¿Hola...?, ¿Hay alguien ahí...? ... ._.

¿Que tal mis queridos lectores?, antes que nada quiero pedir unas inmensas disculpas por no haberme reportado estos últimos días u.u, se me atravesaron unos cuantos lios pero ya estoy de vuelta y eso es lo que importa ;), respecto a "Dulce venganza" bueno, aún no tengo el capítulo 8 completo pero no desesperen, creo tenerlo listo para antes del miércoles así que esperenlo xD, también un aviso que tengo tiempo queriendo les decir, la secuela de la prometida falsa, bueno aun la estoy escribiendo y no creo subirla pronto como había mencionado antes, pero estoy segura que valdrá la pena y les gustara tanto como a mi.

Ahora, hablando de este One-shot, pues... Realmente estaba planeado para haberse subido el 14 de febrero pero, por una u otra cosa no se pudo, asi que ahora lo usare como disculpa jajaja... Ok ya, me callo u.u, disfruten de su lectura -w-

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Capítulo único: Misión... ¿Conejo...?

Me encontraba profundamente dormido... Bueno, hubiera podido haber estado así un rato mas hasta que sentí que algo duro chocar contra mi cara, ese tenía que ser mi padre.

-¡Agh!, ¡Maldita sea!, ¡¿Por que tiene que ser así todas las mañanas maldito loco?!-Grite levantandome abruptamente de la cama para devolverle el golpe. Pero al revisar no había nadie en la habitación. Bajé mis brazos relajandolos un poco y observe extrañado a mi alrededor.-¿Qué habrá sido eso?-Murmure.

-No fue tu padre, fui yo-Escuche que me gritaba una voz femenina que conocía a la perfección. Busque con la mirada a la chica pero no lograba encontrarla.-Aquí abajo-Gritó a lo que sencillamente baje la vista. Era un peluche en forma de conejo rosado, era como el tamaño de Kon y su entrecejo estaba fruncido.

-¿R..Rukia?-Pregunté agachandome a su altura sin creerlo. Esa voz sin duda era la de ella pero...¿Qué demonios hacía dentro de un muñeco de peluche?.

-¿Quién mas tonto?, ¡Claro que soy yo!-Contestó a gritos, al parecer estaba enfadada.

-Oyeme-Me queje frunciendo el ceño-¡Con que diablos me golpeaste en la cara!-

-Tienes el sueño muy pesado y no podía hacer mucho con estas esponjosas patitas de conejo-Contestó señalando sus patas.

-Mejor dime por qué estas en ese cuerpo, ¿Qué ha pasado?-Pregunté sentandome en la cama mientras ella brincaba al escritorio.

-Urahara Kisuke...ese es mi problema-Dijo cruzandose de brazos comenzando a explicarme lo que le había sucedido.

Flash back Rukia

Recién iba llegando al mundo humano, iba a una pequeña misión en la que estaba relacionado con Ichigo, consistía en darle un mensaje que bien eran buenas noticias ya que el comandante Shunsui Kyoraku quería nuevos reclutas para el Gotei 13 y bueno Ichigo era una jugosa opción para capitán. Antes de ir a casa de Ichigo decidí ir por mi gigai a la tienda de Urahara. Me recibieron esos niños que se la pasaban discutiendo y Tessai me había ofrecido algo de Té mientras esperaba por la llegada de Urahara que al parecer se encontraba fuera.

-Lo siento teniente Kuchiki, el señor Urahara no podrá atenderla pero si gusta puedo darle su gigai-Dijo el pelinegro a lo que yo asentí con una sonrisa.-Ururu-chan, podrías traer el gigai de la señorita por favor-

-Enseguida-Contestó la pequeña de ojos tristes desapareciendo de la habitacion. Unos minutos después llegó con el gigai. Entre en él y le dí las gracias al hombre.

Iba caminando tranquilamente hasta que sentí mi cuerpo pesado, flexione un poco mi cuerpo pero no bastaba, apenas había caminado unas cuadras y ya necesitaba un descanso. Aquello no era normal así que no quise arriesgarme. Entre a un callejon y salí de la vasija y sin mas caí al suelo de cara.

-Auh-Me queje sobandome la zona afectada, pero no sentí el tacto. Abrí los ojos y observe que mi mano ahora era una pata esponjosa.-¿Pero qué?- Miré horrorizada mis brazos y mis piernas, cuando agache la mirada sentí algo caer por mi cara ¡Eran unas largas orejas!, observe a mi alrededor y todo era enorme, voltee a un lado y mi gigai estaba tirado al lado de mis ropas shinigami.

-¿Pero que esta pasando?-Exclame entrando en pánico, cercas de mi había un vidrio polarizado y roto, tal ves podría ver mi reflejo ahí. Me hacerque al vidrio y pude ver que era un conejo rosado de cuatro patas y ojos de botones color negros... Era... ¡Era como Kon!.

Fin del flash back Rukia

-Así que eso paso...recuerdame jamas comprarle algo al sombrerero-Dije en tono de burla recibiendo un golpe de su parte pero no se sentía tan doloroso viniendo de un conejo de peluche. La tome de su rabito y la alze en el aire mientras pataleaba y se quejaba.

-¡¿Qué crees que le haces a mi Nee-san?!-Escuché el fastidioso chillido de Kon quien intentaba darme una patada voladora, pero sus planes se vieron frustrados al poner mi gigantesca mano en su diminuta cara y estrellarlo contra el escritorio.

-Ya callate Kon-Me quejé mientras colocaba a Rukia entre mi brazo y mi cuerpo para que no cayera.

-¡Sueltame de una maldita ves!-Escuché gritar a Rukia quien había logrado zafarse de mi agarre y empezó a regañarme con una gran vena en la frente mientras yo reía por su desgracia ¿Cómo no hacerlo si parecía una loca?.

-Ya ya, esta bien, buscaremos a Urahara-san mañana, ¿Ya viste la hora que es?-Era la una de la madrugada y Rukia quería buscar al sombrero, tenía que descansar un rato ya que no había estado durmiendo bien por los examenes de recuperación en la preparatoria. Después de las batallas en la sociedad de almas me he atrasado mucho en mis estudios y bueno ahora que lo había hecho merecía aunque sea una noche de sueño, además el día siguiente estaría libre todo el día así que no había apuro.

Pov Rukia.

Había accedido a buscar a Urahara por la mañana, después de todo Ichigo no tenía la culpa de nada. Ahora el espacio en el armario sería mas grande pero extrañamente Ichigo me había convencido de dormir en su cama, no necesitaría mucho espacio y sería cómodo para mi pero... ¡¿Por que tenía que abrazarme como si en realidad fuera un muñeco de peluche?!.

Trate de escapar de sus fuertes brazos pero era imposible, apenas me movía un poco y él me aprisionaba mas contra sí. Después de una media hora me resigne y traté de conciliar el sueño.

Lentamente abrí los ojos, el sol se colaba por la ventana y poco a poco me removi entre los brazos del pelinaranja.

-Ichigo... Ya es de día...-Intenté moviendo su cabeza pero no obtenida respuesta por lo que fruncí el ceño y a como pude salí de su agarre tome todo el aire que pude y me acerque a su oído.

-¡Ichigo!-Grite tan fuerte que creo que se escuchó hasta la otra manzana.

-¡Aah!, que ¿Qué pasa?-Se escucharon sus gritos mientras se levantaba bruscamente de la cama en posicion de combate.

-Soy yo idiota-Exclame con una gran vena en la sien

-Oh cierto...-Contestó dando un gran bostezo mientras se estiraba un poco.

Unos minutos mas tarde...

-¿Crees que Urahara ya estará en su casa?-Pregunté con inseguridad. Iba sobre su hombro, el estaba en su forma shinigami y corría por sobre los techos de las casas y edificios.

-Lo mas probable es que si, ¿Por qué la duda?, ¿Te dijeron algo ayer?, ¿Que no volvería?-Me Preguntó volteando su cabeza un poco para observarme.

-No pero... Tengo un mal presentimiento-Atiné a decir mientras él solo me miraba en silencio. Volvió su mirada al frente y aumento su velocidad. Finalmente llegamos a la vieja y polvorienta tienda de Urahara. Grande fue mi sorpresa al darnos cuenta que la maldita tienda estaba vacía. Ni siquiera había una maldita nota que, por si es que hubiese una, nos separamos para buscar, pero aún así no logramos encontrar nada, tan solo un letrero en la entrada de la tienda que decía: "Nos hemos ido de vacaciones una temporada, por lo que la tienda no abrirá hasta inicios del siguiente mes".

¡Yo no podía esperar demasiado!, me dieron una misión tan sencilla que incluso un bebé hubiera logrado hacer. Si no volvía para, máximo, pasado mañana sería la chica shinigami que no hace bien su trabajo aa... Y por si fuera poco ¡Soy una teniente!, no podía darme el lujo de perder mi grandiosa reputación que me costó sudor y esfuerzos desde que quedó la vacante en mi escuadra.

-Vamos, vamos... Tranquilizate, solo son un par de semanas-Dijo con despreocupación el pelinaranja tratando de animarme, cosa que no logró, sino todo lo contrario.

-¡No me voy a tranquilizar!, ¡Una teniente no puede darse el lujo de tardar tantos dias por una simple y estúpida misión!-Me queje con una gran vena en la sien y conteniendome a golpearlo, después de todo Ichigo no tenia la culpa.

-¡No me grites maldita sea!, ¡Yo no tengo la culpa de que tu estúpido puestecito en el Gotei 13 sea pisoteado por algo como esto! -Exclamó indignado, supongo que lo decía por mi ego al decir que no podía darme tales lujos por ser teniente. Por un momento me quede pensando, Ichigo tenía razón, a pesar de que solo me dijo eso comprendí lo que en realidad quería decir:"No puedo creer que digas esas cosas" . Suspire, no tenía ganas de discutir.

-Como sea... Será mejor irnos a casa-Escuche que hablaba, después de dar un largo suspiro, asentí y subi a sus hombros, todo el camino de regreso a la residencia Kurosaki estuvimos en un silencio un poco incomodo. No sé si fue por el regaño que Ichigo me había dado, porque realmente lo tome como un regaño, me sentía extraña, jamas había hablado con ese toque de superioridad y egocentrismo.

Detuvo su andar justo enfrente de la casa. Baje de su hombro y al parecer esto lo sorprendió un poco.

-¿Qué haces?, aún hay que subir-Dijo por fin después de todo aquel torturoso silencio señalando la ventana de su habitacion.

-Lo siento-Atine a decir ignorando su comentario. El bajo la mano con la que señalaba la ventana y me miró perplejo y con una ceja alzada.

-¿Por que te disculpas?-Preguntó.

-Bueno... Creo que esto de ser teniente me afectó un poco la cabeza y... Hable de mas y...-Pero mi discurso se vio interrumpido al sentir como me alzaba con sus manos, no pude evitar sonrojarme.

-Me alegra de que seas la misma enana, ya me habias preocupado-Dijo sonriente y jalando mis orejas de conejo.

-Aah... ¡Dejame en paz idiota!-Exclame tratando de zafarme de su agarre pero me fue realmente imposible. Dejó de jalar mis orejas y subió ágilmente al segundo piso. El ambiente con Ichigo volvió a la normalidad, ahora todo era paz y tranquilidad y si, para nosotros paz y tranquilidad era estar peleando todo el rato, que si él me llamaba enana, que si yo le decía estúpido descerebrado cabeza de zanahoria, que si él insultaba a chappy el conejo, que si yo tomaba lo primero que encontraba y se lo tiraba de lleno contra la cara...

Aahhh... Si... Todo era paz y tranquilidad, o al menos así era cuando me confeso que en realidad si había encontrado una nota en casa de Urahara con el antídoto para que yo volviera a la normalidad, lo regañe y me queje, aún así el no se quejaba de mis chillidos, es mas, se veía nervioso y si mi vista no fallaba claramente vi un leve rubor asomarse por sus mejillas, aquello poco me importaba hasta que pasó lo que pasó...

Pov Ichigo

Al empezar a buscar en la casa del sombrerero loco tropece contra algún objeto que estaba tirado en el suelo moviendo un poco la entrada principal.

-¿Estas bien?-Escuché a Rukia que hablaba con preocupación asomandose desde una pared divisoria, nos habíamos separado para encontrar mas rápido alguna nota.

-Si, estoy bien, esta tienda es demasiado desordenada-Me queje poniendome de pie mientras en el transcurso vi una hoja blanca doblada tirada en el suelo, así que me inque para tomarla cuando escuche otro comentario de la pelinegra.

-No seas idiota y fijate donde pisas-Se sentía la burla en cada palabra que decía. Arrugue el entrecejo mientras desdoblaba la hoja blanca.

-Maldita enana, mejor callate que yo no soy ningún muñeco de felpa-Sonreí satisfecho al escuchar sus quejas al otro lado de la pared, contuve una risa, ¡En esa hoja estaba el antídoto para que Rukia volviera a la normalidad! "Perfecto" pensé, era una buena oportunidad para vengarse de la Kuchiki, pero al leer lo que decía completamente la hoja no pude evitar sonrojarme a mas no poder.

-Maldito Urahara...-Susurre mientras guardaba la hoja rapidamente dentro de mi traje shinigami al sentir que Rukia se acercaba.

-¿Encontraste algo?-Preguntó desanimada. Yo titubee un poco, no sabia si decirle lo del antídoto o buscar otra manera de volverla a la normalidad, y aunque lo que decía en el papel no era nada malo que, incluso, era el mejor antídoto de todos, tenía miedo y si, ese antídoto me incluía a mi.

-No-Respondí al fin.

-Mm... Ya veo-Contestó bajando la mirada con preocupación, odiaba verla en ese estado así su traté de animarla un poco diciendo que todo estaría bien pero... ¿Qué diablos de respuesta era aquella?, ahora resulta que por ser teniente no podía dejar que algo tan estupido como un cuerpo de peluche le impidiera cumplir en menos tiempo su misión, ¡¿Que diablos era todo aquello?!.

-¡No me grites maldita sea!, ¡Yo no tengo la culpa de que tu estúpido puestecito en el Gotei 13 sea pisoteado por algo como esto! -No calcule la voz de mis palabras que la verdad había sonado demasiado alto, pero eso poco me importaba, estaba enojado, furioso, colérico, ¿Como era posible que alguien como Rukia dijiera tales estupideces?. La escuche suspirar, ahora tenía una cara de culpa, al parecer la había hecho entrar en razón, me alegraba pero no podía dejar de estar molesto.

-Como sea, será mejor irnos a casa-Dije para romper el silencio. De regreso a casa nadie dijo una sola palabra, el ambiente se sentía pesado y yo me sentía realmente culpable, no era mi intención hacer sentir mal a la enana pero... Esque sencillamente ella no era así. Llegamos a la entrada de mi casa y cuando estuve a punto de subir a la ventana correspondiente a mi cuarto ella bajó de mis hombros, esto me tomo desprevenido y supuse que tal ves ella se hubiera enojado conmigo, cosa que no me gustaba para nada.

Atine a preguntarar que si que pasaba y ella sencillamente se disculpo respecto a lo ocurrido en casa de Urahara-san. Sonreí para mis adentros, la tome entre mis manos y le tironie las orejitas de conejo que tenía, a lo que ella comenzó a quejarse. Después de hacer las pases regresamos a la normalidad, el ambiente era ameno a pesar de las discusiones que empezaban por alguna estupidez como que su estupido conejo preferido saliera a luz o que me tirara objetos pesados contra la cara. Yo en mi defensa ofendia mas al estupido conejo. De un momento a otro nos quedamos en silencio, Kon no había aparecido por ninguna parte por lo que supuse que andaría por ahí conquistando chicas, gracias al cielo esta navidad pude regalarle un gigai propio, cosa que me costó mucho con el tacaño de Urahara y sus raras formas de pago, pero valdria la pena por que así pasaba menos tiempo en casa fastidiando o no tomaba mi cuerpo para hacer sus estupideces cuando yo me encontraba exorsizando hollow y almas.

Así que decidí decirle a Rukia sobre el antídoto de Urahara.

-¡¿Que?!, ¡Sabes que necesito hacer esto rápido!, ahora tengo muchos mas deberes en la sociedad de almas sabes, es por eso que quiero regresar lo antes posible-Exclamó con una gran vena en la sien. Al menos ahora se quejaba por asuntos de trabajo. Aún así no pude devolverle la mirada, tampoco podía decir nada, sin embargo ella seguía chillando y pataleando exigiendo darle el papelito con el antídoto.

Saque la hoja doblada e mi bolsillo y ella se quedó callada.

-¿Qué es eso?-Preguntó incredula mientras lo extendía solo para verlo yo.-Ichigo...-Escuche que decía, pero no despegaba mi vista de la hoja.-Ichigo...-Llamó con mas insistencia mientras yo maldecia por lo bajo y fruncia el ceño.-¡Ichigo!-Gritó. Y esa fue la gota que derramo el vaso.

-¡¿Quieres el antídoto?!, ¡¿Quieres el maldito antídoto?!, pues bueno. ¡Yo te daré el antídoto!-Me sentía presionado y los gritos de la pelinegra no me ayudaban en lo absoluto, por lo que si quería su estupido antídoto yo gustoso se lo daría, la sujete haciendo poca fuerza para no lastimarla y la acerque velozmente a mi rostro sin darle tiempo a reaccionar. Debo admitir que me sentía estupido por estar besando un conejo de peluche, pero lo que sucedió después lo compensó todo. Incluso que Rukia me hubiera fastidiado todo el día...

Pov Rukia

No podía estar mas que sorprendida, ademas, ¡¿Que diablos era eso?!, ¡¿Por que Ichigo me... Me... ¡¿Por que diablos me besaba?!, no lo entendía, ni siquiera me había dado tiempo de reaccionar, sencillamente gritoneo y me besó, no sentía su calor y ni siquiera el tacto con sus labios, claro, era un estupido muñeco de peluche ¿Cómo diablos sentiría tacto o calor estando en un cuerpo esponjoso como este?. De un momento a otro comencé a sentirme mareada, incluso trataba de separarme de Ichigo aunque fue lo peor que pude haber hecho.

Empecé a sentir sus labios, esto era extraño y seguro estaba mas roja que un tomate, logre empujarlo pero yo estaba en el aire aunque para mi sorpresa ya estaba vuelta a la normalidad, pero al estar desprevenida no hice mas que caer de espeldas, solo sentía que me jalaban de un brazo acercandome a su cuerpo, obviamente era Ichigo, sin embargo no pudo controlar su peso y cayó de lleno al suelo de espaldas tomandonos desprevenidos. La caída fue suave gracias a que caí encima de Ichigo pero al caer mis labios chocaron contra los suyos, ambos teníamos los ojos completamente abiertos, ahora si sentía con claridad su calor y sus apetecibles labios, y aunque esa sensación me gustaba no podía hacerlo, yo era un alma y él un humano, aunque quisiera había mucha diferencia y... Un momento ¿Por qué pienso en esto en primer lugar?, no es como si Ichigo me... Me gus..tara.. ¿O si..?.

Me separe de sus labios avergonzada y coloque ambas manos en su pecho para poder levantarme, pero fue cuando sorpresivamente sentí sus manos en mi cintura impidiendome levantar.

-El antídoto consistía en que yo tenía que besarte... Se que no me creeras y posiblemente me golpees pero es lo que decía el papel, Urahara lo hizo a proposito-Dijo con un leve rubor en sus mejillas pero sin despegar su mirada de la mía. Yo quería huir de esa mirada, estoy segura que si lo miraba fijamente no lograría despegarme de él.

-Yo...aam... Yo-Intente hablar pero era inútil ¡Las malditas palabras no salian!, él río un rato y yo me sonrroje aún mas si esto se podía, intente volver a levantarme pero Ichigo no me lo permitía.

-¿Por qué te quieres levantar?-Preguntó con curiosidad y sin despegar la vista de la mía. ¡Maldicion!, ¡Yo solo quería hacer bien mi misión!. No le conteste y desvie la mirada, el estaba sonriendo, ¡¿Por que diablos sonreía?!. De un momento a otro sentí su mano acariciar mi mejilla por lo que voltee a verlo dejando mis esfuerzos por levantarme de lado, ¿era ni imaginación o su rostro estaba cada ves mas cerca?, sus ojos amielados brillaban como jamas se los había visto, entrecierre mis ojos al ver que él también lo hacía hasta que lentamente junte mis labios con los suyos. Era tierno y aunque un poco inexperto no nos importó por que sabíamos que no sería el único, él dejó mi mejilla y tomó mi cintura de nuevo acercandome mas a él y yo ahora sujetaba delicadamente su mejilla.

Mi misión aún no estaba completa y ya no la quería completar demasiado pronto, mejor dejaría pasar algunos dias para tomarlos como vacaciones. ¿Y la sociedad de almas...?, bueno a final de cuentas el idiota de Ichigo es una mezcla de humano, shinigami, quincy, hollow, vizard y sabrá que mas, así que no creo que haya problemas con que se entromentan en nuestra relacion y Nii-sama... Bueno, ese ya es otro cantar...