Los personajes pertenecen a Suzuki Nakaba. Reitero que estos capítulos contendrán spoilers de la serie. Leer bajo propio riesgo.
Jericho.
Jericho se miró al menos una docena de veces en el espejo antes de darse por satisfecha. Era su primer día de trabajo en Baste Dungeon, la prisión más prestigiosa del reino que albergaba criminales de la talla de Ban, el pecado capital de la codicia. Hacerlo bien allí sería un gran primer paso para una exitosa carrera como Caballero Sagrado, dijera lo que dijera su hermano.
Sólo el pensar en Gustav la ponía de mal humor. Prácticamente desde que tenía uso de razón su hermano la había machacado con que una mujer como ella no pintaba nada en la Orden, que el actuar como una marimacho no la haría menos mujer y, por lo tanto menos débil. Y a pesar de que le mandaba a la mierda cada vez que empezaba con eso, no pudo evitar interiorizarlo. Ni siquiera ver mujeres (algunas increíblemente femeninas) en cada rango imaginable hacía algo para aliviar ese malestar.
Por eso había decidido hacerse pasar por un hombre en su nuevo trabajo. Esa era la única razón por la que llevaba el traje más masculino que había podido encontrar, con una chaqueta lo suficientemente amplia para esconder cualquier rastro de curvas. Sentía que sus nuevos subordinados no la respetarían de otra manera.
No obstante, no pudo evitar una sonrisa. Se preguntó qué diría Gustav cuando viera que su mejor traje había desaparecido. O que todos los otros habían acabado "misteriosamente" en las pocilgas del castillo, dándose un buen baño de lodo con los cerdos. Ni los calzoncillos le había dejado. Sintiéndose más animada partió hacía Baste Dungeon con la imagen de su hermano yendo al trabajo en camisón en la cabeza.
FIN.
N.A: Decidí escribir esto porque,vale, Jericho no es la más simpática del mundo, pero es que el karma no la deja en paz. Y encima su hermano la trata como basura y nos tenemos que creer que es por su bien. No, no (
