¡Hola amada gente! He venido con una nueva aportación, fea como siempre, sólo para no cambiar mi estilo xD. Será una colección de pequeñas historias con el IchiRuki expresado de una forma bastante particular, no tendrán relación entre sí, y pueden ser tanto AU, como viñetas, no sé, depende de 'en que me inspire' (si es que me llego a inspirar), aún no sé con cuantas historias cerraré la colección pero espero hacer varias más.

De antemano, muchas gracias por leer (=

Título: Distancia
Resumen: En esa distancia no estaba seguro de poder alcanzarla.
Personajes: Renji & Rukia
Género: Friendship/Hurt/Comfort
Rating: K
Número de palabras: 500 exactas, sin contar el título, lol.
Disclaimer: Ichigo es mío y Tite se puede ir por... que diga, Bleach es propiedad de Tite... Em, pero en esta historia no sale Ichigo, sólo se le menciona x'D.
Advertencias y notas:
• Acentos y comas mal ubicadas, bah...
• Viñeta de Rukia y Renji después de la intrusión de Ichigo en la SS y de la traición de Aizen.


Distancia

«distance»

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Aquellos ojos azules que tanto había anhelado, lo miraban directamente. Oyó su corazón latir apresurado, sintiéndose torpe y estúpido al no saber como iniciar una verdadera conversación con ella después de tanto tiempo. Quiso empezar rememorando su pasado, quizá hablar del porque fueron tan amigos le haría más fácil iniciar aquella charla, pero la palabra 'fueron' resultó tan amarga que no pudo continuar.

—Recuerdas…—alcanzó a balbucear antes de que los fragmentos de memorias carcomieran su cabeza y se viera forzado a desviar la mirada.

—Gracias.

Renji pudo sentir un golpe sobre su pecho al escuchar la voz de Rukia. Levantó la vista y la miró, ella sonreía de un modo tan hermoso y sincero que se sintió estremecer. Jamás en lo que llevaba de conocerla la vio sonreír de tal manera y sin poder contenerlo evocó su infancia, comparando su sonrisa de niña con la que ahora contemplaba.

Entre sus deseos más profundos se encontraba regresarle aquel gesto lleno de luz, el cual, se había ido desvaneciendo mientras crecían en aquel distrito tan maldito, al que durante su niñez, tuvieron que llamar hogar.

Pero cotejando con el pasado, el mohín que observaba era completamente diferente a lo que tenía guardado en su cabeza. Era hermoso, cálido y tan lleno de esperanza, que por un momento creyó no estar viendo a Rukia sino a alguien completamente diferente.

Sintió un escalofrío y a su mente vino el recuerdo de Shiiba Kaien, el como ella se veía 'más feliz' cuando ese hombre llegó a su vida, pero también recordó la tragedia y el incidente que le había causado la muerte. El rostro de la shinigami en esa época se descompuso en un semblante frío y desolador, que le hizo sentir impotente y furioso consigo mismo al no poder hacer nada para evitarlo.

Cuando el Clan Kuchiki había adoptado a Rukia, se la habían llevado a un lugar tan distante que le había sido imposible el tan sólo pensar en tocarla y ofrecerle el consuelo que necesitaba.

Ahora encontrarla ahí, tan cerca, sonriéndole como nunca lo había hecho antes, de alguna manera lo hizo sentir solitario.

Entendía que esa sonrisa no se la había proporcionado él, ni Kuchiki Byakuya, ni siquiera Shiiba Kaien, esa gesto tan resplandeciente se lo había regalado un simple chiquillo humano que había llegado a sus vidas como un torbellino y como un astro poderoso había iluminado su existencia. Terco e irracional pero tan seguro de sus convicciones que era imposible no sentirse atraído por la calidez que irradiaba su presencia.

Sonreía así por 'él', no por nadie más…

—No seas estúpida, ¿somos amigos, no?

Rukia frunció ligeramente el ceño por el insulto pero continuó sonriendo.

Lo comprendía…

Renji se dio cuenta que por fin había superado la distancia que esos cincuenta años y la 'clase social' había creado entre ambos, pero también, que una nueva clase de separación había nacido entre ellos, sólo que esta vez, no estaba seguro de que en esa distancia fuera capaz de alcanzarla.

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