En un prado cubierto de nieve, apareció un destello y al disiparse se mostró a un niño de cabello lila y ojos purpuras. Llevaba un traje blanco de apariencia invernal. Él estaba mirando alrededor para buscar a ese alguien que vino a ver. A unos metros de el finalmente la vio y con una sonrisa camino hacia ella.

-Hola Haru -saludo al estar cerca de la niña-

-Hola Kenta -sonrió la niña de cabello castaño y ojos verde agua- ¿Qué quieres hacer hoy?

-No sé -respondió aun con su sonrisa- Creo que solo quiero observar la nieve hoy.

-Bueno -con esto dicho ella se sentó en la nieve seguida del niño-

Pasaron uno minutos observando la nieve y los arboles secos alrededor, hasta que el niño quito lentamente su sonrisa y esto su amiga lo noto.

- ¿Paso algo? -pregunto con un semblante de preocupación-

-No, no es eso…Es que… -el apretó los puños- Mi madre se dio cuenta de que visito a alguien, pero no sabe quién, ni adonde voy.

- ¿Se enojo?

-No…De hecho, ella me dijo que quería conocerte, pero…No sé cómo se tomaría el hecho de que rompí las reglas Inter dimensionales -sus puños temblaban- No quiero que me alejen de ti Haruka, eres la primera amiga, además de mi hermana, que he hecho en mi vida.

-Kanata…-susurro triste por su amigo, estaba por darle un abrazo, pero una voz la interrumpió-

-Vaya…El Príncipe Grand Kanata de Hope Kingdom ¿Qué hace en el mundo de los humanos? -dijo una voz femenina como si fuera un fantasma-

- ¿Quién eres? -se levanto de golpe seguido de Haruka-

- ¿Yo? Soy alguien que cumple los sueños de las personas, si deseas quedarte con tu amiga para siempre…Puedo concederte ese deseo -dijo la voz-

- ¿De verdad? -su tono esperanzado preocupo a Haruka-

-Si…Lo único que tienes que hacer es regresar a Hope Kingdom, con tu amiga, y entrar en el bosque de la desesperación.

Kanata estaba a punto de decir algo, pero una mano enguantada en su hombro lo detuvo. El volteo y vio a Haruka con una sonrisa.

-Kenta ¿Qué tal si vamos a la casa de mis padres? Aun hace frio y ellos han querido conocerte, mi mama dijo que estaba preparando chocolate caliente.

-Haru… -murmuro mirando a su amiga-

-Vamos -dijo la voz, un poco fuerte al ver que el príncipe ya no le prestaba tanta atención- Si quieres estar con ella para siempre, ven conmigo.

-Estoy segura que ellos te recibirán, además, ¡El chocolate de mama es el mejor! -sonrió a su amigo-

-Haruka… -el niño dijo y sonrió- Claro, vamos -el agarro su mano y estaban a punto de comenzar a caminar-

-Ya veo… -dijo la voz fantasmal- Ella es capaz de salir por si sola de la desesperación…No muchos pueden hacer eso hoy…Pero…No puedo permitir que se vayan… ¡Ustedes serán mis sirvientes de la desesperanza!

Al gritar eso, vides con espinas moradas salieron de la tierra evitando que los niños se fueran.

- ¡¿Qué es eso?! -grito Haruka-

- ¡No permitiré que la lastimes! -grito Kanata poniendo un brazo protector en frente de Haruka-

- ¿Quién dijo que iba a lastimarla? -la voz tomo un tono de burla- Ambos serán mis sirvientes a partir de ahora.

Con esta declaración, las vides los rodearon.

El abrió los ojos, ojos rojos como la sangre, miro a su alrededor, estaba en una habitación purpura, en una cama igualmente purpura.

- ¿Dónde estoy? -se pregunto mirando a su alrededor, se miro a si mismo y vio que tenia un traje negro con rojo- ¿De dónde vengo?

Pensando que si salía de la habitación tendría respuestas. Se levanto de la cama y se dirigió a la puerta. La abrió y salió de la habitación.

El vio que estaba en un pasillo morado, que brillaba de una manera fantasmal. El comenzó a caminar esperando encontrar algo que le dijera en donde estaba y que estaba haciendo aquí.

Al doblar un pasillo. Se encontró con algo, o mejor dicho alguien, que hizo que sus ojos se ensancharan.

Tenia un cabello blanco como la nieve, su peinado parecía ser una mariposa que se posaba detrás de su cabeza. Tenía ojos azules eléctricos. Levaba un vestido negro que tenia dos telas en la falda que daba la apariencia de una capa.

Era hermosa…

- ¿Quién eres? -murmuro, pero fue escuchado por el silencio del pasillo-

-Soy Kuroi, la Princesa de negro -agarro la falda de su vestido y dio una reverencia- ¿Y tú quién eres?

De repente. Recordó donde estaba y como llego ahí.

-Soy Harley, el Príncipe de negro -puso una mano en su pecho y dio una reverencia-

Una nueva Princesa y un nuevo Príncipe han nacido.

Los Príncipes de la desesperanza, sirvientes de Dysdarks.