Ya era invierno una época hermosa para algunos y una época asquerosamente horrible para otros. Pero este invierno era especialmente helado jodidamente más helado de lo esperado, Draco apenas aguantaba el frio en esa época y eso que usaba bastante ropa encima para disminuir el frio que apreciaba su cuerpo.

Ya era de noche y sus amigos le habían dejado solo en el bosque y la serpiente no sabía cómo exactamente regresar al castillo para ser más sincero consigo mismo estaba totalmente perdido, ya estaba cansado de dar vueltas por todo el maldito lugar sin encontrar el camino correcto hacia el castillo, así que decidió tomar un breve descanso, sentándose debajo de un árbol el cual estaba rodeado de nieve. Apenas toco la fría nieve sintió como esta humedecía sus pantalones y su piel se erizaba al sentirla, ignorando todo esto comenzó a quedarse dormido y eso definitivamente no era nada bueno.

Harry había salido durante todo el día, logrando volver bajo la hermosa hilera de nieve y el cielo despejado y lleno de estrellas de noche, esa salida solamente la había hecho para relajarse, dejar de pensar, dejar de ser por solo un día el héroe que todos querían y lo había logrado se sentía bien al no ser el héroe de todos, pero por una extraña razón sentía que algo le faltaba en su vida, algo inexplicable, algo extraño, un vacío que no le agradaba para nada. Estaba volviendo al gran edificio de Hogwarts por el bosque, ese gran bosque que ya se sabía de memoria y eso era porque siempre lo utilizaba para escaparse de sus amigos era el único lugar donde no lo seguían y era la única forma en que lograba salir solo.

Ya llevaba un buen rato caminando por el bosque cuando diviso una cabellera rubia entre la nieve, se detuvo en seco y pensó — es que ahora Malfoy le seguía y además de eso le quería atacar o molestar — en ese momento se percató, desde cuando reconocía tan bien la cabellera del dragón, ignorando todas sus preguntas retomo nuevamente su caminata, pero esta vez esperando el ataque del rubio, camino un poco más hasta no ver la cabellera siguió caminando mucho más, se detuvo completamente en seco esperando unos minutos más esperando el ataque pero este nunca ocurrió.

Corrió nuevamente hacia donde había visto la cabellera, resbalando un par de veces por la nieve, cuando llego al lugar Harry quedo bastante sorprendido no se esperaba eso, no esperaba ver a la serpiente cubierta por nieve de pies a cabeza y totalmente dormida, sus sentidos en ese minuto reaccionaron totalmente alertados estaba dormido, rápidamente se acercó a él para tocar sus mejillas comprobando su mayor miedo estaba helado más que helado estaba congelado, apenas y lograba sentir su pulso y eso, eso lo hiso sentir mucho más miedo del que había tenido en toda su vida.

El león sentía como su corazón palpitaba a cada segundo sacando sus conclusiones, sin esperar mucho más comenzó a quitar la nieve totalmente desesperado del otro cuerpo y mientras lo hacía pasaba sus manos totalmente despreocupadas de las zonas en que lo hacía causando que el rubio por la brusquedad se despertara.

Apenas con una voz ronca la serpiente le hablo —Potter ¿Qué haces aquí?— eso era lo único que había logrado decir.

Harry se había detenido al oír eso mirando al chico con un brillo en sus ojos que juraba la serpiente nunca a ver visto en nadie y sintiendo como su corazón palpitaba un poco más fuerte, notando como el castaño volvía a su trabajo.

—No hables Draco, solo mantente despierto y no te vuelvas a dormir — fue la única respuesta que recibió en ese momento, notando un tono de preocupación en sus palabras.

El dragón miraba atentamente lo que hacía el castaño, asimilando en la situación en la cual se encontraba, comprendiendo porque sentía tanto sueño y pensando que lo más seguro estaba pasando por una hipotermia y por eso su cuerpo no le respondía.

Volvió a cerrar sus ojos lentamente y apenas logro hacerlo sintió como el león le gritaba desesperadamente nuevamente

—Draco vamos despierta, no te duermas, ¡Draco! — grito finalmente su nombre haciendo reaccionar al rubio, logrando que lo mirara a los ojos, Harry abrazo al rubio dándole un poco de su calor corporal, no logrando lo deseado, se separó mirando fijamente a los ojos —Escúchame Draco, te cargare para llevarte de vuelta a Hogwarts, no estamos tan lejos y apenas lleguemos no te dejare solo, me quedare contigo hasta estar seguro de que te encuentras bien —y apenas termino de pronunciar eso le ofreció su espalda al rubio.

La serpiente totalmente sorprendida por sus palabras y tratando de asimilarlas no dudo en un segundo en él y con la mínima fuerza que tenia se subió con ayuda del león a su espalda, este acomodo al rubio dándole una mejor posición y sosteniéndolo firmemente de las piernas, así comenzando su regreso a casa, con una caminata bastante acelerada.

— ¿Por qué me ayudas?— fue lo que le pregunto el rubio al castaño con un hilo de voz intentando mantener consiente y concentrado.

—porque lo necesitas, me necesitas, yo te necesito conmigo Draco, así que cuéntame lo que sea pero mantente despierto y conmigo—termino diciendo el león.

El dragón asimilando la orden del castaño comenzó —cuando yo tenía 5 años mis padres eran increíbles, siempre estaban conmigo y jugábamos mucho, pero apenas cumplí 10 todo cambio mi padre quería que yo fuera el mejor, el mejor en todo y cuando yo fallaba en una sola cosa él me golpeaba, mi madre siempre lo intentaba detener pero no podía hacerlo, cuando terminaba de hacerlo ella solo se acercaba, me abrazaba y me consolaba. Cuando me aceptaron a Hogwarts todo cambio a un más… recuerdas el día que nos conocimos en el callejón diagonal Harry, ese día en la sastrería cuando nos probábamos los trajes, me caíste bien apenas nos vimos, de echo solo te tengo algo de envidia, el de tener unos amigos que siempre estarán contigo, personas que confían y te quieren por todo — el dragón se detuvo unos segundo para respirar un poco aguantando un poco esas lagrimas que resbalaban por sus mejillas, cubriéndose con el cuello del dragón para así ocultar su vergüenza y continuar hablando — mi padre me obligo a unirme a Voldemort, yo no quería, pero ese hombre amenazó con matar a mi madre y yo no tuve más remedio que aceptar — eso hiso que el león se detuviera en seco y pensara por unos minutos, continuo caminando esperando escuchar la voz del dragón, cuando diviso el castillo

—Draco mira ya estamos cerca, ya se ve Hogwarts al frente — termino diciendo, para luego mirar al dragón que tenía en su espalda, el cual yacía dormido en su hombro, en ese momento el corazón del león se detuvo y todos sus sentidos le ordenaron una sola cosa correr, eso hiso corrió lo más rápido que podía evitando caer a cada segundo llegando al castillo evitando la enfermería y llevándolo al cuarto que utilizaba cada vez que llegaba tarde al lugar para dormir, abrió la puerta desesperadamente cerro rápidamente la puerta con seguro, encendió la chimenea y deposito al dragón en el sillón cercano para que empezara a absorber el calor de esta, saco ropa seca del mueble que tenía en ese cuarto y apenas volvió a acercarse al rubio comenzó a quitarle la ropa mojada de este sin pensarlo.

Al sentir el movimiento de su cuerpo y el calor que le proporcionaban, el rubio comenzó a despertarse, viendo como Harry le quitaba todas sus prendas mojadas tirándolas a algún lado y luego secarlo un poco para luego ponerle ropas más secas.

Apenas termino de abrigar al dragón, Harry se alejó y se quitó su ropa mojada, apenas termino con el tomo algunas cobijas, se acercó nuevamente al dragón sentándose a su lado y abrazándolo, junto que lo rodeándolo con una cobija para así darle más calor a ambos.

Ya era la mañana del domingo y el Dragón despertaba lentamente intentando averiguar en qué lugar se encontraba, analizaba el lugar con la mirada hasta que se encontró con la mirada del león, provocando que recordara todo lo ocurrido.

El dragón miraba la situación sorprendiéndose de cómo sus cuerpos estaban juntos, entregándose calor mutuamente. Logrando sentir un calor reconfortante que lo hacía sentir cómodo, protegido, un calor único que le gustaba, volvió a cerrar sus ojos esta vez disfrutando mucho más esa sensación y acomodándose más cerca al otro cuerpo y su único pensamiento que cruzo por su cabeza en ese momento fue que "si moría por favor que fuera justo en ese momento".

De un momento a otro sintió como le acariciaban el cabello lentamente, recordándole a su madre y a sus caricias reconfortadoras, volvió a abrir los ojos estas ves encontrándose con unos ojos verdes que lo miraban atentamente y sintiendo como su corazón se detenía con solo verlos.

Ninguna de los dos quitaba la vista del otro esperando quizás algún movimiento o algo que les demostrara que les desagradara del otro pero lo único que lograron fue que sus labios se unieran dándose mutuamente otro tipo de calor, un calor suave, un calor tímido, sintiendo como el león le entregaba una acaricia suave a su mejilla causando un cosquilleo en su piel.

Abrieron nuevamente sus ojos, viendo ese hermoso brillo en ambos ojos, para luego volver a acercarse y besarse nuevamente, entregándose nuevamente a ese latido que tanto les agradaba y lograban sincronizar.

En sus mentes solo había una palabra para ese momento amor, los dos se sentían amados, los dos se correspondían, una leve sonrisa salió cuando se separaron, mirándose nuevamente sin decirse nada, uniéndose nuevamente en un beso a pasional, que los hiso temblar a ambos en el lugar. Harry tomo de la cintura al rubio apretándolo y acercándolo más a su cuerpo, mientras que el dragón se ponía sobre el castaño, logrando que el otro le gruñera al sentir la fricción que ambos provocaran.

—No hagas eso Draco — dijo Harry mientras soltaba un poco su agarre

— ¿Qué cosa? — Dijo moviendo sus caderas hacia adelante, logrando sacar del otro un leve gruñido de placer — ¿eso? —pregunto el Draco entretenido con su travesura, sabiendo que los dos se encontraban en la misma situación, sus miembros estaban por igual de erguidos, pero atrapadas por la tela.

—Sí, eso, no lo hagas Draco — intento ordenar Harry recibiendo, nuevamente otra descarga de placer en su cuerpo, cuando el rubio movió nuevamente sus caderas.

—Mírame Harry — ordeno Draco, viendo como el león le miraba hambriento de él, logrando subir su nivel de lujuria —creo que ambos sabemos que es lo que debe pasar y creo que ambos hemos esperado mucho este momento, solo por esta vez dejemos nos llevar —soltó al final uniendo nuevamente sus labios con pasión y deseo.

Harry se sentó mientras besaba al rubio con pasión, logrando sacarle esa camiseta la cual le cubría hasta lo muslo, no recordaba la razón de por qué solo lo dejo con esa camiseta y su ropa interior pero se lo agradecía mentalmente, la ropa de ambos desapareció rápidamente, mucho más rápido de lo que se esperaban, ambos estaban sentados.

Draco tenía sus piernas rodeando la cintura del león, mientras este le mordía, lamia y acariciaba por todos lados, y es que Harry no podía evitar perderse en la piel de la serpiente, la cual era tan blanquecina como la nieve, no podía evitar dejar sus marcas por ese cuerpo, no podía y no quería dejarlo ir, se aferraba cada vez a ese sentimiento dejando que lo dominara por completo.

El dragón gemía a cada instante, sintiendo como con toques era llevado al éxtasis, sus miembros estaban libres friccionándose, lentamente bajo su mano para masturbar ambos, rápidamente empezó a masturbarlos a ambos rápidamente, sintiendo como el león se detenía para ayudarlo, Draco no podía evitar mirar al castaño frente a él que lo miraba de la misma forma, se estaban comiendo, Draco lo beso nuevamente con vehemencia, soltando un gemido de satisfacción, ambos se separaron nuevamente, sonriéndose y besándose.