Hola a todos. Soy AleOnLine y hoy les traigo una sorpresa. Empezare un nuevo fanfic. Aclaro que no abandonaré el de las ardillas, solo que los trabajare (o por lo menos trataré) de trabajarlos en paralelo. Ya dejare de aburrirlos, con ustedes mi primer fanfic sobre la película Zootopia. Por cierto, quiero hacer una pregunta, ¿Quieren ustedes lectores que agregue a mi personaje Martin? Lo editare para ver cómo ponerlo en la historia si desean. Por último, tal vez ponga en la historia ciertas cosas que me pasaron en la realidad, si quieren saber más sobre ello solo pregunten por mensaje privado.
Todos estaban emocionados. Era la última hora, del ultimo dia, de la última semana, del último mes y del último año de clases en la secundaria. Todos pero aún más lo estaba una persona, o mejor dicho una animal, llamada Judy Hopps. Judy era una coneja gris cuya altura no superaba los 70 centímetros y poseía dos grandes ojos color violeta y unas orejas largas que por dentro eran rosadas. Esos ojos más de una vez atrajeron a algún que otro macho en la secundaria, tanto de su especie como de otras, pero ella solo tenía como objetivo una cosa, ser policía; pero no solo una policía común, sino una policía capaz de resolver cualquier crimen, de salvar a las personas en las situaciones extremas pero, lo más importante, ayudar a los que menos tienen, a esas personas que trabajan del amanecer hasta el atardecer por conseguir por lo menos una pequeña ración de comida para sobrevivir. Vamos a empezar desde el punto en que toda esa fantasía de unirse a las fuerzas de seguridad comenzó lentamente a crecer.
Doce años atrás
En ese momento Judy tenía 6 años. Caminaba con su madre, Bunny, por las calles del pequeño pueblo de "La Madriguera" (in english "The BunnyBurrow"). Este, es un pequeño pueblo conformado por una enorme cantidad de conejos trabajadores que se encargan de plantar, en su mayor parte, zanahorias, aunque también tienen algunos campos de tomates, lechugas y cebollas. Judy miraba cada una de esas verduras, todas estaban bien maduras y recién cosechadas.
-Espero que puedas seguir junto con tus hermanos el gran esfuerzo que hicimos con tu padre para llegar a donde estamos.- Le dijo Bunny a su hija, la cual observaba todo con mucha atención y una sonrisa de oreja a oreja. Luego, salió corriendo a una pequeña cabina. Allí se encontraba Alex. Alex era un gran toro que poseía dos enormes cuernos, pelaje negro y ojos marrones. Él era el oficial de policía del mercado, su función en ese lugar es la de intervenir en los problemas que puede llegar a haber ahí.
-¡Hola Alex!- Exclamó Judy al entrar en la cabina con una gran sonrisa y corriendo. Luego se paró frente al toro.
-Hola Judy. ¿Qué te trae por aquí?- Preguntó él mientras la miraba con los brazos cruzados pero sonriendo. Poseía una placa brillante en el lado izquierdo del pecho que tenía una leyenda que decía "Policía de Zootopia" y tenía un uniforme compuesto por un pantalón azul, una camisa azul y, por supuesto, una gorra azul que en el centro poseía el escudo de la policía.
-No mucho, quería preguntarte que es lo que haces en tu trabajo. Me pidieron en la escuela que le pregunte a alguien sobre su trabajo pero el de mis padres es muy aburrido.- La niña miraba al toro mientras sonreía con sus ojos abiertos esperando una respuesta. Alex rió y le puso una silla a Judy para que pueda sentarse. La coneja entendió el mensaje y saltó sobre la silla para luego sentarse sobre la misma.
–Judy, lo primero que debes saber sobre este trabajo es que nunca sabes si volverás a tu casa, cada día que pasas fuera de tu hogar podría ser el último. Pero todo lo recompensa cuando ves la sonrisa de un niño cuando lo ayudas a recuperar a un familiar que desapareció o la satisfacción de un hombre cuando encuentras al hombre que le robó su mercadería.- Mientras Alex la miraba a Judy, ella estaba escribiendo todo en una hoja de papel que tenía consigo. Luego de terminar de escribir apoyó el lápiz en la hoja y siguió mirando al policía. –Lo más importante que debes anotar es que cuesta mucho llegar hasta aquí, pero no imposible.- Luego de decir eso, Alex se sacó su sombrero y se lo entregó a la pequeña coneja. –Que esto quede entre nosotros, pero puedes quedártelo. Ahora ve a casa que tengo que hacer un patrullaje.- Alex salió junto a Judy y luego comenzó a caminar por el mercado. Judy, sin embargo, se quedó mirando al toro por unos segundos y luego miró el sombrero. Era todo azul oscuro, además poseía una cinta negra que lo envolvía, una visera con un vidrio que era oscuro para que no moleste el sol y, por último, lo que más le llamaba la atención a Judy, era ese escudo dorado que estaba ubicado justo en el medio y que, además, era igual al que tenía Alex en el pecho. Además, poseía una estrella justo en el medio del mismo y una leyenda que decía "Policía de Zootopia". La conejita quedó mirando ese escudo dorado y brillante por varios minutos hasta que su madre apareció.
-Judy, volvamos a casa. Ya conseguí lo que vine a buscar.- Luego miró lo que tenía su hija en las manos. -¿Qué es eso?- Preguntó con un tono de intriga mientras la miraba a su hija.
-Nada, mama, solo un sombrero de juguete que me regalaron. Volvamos a casa.- Rápidamente tomó la mano de su madre y comenzó a caminar rápido hacia la camioneta con la que fueron al mercado del pueblo. En el camino, la niña no quito la mirada a esa gorra. Tardaron media hora en llegar hasta la granja de su familia. Al llegar, Judy bajó algunas cosas de la camioneta y luego subió corriendo hasta su habitación. Su madre, sin embargo, fue hasta la cocina.
-No se que le pasa Judy. Alguien le regaló un sombrero de policía y se pasó toda la tarde mirándolo.- Exclamó Bunny mientras acomodaba cuidadosamente en algunos estantes las cosas que había comprado en el mercado. Stew, el padre de Judy y esposo de Bunny, estaba leyendo el periódico mientras escuchaba a su esposa.
-Tranquila, linda, ya verás que se le pasará pronto. Recuerda que educamos a nuestros hijos para que mantengan todo tal cual está porque así está más que bien.- Bunny volteó y miro a Stew. Luego dió un largo suspiro.
-A veces creo que deberíamos dejar que los niños aprendan algo nuevo. Me aterroriza el hecho de que intenten ir a otro campo a intentar algo, pero también creo que sería lo mejor.- Stew se levantó de su silla, apoyó el periódico en la mes y se acercó a Bunny. Luego sin decir nada la abrazó. Se quedaron así unos minutos y luego se volvieron a mirar.
-Tratemos de ir de a un paso a la vez. Mañana Judy tendrá que elegir su papel para la actuación de fin de año.- Luego de decir eso, acarició la mejilla de su esposa y le dió un corto beso en los labios. Ella solo sonrió y acarició la mano de su esposo.
-Llama a los niños a comer. Ya está lista la comida.- Stew recorrió todas las habitaciones de la casa llamando uno a uno a los doscientos setenta y cuatro conejitos, de los cuales la mayor de todas, con 6 años, era Judy. Al llegar a su habitación entró luego de darle dos golpes suaves a la puerta. Cuando miró arriba de la cama, se encontraba Judy con una enorme sonrisa y abrazando esa gorra de policía que le habían regalado. Stew sonrió y dejó que su hija siga durmiendo. Volvió a la cocina y se sentó junto a su esposa
-¿Y Judy?- Preguntó Bunny mientras lo miraba a su esposo.
-Dijo que estaba muy cansada y que iría a dormir.- Todos comenzaron a comer las zanahorias hervidas que había cocinado Bunny.
Al otro día
Era el segundo día de clases de Judy. Ella despertó lentamente mientras se acurrucaba con algo que tenía en las manos. Abrió lentamente sus ojos y descubrió que lo que tenía en sus manos era el gorro de policía que le había regalado Alex, el policía. Se paró y se vistió con un pantalón de jean color gris, una remera rosa y luego se miró al espejo. Estaba nerviosa pero sonrió al ver su atuendo. Por último, se colocó el sombrero de policía, se lo acomodó y volvió a mirarse. Según ella le quedaba mejor que el sombrero que solía usar en el campo. Luego de un rato contemplando su vestimenta, decidió quitárselo y guardarlo en uno de sus cajones. Era la hora de desayunar, dió un suspiro y bajó las escaleras. Abajo estaban sus hermanos desayunando junto con sus padres. Stew leía el periódico mientras que Bunny, su madre, regañaba a uno de los conejitos. Judy se sentó junto a su padre a desayunar Él despegó la mirada de lo que hacía para ver a su hija mayor.
-Judy, ¿de dónde sacaste el sombrero de policía?- Luego de preguntar, sonrió. Judy miró a su padre un poco nerviosa.
-¿Qué sombrero?- Preguntó tratando de hacerse la tonta. Su padre solo rió y luego acarició el pelaje de su hija.
-Luego debemos hablar.- Judy terminó de desayunar lo más rápido que pudo para luego despedirse velozmente de su familia y salir caminando a la escuela. Antes de irse subió a su habitación y se colocó el sombrero de policía. Luego se retiró de su casa. Vivía a quince minutos a pié, por lo que no haría que sus padres la acompañen. Judy caminaba un poco nerviosa por la pregunta de su padre, pero sin embargo se sentía más nerviosa por sus nuevos compañeros ya que el primer día de clases ella no habló mucho.
Espero que les haya gustado el primer capitulo de esta nueva historia. También espero a que respondan a la pregunta que puse y que comenten que cosas podría agregar, mejorar o quitar. Seguiré escribiendo los dos fanfics que tengo pero tal vez tarde más en terminar uno que el otro.
