HOLA!

Bienvenidos a este mi primer FanFiction de Inu Yasha , la verdad, lo considero de lo más decentito que he escrito, así que espero que sea de su agrado, tanto como a mi me ha gustado el resultado...

Antes de que comiencen a leer, sólo quisiera aclarar un par de cosas, lads lineas,son divisiones de tiempo, de un día a otro... las Oooooooo... son divisiones entre una escena y otra, entre un escenario y otro, pero cuya acción, ocurre en el mismo día... sin más por el momento... COOOMENZAMOS!


Él un yokai temido por los pueblos, ella una princesa que con su presencia comprará la paz para su gente...+


-Que estos ojos observen, la verdad del origen de esta leyenda, la leyenda de InuYasha...

Sólo se oyen llantos y gritos de dolor y desesperación. Se acerca la luz del día, el cielo toma sus tonalidades, antes de que aparezca el sol de oriente.

Con la alborada sólo se pueden ver mejor los destrozos cometidos por la bestia la noche anterior. Pocas cosas son las que la gente puede rescatar de entre las ruinas, de las cenizas.

Los hombres comienzan a buscar entre los escombros, los jóvenes suben a la montaña e izan las banderas funerarias, todo el pueblo cava, para enterrar a sus muertos.

Aunque se sepa que ellos pasan a una mejor vida, es imposible no sentir pena por perder su presencia en la tierra. Todo mundo guarda silencio, ha llegado el peor funeral de todos: el del jefe del pueblo.

Mientras su cuerpo es cubierto con la tierra, una lágrima resbala por la mejilla de la única persona que hasta el momento había podido contener sus sollozos.

-¡Maldición¿Es que acaso tenemos la sangre maldita¿O porque esta bestia desgraciada ha venido nuevamente a atacarnos?

Y sin poder más, esta joven que había guardado su llanto y de pronto había explotado, desahogó sus sentimientos y toda la ira que la embargaba, hasta que ya no pudiendo mantenerse de pie, cayó al suelo, llorando aún.


Sentía el cuerpo pesado, sus párpados parecían estar pegados, por más que intentaba no podía abrir los ojos. Aunque más bien fuese el hecho de que se negaba a hacerlo, no podía continuar con una vida así.

La gente estaba reunida fuera de la casa principal, algunos se encontraban allí por verdadero dolor, otros, para saber de primera mano si ella se reestablecería.

Los monjes de la aldea comentaban entre sí:

-Su vida no ha sido nada fácil y ahora esto.

-Unos tiene que pasar las grandes pruebas que el resto de nosotros no podría soportar.

-O no podríamos imaginar.

-Primero fue su madre, que murió al darla a luz. Después su padre, durante el primer ataque del demonio Perro.

-Y ahora su abuelo.

Oooooooooo

Dentro de la habitación de la joven, una anciana preparaba una infusión, con dos varas de incienso al lado, el aire se llenaba del aroma.

Una vez que el brebaje estuvo listo, la vieja se arrodilló junto a la muchacha y recostó la cabeza sobre sus piernas, mientras que con la otra mano pasaba frente a su nariz un trapito mojado con el preparado que minutos antes había hecho la mujer.

-¡Izayoi! Despierta.

De golpe abrió los ojos, visiblemente agitada.

-Ya mi niña, yo te he llamado.

-¿Porqué?

-Estabas muy débil, por poco y logras pasar el umbral...

-Ya no quiero seguir, me hubieras dejado.

-No Izayoi, no... tú aún tienes una misión...

-No quiero.

-No te puedes negar.

-Pero si mi padre y mi abuelo no lo lograron¿Cómo esperas que yo lo lleve a cabo?


Era otro día y el sol salía nuevamente, todos se encontraban más tranquilos al saber que la joven Izayoi, ahora la dirigente por linaje y sucesión, estaba recuperada.

Todos trabajaban en la reconstrucción del pueblo y en ellos renació la esperanza, confiaban en que esta muchacha, con la ayuda de la sacerdotisa pudiera obtener la fuerza necesaria para acabar con la terrible bestia.


Un mes después del ataque, en el cielo comenzaban a brillar las primeras estrellas, los niños corrían a sus casas y se encendía el fuego sagrado en el templo.

Todo acontecía de manera normal.

Cerca de la media noche, cuando aún Izayoi se encontraba en medio de su meditación nocturna, un fuerte viento sopló, el cual hizo que las ramas de los árboles cercanos, chocaran contra las ventanas y paredes del recinto, aunado a eso, ella sintió como algo le recorría la espalda: unos terribles escalofríos, que rápidamente la sacaron de su concentración.

Visiblemente turbada, salió del salón en que se encontraba para dirigirse a su cuarto, no sin antes cerciorar que toda la casa estuviera cerrada. Una vez en su habitación, prendió un incienso de sándalo para que la relajara, se recostó y en menos de 5 minutos ya se encontraba durmiendo.

Oooooooooooooooooooo

Podía sentir el aire en su rostro, parpadeó varias veces hasta abrir sus ojos, cuando lo hizo se sorprendió fuertemente, pues recorría la cima de las montañas a gran velocidad, sólo veía una montaña tras otra y, muy de vez en cuando uno que otro poblado. Era un bonito sueño, siempre le gustaba imaginar que volaba, sólo había algo de extraño, sentía una opresión en su torso, como algo que la sujetaba, no sabía lo que era, pero cuando bajo la mirada vio algo blanco, tal vez eran nubes, era tan suave como el algodón, sin embargo, sabía que no lo era, al parecer, eso que la sujetaba era parte de un todo, de algo más; quiso saber que era, por lo que giró la cabeza, para fijar su mirada a la parte de atrás, cuando lo logró, se quedó sin aliento, vio esos ojos azules llenos de ira y crueldad, esa criatura era quien la sujetaba. Sin poder hacer nada más, soltó un grito desesperado.

Oooooooooooooooo

-¡Aaaaaahh!

Rápidamente se sentó, estaba sudando frío y no podía sacar de su mente la visión tan horrible de aquel ser; no percibía nada más de lo que había a su alrededor, sino hubiera notado que no habían pasado más de quince minutos, pues la vara que había encendido antes de caer dormida, aún no se había consumido por completo.

Sólo unos instantes después, irrumpió en su puerta una jadeante sacerdotisa.

-Señorita... El monstruo...

En ese momento, sus oídos se abrieron y pudo escuchar el rumor exterior: gente corriendo, gritando y exclamaciones de terror.

Sin decir nada, se levantó de manera automática y sin comprender totalmente a donde se dirigía, pasó junto a la sacerdotisa, fue hacia la salida de la casa y, una vez afuera, caminó contra la corriente de gente que corría desesperada, pues seguramente en esa dirección se encontraba la bestia. Detrás de ella, siguiéndola con dificultad, iba la anciana.

Al llegar frente al monstruo, Izayoi quedó horrorizada con la escena, el monstruo tenía en su hocico carne, la estaba comiendo y, en una de sus manos, sostenía a un bebé.

-¡Suelta a ese bebé!

La criatura, que no se había percatado de su presencia, ante el grito, fijo su mirada en la joven. Trago el bocado que tenía y caminó lentamente hacia la mujer.

Cuando llegó frente a ella, le tendió al bebé, ella lo tomó rápidamente, pero enseguida le reprochó.

-¿Qué es lo que quieres¿Porqué atacas constantemente a mi pueblo?

Con una voz profunda y ronca, el demonio le contestó.

-Yo no ataco, ustedes me provocan.

-¿Acaso venir e irrumpir en la tranquilidad, no es un ataque?

-Necesito comer.

-Puedes comer de la sangre de muchos otros.

-Tal vez.

-Aléjate para siempre de estas personas y a cambio, cada semana, en el claro del bosque depositaremos comida para ti.

En ese momento, logró arribar la anciana al lugar.

-Eso sólo es parte de lo que deseo.

-¿Qué más quieres? Dime y te lo daré, todo sea porque dejes en paz a este pueblo y a su gente.

-Te quiero a ti.

- ...

Izayoi, intuyendo lo que venía, se agachó y deposito en el suelo al bebé. Y sin más, con la misma mano en que había sostenido al bebé, el demonio sujetó a la joven, ella no tuvo tiempo de reaccionar.

-¡Noooo! – gritó la sacerdotisa.

Y de inmediato emprendió el vuelo entre las montañas.

Podía sentir el aire en su rostro, parpadeaba constantemente, pues esto le impedía mantener los ojos abiertos normalmente, cuando logró tener una mayor visibilidad, se sorprendió fuertemente, pues recorría la cima de las montañas a gran velocidad, sólo veía una montaña tras otra y, muy de vez en cuando uno que otro poblado. Sentía la opresión en el torso, por un momento había olvidado sus circunstancias. Giró la cabeza, sólo para fijar en esos ojos azules, pertenecientes a esa criatura que la había secuestrado y ahora la sujetaba y la llevaba por los aires.

De pronto, todo adquirió un nuevo sentido, recordó su breve sueño.

-Era un sueño premonitorio.

Cayendo en una nube de confusión y oscuridad, cerró los ojos, sin poder pensar en más. Se había desmayado.


Y bien? espero que haya estado claro sino, ahí les comento, para quien tal vez no lo captó muy bien... es un fanfiction sobre la madre y el padre de InuYasha... apenas comienzo a ver la serie, así que no se si en algún momento se ha dicho el nombre de su mamá, por lo que yo decidí ponerle Akasha... espero que haya sido de su agrado...

En cuanto al nombre del fic, la verdad no se me ocurrió ningún nombre mejor, si tiene uno, se aceptan sugerencias...

Cualquier duda, comentario, queja, aclaración, felicitación, propuesta de matrimonio o lo que sea... favor de dejarme un review. -

P.D. GRACIAS POR LEER!