Diez cosas que odio de ti

AUTOR: Vulnera Sanentum-Sectumsempra

DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a ©J.K. Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama me pertenece única y exclusivamente a mí. Si los personajes (Draco sobretodo) si fueran míos, yo estaría bañándome en dinero y felicidad porque un libro mío se ha publicado, sin mencionar que el final y parte del proceso de la historia sería cambiado enfáticamente.

PERSONAJES: Harry.P/Draco.M

CASIFICACIÓN: NC-13

GÉNERO: Romance, humor, drama, o algo así.

ADVERTENCIAS: Slash (relación entre dos chicos), lime, y un poco de fluffy

RESUMEN: Las consecuencias de juntar una serpiente y un león son tan catastróficas como descabelladas.

Serie de Drabbles

(Aunque en realidad son apenas más largos, sería algo así como "drabbleshot")

San Valentine Days.

Para: Potty

Eso es lo que decía, "Para: Potty", Harry casi se cae de la cama de lo enfadado y sorprendido que estaba. Junto a esa "hermosa y detallista" dedicación venía un caramelo de limón, un diminuto y pequeño caramelo de limón.

Harry estaba en shock.

Luego estaba algo triste y después estaba definitivamente enfadado.

El muy descarado ni siquiera había fingido no acordarse, porque en ese caso Harry lo entendería, a Draco, las cosas que no le importaban, simplemente las ignoraba. Harry lo sabía muy bien. Pero hacer algo así, como mandar un simple caramelo de limón, era como si le dijera que no le importaba en lo más mínimo sus sentimientos y que no se esforzaría en nada mejor.

Harry, por más que por fuera estaba enfadado, por dentro estaba un poco dolido.

Respecto a su relación él tenía muchas dudas, porque eran tan diferentes, y Draco a regañadientes, había dejado de llamar a los nacidos de muggle, sangre sucia, nadie sabría decir cuál de los dos era más terco, por supuesto, Harry siempre era el que pedía perdón, porque no se imaginaba pasar un segundo con la conciencia de que Draco podría estar con alguien más. Tampoco se imaginaba un futuro juntos, pero no se imaginaba con nadie más.

Todo el tiempo peleaban, Draco era intenso, para él todo era blanco o negro (y que le haya mandado un caramelo era un 'gris', algo sin importancia), si peleaban era todo un drama, Draco exageraba todo, era la Reina del Drama, como solía llamarle Harry, pero si se enojaba, se enojaba mucho, todo era sí, o no. Harry en cambio era intenso de diferente manera, lo hacía todo al extremo, si se sentía lastimado, era en extremo, si estaba contento, reía mucho, al máximo, y como siempre, si se peleaba con Draco, se peleaba con Draco al extremo.

Discutían demasiado y a veces Harry se preguntaba cuánto iban a durar antes de matarse el uno al otro. Pero como había dicho, lo estaba comprobando…al extremo.

Tal vez era un cursi con alma de Hufflepuff, pero era romántico desde siempre, y Draco sabía que para él era especial el Día de San Valentine, pues nunca le había gustado…hasta ahora, que tenía una pareja, o algo así.

-¿Eso es lo que te dio, compañero?-estaban caminando hacia la clase Historia de la Magia, casualidad que también la compartía con Draco-Eso es tan triste.

Sin embargo Ron parecía resplandecer, y sus palabras salieron casi sarcásticas.

Y tenía una sonrisa de perversa satisfacción en el rostro. Bueno…tal vez sí salieron sarcásticas.

Ron había hecho todo lo imposible para que se separasen, no lo aprobaba, seguía odiando a Malfoy como el primer día, pero Harry no quería que decidan por él, ya habían controlado su vida lo suficiente, si él, incluso, quería empezar a salir con Hagrid, lo haría. Merlín bendito, esa no era una imagen sana.

-Sí-gruñó Harry- No lo entiendo, ¿sabes lo que me esforcé por hacer un chocolate casero? Lo hice diez vece, ¡diez veces! Me costó como los mil demonios, y ¿qué recibo? Un diminuto caramelo de limón que seguramente robó del despacho de Dumbledor, con la dedicatoria: Para Potty.

Nunca se imaginó que hacer un chocolate sería tan difícil, pero pensó que Draco, con su adicción a cualquier chocolate, le gustaría y lo disfrutaría, y se esforzó, sólo para recibir un estúpido caramelo.

Ron reía.

-Harry, ¿no crees que es momento para dejarlo? Sólo mírate, estás para cosas mejores, te mereces a alguien mejor, que te relaje, tal vez como Ginny…

Harry, antes esa opción le había parecido descabellada, ahora la idea no era tan descabellada, la estaba empezando a considerar. No lo de Ginny, pero no sabía si podría seguir estando con Draco, su relación era todo menos sana.

Era muy frágil, no había completa confianza, y todo estaba descontrolado, cada día era algo nuevo, a Draco siempre se le ocurrían las cosas más descabelladas, y todo con él era explosivo, Harry estaba cansado, ni siquiera sabía si lo quería, o si Draco lo quería.

Era como caminar en un piso que se estaba cayendo.

La cosa había comenzado cuando Draco lo agarró por la muñeca, lo estampó por la pared, y brutalmente le dio un beso, de esos besos que tu memoria al instante guarda celosamente, que para tus labios sería completamente imposible olvidarlo. Después le dijo algo como: Sal conmigo, Potter, de ahora en adelante eres mi novio. Técnicamente lo obligó, le exigió ese lugar, claro, Harry no se había quejado, Draco tenía esa manía de hacer las cosas sin permiso.

Lo único que sabía con certeza, era que no su relación no es el fruto de una apuesta Slytherin, porque sus amigos tampoco estaban contentos con Harry. Sin embargo Draco era su Príncipe, su líder, él podía hacer lo que se le diera la reganada gana.

Ignoró a Draco el resto de la clase, porque este continuamente intentaba llamar su atención, cuando se cansó y empezó a jugar con la pluma entre sus labios, mientras Zabini, a su lado lo comía con la mirada. Harry se preguntó si su relación realmente valía la pena.