hola, bueno esta historia es una adaptación de Stolen kisses, fic de Amnii basado en el dibujo manga Inuyasha de Rumiko, he solicitado a la autora que me dejara adaptar la historia a nuestra gran Serie BONES... de Hart y Step, producida por FOX


Esta historia se centra en Booth y Brennan, ambos policias, uno del FBI y otra una simple criminóloga

ambos se conocen de hace años, aunque solo se vieron una vez, y tras la aparicion de Booth comenzarán

a ocurrir cosas extrañas, a la vez que ambos comienzan a enamorarse sin poder remediarlo, aunque Brennan

está totalmente en contra de entregarse a ese estúpido mujeriego que hace que sus rodillas flaqueen con una sola mirada

de esos ojos de perrito.


Capitulo 1 prologo

-Los hombres son nuestros conejillos de indias cariño, son fáciles de manipular y te lo digo por experiencia, así que no se por qué no quieres uno.

-Ángela a veces no entiendo porque te hiciste psicóloga si tienes esa mentalidad tan…no sé cómo decirlo.

-Psicóloga-sexóloga cariño, y espero no verte en mi consulta nunca, aunque teniendo en cuenta tus últimos rolletes…

-¡Agg cállate Ángela!

-Lo que tu digas Brennan pero el sexo es muy importante y…

Temperance Brennan suspiró pesadamente mientras dejaba el lápiz sobre la mesa, había estado recordando la conversación que tuvo con su amiga por teléfono, tal vez Ángela tuviese razón y era hora de darle una alegría al cuerpo, pero no tenía ganas de un rollo de una noche y además ella últimamente no tenía noches libres, el trabajo ocupaba casi todo su tiempo y estaba realmente cansada de tener tanto papeleo, casi no recordaba la última vez que paso un fin de semana entero en casa, a veces se arrepentía muchísimo de haberse metido en la policía, aunque más bien lo suyo era papeleo e investigación, nada de correr tras los ladrones y esas cosas, y la verdad su trabajo no era tan emocionante como en la televisión, nada de cadáveres sin identificar y medio desfigurados, lo más horripilante que había visto era un gato que había estirado la pata en el escenario de un crimen y el pobre se había quedado con los ojos abiertos y sangrando por la boca.

-Aún me queda una hora…-dijo suspirando pesadamente a la vez que se levantaba de la silla y se acercaba a la máquina de cafés, se pidió un expreso, aunque seguía diciendo que esos cafés sabían a alquitrán o algo parecido.

Se volvió a sentar en la silla y encendió el MSN poniéndose como no conectada, al instante empezaron a salir ventanitas de nuevos contactos, y mira por donde todos eran hombres.

-Lo ha vuelto a hacer, le dije que no le diera mi correo a nadie.

Ángela se había propuesto encontrarle un amigo con mucho derecho a roce, y como sus anteriores planes de presentarle chicos no funcionaron –más que nada porque Brennan se vestía de la peor forma y se recogía el pelo en un horrible moño- pues los chicos salían pitando a la primera oportunidad, había decidido buscarle un amigo por Internet, y conociéndola le habría dado permiso a su novio Hodgins para que pasara el MSN de Brennan a todos sus amigos que la conocían de vista.

-A veces pienso que Ángela no tiene vida propia.

Siguió bebiendo el asqueroso café a la vez que miraba quien estaba conectado, casi nadie y francamente era normal, nadie en su sano juicio estaría levantado a las seis y media de la mañana.

-Yo paso de seguir aquí-dijo mientras apagaba el portátil y comenzaba a guardar unas carpetas en una bandolera junto con el portátil, subió las persianas de la oficina y cerró con llave alejándose del lugar, hacia los aparcamientos, donde se monto en su Citroen C1 rojo metalizado.

En menos de quince minutos se encontraba frente a la cafetería "Mairan" realmente adoraba el café de ese lugar y por no hablar de los donuts, pensaba saltarse el régimen, volvería a hacer amistad con las calorías y recuperaría a su viejo amigo el azúcar.

Entró en el establecimiento aún pensando en cosas absurdas y se sentó en la barra, no necesitaba leer el menú de la cafetería, prácticamente se lo sabía de memoria, así que simplemente esperó hasta que Daisy se acercó para atenderla.

-Buenos días Temperance.

Le dio los buenos días a Daisy y pidió sus donuts y un buen café, observó como la muchacha se alejaba y la miró de arriba abajo, todavía podía recordar a su antigua amiga de instituto y de primer año de universidad, era completamente diferente, y no era solo por el físico –aunque también había cambiado- si no de mentalidad, tuvo que madurar de golpe y dejar sus estudios; aún podía recordar el día en que Daisy les dio la noticia de que estaba embarazada y que el muy cabrón de su novio la había dejado al enterarse.

-Aquí tienes Temperance-le dijo Daisy dulcemente a la vez que le servía sus donuts con muchas calorías y azúcar, y un buen café.

-Muchas gracias Daisy, ¿qué tal esta Michael?

-Muy bien, ya empezó las clases-dijo con una sonrisa, se notaba que a pesar de las circunstancias en las que el niño había nacido ella lo adoraba-

-Me alegro.

Daisy sonrío a Brennan y se despidió mientras se acercaba a otro cliente, era una buena chica con un pasado muy desafortunado.

-Que rico estas amigo donut, mi amigo azúcar y yo hemos hecho las paces

-¿Bren qué haces hablando con un donut?

Brennan se giró y vio a Ángela, la cual la miraba extrañada, un sonrojo cubrió la cara de Brennan, realmente necesitaba ir al psicólogo.

-Esto…no

-¿Ah no? ¿Y con quién?

-Con el señor azúcar.

Ángela no dijo nada simplemente se sentó a su lado, pidió un café, y sacó su agenda y un bolígrafo.

-¿Cuándo quieres que te de cita?

-¿Tengo pinta de necesitar una psicóloga?

-¿La verdad? Un poco pero creo que necesitas más una sexóloga.

-Angy odio cuando empiezas así, te preocupas más tú, por mi vida sexual que yo.

-Cariño me preocupo por ti, y por tu mente.

-Deja mi mente en paz.

-Vale pues me preocupo por tus partes bajas que parece que siempre están de vacaciones.

-Ángela…olvídame a mí y a mis partes bajas, que mira por donde están perfectamente.

Ángela se río, Brennan había casi gritado eso último y tanto los hombres como los muchachos del bar se habían girado a mirarla, eran como moscas.

-Ahora en serio Brennan, dime que no necesitas un hombre que te encierre en un cuarto.

-¿Para qué voy a querer yo eso?

-¿Quieres que te haga un dibujo?

-No gracias, me traumatizare con tu mal arte.

Ángela miró mal a su amiga y le hizo burla sacándole la lengua.

-Muy bien haz lo que quieras cariño, pero recuerda algo, la vida no es solo trabajo, también hay otras cosas.

-Tú dices eso porque tu vida y tu trabajo están entrelazados y puedes compaginarlos perfectamente, el último novio que tuve fue Sully y mira como acabamos, el dejándome porque no nos veíamos casi y yo mandándole a la mierda.

Ángela suspiró y se levantó del taburete.

-Bueno lo que tú digas Brennan pero realmente espero que sepas que estás haciendo.

-Ya podré tener novio cuando sea jefa de laboratorio.

-¿Y eso cuando será? ¿A los treinta y ocho o a los cuarenta y cinco?, bueno déjalo total se que eres imposible, pero de todas formas te quiero-le dijo la castaña mientras daba un beso en la mejilla a su amiga y se iba- ¡adiós cariño!

Brennan hizo un gesto de adiós y se levantó del taburete, dejando el dinero sobre la barra, y saliendo despreocupadamente del local, esa noche le tocaba guardia y realmente no estaba de humor para soportar otra noche de aburrimiento.

Se subió en su coche y condujo con tranquilidad hacia casa escuchando la radio.

Aparcó frente a su casa, era la única de la calle que no tenia garaje, pero que iba a hacerle, bastante le costaba poder pagar las facturas de la casa y sus gastos propios, aunque era verdad que no le faltaba de nada, pero ansiaba algún día poder ir a una tienda y comprar todo lo que quisiera sin tener antes que mirar los precios y desilusionarse al ver que estaba por encima de sus capacidades económicas.

Abrió la puerta de su casa y dejó el portátil junto con los documentos y su bolso en el sillón más cercano, se quitó los tacones y les pegó una patada, estaba muy pero que muy cansada y esa noche tenía más trabajo, ¿algún día podría tener una noche tranquila en su casa?, se puso unos vaqueros desgastados y una camiseta marrón junto con sus zapatillas rosas de andar por casa, y comenzó a recoger un poco, realmente necesitaba una asistenta, o si no una madre, lo suyo no era el limpiar, había cajas de pizza encima de la mesa, libros y papeles por el suelo, mantas sobre el sofá y latas de coca cola light hasta en la habitación.

-Odio mi vida.

Comenzó a recoger cosa por cosa, cuando terminó eran las diez y media de la mañana, así que se acostó sobre el sofá y puso el despertador a las dos y media de la tarde, realmente su horario no era normal.


-Maldita sea coge el puñetero móvil.

Un hombre de cabellos castaños maldecía a su móvil mientras intentaba contactar con alguien, la gente le miraba raro, pues no era normal ver en mitad del aeropuerto a un hombre de unos veintiocho años maldiciendo a su móvil a toda voz.

-Juro que cuando te coja te mato-siguió amenazando el hombre- lo juro Hodgins, te arrancare la cabeza.

Pero al parecer se canso de maldecir al teléfono pues cogió la maleta que había dejado en el suelo y comenzó a andar hacia la salida del aeropuerto, una vez allí llamó a un taxi y le dio la dirección de la casa de su amigo, al cual pensaba arrancar la cabeza y seguramente tendría la fuerza suficiente para hacerlo, pues el traje de color azul oscuro dejaba notar unos fuertes brazos, que seguro podían acabar con la cabeza de cualquiera.

Después de diez minutos de viaje, el conductor del taxi paró frente a una casa de color crema, el hombre le dio al taxista su dinero y salió del coche, acercándose a la puerta de la casa y tocando el timbre.

-¡Voy!-se oyó una voz de dentro de la casa, al cabo de un par de minutos abrió la puerta una muchacha de ojos marrones y cabello castaño recogido en una trenza, la chica era bastante linda tenía unos bonitos ojos, pero realmente no era de su tipo.

-Tú debes ser Ángela-dijo el hombre sin ni siquiera presentarse y pasando de la cara de incertidumbre de la castaña al ver como entraba en la casa.

-¡Hodgins baja tú estúpido culo hasta aquí si no quieres que te rompa el cuello!

Ángela pegó un pequeño saltito de impresión mientras cerraba la puerta y balbuceaba algunas tonterías, de pronto giró su vista al oír unos trompicones por los escalones, y vio a su novio Jack Hodgins maldecir mientras se intentaba abrochar unos pantalones.

-¿Quieres causarme un trauma?

-¿Y tú a mí un ataque al corazón?

-No contestaste al móvil, te dije que te llamaría, pero no tú tienes que dejar el móvil por ahí perdido.

-Estaba bañándome.

-Pues no lo parece, hueles a perro muerto.

- Booth aprende a ser más amable, te recuerdo que hay una señorita delante.

Ángela hacía rato que se había perdido en la conversión llena de insultos de esos dos, tragó saliva y se acercó a Booth tendiéndole la mano.

-Ángela Montenegro –le dijo sonriéndole, Booth estrecho su mano y le sonrío-

-Seeley Booth, siento mucho el espectáculo-dijo sensualmente- simplemente me saca de mis casillas.

Cuando Ángela iba a responder Hodgins tiró a Booth de la chaqueta.

-Deja de coquetear con mi novia idiota.

-¿Tu novia?, Hodgins habíamos acordado que ibas a salir del armario.

Ángela suspiró y vio como ambos comenzaban otra vez a discutir, realmente no entendía la situación.


Bueno fin del prologo... espero que les guste la historia tanto cuanto a mi me gusto y me gusta, ya que el fic original aun no esta rematado ( me debes continuación Amnii, jajaja) espero sus review para esta gran escritora que es Amnii ¿ok? bye