Capítulo 1 – El traslado.
Me encontraba en un bosque con extrañas vestimentas, por mas que lo intentara no podía reconocer aquel húmedo lugar, había frondosos y gigantescos árboles que tapaban la poca luz solar que luchaba por infiltrase por sus verdes hojas, hacia frío y todo a mi alrededor era igual, no había diferencia alguna. Caminaba sin sentido tratando de encontrar algo que ni yo sabia, ¿Cuánto tiempo habría estado vagando en el? Lo único que sabía era que estaba anocheciendo y debía encontrar refugio. Seguí recorriendo viendo por todos lados para encontrar algo en lo cual pudiera pasar aquella escalofriante noche que se avecinaba, camine por un corto lapso de tiempo mas hasta que tropecé y caí rodando como si fuera una pequeña bolita que rodaba sin rumbo alguno. Cuando pude detenerme levante la vista y vi lo que para mis ojos parecía irreal; había un gran prado lleno de flores con extaciantes aromas, todo estaba iluminado por la luz de la luna, pero algo de allí capto mi atención; parado en el medio de aquel hermoso prado se encontraba un hombre que parecía de tez pálida, alto, de cabello corto y alborotado, y con una mirada penetrante que hacia que mi cuerpo cediera ante él; la luz lunar hacia que su cuerpo resplandeciera aun mas de lo que lo hacia por si sola. Me acerque a el con la intención de preguntarle quien era y como había terminado en aquel sitio, y cuando lo tuve en frente de mi se agacho un poco y me dijo suavemente en un susurro "jamás podremos estar el uno con el otro sin lastimarnos, no debes enamorarte de mi, aunque siempre te amare en las sombras. No permitas que tu corazón enloquezca por mí nuevamente. Adiós Bella". Antes de que pudiera reaccionar ante aquellas palabras, caí al suelo pesadamente y a los pocos segundos todo se había desvanecido.
Aquella mañana de un deslumbrante sol se hizo presente en mi habitación, cegándome como nunca para que mis pesados ojos se abrieran y dejaran mi sueño. Mi sueño, ¿realmente había soñado todo? ¿Había soñado a aquel hermoso ser con sus ojos suplicantes llenos de amor y culpabilidad? ¿Había soñado sus palabras? Jamás antes había tenido un sueño como aquel, tan extraño, ajeno, pero al mismo tiempo tan intimo y doloroso.
Decidí salir de la cama e ir a darme una ducha de agua tibia, quería dejar de pensar en esa persona y sus palabras, nada concordaba con lo que mi subconsciente imagino ayer por la noche; sin mas termine de ducharme, me cambie para ir al colegio y desayune una taza de café con leche para rebajar un toque su pureza.
Salí tranquila y relajada de casa aunque era tarde para el instituto, pero sabía que si me apuraba o corría para no llegar mas tarde de lo que llegaba me tropezaría, caería, me lastimaría y eso me complicaría aun mas las cosas. Soy torpe desde que tengo uso de razón, y ¿Para que agrandar mas mi mal equilibrio si podía evitarlo? Llegue al colegio media hora tarde, lo que hizo que mi profesor de matemáticas me mirara extrañado ya que siempre fui puntual en todo; le pedí disculpas por mi tardanza y tome mi asiento al lado de mi amiga Andrea, no paso mucho tiempo para que me mirara con su cara terriblemente acosadora para que le contara el porque de mi demora.
Al tocar la campana Andy me llevo de un tiron al comedor para que le dijera, cosa que a pesar de que fuera mi mejor amiga del instituto no significaba que esa parte de ella me fastidiaba y mucho, pero decidí contarle mi inquietante y extraordinario sueño.
- Bells, ¿Que fue lo que te paso hoy? Tú no eres de llegar tarde, es más, sos la chica más puntual que conozco en la tierra.
- Andy, aunque no lo creas, tuve el sueño más raro de toda mi vida.
Cuando le conté mi sueño, no pudo mantener su boca en su lugar, no podía creer lo que había soñado; hasta dudo de mi sinceridad, pero creo que opto por creerme.
- No puedo creer que te hayas soñado toda una historia melodramática en tan solo una noche.
- ¿Tu que crees Andy que signifique todo esto? Aun no puedo entender lo que quiso decir.
- ¿Estas segura de que nunca viste a alguien parecido a el?
- Te lo juro.
- Creo que talvez necesitas unas vacaciones de verano, y por suerte comienzan mañana. En mi opinión, digo que no deberías darle demasiada atención a esto, sigue tu vida como siempre, como la Bella que conocí en 3ero de preparatoria.
- Gracias Andy, fuiste de mucha ayuda.
- De nada, sabes que siempre podes contar conmigo Bells.
Gracias a Dios mañana comenzaban las vacaciones de verano y no tendría que preocuparme por si salía o no con Andy, ya que todos los años para estas fechas me voy a visitar a mi padre que vive en Forks, el lugar más lluvioso de todo los Estados Unidos.
No es que no quisiera ver a mi padre, pero realmente odio la lluvia, aunque me fascinen los días no muy calurosos me desagrada totalmente.
Llegue a casa lo mas temprano posible para poder hacer mis maletas e ir a tomar el vuelo para ir a mis, entre comillas, vacaciones. Estaba en ello cuando siento la puerta de entrada abrirse para dar paso a mi madre René y a mi nuevo padre Phil; no le di demasiada atención y seguí con lo mío. Al cabo de unos minutos me di cuenta de que mi madre me estaba observando, con lo que deje mi trabajo y le pregunte.
- ¿Qué es lo que pasa mamá?
- Bella hija, tengo que decirte algo importante que tal vez no te agrade mucho.
- Y… ¿Qué es?
- Phil y yo nos iremos de Phoenix porque él tiene que practicar para los torneos de golf, y ello llevara más del tiempo requerido de las vacaciones de verano. Por lo tanto, deberás ir a vivir con Charly durante el año que viene.
Me quede atónita al escuchar esas palabras salir de la boca de René, no sabia como rebatir esta situación.
- Creo que podrían haberme dicho un poco antes que tendría que ir a vivir con papá. Podría haber hecho muchas cosas más.
- Realmente lo siento mucho hija, me hubiera encantado decírtelo antes, pero nunca encontraba el momento justo para hacerlo.
- No pasa nada, entiendo lo de Phil así que vayan tranquilos, solo les pido que me cuenten como van las cosas allá y que me digas después como seguirá nuestras vidas.
- Bella, ¿Realmente estas de acuerdo con esto? Si quieres puedes venir con nosotros, pero estarás de mudanza en mudanza.
- No te preocupes mamá, tengo dieciséis años casi diecisiete, ya no soy la niña pequeña a la cual deben seguir cuidando.
- Gracias hija, de verdad muchas gracias.
- No tienes que dármelas, solo vayan y hagan lo que deban hacer.
Bien, no creía que pudiera pasarme nada mas el día de hoy; solamente me había enterado que mi madre se iría de paseo por el trabajo de Phil y que yo debía irme a vivir con mi padre durante un año entero; no es que sea malo, pero tendré que hacer todos los quehaceres de la casa, ya que Charly apenas si puede mantenerse con la dieta de su restaurante favorito.
Termine de empacar todo lo que precisaría en mi estadía en Forks, así que busque a René y a Phil para que me ayudaran a mover mis cosas al auto y así poder ir al aeropuerto. Compre mi boleto, me senté a esperar por un largo tiempo hasta que por el megáfono sentí llamar mi vuelo.
- El vuelo numero 359 con destino a Forks saldrá en diez minutos por el pasillo quince.
Me pare y comencé a caminar hacia el pasillo cuando mi madre me sujeto del brazo y me dijo.
- Balla ya le cote todo a tu padre, asíque no debes de contarle nada, solo hacer como de costumbre solo que por un poco mas de tiempo.
- Gracias mamá, debo irme mi vuelo espera. Cuídate mucho ¿Si?
- Igualmente hija. Saluda a Charly por mí. ¡Adiós Bella!
Dicho eso, termine mi recorrido hacia el pasillo indicado, les di mi boleto, aborde el avión, me senté al lado de la ventanilla. Cuando el avión despego no pude evitar pensar en todo lo que había pasado el día de hoy, desde la noticia de René, lo que hable con Andy, hasta el extraño sueño que tuve ayer. No se cuanto tiempo había pasado desde que había comenzado a pensar en aquel sueño, pero fue justamente pensando en ese hombre tan perfecto para mis ojos con el que caí en un profundo sueño.
