Un pequeño drabble, de esas cosas que necesitas escribir sólo porque sí xD
Disclaimer: Como ya todos sabemos, One Piece y sus personajes pertenecen a Eiichiro Oda. Yo sólo escribo lo que creo que pudo haber pasado mientras no mirábamos sólo por amor al arte. La imágen de portada pertenece a ぺーた [pixiv id=1849214]
Advertencias: Nope
Gracias
Lo había hecho. Había chantajeado a Doflamingo y el plan estaba en marcha. Ya era sólo cosa de tiempo si todo salía bien. Y él se encargaría de que así fuera.
Se apoyó contra la baranda del Thousand Sunny, relajando —sólo un poco— su cansado temple e ignorando el escándalo de los Sombrero de Paja a sus espaldas. No se arrepentía de haber concretado esa alianza. Después de todo, a pesar de las molestias habían capturado con éxito a Caesar Clown. Pese a todos los imprevistos, todo iba viento en popa.
Se permitió bajar la guardia un momento, aprovechando la calma antes de la tormenta. En breve tendría que explicarle a Luffy y compañía en qué les había metido y sospechaba que no sería tarea fácil. Necesitaba una pequeña recarga a sus reservas de paciencia.
Rebuscó entre los bolsillos de su abrigo en busca de sus últimas reservas de tabaco para armar un cigarrillo. Tomó el papel, vertió la yerba y lo enrolló delicadamente con sus finos dedos. Tras cerrarlo, exploró nuevamente sus bolsillos en busca del mechero, sin llegar a encontrarlo.
Recién entonces se percató de que había alguien a su lado, que le ofrecía fuego mientras exhalaba el humo de su propio cigarrillo, con la mirada en el horizonte.
— Es contradictorio que un médico fume —Acotó Sanji cuando el cirujano dio la primera calada, saboreando suavemente el humo.
— También lo es que lo haga un cocinero, Kuroashi-ya —Law siguió la mirada del rubio, dando con el pequeño punto que era la isla que acababan de dejar atrás— Fumar puede alterar el sentido del gusto.
Sanji no contestó ante la respuesta del moreno, que no le dijo nada que no supiera. Perdió su vista en el horizonte hasta que Punk Hazard desapareció. Terminó su cigarrillo y arrojó la colilla al mar, para luego voltearse por primera vez hacia Trafalgar.
— Gracias.
El cirujano sólo le devolvió una mirada interrogante.
— Por salvar al idiota de mi capitán hace dos años. Gracias.
El cocinero se retiró en silencio, mientras se sacaba el abrigo camino a la cocina. Ya habían salido de la influencia climática de aquella isla congelada y seguro que sus chicas pronto iban a necesitar un jugo fresco.
Por algún motivo me costaba imaginarme a Law fumando cigarrillos, pero no tabaco natural, quién sabe porqué ._.
Espero les haya gustado esta pequeñez xD que tengan un buen día!
