Una aclaración, mi anterior cuenta fue cancelada por razones desconocidas, la página simplemente dejó de funcionar y me borró TODOS mis fanfics, pido mil disculpas a todos los que estaban leyendo mis fics. Trataré de ser lo mas rápida posible y me pondré al corriente con los capítulos y actualizaciones. De antemano les pido una disculpa a todos.

¡Hola a todos! Heme aquí con mi primer adaptación a un fic, y es nada más y nada menos que un SasuHina. ¡Siii! Espero que les guste, cabe decir que es una de mis historias favoritas, y es por eso que decidí hacer una adaptación de ella en el fandom de Naruto.

La historia —claramente— no me pertenece, ésta es de la fabulosa Mrs. Valensi. Abajo les dejo el link al profile de la escritora para cualquier duda o pregunta. ¡Todo el crédito a ella! Yo solo quise dar a conocer a más gente su grandiosa historia.

Resumen: Dicen que de la amistad al amor hay un solo paso. Sin embargo, en muchas ocasiones, un paso no es suficiente. Sobre todo si sabes que tu mejor amigo nunca podría fijarse en ti. Pero… ¿será siempre así?

Advertencias: AU (Alternative Universe) & posible OOC (Out Of Character).

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, éstos son del mangaka Masashi Kishimoto, yo simplemente los tomé prestados para darle vida a ésta historia.

Todo esto es sin fines de lucro, solamente es un fic de Fans para Fans. Enjoy it!

Mrs. Valensi. .net/u/984129/MrsValensi

Casi Platónico

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Capítulo I:Introducción.

(Hinata's POV)

Me aseguré otra vez de haber cogido todos mis libros y salí apresuradamente de mi habitación, teniendo cuidado de no tropezar con todas las cosas que estaban esparcidas por el camino. Tuve que saltar un par de zapatos que Ino había dejado esparcidos cerca de la mesa de centro del salón, y tuve suerte de no golpearme con el sofá. Cada mañana era una odisea; después de todo, la convivencia en un piso entre tres mujeres desordenadas no era algo sencillo.

Corrí a la cocina, donde pude tomar algunas galletas cuyo sabor, en aquel momento, me resultó desconocido. Luego, tomé mi llave y salí del apartamento, cerrando la puerta detrás de mí con un ruido sordo. Llame varias veces al ascensor, pidiéndole, vanamente, que por favor apresurara su marcha. Cuando por fin llegó, entré dentro de él, comiendo aún una de las galletas que había tomado antes de salir, que resultaron tener gusto a limón. Avancé a trompicones cuando el ascensor se abrió con lentitud y empujé la gran y desvencijada puerta de entrada. Allí, como venía sucediendo desde hacía ya un par de días, un Camaro negro estaba esperándome, estacionado sobre la calzada. Con torpeza, me metí dentro del coche, cerrando la puerta detrás de mí y disfrutando del cálido ambiente que se percibía dentro. Bendita calefacción.

—Per-Perdón por llegar tarde. N-no podía en-encont-trar los libros de filosofía p-por ningún l-lado, e Ino-chan decidió que e-era un buen d-día para dejar t-todos sus z-zapatos por la s-sala… —me excusé torpemente, mientras miraba a mi acompañante.

Él soltó una varonil carcajada.

—No te preocupes, Hime —me respondió, suavemente, Uchiha Sasuke—, todavía es temprano.

Sasuke era mi mejor amigo desde que tenía uso de razón, junto con Kiba y Shino. Tenía, al igual que yo, diecinueve años; por lo que habíamos estado en el mismo curso durante toda mi época escolar. Su piel era blanca y cremosa, del color del marfil. Tenía el cabello negro, como la mismísima noche, que contrastaba perfectamente con su piel, y unos ojos afilados del mismo color. También era mucho más alto que yo —Le llegaba al pecho—. Era una persona seria y —algo— arrogante, además de muy seguro de sí mismo. Todo lo opuesto a mí, ya que yo era una persona sumamente insegura. En lo único que nos parecíamos era en lo callados; Quizás por eso, aún ahora que nos encontrábamos en nuestro segundo año de la universidad, estábamos tan unidos.

El viaje transcurrió rápidamente, por aquella manía que tenía Sasuke de conducir a una velocidad anormal. En un principio, cuando sus padres le acababan de dar su coche, yo no hacía otra cosa que cerrar los ojos y aferrarme al asiento. Sin embargo, años después, me había terminado por acostumbrar; incluso, aunque no lo admitiera, me resultaba una sensación bastante placentera.

Llegamos al imponente edificio de la Universidad Konoha, donde ambos estábamos estudiando. Él estaba en el departamento de Business, deseando convertirse en un profesional tan bueno como su padre, para así hacerse cargo de su empresa junto con su hermano Itachi; mientras yo, por mi parte, estaba en el departamento de medicina. Ingresamos en el campus y comenzamos a caminar a la par de varios estudiantes que también se dirigían hacia dentro de aquella descomunal e increíble obra arquitectónica.

Cuando estábamos ya en el pasillo, Sasuke se volvió hacia mí.

—Nos veremos para el almuerzo, ¿de acuerdo? —me dijo, con aquella voz grave que poseía.

Le sonreí, mientras asentía.

Me dio un suave beso en la frente y comenzó a alejarse por el pasillo.

Lo vi andar unos segundos, sonrojada, y luego sacudí la cabeza, saliendo de mi burbuja.

Me adentré en la ajetreada multitud, hasta el sector que me correspondía. Tome mi bolso con fuerza y me metí entre un grupo de gente, que miraba los anuncios, para dar con la puerta del aula que me correspondía. Me acomodé en uno de los pupitres del fondo y, después de dejar mis cosas, escuché como alguien me llamaba.

— ¡Hina-chan! –me gritó Ino desde su asiento.

—O-ohayo Ino-chan —le respondí tímidamente.

Ino se encontraba entre mis compañeras de piso y era una de las pocas personas de secundaria con las que aún seguía en contacto. Tenía un cabello largo y lacio rubio, y unos brillantes ojos azules. Una barbie en carne y hueso. Era una joven sumamente alegre y extrovertida, que no temía decir lo que pensaba. Nada parecida a mí.

Las clases se sucedieron de forma amena, como usualmente pasaba. Amaba la carrera que estaba estudiando y, aunque a veces levantarse temprano y tener montañas de trabajo por hacer podía ser una verdadera molestia, me sentía feliz de tener la oportunidad de estar allí. Después de acabar la secundaria, todos habíamos tenido que decidir qué haríamos de nuestras vidas. Sasuke y yo estuvimos pensándolo bastante tiempo y, decididos a que separarnos no era una opción, nos mudamos a Tokyo. TenTen, una compañera de la secundaria, también se mudó con nosotros; sólo que, a diferencia nuestra, ella estudiaba en el apartamento de artes y ciencias, y se había asentado un año después de nuestra llegada, por problemas con su familia. Ino y yo habíamos alquilado aquel lugar en nuestro primer año en la universidad. En las vacaciones acogimos a TenTen, quien se había ofrecido a compartir gastos y todo ese tipo de cosas que se veían implicadas dentro de la emancipación de tres adolescentes.

Cuando terminamos con la última clase del día, Ino y yo salimos del salón para comenzar a andar por los abarrotados pasillos de la universidad. Cuando llegamos a la gran cafetería, empezamos a rebuscar con la mirada caras conocidas. Sin embargo, aquello no fue necesario: TenTen hacía señas con los brazos, dado saltos entre la multitud. Ambas nos reímos mientras nos acercábamos a nuestra amiga.

— ¡Creí que alguien me aplastaría! —comentó TenTen, mirando mal a un enorme muchacho que quería meterse en la fila donde todos esperaban la comida.

La joven en cuestión tenía veinte años recién cumplidos y estaba en el primer año de la universidad. Tenía el cabello castaño, y se lo peinaba en forma de dos graciosos chonguitos. Sus ojos, color chocolate, brillaban siempre alegremente. De hecho, era una persona completamente enérgica y llena de vida, aunque también tenía su carácter.

Las tres nos colocamos en la fila y esperamos pacientemente hasta conseguir nuestra comida. Luego, comenzamos a buscar la mesa que usualmente ocupábamos. Cuando llegamos, encontramos a siete personas sentadas en ella. Ino se sentó y depositó un beso en los labios de su novio, Sai.

Sai era un chico muy agradable —aunque algo extraño— que había compartido la preparatoria también con ambas. Al principio nos había extrañado su conducta tan… "particular", pero al final nos habíamos hecho muy grandes amigos. Había salido con Ino durante dos años en el instituto y, cuando ella le comentó que tenía pensado irse a vivir a Tokyo, él no tuvo que pensarlo dos veces antes de unirse a su viaje.

Otro de los integrantes del grupo era mi primo Neji, novio de mi amiga TenTen. Era una persona bastante seria y reservada —muy parecida a Sasuke—, y en ocasiones sumamente fría, a veces me preguntaba cómo es que TenTen-chan le hacía para combatir con la sequedad de mi primo.

Temari Sabaku no también estaba sentada allí. Por casualidades de la vida, ella también había acabado estudiando en la misma universidad; sólo que, a diferencia de nosotros, su familia le había regalado un apartamento para ella y sus hermanos, en su cumpleaños número diecinueve; por lo que vivía en un piso en el centro de la ciudad con sus dos hermanos. Tenía el cabello rubio y unos asombrosos ojos verdes esmeralda, además de un cuerpo escultural y un carácter sumamente decidido. Estaba estudiando con TenTen, solo que un año adelante.

A su lado derecho se encontraban su novio, Shikamaru Nara, un joven que a simple vista se veía era un flojo de primera y a todo decía que era "problemático", aunque también era sumamente leal y el mejor amigo que pudieses pedir. Y a su izquierda se encontraban Kankuro y Gaara, el primero, un joven que había estudiado en la preparatoria de enfrente —como sus hermanos— y que por azares del destino había terminado formando parte de nuestro grupo, al igual que los otros dos Sabaku no. Él tenía el cabello café y los ojos oscuros. Era sumamente gracioso. El segundo, un pelirrojo con unos ojos color aguamarina sumamente profundos, y de semblante serio. Pero sin duda, lo que más llamaba la atención, era su falta de cejas y un tatuaje que tenía del lado izquierdo en la frente del kanji del amor.

Me sonrió cuando me acerqué a él y me tomó de la cintura. ¿Qué no se los había dicho? Era mi novio, específicamente, desde hace tres meses. Se me había declarado un día a la salida de la universidad y yo le había dicho que sí.

— ¿Cómo estás, Hina? —murmuró contra mi oído, mientras depositaba un beso en mi mejilla.

—B-Bien —respondí un poco sonrojada, mientras me sentaba a comer junto a él.

Para completar el grupo, a mi lado se encontraba sentado Sasuke, comiendo en silencio. Cuando lo observé, me dirigió una suave sonrisa.

— ¿Cómo ha ido todo? —preguntó en un susurro, mientras Gaara seguía hablando con Shikamaru acerca de la tarea que les habían dejado en la facultad de leyes.

—Bien. ¿T-tus clases? —pregunté bajito, respondiendo a su encantadora sonrisa.

—Bien —respondió, encogiéndose de hombros—. Ya sabes, lo mismo de siempre.

Mientras Kankuro le comentaba algo a Gaara, me puse de pie. Todos me miraron, curiosos, menos Sasuke, quien se levantó de su asiento conmigo.

—Debo irme a trabajar —comenté, mirando mi reloj— no quiero volver a llegar tarde con Kurenai-san.

Ino se puso de pie y se unió a nosotros, pidiéndole a Sasuke que la dejara en la zona comercial de la ciudad, ya que nos quedaba de paso. Los tres comenzamos a andar por los pasillos de la universidad, hasta que alcanzamos la entrada. Avanzamos con velocidad por los extensos jardines del campus.

Los tres nos subimos en el Camarode Sasuke. Me senté del lado del copiloto, mientras Ino se ubicaba con comodidad en el espacioso asiento trasero. Con un suave rugido, el automóvil arrancó y Sasuke comenzó a avanzar por las calles con destreza. Cuando habíamos recorrido un tramo considerable, miré mi reloj y gemí con preocupación.

—Ya v-voy tarde… —murmuré.

Frenamos en un semáforo y lo observé de mala manera, echándole la culpa de mi retraso con una silenciosa mirada. En medio de mis lastimeros reclamos, sentí una mano sobre mis hombros. Sasuke me atrajo contra su pecho, mientras frotaba mi brazo de forma cariñosa.

—Tranquila, hime, no te dirá nada —me aseguró suavemente, mientras me apoyaba sobre su pecho—. Eres su mejor trabajadora, además de que te adora.

Le sonreí de forma tenue.

—Y-y también la q-que llega más tarde —afirmé, no sin cierta diversión en mi voz.

Sasuke sonrió de lado, para luego depositar un beso sobre mi frente. Después, justo antes de que volviera a enderezarse para seguir conduciendo, la rubia cabeza de Ino se asomó por el asiento trasero.

—Ustedes sí que van bien juntos, parejita—comentó la ojiazul, usando aquel sobrenombre que sabía que a ambos nos molestaba—. No entiendo por qué se empeñan en negar lo evidente —bromeó.

No pude evitar el sonrojarme por su comentario y el sacarle la lengua.

—No quiero romperle el corazón a Sabaku —aseguró Sasuke a modo de broma, sin darle demasiada importancia al asunto—. Sería demasiado.

Ino alzó los ojos mientras nos deteníamos sobre la calzada.

—Espero que algún día dejen de considerar mis palabras como un chiste—masculló, mientras abría la puerta del asiento trasero—. ¡En serio! —gritó, antes de salir del automóvil.

Sasuke se carcajeó suavemente, con aquella risa tan varonil que poseía. Yo me reí de forma casi fingida, mientras él arrancaba nuevamente.

Nuestros amigos tenían casi como costumbre hacer aquel tipo de bromas sobre Sasuke y yo. Después de todo, no sólo nos conocíamos desde muy pequeños, sino que siempre estábamos juntos. Nos parecíamos mucho; sólo que Sasuke era una persona fuerte, tanto física como psicológicamente, y siempre había adoptado conmigo aquel papel de hermano mayor sobreprotector. Ante aquella actitud —a la que nuestros amigos preferían etiquetar como la de novio celoso—, todos en nuestro grupo tenían la costumbre de bromear acerca de nosotros dos como pareja. Á él, a pesar de que nunca lo dijera de forma directa, le parecía algo absurdo. De hecho, aunque me costara admitirlo, a mí también me parecía imposible. No por mi parte, porque muchas veces se me hacía difícil esconder los eminentes sentimientos que tenía por mi mejor amigo; sino por él.

Después de todo, ¿qué podía hacer yo para enamorar a alguien a quiennunca podría interesarle?

Éramos mejores amigos, sí; pero en nuestro caso, aquello de que de la amistad al amor hay un solo paso era una gran decepción.

Mi mejor amigo no estaba interesado en las mujeres. Usualmente me negaba a pronunciar aquellapalabra en mi mente para definirlo, porque cada vez que la utilizaba sentía que algo dentro de mí se retorcía de dolor.

En nuestro caso, no había un solo paso, sino un abismo.

Un abismo que no podría cruzar nunca.

Estaba enamorada de mi mejor amigo gay; quien sólo en mis sueños me correspondía con la misma intensidad a todos los sentimientos que albergaba dentro de mí, deseando mostrarle que yo podía ser quien le diera todo lo que necesitaba, que conmigo podría ser más feliz que con nadie. Sin embargo, sabía que aquello no pasaría.

Sin dudas, el mío era un amor platónico.

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Bueno, he aquí el primer capítulo de ésta interesante historia.

Espero haya sido de su agrado, y que no me guarden rencor por eso de que Sasuke es gay, pero descuiden, al final habrá un final feliz…. ¿o no? Jajajajaja.

Bueno pues, cualquier cosa ya saben, púchenle al botoncito que dice "Review", nada me haría más feliz que leer sus opiniones.

Un beso y un abrazo… Se despide

Rika De Hiwatari
~La êspösa oficiâl dë Kai Hiwatari~

Eη εstε grαη y αηcho мuηdo ηo tεηgαs мιεdo dε αcεptαя cosαs ηuεvαs, pιηtαηdo sobrε ηuεstяos dolorosos pαsαdos… Sι εstαмos juηtos, no hαy ηαdα quε tεмεя… Sι εstαмos juηtos, no hαy ηαdα quε tεмεя

[[I Love Thε Mûsiic]]