El misterio del lirio

Como llegue y me fui

Han pasado 10 años desde la segunda guerra mágica y parece ser que las cosas al fin están volviendo a tomar tranquilidad. Los corazones que sufrieron por sus pérdidas poco a poco iban disminuyen su dolor, la sociedad de los magos volvía a tener esa grandeza de la que antiguamente se jactaba y los jóvenes guerreros que pelearon en la guerra y los que fueron victima de ella estaban recuperando la felicidad que se les fue arrebatada. En especial un joven mago con una conocida cicatriz en forma de rayo.

Harry Potter, el niño que vivió y el adolescente que venció a Voldemort, hora todo un hombre se encontraba en su trabajo, en el ministerio de magia, por más que ese lugar no le traiga buenos recuerdos debía cumplir con su labor de jefe del escuadrón de aurores, cuando una figura brillante en forma de una graciosa nutria entró por su ventana.

"Harry, Ginny rompió aguas, la estoy llevando ahora mismo a San Mugus, me llevo a todos los niños. Ven directo para ahí, apresúrate" era el mensaje de Hermione. Muchos creerían que después de 2 nacimientos nuestro héroe estaría preparado, lamentablemente nos es el casos de Harry. Apenas termino el mensaje quedo procesando muy lentamente y con los ojos bien abiertos que su esposa estaba por dar a luz a su tercer hijo, menos mal que su mejor amigo Ron llego para despertarlo.

-¡Hermano despierta! Vamos debemos llegar rápido al sanatorio sino queremos sufrir un hechizo marca Ginny Waesley- fue el saludo de ron mientras levantaba a su amigo de la silla. Era bien sabido que la pequeña Waesley tenía un peligroso temperamento y su hermano no quería ser receptor de su furia.

Harry al salir de su estado catatónico solo pudo decir- Voy a ser papá, ¡voy a ser papá!, ¡VOY A SER PAPAAÁ!- con la sonrisa más grande que poseía. Luego de la tragedia familiar que vivió, el hecho de tener una familia como siempre soñó y que esta creciera era lo mejor que le podía pasar, además él tenía lo fuerte corazonada de que este era la niña que les faltaba y su intuición, casi, nunca le fallaba.

Al llegar los amigos a San Mugus fueron recibidos por todo el clan Waesley, incluyendo a Teddy, que esperaban ansiosos la llegada del nuevo bebé, o beba como había apostado George con Ron. Harry apenas tuvo tiempo de dar un saludo general porque Hermione se lo había llevado a la sala donde estaba Ginny, cuando entro comenzó el caos.

-¡HARRY JAMES POTTER! ¡SE PUEDE SABER DONDE RAYOS ESTABAS! ¡POR MERLIN, YO ACÁ SUFRIENDO POR LO QUE ME HICISTE Y TU VAYA A SABER DONDE ESTABAS!- fue el tierno recibimiento de la pelirroja, que por más que sea la tercera vez el dolor no cambia.

-Cariño tienes razón, soy un despistado, cuando me avisaron quede en blanco y tarde mucho en regresar, pero ya estoy aquí y te voy a apoyar en todo respecto a este nuevo bebé- fue la sabia respuesta de Harry, y es que después de 2 intentos de maldiciones en el primer parto y un golpe en la cabeza con el suero en el segundo, no le dio tiempo de llevar su varita, nuestro mago aprendió la lección de cómo tratar a una embarazada que está dando a luz.

Con la llegada del sanador empezó el arduo trabajo de Ginny, la cual seguía sus instrucciones mientras pulverizaba la mano izquierda de de su marido, otra de las cosas que aprendió siempre darle la mano que menos. Luego de mucho esfuerzo de parte de Ginny pudo escuchar el mágico sonido por el cual sería capaz de aguantar 10 veces más este dolor, mientras ella al fin respiraba en paz Harry no podía parar de sonreír y soltar algunas lágrimas.

-Es una hermosa y sana niña. Felicidades señores Potter- les decía el sanador mientras dejaba a la beba en brazos de la madre, que solo podía sonreír al ver a su pequeña. En el momento que estuvo en el pecho de su madre está dejo de llorar para abrir sus pequeño ver este nuevo mundo. Harry no cabía de lo feliz que estaba con su pequeña princesa, porque sí este diminuto ser se convirtió en el nuevo sentido de su vida, como lo eran Ginny el amor de su vida, James el cual con sus travesuras lo convierten en el niño que nunca fue, y Albus que lo recuerda tanto a él y trata de aconsejarlo como le hubiera gustado que hicieran con él, pero ella era distinta la tenía que proteger más, mimar más, por ella nacía un amor nuevo algo que nunca conoció y estaba ansioso por experimentar.

Ya en una habitación común la pequeña Lily Luna Potter era rodeada por su hermanitos mientras estos la observaban. Por sus cabezas pasaban distintos pensamientos Teddy, el cual era considerado como otro hijo, estaba maravillado con lo chiquita y tierna que era, le recordaba mucho a las muñecas francesas de porcelana de su mejor amiga Victoire y pensaba que debía tener el mismo cuidado que con ellas.

James, estaba feliz con su nueva hermana pero le decepcionaba que tuviera que esperar a que creciera para que le ayude a jugarle bromas a Albus, pero se compuso pensando que mientras vaya creciendo le iría entrenando para ser una de las mejores bromistas, después de todo era su hermana favorita desde ahora.

Albus tenía un rostro serio, muy raro en un niño de su edad, porque a pesar de contar con solo 2 añitos se dio cuenta de la situación, ya no era el menor, ahora era un hermano mayor, como le había explicado su papá cuando les informo de la llegada del nuevo miembro y al igual que esa tarde juro solemnemente cuidar a su hermanita para que no sufra ni sea víctima de las bromas de su hermano, como lo era él.

Luego de un tiempo a solas para la familia, fue el turno de todos los demás que estaban ansiosos por ver a Lily. Ron y Hermione, con su hija Rose de 2 años y el pequeño Hugo de 2 meses de vida, George con sus mellizos Fred, que por su sonrisa pilla estaba tramando algo mientras se acercaba a su primo favorito James, y Roxanne de 3 años, Angelina estaba de gira con su equipo de quidditch. Percy y su esposa Penélope, con sus hijas Molly de 5 y Lucy de 4, Charlie que traía un enorme oso con forma de dragón, que comparado al que traía Kingsley Shacklebolt parecía chico, está de más decir lo emocionado que estaba Kingsley por ser, por primera vez, padrino y al creer/apostar que era una niña las opciones de lo que le podía llegar a regalar lo entusiasmaba en demasía. La madrina Luna mando una lechuza disculpándose por no poder estar debido a que se encontraba en una expedición muy importante pero que le enviaba un dije de cristal con forma de luna porque según ella la pequeña es como la luz de luna que ilumina el camino en las noches más oscuras de cualquiera que se encuentre con ella, Luna como siempre con sus frases raras pero a la vez tan ciertas. Solo faltaba Billy, Fleur ya se encontraba ahí con Victoire de 9 años, que se dirigió hacia su mejor amigo para poder aprecia mejor a su prima y estar cerca de su mejor amigo, Dominique de 3 años y Louse de 2 años, como todas las mujeres, y la mayoría de los hombres, estaban hablando de las cualidades de la pequeña pero todos estuvieron de acuerdo de que la niña era la combinación perfecta entre su hija y la madre de Harry, Lily Evans Potter, con su cabello pelirrojo fuerte como su abuela pero con algunas pecas en la nariz y el tono de la piel como su madre. Como habían dicho los abuelos Waesley la perfecta combinación que al crecer sería más obvia y que al ser uno de los pocos que la conocieron podían dar fe de ello. Lo que más encantaba a Harry de ella eran sus ojos que eran, para él, un recordatorio de su amor por Ginny, una fusión del castaño de su esposa y el verde de él formando un marrón verdoso.

A los pocos segundos de finalizado el debate apareció, junto con un sanadores, Billy el cual fue recibido por una reprimenda de su madre.

-¡Billy se puede saber dónde estabas! ¡Todos estábamos preocupados por tu hermana y vaya a saber dónde estabas tú!- Le dijo con su clásica postura erguida y sus manos sobre su cintura. A Harry ese reclamo se le hizo muy familiar pero aguanto las ganas de reír por respeto a su cuñado y porque Ginny todavía estaba sensible, es decir, que por cualquier descuido suyo puede salir mal parado.

-Tranquila mamá, sabía que Ginny estaría bien y si igual quieres enojarte desquítate con tu adorado yerno, que por él me retrase- finalizo Billy para acercarse su hermanita y darle un beso sabiendo que su madre no le diría nada si era para ayudar a Harry, todo el mundo era conocedor que Molly Waesley a doraba a Harry.

-Es cierto Molly, yo le pedía a Billy un favor especial, lo trajiste- le pregunto a Billy mientras se acercaba a él, este sacó un especie de estuche de su bolsillo y se lo paso a Harry. Todo el mundo estaba intrigado por saber que era y ser acercaron lo más que podían a la cama de Ginny donde Harry se encontraba abriendo el estuche. En él se encontraban 2 muñequeras de cuero y 3 cadenas, 2 de oro pero una se notaba más grande como para un hombre y la otra de una especie de oro blanco, tanto las muñequeras como los dijes de los collares tenía el escudo de la familia Potter fusionado con el de la familia Waesley.

-¡Oh! ¡Hagi quedagon preciosos!- Fleur que era una de las encargadas de guardar el secreto y de ayudarle en elegir según ella "la mejore piezas" estaba desesperada por ver el trabajo terminado.

-Desde que supe del embarazo quise darle un regalo a toda la familia, pero uno especial que nos una como la familia que somos. Así que mande a hacer estos escudos con piezas de las joyas de la bóveda Potter. Billy me ayudo con la intervención con el joyero de los duendes, él fue el encargado de hacerlos y Fleur me ayudo a elegir las piedras y metales para cada uno, los diseños son míos- Harry se sentó en la silla que había en el cuarto y le hizo seña a James y Albus para que se acerquen- Creí que les gustaría más estas especies de muñequeras, la tuya James es parecida a una que tiene ese cantante de rock muggle que tanto te gusta y es de color marrón rojizo como tu cabello- el pequeño admiraba el escudo de su familia, fascinado con la figura del león que imponía respeto, mientras que los demás admiraban todo el regalo, sobretodo Dominique-Albus la tuya es negro también como tu cabello, los escudos se pueden quitar por si la mayas se rompen o se arruinan, es a su gusto. Teddy me tome el atrevimiento de mandar a hacer uno igual para vos pero con los escudos de la familia Tonks, Lupin y Potter, lamentablemente con tarde en conseguir una copia del escudo de los Lupin estará un poco retrasado pero apenas llegue te lo daré, recuerda que también eres parte de la familia hijo- Teddy, que sabe bien que su padrino lo ama como a un hijo, no pudo evitar darle a Harry una mirada llena de agradecimiento por llevar esta insignia, o solo es parte de la familia Potter también es un Lupin/Tonks- Muchas gracias padrino- fue incontrolable para él, que apenas estaba aprendiendo, que su cabello cambiara a negro azabache y sus ojos dorados pasen a tener una pizca de verde.

- El de Ginny es parecido al mío solo que en un estilo más femenino, son de oro y los dijes tienen pequeñas piedras de rubíes y esmeraldas – luego de colocarse su collar y el de Ginny, le tocó a la pequeñita de la familia- El de Lily es de oro blanco y su dije es parecido a los nuestros- mientras explicaba todo esto le ponía su collar a la bebé, la cual quedó maravillada con el brillo de la cadena de su padre.

-Disculpe la molestia señor Potter pero tenemos que llevarnos a la niña para revisarla cuando terminemos la volveremos a traer- mientras una de las ayudantes del sanador se llevaba a Lily él se encargaba de revisar a la madre- Muy bien señora Potter es mejor que pase la noche en observación pero estoy seguro que mañana ya podrán irse a su casa con su bebé- cuando termino de decir eso se escucha una gran explosión. Harry siendo conocedor que es, tuvo miedo, mucho miedo, ya que el ruido venía del sector donde llevaban a los bebés.

Sin ni siquiera decir o hacerles una seña Ron, Hermione y Harry corrieron con varita en mano hacia ese lugar, seguido de los demás. Al llegar solo vieron escombros, las cunas de los bebés estaban todas tiradas e incluso algunas destruidas. Entre los escombros algo se movía, más bien alguien, Harry la reconoció y enseguida fue a ayudarla impulsado por el terror que sentía por su hija.

-¡¿QUÉ PASO?! ¡¿Dónde ESTÁ MI HIJA?!- fue lo único en que pensaba, su hija, su princesa. Sus ojos que retenía las lágrimas que amenazaban con salir se veían nublados por una preocupación y un temor que jamás sintió, ni siquiera cuando se enfrentó a Tom.

-Se la llevaron, como a todos los demás… Ellos… rompieron la pared y los empezaron a agarrar… intente poner a la niña en un lugar seguro pero una mujer… salvaje… me la sacó de los brazos y luego me lanzó un aturdidor… lo siento… de verdad lo siento- termino con un fuerte llanto, pero a Harry no le importaba, estaba ido, duro como una piedra, solo podía pensar que su pequeña hija, su princesa había sido secuestrada y no pudo hacer nada para evitarlo.

Por el bosque entre los árboles y arbusto decidió esconderse mientras pensaba que hacer, jamás estuvo de acuerdo con esto. Si odiaba que las personas les trataran menos por estar infectados, porque sí, para ella eso era lo suyo una enfermedad que no tenía cura pero sabía que no era su culpa, como tampoco era culpa está niña ni de los otros bebés.

Cuando se unió a la manada de Atril Greyback creyó que él buscaba la igualdad para los de su especie, no que quería formar un ejército para imponerse al mundo mágico. Al contrario de su primo Fernin, él no se guiaba por una sed de sangre y destrucción, sino que actuaba meticulosamente. Es por eso que sabiendo que con la cantidad de sus miembros no tendrían oportunidad, así que, qué mejor que tener niño pequeños para educarlos y entrenarlos contra la sociedad que los rechazó y unos padres que los abandonaron por su condición.

Pero ella no quería participar de abominación, solo quería paz. Cada uno de la manada debía llevarse a un niño, se separarían para despistar a los aurores y luego se volverían a juntar en el lugar de siempre. Elle, como se llamaba o se empezó a llamar al haber sido abandona, estaba harta de todo de la manada, del prejuicio y del miedo. Hace años que pensaba esto y nunca se animó, hasta que vio a esa niña, la que lleva en brazos. La vio dulce, tierna e inocente y se pregunto ¿así me veía yo e igual me condenó a esta vida el maldito que me mordió? y se dijo que no podía hacerle algo que odio que le hagan a un ser como este.

Hizo lo único que estaba en sus manos, traspasando las barreras mágicas conocidas en los bosques, la llevo a la civilización muggle más cercana, en donde la dejo en la puerta de una cabaña que parecía muy acogedora. Y rezo, rezo que para que su nuevo destino en un mundo donde nunca se vio un ser como ella pueda encontrar la paz que tanto necesitaba, rezo para que esa niña tenga la familia que nunca tuvo y el amor que tanto añoraba y rezo una última vez a la luna para que esta niña y la familia a la que fue arrebatada algún día se encuentren y puedan perdonarla.

Bueno eso es todo por ahora. Espero que les guste y ¡recuerden depende de ustedes si sigo esta historia! ¡Besos y éxitos!