Para Neil Legan
Chica de Terry, Agosto 2012
Goza de mi lectura como yo goce escribiendo.
ALAS CUBIERTAS DE HOLLÍN
Parte 1
"Como olvidar…"
(Monólogo)
La guardia acabo, estoy cansada y el cuerpo duele después de asistir al quirófano durante toda la tarde, exhausta, los pies acalambrados, trabajar de esta forma me impide pensar en mi; pero al cambiar turno me viene ese aguijonazo de soledad.
Me detuve en la cafetería de costumbre, había llovido a torrentes durante toda la tarde ahora solo lloviznaba, lo suficiente para mojarme el cabello que deje suelto por hartarme del moño apretado que exigía mi profesión, lloviznaba lo suficiente para deslavar el valor interior, lo suficiente para desear ahogar las añoranzas en el café.
No es sano fumar pero de pronto calma un poco mi ansiedad, me inundan los recuerdos así como la lluvia inunda la calle, los coches pasan y envían una ola de agua cristalina y fría al ventanal de la cafetería, las luces de los coches y los anuncios se vuelven difusos, mi corazón vuela…
Fue un viernes, un viernes como hoy… Llovía a cantaros, el cielo se caía a pedazos gota por gota, y en ese mismo número de pedazos se rompió mi corazón aquella noche en el teatro principal de Chicago.
Terry…
¿Que podía referirle? Humillarme aun mas reclamando algo que yo misma no cumplí… Estaba en su derecho de buscar su felicidad, de "salir" con quien le diera la gana, yo… no podía reprocharle nada.
Guardaba la esperanza, la estúpida esperanza de que el me amaba a pesar de su silencio. Pensé que en algún momento vendría a buscarme y me llevaría con el, como suspiraba en las paginas intimas de ese cuento rosa y rojo.
De hecho creí que había sido el quien envió por mi, que por esa razón estaba en Chicago. Ahora se que no fue el. Quien haya sido el remitente de aquella nota ahora tiene ni tuvo la menor importancia, término haciéndome un enorme favor, aunque no lo comprendí hasta ahora.
Tenia un príncipe, estaba comprometida con el, con esa ilusión de niñez que alimente como "el estado perfecto del amor" nunca le encontré ningún defecto, hasta que esa noche lluviosa cayo la venda de mis ojos.
Estaba comprometida con un príncipe a pesar de eso soñaba que en cualquier momento me rescatara un Duque-Actor ja ja ja que tonta fui.
Al final, ambos, ilusión y fantasía se encargaron de mostrarme que eran eso… quimeras en mi mente.
¡Vaya con el tío abuelo! -No podía evitar elevar las cejas mientras sorbía el café caliente y recordaba aquella escena enmarcada por los reflectores amarillos- ¡Vaya que era un maldito desgraciado! Quien dice que la gente que aparenta sencillez y naturalidad, perfecta, es pura también por dentro.
Viéndolo fríamente me pregunte durante mucho tiempo si el gustaba de ese tipo de sexo salvaje, exhibicionista y compartido, ¿Por qué insistió conmigo? Creo que nunca lo sabré.
Según Freud ese tipo de "gustos" no llega a desaparecer solo porque deseemos que así suceda.
Era… en aquel tiempo, tan inocentemente estúpida y virgen, soñaba con ser convertida en mujer entres sabanas blancas, entre un lecho de algodón sedas y flores, transpirando amor perfumado por cada poro de la piel. Sabia que si había alguien que me amaría de esa forma seria Albert, el llenaba como un muerto llena un ataúd, esa idea. Que lejos estaba de la realidad.
Terry… De Terry no me sorprende su "fogosidad" el es… "Fuego liquido por su mismo" y sabia que ardería en sus brazos llegado el momento pero no me preocupaba, había dado muestras de delicadeza y le tenia Fe. Ese fue el veneno que me robo la razón, ahogando sueños, carcomiendo mis esperanzas.
El era mi anhelo secreto y callado, y esperaba con toda seguridad que Albert terminaría supliéndolo, que el sabría como borrarlo con el tiempo de mi. No en vano me acompaño todo ese tiempo sin importarle cortejarme sabiendo que yo… era pareja de Terry.
Que ridículas deducciones las mías, era tan ingenua… Y así envenenada dos veces, fui a parar a la mansión de Chicago, yo sabia que ahí estaba el, con muchas dudas me refugie en su alcoba, sentí alivio al no encontrarlo, nadie me buscaría en aquel lugar, ansiaba que llegara, deseaba romper mis sueños de princesa en desgracia entregándome a sus garras, reunido el valor como arte de "magia" de pronto el llego.
Sentía rabia y deseos de vengar ojo por ojo cada una de mis niñescas fantasías.
Al principio el se vio sorprendido de verme ahí, no podía creerlo ¡Claro yo lo rechace mandándolo al diablo delante de todos! Pero yo estaba determinada a que sucediera, a entregar mi cuerpo esa misma noche.
No esperaba que el se portara como siempre imagine que seria mi primera vez, me causaba temor pensar que me lastimaría y que yo lo permití, luego sus palabras… Ciertamente había dejado de ser un chiquillo malcriado, era un hombre y eso me puso húmeda debajo de mis pantaletas de inexperta, por primera vez lo percibí fiero, tan indeciso y deseoso por tomarme, sus dudas solo lograban acrecentar mi deseo, temía que el se rehusara, olía endemoniadamente bien, ¡besaba como un bendito! Mucho mejor que el primer beso que me diera Terry y que logro calentarme por primera vez, tan contundentemente que me aterro, pero el beso tan despiadado de Neil solo logro que deseara mas y mas… su piel era tan suave y de pronto me pareció tan atractiva y atrayente que no pude evitar tocarle.
Dijo que nunca había estado con una virgen ¡Maldición! ¿Acaso todo el mundo masculino iba a despreciarme por ser doncella? Temí que mi tesoro mejor guardado fuera a convertirse en mi desgracia, ni siquiera Neil me deseaba lo suficiente por ser "pura y casta" afortunadamente me equivoque, siempre tuve la vaga sospecha de que el si seria capaz de lo que sea, por someterme a sus caprichos.
Sus palabras indecentes, blasfemas y lascivas me causaban escalofríos, repulsión y al mismo tiempo llenaban mi cuerpo y mi cabeza de una sensación caliente peligrosa y excitante que no conocía, perdí el sentido mientras mi cuerpo ansiaba pegarse al suyo, ansiaba ser tomada, fiera y rápidamente, ¡Ya! En ese momento, no soportaba esperar más… Deje que el me mostrara lo que Terry y William sentían y gozaban lejos de mi.
Fue un viernes con sabor a delicioso tormento, un Viernes lluvioso, tormentoso, como hoy.
Después de aquel día algo extraño sucedió, no pudimos poner distancia de por medio después de lo sucedido esa noche en su recamara y que quedara como un desliz, un momento de locura de ambos. Seguimos viéndonos a escondidas.
De pronto me deleitaba en esa secreta travesura de "Montarle Tremendo cacho" a mi respetable prometido, ¡A que jodidamente bien se sentía! Cuando me despedía William con un beso en la mejilla y yo me dirigía a los brazos de mi ardoroso amante que ya estaba esperando ansioso y duro como una roca, por mí.
Sabia que Terry estaba en la ciudad, pensaba estúpidamente que iba a buscarme pero en lugar de eso, lo vi por primera vez después de no se cuanto tiempo, besándole los pechos a la amante activa de mi prometido, mientras el la en varillaba con su miembro por detrás, ambos completamente desnudos, Terry no tardaría mucho en estarlo, no pude mirar mas. Salí de allí. Ni cuenta me di en que momento Terry volvió a Nueva York.
Ahora se que, en realidad si fue a buscarme, pero -Según palabras de el- al enterarse de que estaba comprometida con William el que fuera en otro tiempo nuestro mejor amigo y cómplice de nuestros amores -o eso creía yo- "decidió alejarse" y no causarme problemas.
¡A otra perra con ese hueso! ¡Me creerá la estúpida de antes como me creen todos!
No se acerco a mi porque compartió a la Klaise con mi prometido, no tuvo el valor… o es que hubo un acuerdo entre "caballeros" de guardarse su "secretito" arruinando las posibilidades de Terry… ¡pero que imbécil! ¿Y Albert? Acaso a Terry le pareció bien que me estuviera viendo la cara de pendeja… con su "amiguita querida". ¡Pueden irse mucho al carajo los tres! Y que les aproveche. Yo para ese entonces disfrutaba de mi recién estrenada libertad de cuerpo y alma al lado de Neil.
Mi cambio fue notorio para todos pero no sabían a que atribuírselo, en publico Neil y yo simulábamos no soportarnos como siempre, pero en cualquier rincón oscuro nos devorábamos vivos, con sendos calentones que lograban acrecentar el ardor para nuestro próximo encuentro "in prívate".
Puse barreras entre Albert y yo, cada vez mas distante, cada vez menos interesada en sus anécdotas y cartas, cada vez mas ocupada -Con Neil… Quise decir "hospital" por supuesto- Cada vez más feliz de sus "viajes de negocios".
Me sorprende que George no le hubiese dicho nunca de mi relación ilícita con Neil, nos descubrió, pero calló. Fue Johnson quien me llevo al teatro, insistió en llevarme a esas horas de la noche, supongo que no sabia donde estaba su "jefe" ni que era lo que me aguardaba ahí.
Quizás pensó todo el tiempo que realmente Terry había enviado por mi, y que el tenia la "obligación" de salvaguardar mi buena conducta. ¡Ja! Si supiera lo que vía sobre el escenario… mis fantasías pueden calificarse de castas comparadas con eso.
Cuando llegue llorando y subí al automóvil, le pregunte si sabia quien era Karen Klaise, esos segundo de turbación que atravesaron por sus oscuros ojos no me pasaron desapercibidos, no dijo nada, se limito a llevarme a la mansión, su silencio era la peor respuesta al fin había descubierto el "secreto de William", condujo mientras yo lloraba mi doble desgracia. Fue Albert "sin apellido" quien siempre estuvo conmigo, pero a William A. Andrew yo no lo conocía y esa noche, se me presento tal cual era.
Neil y yo nunca hablamos sobre lo sucedido aquella noche, nos limitábamos a desgarrarnos, a follar, coger, amar o como se le pueda llamar, hicimos recorrido por todos esos significados, despacio, lento, con furia, de prisa, acompasado y arrebatado, con ardor, con ternura, pero siempre con deleite.
¿Como culpar a Albert o a Terry? El sexo era algo adictivo, algo de lo que no se puede prescindir una vez que lo has probado y por todos los cielos Neal me volvió adicta a su sexo.
Comencé a desesperar a Albert, discutíamos porque era poco el tiempo que le dedicaba cuando se encontraba en Chicago, no soportaba estar en su compañía porque sabia que venia de los brazos de Karen apestando a su perfume escandaloso, sabia que traía su saliva y quien sabe que mas en sus labios, ¡Agh! ¡Que le aproveche! Tendría lobotomía en el cerebro si creía que yo iba a seguir rindiéndole pleitesía.
Al único al que me rendía y solo en la cama era a Neil.
La cafetería estaba casi vacía, el sonido de la lluvia y los relámpagos solo me provocaba suspirar mi soledad.
Salir con Terry me gustaba, estaba cortejándome descaradamente pero esto que siempre quise no me llenaba, el sabia que estaba comprometida con Albert ante todo el mundo pero solo de "palabra" y solo para demostrarle que dos pueden jugar el mismo juego "Lo que hace la mano, hace el de atrás" .
Aun así lejos de William, Terry me hacia la corte con su singular estilo encantador de caballero que en realidad desea no serlo ¡como me enloquecía! Que me tratara así… pero en nuestra adolescencia.
Se sorprendió cuando nos encontramos de casualidad en las calles de Nueva York y yo fumaba, se sorprendió de mi pensamiento liberal y de mi decisión de trabajar en esta ciudad enorme. Me divertía estar con el y salir a pasear pero no me era suficiente, sentía por Terry un infinito cariño pero no mas.
Eran casi 6 meses desde que deje Chicago. Dos apenas de que Terry se enterara de que vivía aquí y de que estaba trabajando en el hospital para niños desahuciados donde probaban técnicas y tratamiento novedosos para ayudarles a vencer las terribles enfermedades terminales. Era un trabajo arduo, demandante, el aprendizaje se daba todos los días, por eso decidí venir.
No me di cuenta, en que momento me enamore de Neil, mientras mantuvimos nuestra relación fui feliz y me bastaba pero cuando me entere de esta oportunidad única y decidí venir aquí, Número 1: Albert puso el grito en el cielo, por primera vez no estuvo de acuerdo en que me mudara a Nueva York por tiempo indefinido. Número 2: No se si porque Terry le hacia sentir pasos en la azotea y ¡oh casualidad! Viven en esta enorme ciudad o Número 3: por que aquí es donde tiene su nido de sexo con la Klaise.
Me importo un comino lo que pensara y por puro orgullo de hacerlo rabiar de aquella manera, después de darle largas y largas a la fecha del matrimonio -¡Ja! Ingenuo, sigue creyendo que eso algún día pasara- Ahora me voy dejando la fecha para… ¡sabrá el cielo azul celeste de sus ojos cuando! Y yo seguía poniéndome mas y mas preciosa, -todos los decían- y el mas y mas viej… "interesante" pues para mi dejo de serlo hace mucho.
Tome mis cosas y le cerré la enorme puerta "fina caoba roja" de la mansión, "Su mansión" donde perdí mi castidad, en su principesca nariz.
Estaba loco si cree que iba a decirme que hacer, no escuchaba a nadie menos iba a hacerlo ahora, ver su frustración me provoco un sentimiento de triunfo.
Neil me apoyo en mi decisión de irme, me dijo que "sabíamos" que eso pasaría, que me deseaba suerte y que esperaba que fuera feliz con la persona indicada. Luego se monto en su auto y se fue sin mirar atrás.
Verle las espaldas enfundadas en su traje gris, perfecto como un guate me provoco un deseo ardiente de ir tras el pero amarre mis pies, quizás el tenia razón y era tiempo de acabar.
Nuestra relación no era de esas de "eternamente, para siempre, juntos, forever" así que tome aire para calmar mi agitado corazón y seguí mi camino, que curiosamente me llevaba de nuevo a Nueva York, la ciudad donde radicaba Terry.
En mi viaje en tren descubrí cuanto le extrañaba y no habían pasado ni 24 horas siquiera de no verlo. Extrañaba verme en sus ojos topacio que me miraban de lejos con aquel brillo seductor que me llamaba a pegarme a su cuerpo, era como un imán que ejercía fuerza sobre mi, fuerza de atracción con la que tenia que luchar cuando compartíamos un mismo espacio lleno de otras personas, disimular y jugar a engañar a la familia y amigos solo lograba prendernos, cuando al fin conseguíamos estar solos, ardíamos sin control.
Puro y descarado deseo destilábamos, todos eran tan "puritanos" que me sorprende que no imaginaran que mi amante y la amante de Neil, pisaban el mismo suelo y se encontraban bajo el mismo techo en ese preciso momento en la casa del gran patriarca. Pero, como nos odiábamos pues…
¿Quién lo imaginaría siquiera? A veces bromeamos al mencionar que cara pondría Archie si lo supiera y entonces reímos a carcajadas, sobre Albert nunca hablamos, nunca, evitábamos el tema y hasta ahora se el por que.
Puro y descarado deseo veía en sus ojos, pero en cierto momento ese destello lujurioso cambiaba cuando me poseía, había algo dentro de ellos que me provocaba un calor justo en el corazón y me di cuenta de que el me amaba demasiado tarde, justo cuando me quedaba sola en mi departamento Neoyorkino y no podía hacer otra cosa mas que extrañarle con locura.
Descubrí recapitulando nuestros encuentros que no solo era deseo, el me amaba de verdad. El tiempo pasaba, me sumergía en el arduo trabajo y mas lo extrañaba, su cínica sonrisa ahora me resultaba la cosa mas sexy del mundo, la forma en como le gustaba poseerme de pie, por detrás, frente al espejo de cuerpo entero, y del deseo crudo pasaba al amor… cuando me besaba el cuello, cuando hundía su nariz en mi melena alborotada, susurraba cosas que no podía entender, me abrazaba con sus brazos y manos como queriendo que soportara sus furiosos envites, como deseando que no escapara nunca de el, me daba la sensación que temía ese momento, el momento en que tendríamos que separarnos.
Me obligaba a mirar, me enseño con el tiempo a perder la pena, a admirar mi propio cuerpo a conocer sus demandas, me enseño como era que me idolatraba secretamente, en nuestro sexo se convirtió en Amo luego en esclavo me dejo inventar mis gustos y mi ritmo, me di cuenta de que lo permitió porque me amaba y deseaba que yo lo amara a mi antojo, nunca dejo de amarme desde que pretendió tenerme por la fuerza hace tanto tiempo y por esa, por la madurez que nos viene con la edad a punta de golpes, es que me dejo ir, sin reclamos, ni explicaciones, solo me beso con desesperación, me deseo suerte y se marcho, dejándome así, completamente enamorada el.
El creía que yo nunca lo amaría, no a alguien como "el", un demonio condenado, quizás mas cínico que Albert, quizás mas oscuro que Terry pero nunca mentiroso, hasta que tuvo que dejarme ir.
En noches como esta la espera de otro día es larga y cruel rememorando sus besos, sus gestos, las palabras calladas no pronunciadas, el amor destilado por los poros tal como lo anhelaba yo en mis fantasías, cuando iba a imaginar que seria Neil que la hiciera realidad, como le extrañaba… El deseo y la necesidad de su sexo es tremenda, y aunque entre Terry y yo chispean las ganas de conocernos sin ropa cuando estamos solos, no es a el a quien yo necesito desnudo y rendido en mi cama.
El me desea a mi, y yo deseo hacer el amor pero con Neal, no cometeré la estupidez de mezclar mis sentimientos con mis deseos como lo hice con Albert en el pasado creyendo que el supliría a Terry. Terry no puede aunque quiera suplir lo que Neil me ha echo sentir, lo que me enseño con actos, quizás Terry siga amándome como siempre lo desee pero lamentablemente dejo pasar demasiado tiempo y se dejo vencer por sus deseos, yo no cometeré ese error.
Como olvidar lo que vivimos, como expresar lo que sentimos, tantos besos, tantos secretos y sexo, tantos sueños rotos que se fueron y cuantas nuevas esperanzas renacieron debajo…
Como le explico a mi corazón que tu no estas… no puedo sacarte de mi mente, ni de mi presente, en cada instante estas tú… Como olvidar, que te llevaste mi corazón cuando me dijiste adiós.
6 meses sin verte ni saber de ti, como quisiera verte llegar en este momento, bajo esta lluvia fría como aquel viernes… Como he de olvidar nuestra primera noche juntos…
Continuara...
*Sound Track
Como Olvidar - Olga Tañon.
(Versión balada)
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