¿Por qué no podía tener él a alguien que le quisiera de verdad?
...¿Por qué no podía tenerla a ella?
- ¿Hm? ¿Letonia?
Ucrania entreabrió los ojos y le dirigió una mirada somnolienta al niño.
- Siento haberla despertado, señorita-se disculpó Letonia-. Siga descansando, yo ya me voy.
Ucrania negó con la cabeza y sonrió.
- No te preocupes, no estaba dormida. Quédate si quieres.
- ¡N-No puedo!-exclamó Letonia. Estaba tan nervioso que aquello salió de forma brusca, así que se apresuró a arreglarlo-. Es que...Verá, tengo que ocuparme de la cocina. Hay mucho que limpiar y...-se aclaró la garganta-. Tal vez luego.
Ucrania le miró confusa durante un momento, pero después sonrió.
- Trabajas demasiado-murmuró-. Deberías descansar un poco de vez en cuando.
¡Eso quería él, pero Rusia no le daba tregua!
- Usted también...-contestó Letonia.
Ucrania suspiró. Alzó el brazo hasta poder tocar su cabeza y le acarició dulcemente el pelo.
- Yo llevo tanto tiempo dejándome la piel por los que me importan que no puedo pensar en otra cosa-musitó-. Pero tú eres joven y no tienes por qué hacer eso...
Sin dejar de sonreír, cerró de nuevo los ojos. El cansancio comenzaba a irse poco a poco y ya se sentía mucho mejor, en paz, junto a Letonia...Ni siquiera se dio cuenta de que el báltico se había inclinado hacia ella.
Entonces, lo sintió, fugaz, en sus labios.
Un beso, acompañado de un susurro:
- Lo haré por usted...
Ucrania apenas tuvo tiempo de abrir los ojos y mirar a Letonia. Éste salió corriendo inmediatamente después hacia la cocina y se perdió de vista, dejando a la ucraniana con la mano rozando sus labios recién besados y las mejillas rojas.
Toda la fatiga se había esfumado.
FIN
