Quiero aclar que esta histori no es mi es de otra persona solo me gusto y la quise poner aqui.

Fin de Semana con mis Suegros

Prólogo.

Lo había sabido desde el principio. Desde que había empezado a salir con ella, sabía que tarde o temprano tendría que pasar por aquella situación, pero lo que no esperaba era que llegara tan rápido.

Y hoy, cuando May llegó con una sonrisa inocente (aquellas que logran convencer a cualquiera, en especial a mí) sabía que algo no andaba bien. Para que ella se apareciera a las nueve de la mañana con una de esas sonrisas y me despierte con el desayuno en cama, algo quería.

-Ash, hay algo que quiero decirte…- había empezado mientras yo comía una tostada. Vi que se mordía su labio inferior mientras sonreía. La miré fijamente.- ¿Sabes que día es hoy?

-Creo que,- traté de hacer menoría.- jueves ¿no?

-Exacto, ¿y… eso no te recuerda a nada?- dijo. Esperó unos minutos en los que traté de recordar alguna promesa o algo, pero nada vino a mi cabeza por lo que negué.- ¡Iremos a casa de mis padres!

Exclamó alegremente mientras yo abría la boca de incredulidad y la tostada a medio comer que estaba en mi mano caía al plato. No era posible, no era posible que "ese día" hubiera llegado. No, debería ser una pesadilla.

-¡¿Qué?- la tan esperada reacción de mi parte llegó. May borró todo rastro de su sonrisa.

-Ash, prometiste que el primer fin de semana del año, iríamos a visitar a mis padres.- dijo seriamente.

-¿Yo prometí eso Pikachu?- pregunté por lo bajo, cosa que May logró escuchar. Mi pokémon y mejor amigo asintió. Ese sería mi fin.

-Mañana pasa por mí a las ocho de la mañana, papá estará muy contento. Nos vemos.- y tras despedirse con un simple roce de labios salió disparada por la puerta.

Me dejé caer sobre la cama.

Ese sería el fin de semana más largo de mi vida. Desde que May le había dicho a sus padres que éramos novios, la actitud de Norman para/conmigo cambió totalmente. Quizá por el hecho de que lo había alejado de su única hija, cosa que no había sido mi intención. Ahora Norman, se había convertido en el señor Balance, para mí.