A/N:Un pequeño One-shot, con nuestras protagonistas favoritas, que hoy ando así como romanticona.
Como siempre, los derechos pertenecen a sus creadores.
Espero que os guste,
Infamous21
Era de noche y la luna brillaba como ninguna otra cosa en el cielo, las estrellas la seguían con celo de su luz y la oscuridad buscaba el calor que su brillo le daba.
Pero para ella, había algo más hermoso y brillante justo a su lado, una persona con la que había aprendido a vivir y a la que había aprendido a amar.
Una persona que había sido su pasado, era su presente y sería su futuro.
Fate sonrió mientras cubría su desnudez con las sabanas revueltas de sus juegos horas atrás y miraba la hermosa cara de la joven que le acompañaba en la cama.
Su piel era como suave tela que calentaba su mano cada vez que la tocaba, sus labios caramelo que ella saboreaba como si fuera su dulce favorito y sus ojos...
Suspiro cuando miro sus ojos ahora cerrados, amaba los ojos violeta que la miraban con tanta intensidad que podían derretirla.
Esa era la que algunos conocían como Demonio Blanco, aunque para ella siempre era Nanoha Takamachi.
Su Nanoha Takamachi.
-Deja de mirarme así, Fate-chan.-susurro la bella durmiente.
Al principio Fate se sobresalto, pues no esperaba que estuviera despierta después de todo lo que habían hecho, pero así era, abrió sus preciosos ojos y la miro como si fuera la única cosa que le importaba en aquel momento.
-Nanoha...-susurro la rubia.
Nanoha sonrió, una de sus manos se levanto para acariciar la cara de Fate-chan y atraerla hacia ella en un beso que les hizo temblar y sentirse viva de nuevo.
Eso era lo que Nanoha hacía con ella, le devolvía la vida una y otra vez.
-Eres hermosa...-dijo sin poder detenerse.
Nanoha se sonrojo levemente antes de tirar un poco más de las sabanas para tapar su desnudez en un intento por ocultarla, porque aunque sabía que no hacía falta esconderse con Fate-chan, sus palabras la habían hecho sentirse débil.
Fate sonrió mientras apartaba sus manos de la sabana y mostraba su cuerpo a la celosa luna, a las estrellas, a la noche y a su pobre acelerado corazón.
-No debes avergonzarte.-dijo Fate.
-No lo hago...-respondió Nanoha.-...es que...
Fate asintió, recorriendo con una mano la línea de su cuello hasta el centro de sus pechos con una sonrisa al sentir el rubor en las mejillas de su compañera.
Amaba ese rubor...
La amaba a ella...
-Todo en ti es perfecto Nanoha, desde tu cabello cobrizo que tanto me gusta acariciar, hasta las piernas que cada noche adoro.-dijo Fate.
Nanoha tragó saliva, abrumada por las emociones y el tacto de Fate-chan que continuó acariciando su cuerpo bajando su mano hasta el estomago, donde miro con cariño antes de depositar un suave beso.
-Fate-chan...-susurro Nanoha.
-Te amo, Nanoha.-susurro la rubia.
Nanoha la miro mientras Fate depositaba la cabeza sobre sus piernas y entrelazaba sus dedos, perdida por completo en el aroma que ella desprendía.
-Yo también te amo, Fate-chan.-dijo Nanoha.
Nanoha le acarició el cabello suavemente, agradeciendo silenciosamente el día que consiguió sus poderes mágicos.
El día que conoció a Fate-chan.
Sonrió ante el recuerdo mientras bajaba sus labios y besaba su cabello para después levantar sus cara de sus piernas y depositar un suave beso en sus labios.
-Vamos a dormir.-dijo Nanoha.
-Si.-contesto Fate.
Fate-chan espero a que Nanoha se tumbara en la cama para después tumbarse a su lado y apoyar la cabeza en su hombro para susurrarle al oído.
-Gracias por no dejarme sola, Nanoha.
Nanoha la miro y sonriendo, deposito otro beso en su cabeza antes de abrazarla y susurrarle en respuesta.
-Gracias por existir, Fate-chan.
Y allí, en la cálida noche de verano, una suave luz, más cálida y más brillante que la de la propia luna, emergió de los dos cuerpos que abrazados, juraron amor eterno en sus sueños.
